Imagen: Recreación de un hábitat neandertal. Autor: José Emilio Toro Pareja

Fuente: LA VANGUARDIA.com| 6 de mayo de 2013

 

Once de los 13 neandertales que habitaron en la cueva de El Sidrón (Asturias) eran diestros. Este es uno de los resultados de un estudio del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) en el que se han analizado las estrías de más de 60 piezas dentales de esta especie homínida.

 

El trabajo, publicado en PLOS ONE, muestra, junto con otras evidencias anatómicas y funcionales de lateralización del encéfalo, que los neandertales poseían un patrón de asimetría cerebral similar al del hombre actual.

 

“La lateralidad manual es reflejo de una organización especializada del cerebro, por lo que su origen evolutivo ha sido motivo de investigación desde hace décadas. Aunque algunos primates pueden tener una cierta tendencia al uso preferente de una de sus manos, una estricta lateralización solo se observa en las especies humanas”, explica el investigador del CSIC, Antonio Rosas (izquierda), del Museo Nacional de Ciencias Naturales.

 

Según Rosas, director de la investigación, el poder estudiar conjuntamente 11 individuos de un mismo grupo neandertal constituye un hecho singular y confirma que la lateralidad en el uso de la mano derecha es un fenómeno poblacional.

 

Falta por determinar si los dos individuos restantes del grupo de 13 neandertales de El Sidrón eran diestros o zurdos, ya que entre sus restos no se conservan las piezas dentales.

 

De los 27 neandertales analizados en todo el mundo hasta la fecha, tan sólo dos han mostrado indicios de un uso preferente la mano izquierda, porcentaje que coincide con la lateralidad cerebral observada en los humanos actuales.

 Foto: Morfología de las estrías dentales en el individuo neandertal adulto nº 4

Estrías culturales

Mediante microscopía electrónica, los investigadores han podido estudiar con detalle las pautas de orientación y direccionalidad en incisivos y caninos de las llamadas estrías culturales.

 

“Para ayudarse en la elaboración de trabajos, los pobladores prehistóricos empleaban la boca como una tercera mano, en lo que denominamos el ‘gesto de agarra y cortar’. Con la boca sujetaban pieles, carne, tendones y fibras vegetales, materiales que tensaban con una mano y cortaban o raspaban con la otra. Durante estas prácticas, en ocasiones los instrumentos de piedra rozaban los dientes, y dejaban unas características marcas”, comenta la investigadora del CSIC, Almudena Estalrrich (derecha).

 

Este estudio pone de manifiesto que el uso preferente de una mano frente a la otra en neandertales se establece ya desde la infancia, tal y como ocurre en los humanos modernos, puesto que entre los 11 individuos analizados se encuentra un niño de entre 6 y 8 años que presenta el mismo patrón de lateralidad que los adultos.

 

Foto: Estrias dentales presentes en los adolescentes de El Sidrón.

Cambio en la lateralidad

Hay, sin embargo, una excepción relativa al uso dominante de la mano derecha entre los neandertales asturianos. El conocido como Adulto 2 muestra signos de haber cambiado de mano preferente al final de su vida.

 

Los dientes anteriores muestran una superposición de estrías culturales de orientación izquierda sobre otras de orientación derecha. Esto indica que el Adulto 2 fue diestro la mayor parte de su vida, pero que una infección dental pudo provocar una inflamación que le obligó a cambiar de hábitos bucales y manuales.

 

Este proceso infeccioso tuvo su origen en una malformación dentaria (izquierda), posiblemente de base genética, que ha permitido a los investigadores rastrear aspectos de la vida de este individuo, desde su formación durante la fase embrionaria hasta su fallecimiento.

 

Los resultados de ese análisis han sido publicados en la revista Journal of Human Evolution. “Este individuo presenta un canino incluido en el interior de la mandíbula que nunca llegó a hacer erupción. Además, conserva el canino de leche, cuya forma anómala permitió la entrada de agentes infecciosos que, sumados a la malformación genética, propiciaron una serie de lesiones que le obligaron a cambiar el uso de la boca y, por extensión, también de las manos”, concluye Rosas.

 

La excavación de la cueva de El Sidrón (Borines, Asturias) está subvencionada por la Consejería de Cultura del Gobierno autonómico de Asturias y dirigida por el investigador de la Universidad de Oviedo Marco de la Rasilla.



Foto izquierda:  serie de crecimiento comparativo del desarrollo mandibular y canino en el Homo sapiens y en el neandertal, individuo 2, de El Sidrón.

Referencias bibliográficas:

Almudena Estalrrich, Antonio Rosas. "Handedness in Neandertals from El Sidrón (Asturias, Spain): Evidence from Instrumental Striations with Ontogenetic Inferences"PLOS ONE.

 

M.C. Dean, A. Rosas, A. Estalrrich, A. García‐Tabernero, R. Huguet, C. Lalueza‐Fox, M. Bastir, M. de la Rasilla. "Longstanding dental pathology in Neandertals from El Sidrón (Asturias, Spain) with aprobable familial basis"Journal of Human Evolution. DOI: 10.1016/j.jhevol.2013.03.004

 

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Comentario por Guillermo Caso de los Cobos el mayo 7, 2013 a las 9:52pm

En Paleontología el todo es mucho más que las partes

Los pasos que han permitido concluir las similitudes de neandertales y sapiens en la organización del cerebro

Fuente: LNE | 7 de mayo de 2013

Artículo de Antonio Rosas. Profesor de Investigación del CSIC. Director del Grupo de Paleoantropología MNCN-CSIC.

Antonio Rosas con la mandíbula que presenta una malformación dental.

Hoy ya no sorprende decir que la colección de neandertales que se está recuperando en las excavaciones de El Sidrón (Borines, Piloña, Asturias) es una de las más sustanciales del mundo. Sin embargo, decir solo esto no es suficiente, no nos engañemos. Su verdadera importancia radica en el conocimiento que podamos adquirir de su estudio e investigación.

No son pocos los datos que ya nos ha proporcionado El Sidrón y, poco a poco, vamos indagando en nuevos aspectos de la paleobiología de los neandertales. A medida que los fósiles recuperados en una campaña de excavación completan y complementan a los hallados en campañas precedentes se va definiendo una imagen cada vez más enfocada. La investigación de un yacimiento de la naturaleza de El Sidrón requiere tiempo, ya que es la suma de unos fragmentos con otros lo que permite una ganancia exponencial de información. A veces, unos cuantos restos aislados, procedentes de diferentes campañas, permanecen silenciosos, sin aportar grandes datos, esperando su turno. Súbitamente, el hallazgo de un nuevo fósil, por insignificante que pudiera parecer, hace que las piezas encajen, se complete un elemento anatómico y todo el conjunto adquiera un significado inesperado. Para que esto ocurra, la clave es estar permanentemente manos a la obra, estudiando el conjunto, para que sus piezas, al principio inconexas, puedan llegar a dialogar unas con otras.

Tenemos diferentes ejemplos de esto, y buena prueba de ello son los resultados científicos recientemente publicados. Estos resultados, que a continuación comentaremos, solo han sido posibles gracias al trabajo de ir relacionando, diente a diente, los restos dentales aparecidos a lo largo de más de diez campañas de excavación. El análisis aislado de alguno de estos dientes por separado no hubiera proporcionado, ni mucho menos, los resultados de los que hablamos. El Grupo de Paleoantropología del MNCN-CSIC que tengo el privilegio de dirigir ha puesto de manifiesto que once de los neandertales de El Sidrón eran diestros. Es decir, usaban predominantemente su mano derecha para realizar sus tareas.

La lateralidad manual es reflejo de una organización especializada del cerebro, por lo que su origen evolutivo ha sido motivo de investigación desde hace décadas. Aunque algunos primates pueden tener una cierta tendencia al uso preferente de una de sus manos, una estricta lateralización solo se observa en los seres humanos. Por eso resulta sorprendente comprobar que todos los individuos analizados en la muestra de El Sidrón eran diestros. El trabajo que ahora publicamos demuestra, junto con otras evidencias anatómicas y funcionales, que los neandertales compartían con los humanos actuales un patrón moderno de asimetría cerebral.

Tales conclusiones se han alcanzado a través del análisis de las estrías encontradas en la superficie anterior de los dientes incisivos y caninos. Valiéndonos del microscopio electrónico, hemos podido observar con detalle las pautas de orientación y direccionalidad de las llamadas «estrías culturales» en más de 60 dientes neandertales. Es conocido que estas marcas fueron producidas por los cuchillos de piedra que usaban los pobladores prehistóricos para realizar tareas en los que se usaba la boca como «una tercera mano», en lo que se ha llamado el gesto de «agarra y corta». Con la boca sujetaban pieles, carne, tendones y fibras vegetales, mientras que con una mano (la izquierda) tensaban los materiales y con la mano opuesta (la derecha) manejaban las herramientas con las que cortaban o raspaban. Durante estas prácticas, ocasionalmente los instrumentos líticos rozaban los dientes, dejando unas características «marcas culturales». Del estudio de sus detalles, orientación y dirección preferente se deduce cuál era la mano dominante. Así, la totalidad de las muestras analizadas denotan que los neandertales de El Sidrón eran diestros. Esta investigación pone por vez primera de manifiesto que niños y adolescentes, desde una edad de 6-8 años, muestran claramente el mismo patrón de lateralidad que los adultos, reforzando, así, la idea de que el uso preferente de una de las manos se establece durante la etapa de crecimiento en edades similares en neandertales y humanos modernos.

Hay, sin embargo, una excepción relativa al uso dominante de la mano derecha entre los neandertales asturianos. El individuo 2 de El Sidrón muestra signos de haber cambiado de mano preferente al final de su vida. Sus dientes anteriores presentan una superposición de marcas culturales de orientación izquierda sobre marcas previas de orientación derecha. La mayor parte de su vida el adulto 2 fue diestro. No obstante, una infección dentaria, cuyas causas se remontan a su estado embrionario, desembocó en una inflamación del lado izquierdo de su boca, lo que le obligó a un cambio de hábitos bucales y manuales.

Un estudio radiológico basado en tomografía computerizada (escáner 3D) publicado en la revista «Journal of Human Evolution» pone de manifiesto la evolución de una singular patología dental que permite trazar aspectos de su desarrollo vital desde el estado fetal hasta casi su muerte.

Tales circunstancias se asocian a una serie de lesiones en el hueso, tanto externas como en su interior, que se iniciaron con una malformación del canino de leche durante la vida fetal, con una posible base genética. Esta malformación dentaria dio lugar a una cascada de consecuencias, incluida la desviación de la trayectoria de desarrollo del germen del canino definitivo, impidiendo en última instancia su erupción (el canino se encuentra incluido en el interior de la mandíbula debajo de los molares). Las infecciones recurrentes de un quiste formado alrededor del canino impactado llevaron al individuo 2 de El Sidrón a no poder masticar por el lado izquierdo hacia el final de sus días, forzándole a un cambio de hábito en el uso de la boca, lo que muy posiblemente le llevó a un uso más intenso de su mano izquierda.

Una malformación del canino de leche, con una posible base genética, permite rastrear aspectos de la vida de un neandertal desde su estado embrionario hasta el fin de sus días. Estos datos puestos en conexión con un estudio de las pautas culturales y la base biológica de la lateralidad manual nos llevan a dibujar aspectos inéditos de la vida de los neandertales. Poco a poco, los datos recopilados de los diferentes aspectos recogidos en el esqueleto nos llevan a la síntesis de episódicos concretos y reales de la vida diaria de unos neandertales que en su día fueron como nosotros, de carne y hueso. Ojalá nuevas investigaciones y nuevos fósiles nos permitan conocer más sobre nuestra naturaleza evolutiva.

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