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El profesor y arqueólogo Michael J. Walker (derecha) presentando los resultados de la campaña 2012 realizada en Cueva Negra en compañia del alcalde de Caravaca, Domingo Aranda.
Fuente: Murcia.com| Ayuntamiento de Caravaca de la Cruz | 23 de julio de 2012
"La Cueva Negra del Estrecho del Río Quípar es un yacimiento de referencia obligada en el Pleistoceno Antiguo de Europa", según ha anunciado hoy el profesor de Antropología Física de la Universidad de Murcia, Michael J. Walker, en la rueda de prensa ofrecida junto al alcalde de Caravaca, Domingo Aranda, para hacer balance de la XXXIII campaña de excavación realizada en el citado yacimiento.
Domingo Aranda ha alabado la labor desarrollada por arqueólogos, antropólogos y biólogos, dirigidos por Michael J. Walker, Mariano López y María Habel. "Durante la excavación se ha recibido la visita de arqueólogos e investigadores de reconocido prestigio, lo que ha consolidado a este lugar de La Encarnación en un referente internacional para el estudio de la evolución humana".
Foto: Trabajos de excavación en Cueva Negra
El objetivo de la excavación realizada este verano, según el profesor Walker, se ha cumplido con éxito. Los trabajos se han centrado fundamentalmente en ampliar el área de excavación donde aparecen los restos de este fuego. De esta manera se ha acotado la superficie expuesta de este hogar primitivo y se ha ampliado la colección tanto de industria lítica como de restos faunísticos.
El pasado año el equipo multidisciplinar desplazado a La Encarnación descubrió restos afectados por el fuego, excavados en sedimentos profundos con una antigüedad de 780.000-990.000. Asimismo, este abrigo del sureste español ha proporcionó un hacha de mano bifacial, un conjunto de utensilios paleolíticos retocados menores, dientes humanos y una fauna del Pleistoceno Antiguo reciente.
Foto: Las dos caras de un bifaz hallado en el yacimiento de Cueva Negra (Murcia), de 900.000 años de antigüedad. © MICHAEL WALKER | El País.es
"La elevada temperatura (en los objetos encontrados) implica la incidencia del hombre, sin duda alguna. Los restos afectados, tanto óseos como de sílex, fueron excavados en situación demasiado adentro en la cueva como para poder haber sido sometidos a una alta temperatura mediante invasión de un incendio forestal aleatorio", ha destacado Walker.
Es importante resaltar la excepcional antigüedad de esta evidencia del fuego en una cueva del Paleolítico europeo. Todo el relleno sedimentario de la cueva pertenece al período reciente -de 990.000 - 780.000 años- del Pleistoceno Antiguo (o Inferior). Las determinaciones paleomagnéticas publicadas por el catedrático y geofísico Gary Scott (izquierda), del Berkeley Geochronology Center (EE.UU.), con el Dr.Lluis Gibert Beotas (derecha), de la Facultad de Geología de la Universidad de Barcelona, demuestran que los 5 metros de acumulación sedimentaria tienen una antigüedad superior a 780.000.
Cuidado por el hombre el fuego proporciona calor, muy necesario durante la noche (Cueva Negra está a 740 m. sobre el nivel del mar y sometida a fuertes heladas invernales), además de espantar a los animales fieras. Según el antropólogo Richard Wrangham (izquierda), catedrático en la Universidad de Harvard, esto ha sido fundamental en nuestra evolución mediante la ingerencia de alimentos calentados para agilizar la absorción de nutrientes y aumentar la energía extraíble de la materia prima recogida y disponible para nuestro metabolismo, reduciendo así el desperdicio de aquella: este efecto indudablemente ha contribuido a facilitar tanto la dispersión humana fuera de África en el Pleistoceno Antiguo como la evolución cerebral por aumento cortical y del ingenio humano correspondiente.
Mamíferos del Jaramillo
Las especies de mamíferos fósiles excavados, especialmente los roedores, implican un período después del intervalo en el Matuyama denominado Jaramillo (1.090.000 - 990.000). El estudio en vías de realización por Antonio López Jiménez indica una gama de especies fósiles parecida a la que caracteriza la Gran Dolina de Atapuerca.
La pasada semana el goarqueólogo Diego Angelucci, junto con su doctoranda Daniela Anesin, trabajaron en la Cueva Negra para revisar la estratigrafía de la cueva y tomar nuevas muestras. Por otra parte, el viernes 20 de julio tuvo lugar la visita del célebre antropólogo británico Bernard Word, que trabaja en el Departamento de Antropología de la Universidad George Washington en Estados Unidos.
El Equipo:
La excavación arqueológica en Cueva Negra está codirigida por:
Dr. Michael J. Walker
Mariano López Martínez (arqueólogo)
Dra. María Haber Uriarte (arqueólogo)
El equipo además está compuesto por:
Antonio López Jiménez (biólogo)
Azucena Avilés Fernández (biólogo)
Juan Ortega Rodrigáñez (biólogo)
Ángel Buitrago López (biólogo)
Jesús García Torres (comunicaciones)
Voluntarios:
Esta campaña además de 4 estudiantes de arqueología de la Universidad de Murcia, ha contado con una arqueóloga de la Universidad de Nottingham (Inglaterra), una antropóloga alemana procedente de la Universidad de Georgia State (USA), una estudiante de antropología biológica en la Pennsylvania State University (USA) y un estudiante chipriota del University College de Londres (Inglaterra).
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Fuente: Murcia.com| 18 de julio de 2013
Los hallazgos de la XXIV Campaña de Excavación confirman que es en el yacimiento de la Cueva Negra donde se localiza la evidencia de empleo de fuego por el hombre más antigua de Europa. Así lo ha explicado hoy el profesor Michael J. Walker, quien ha asegurado que los restos de huesos calcinados y las herramientas de sílex localizadas en la pedanía caravaqueña de La Encarnación se deben al cuidado de fuego por el hombre primitivo.
La concejal de Cultura y Turismo en el Ayuntamiento de Caravaca, Mª Cruz Pérez, ha destacado el interés internacional que la Cueva Negra está despertando entre numerosos científicos internacionales, de universidades como Arizona, Boston, Oxfgord o Lyons, con desplazamientos al propio yacimiento o través de estudios en sus laboratorios.
"La repercusión que la Cueva Negra tiene entre científicos de todo el mundo es el resultado del excelente trabajo desarrollado en sucesivas campañas de excavación, gracias a la colaboración entre la Universidad de Murcia, la Dirección General de Bienes Culturales, el Ayuntamiento de Caravaca y la Asociación Murciana para el Estudio de la Paleontología", ha declarado la concejal, que ha agradecido el interés y profesionalidad del todo el equipo de trabajo y, en especial, de los directores de la excavación, Michael J. Walker, Mariano Vicente López y María Haber.
Durante la excavación llevada a cabo este mes de julio por científicos, estudiantes y licenciados de universidades de Estados Unidos, China, Reino Unido, Suecia, Bélgica y España, se ha localizado un hacha de mano achelense de talla bifacial y varias lascas y piezas de sílex. Asimismo, se han recogido numerosos restos de animales, que fueron la base de subsistencia de los cazadores que habitaban en la cueva hace casi un millón de años.
"Hasta los descubrimientos efectuados en la Cueva Negra no se ha localizado en Europa ni restos de fuego ni un conjunto lítico achelense de fecha tan pretérita como el final del Pleistoceno Antiguo", según el profesor Walker, quien además ha indicado que la singularidad del yacimiento caravaqueño aumenta debido los restos fósiles del Homo Heidelbergensis y la evidencia de actividad humana sin interrupción.
"Los diversos trabajos de investigación efectuados por científicos en los últimos años, especialmente en Berkeley (California. EEUU), han aportado resultados asombrosos sobre la cronología de la cueva, indicando que todas las capas sedimentarias tienen una antigüedad superior a 780.000 años", ha explicado hoy el profesor Walker en el balance de la campaña de excavación.
Nuevo informe sobre las evidencias de fuego en Cueva Negra
Fuente: Popular Archaelogy| 27 de mayo de 2014 (Traducción de G.C.C. para Terrae Antiqvae)
En un informe co-escrito por Michael Walker y sus colegas de la Universidad de Murcia, los científicos sugieren que los primeros humanos que vivieron en la Cueva Negra, un refugio rocoso en el sureste de España, hace unos 800.000 años usaban el fuego, y exhibían un comportamiento que indica un uso cognitivamente sofisticado de los recursos y herramientas de su entorno. El informe detallado se publica en el próximo volumen 15 de la revista Popular Archaelogy.
El refugio rocoso, situado en la cara de un acantilado con vistas al río Quipar y el pequeño pueblo de La Encarnación, se convirtió en objeto de exploración inicial por los arqueólogos en 1981. Pero las excavaciones sistemáticas no comenzaron hasta 1990, cuando un equipo de arqueólogos, dirigido por Walker y sus colegas, junto con el Grupo de Investigación de Ciencias Experimentales de la Universidad de Murcia, emprendió una investigación detallada que ha continuado durante otras 25 temporadas de campo. Lo que descubrieron fue 5 metros de sedimentos que contenían hallazgos del Pleistoceno tardío (un poco antes de hace 780.000 años), incluyendo dientes de homininos (posiblemente de Homo heidelbergensis), un rico conjunto de artefactos, y una variedad de restos de flora y fauna correspondientes a un clima de condiciones ambientales cálidas y húmedas. El análisis e interpretación de los hallazgos pueden tener, mantienen los investigadores, importantes implicaciones para la conducta de los primeros humanos.
"Los hallazgos más destacados en Cueva Negra conciernen a la actividad humana", escriben Walker y sus colegas en su informe. "Pruebas indudables de fuego han sido descubiertas". Las mismas apuntan a la evidencia de combustión de sedimentos, sílex térmicamente alterado y huesos de animales quemados, hallados en una capa medida a 4,5 metros de profundidad.
Los arqueólogos matizan, no obstante, su interpretación.
"Un lugar de fuego no es un hogar", continúan los autores. "Pudieron haber traído a la cueva brasas dejadas por un incendio forestal para establecer y mantener un fuego allí donde la lluvia y el viento no lo pudieran apagar. Ellos bien pudieron haber tenido menos miedo al fuego que los animales a los cuales veían huir del mismo (lo que podría haberlos llevado a emplear el fuego para conducirlos hacia trampas naturales de muerte, tales como pantanos, lo que les permitiría, a su vez, desmembrarlos y asarlos). Esto no significa que pudieran reproducir o controlar el fuego: hay una gran escasez de evidencias arqueológicas de hogares o pozos para fogatas antes de hace medio millón de años".
Cueva Negra no es el único sitio que ha evidenciado un uso temprano del fuego por parte de los primeros humanos. Por ejemplo, el sitio de Bnot Ya'akov Bridge, en Israel, ha sido señalado como una muestra de control humano del fuego hace entre 790.000 y 690.000 años, y otra evidencia ha surgido en la Cueva Wonderwerk, en África del Sur, de un uso del fuego hace alrededor de 1 millón de años. También hay otros sitios que muestran esta posibilidad en África y China. Pero Cueva Negra podría ser las más antiguas -si es que no es uno de los primeros sitios- de Europa que demuestra esta evolución.
Otros hallazgos sugieren un claro dominio de los recursos materiales para la supervivencia. La colección de herramientas de piedra recuperada (clasificadas por los autores como "Achelense-Levallois-Musteriense") muestra evidencias de la utilización de tres diferentes métodos o secuencias de reducción de núcleos, y que los recursos de piedra natural fueron extraidos desde 40 km aguas abajo del lugar y 30 km aguas arriba.
Walker y sus colegas concluyen: "La investigación en Cueva Negra arroja nueva luz, al incluir el fuego, la versatilidad cognitiva, la destreza manual y las aptitudes técnicas, sobre los primeros seres humanos de hace unos 800.000 años en el sureste de España. Ellos explotaban su entorno de una forma competente, lo que implicaba un conocimiento preciso y una conciencia certera de lo que estaba disponible para su supervivencia".
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