A sólo unas decenas de metros de la Basílica de la Anunciación, la construcción está formada por dos habitaciones y un patio que incluía una cisterna excavada en piedra.



Vía: LAVANGUARDIA.es / 21 de diciembre de 2009



Arqueólogos israelíes han hecho público el hallazgo de la primera casa de la época de Jesús que se ha localizado en Nazaret, de donde procedía la familia del Mesías para los cristianos y situada en el norte de Israel. A sólo unas decenas de metros de la Basílica de la Anunciación, epicentro de culto popular a la Virgen María, la construcción está formada por dos habitaciones y un patio que incluía una cisterna excavada en piedra donde se almacenaba el agua de la lluvia.

Foto: El yacimiento con la Basílica de la Anunciación al fondo

"Lo que hemos hallado es básicamente una casa típica judía de la época, con habitaciones conectadas", apuntó en rueda de prensa la arqueóloga Yardena Alexandre, responsable de las excavaciones. Los escasos útiles encontrados en la estructura desde el inicio de los trabajos hace un mes son principalmente fragmentos de cuencos de cerámica que se remontan a los siglos I y II de nuestra era.

Otro de los componentes del hallazgo que más ha llamado la atención de los arqueólogos es la existencia bajo la casa de un zulo, que bien pudo haber sido empleado para esconderse. La especialista explicó que Nazaret era una pequeña aldea y en época de la guerra contra Roma, en el siglo I, "este recinto pudo haber servido de refugio a la gente" de los alrededores, a pesar de que no hubo batallas en la localidad pero sí en su entorno.


También se encontraron en el lugar moldes de yeso, que sólo empleaban las familias judías por motivos de purificación religiosa. "Todos los utensilios hallados responden a lo que sería una familia modesta, no hay joyas ni cristales", precisó Alexandre, que subrayó además que "no han hallado nada por encima del estrato del primer y segundo siglo por lo que es probable que la estructura dejó de utilizarse por entonces".



Foto: El padre Jacques Icaram señala el hoyo debajo del cual está el zulo con entrada oculta.

Los restos de la casa están a ambos lados de una larga muralla que data del siglo XV, de la época mameluca, que ha sido desenterrada en las excavaciones, efectuadas por la Autoridad de Antigüedades de Israel (AAI). El jefe de la AAI en el distrito norte, Dror Barashad, destacó la importancia del lugar, sobre todo por su proximidad a la gruta donde la tradición sitúa la visita del Arcángel Gabriel a la Virgen María, y que está al otro lado de la calle. "Un túnel bien pudo conectar la gruta de la Anunciación con el lugar donde se ha descubierto la casa", indicó.



La vivienda ha sido hallada en excavaciones de salvamento en lo que iba a ser el jardín de un nuevo Centro Internacional de la Virgen María, proyecto avalado por instituciones religiosas locales y un grupo francés denominado Comunidad Nuevo Camino. Marc Hodara, su representante, calificó hoy el hallazgo de "auténtico regalo de Navidad". "Esto es un regalo para nosotros y para Nazaret, es la primera vez que encontramos una casa de la época de Jesús en la ciudad, estamos convencidos de que él jugó aquí", subrayó.



Taufik Abu Naser, abogado de las dos instituciones religiosas que respaldan del proyecto, dijo que "el hallazgo reforzará el nuevo centro y nos ofrecerá la oportunidad de mostrar a los turistas y fieles de todo el mundo cómo se vivía en aquella época". La superficie excavada es de unos 85 metros cuadrados y por el momento los trabajos continuarán hacia el subsuelo porque alrededor hay edificio contemporáneos que impiden abrir la zona.

"La única zona accesible para excavar es esta pequeña zona en la que estamos, donde había también un edificio encima que ha sido demolido, y que será la entrada al nuevo museo", lamentó Alexandre. El área estaba destinada a jardín del centro mariano pero, tras el hallazgo, el proyecto se centrará ahora en convertir las excavaciones en un parque arqueológico y a su lado, en un edificio ya construido, estará el moderno centro multimedia sobre la madre de Jesús.

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Respuestas a esta discusión

Servan:

Según se lee en la Wikipedia (y otros lugares) respecto de Nazaret, "Las evidencias arqueológicas indican que en el siglo I era una muy pequeña aldea agrícola, situada en la ladera de una montaña, con dos o tres docenas de familias. Las casas estaban agrupadas hacia el extremo sur de la colina y solían componerse de una parte de albañilería que se usaba para habitaciones, adosada a una o varias grutas, naturales, o excavadas en la roca, que utilizaban como depósitos".

En la web Catholic.net se dice como complemento:

"Esto puede ser la explicación de por qué no existen referencias más tempranas y por qué no fue incluida en las 45 ciudades de la Galilea enumeradas por Flavio Josefo, ni en las 63 ciudades de la Galilea mencionadas en el Talmud. Esto podría explicar también el aparente asombro de Natanael de Caná, que preguntara al apóstol Felipe si algo bueno podría salir de un villorrio tan insignificante (Juan 1:46)".

Y como evidencia arqueológica añadida, puede usted sumar ahora los restos de esta casa de la que se nos dice en el post que son de tiempos de Jesús.

La referencia a los nazareos es otra cuestión que, a mi juicio, no tiene nada que ver con Jesús de Nazaret o Jesús el nazareno (como gentilicio). No es lo mismo nazareo que nazareno, aunque el parecido invite a la confusión.

Los nazareos (o los consagrados a Dios) no tomaban el fruto de la vid en ninguna de sus especies y tampoco se acercaban a los muertos. Cosas ambas que, sin ir más lejos, sí hizo Jesús.
El descubrimiento parece interesante, pero yo marcaría dos o tres cautelas.

La primera es dejar que pase un poco de tiempo antes de evaluar su alcance. Suele ocurrir que a veces se echan las campanas al vuelo demasiado deprisa y después viene el tio Paco con la rebaja.

Otra: resulta pelín sospechoso esa urgencia de los arqueólogos en conectar el descubrimiento con una tradición (cueva de la Anunciación) claramente legendaria. A sólo unos metros. No digo que no pueda ser, pero la cosa sugiere cautela.

Tercera: Si se acude a las fuentes que aquí se citan (Wikipedia versión española y Catholic.net) hay que advertir que estas mismas fuentes ya hablaban de que había restos arqueológicos indudables de un pequeño poblado del siglo I en Nazaret antes de estos descubrimientos. ¿En qué quedamos?

Finalmente: Lo mismo que un grano no hace granero, una habitación no hace poblado. La discusión sobre Nazaret que a mí me parece importante (relativamente) versa sobre las divergencias entre los relatos bíblicos y la existencia (todavía hipotética) de un minúsculo poblado en la situación en que se supone. Ni la historia de la sinagoga (la existencia misma de una sinagoga en un caserío) ni la del intento de despeñar a Jesús cuadran con la arqueología y el entorno geográfico. Y yo diría que tampoco con el sentido común. Que Lucas, que según esto hablaba de oídas, haya podido tener referencia de un poblado minúsculo cuadra tanto como que hubiera confundido dos palabras de arameo, que no era su lengua. Todo esto creo que queda todavía en el aire. A pesar del descubrimiento. Y a mi, sinceramente, no me parece grave. Las elucubraciones sobre el Jesús histórico (a favor o en contra) me parecen bastante marginales en el concepto que tengo sobre qué debe ser la historia. Eso sí, sumamente entretenidas.

Sr. Montero:

Que con las noticias arqueológicas hay que andar con cautelas es algo que siempre va de suyo. Más que nada porque la tendencia a exagerar las implicaciones de los hallazgos, por parte de los arqueólogos, se diría que parece consustancial a su trabajo.

Ahora bien, con independencia de ello, es evidente que este descubrimiento, como usted bien dice, es interesante, sobre todo en orden a clarificar el problemático alcance de la ciudad de Nazaret en tiempos de Jesucristo.

Por eso, en lo que quedamos, al igual que le señalé al Sr. Servan, es que es una nueva evidencia arqueológica que se añade a otros vestigios ya encontrados. Ni más ni menos.

Una evidencia, a mi juicio, notable, por lo demás. Pues si bien es verdad que una casa no hace un poblado, tampoco cabe suponer que sería la única, sino que la misma invita a pensar que habría más, las suficientes quizá para constituir un villorrio o pequeño poblado.

Con todo, es verdad, que algunas cuestiones seguirán siendo motivo de reflexión y debate a falta de más evidencias arqueológicas.

Sr. Servan:

Me sorprende usted. Por lo que veo prefiere quedarse con la más que apurada e incongruente interpretación de que Jesús era un nazareo antes que considerar que era de un poblado llamado Nazaret, aun con todo su problema. Está en su derecho, pero yo prefiero lo contrario.

Que los judíos se contaminaran con los muertos no significa que lo hicieran los nazareos, lo cuales lo tenían como un tabú (lo mismo que el vino). Que usted vea algunas semejanzas entre los nazareos y Jesús no le autoriza a dejar al margen otras prácticas que lo distinguen claramente. Y con respecto a lo de los esenios, más de lo mismo. Que la vida de Jesús guarde ciertas semejanzas con las prácticas esenias, no se deriva que lo fuera.

Sr. Caso:

En todo descubrimiento arqueológico hay que ir con cautelas y más en éste con las connotaciones espectaculares (de espectáculo) que tiene. Y por las declaraciones un poco salidas de tono de sus descubridores.

No conozco los datos arqueológicos que avalaban la existencia de un poblado en Nazaret para el siglo I. En alguna discusión que he tenido sobre el tema he visto aludidos tales hallazgos, pero ninguna referencia concreta. ¿Ud. la tiene?

Por otra parte, la tradición evangélica sobre Jesús está lejos de ser homogénea y procede de fuentes divergentes. No es de desdeñar una tradición nazarena (de nazareno) para Jesús, después alterada por la versión paulina con las oportunas correcciones, como se hizo con otros temas.
De acuerdo en que la noticia es sospechosamente oportuna por las fechas, y tirando a exagerada, como siempre. Pero, en fin, esos ingredientes parecen ya consustanciales a casi cualquier noticia de Arqueología.

Por si sirve de algo, ya que salió el tema de los restos arqueológicos en Nazareth, en diciembre de 2005 (la fecha del comienzo está mal) publiqué este artículo en Celtiberia: "TEXTOS HISTÓRICOS SOBRE JESÚS DE NAZARETH", en el que reuní solamente los no cristianos, tanto romanos como judíos, que prueban la tan debatida y negada (no entiendo por qué) existencia histórica de Jesús el Cristo. Poco después (enero de 2006), José Luis Santos tuvo a bien editarlo mucho mejor en el viejo Terraeantiqvae. Casi al final comentaba la cuestión arqueológica, que me permito reproducir:

"Por último, algunos han tratado de poner en duda la existencia de Nazareth en la época en cuestión. Hay que recordar que allí se han efectuado diversas campañas arqueológicas desde comienzos del siglo XX, que han demostrado que el lugar estuvo poblado ininterrumpidamente desde la Edad del Bronce hasta la época romana, si bien en época de Cristo se presenta como un lugar agrícola menor, una aldea con unas decenas de casas e instalaciones agrícolas. Nazareth tiene una sala en el Museo de Jerusalén, donde se exponen los materiales", añadiendo estos dos enlaces:

http://www.ofm.org/sbf/00/00/SBF03eng.html
http://198.62.75.1/www1/ofm/sbf/SBFmsm.html

En Celtiberia hubo luego bastante debate sobre el tema, y creo que volvió a salir la cuestión de los restos arqueológicos, pero ahora no ando con tiempo de localizarlo. Lo que está claro es que no parece la primera casa que se encuentra, y que la aldea en época romana existió con seguridad, pues se ha excavado en distintos momentos. Saludos.
Servan, con Ud. no se puede debatir sobre estos asuntos, ya lo sé de Celtiberia, porque no acepta nada por muy científico y veraz que sea, y mantiene "sus" verdades por encima de las que vemos todos los demás, hasta cuando se le demuestra palmariamente que insistía en un error. Aún recuerdo el Horus, Set o no sé qué decía Ud. "crucificado", y, tras mucho insistir en que mostrara el dibujo al que tanto apelaba, al final resultó que estaba atado con las manos en la espalda, y más bien había sido acuchillado.

Como acabamos de comprobar, desde 1909 se han sucedido distintas campañas arqueológicas en el sitio de Nazareth, de las que la presente es continuación, y todas ellas han probado un sitio poblado desde la Prehistoria, con sus muros, sus cisternas, sus cuevas, sus materiales cerámicos, sus casas y sus enterramientos de distintas épocas, una población de una importancia creciente o decreciente según los momentos. Y que, por supuesto, se llama Nazareth mucho antes del II milenio.

Ahora, para sus (como siempre) tajantes afirmaciones "No existe ninguna mención de un lugar Nazaret hasta el s IV. Ni villorrio ni nada"... "No hay absolutamente ninguna constancia de un lugar llamado Nazareth en los primeros 3 siglos"... "No existe ninguna citación de un lugar Nazaret, hasta el s IV, incluso el IX en los registros judíos..."

más en atención a otros lectores, puede verse, una vez más, que por mucho repetir algo no se convierte en verdadero. Anoto una sola, el cronógrafo (no se trata, pues, de ningún escritor de temas religiosos) Iulius Africanus (c. 170 - post 240 d.C.), que escribe, poco después del 232 d.C., en su Epístola a Arístides, cap. V (traducción inglesa del texto griego), hablando sobre los registros que muchas familias judías acostumbraban a llevar:

[……] "A few, however, of the studious, having private records of their own, either by remembering the names or by getting at them in some other way from the archives, pride themselves in preserving the memory of their noble descent; and among these happen to be those already mentioned, called desposyni, on account of their connection with the family of the Saviour. And these coming from Nazara and Cochaba, Judean villages, to other parts of the country, set forth the above-named genealogy as accurately as possible from the Book of Days."

Como en el caso de los restos arqueológicos de Nazareth, supuestamente "inexistentes", o hasta un "invento de la Teología", citando Ud. a K. Humphreys, muy conocido en su casa a la hora de comer frente a, por ejemplo, The Oxford Encyclopedia of Archaeology in the Near East, que concede a Nazareth su correspondiente entrada, vol. IV, 1997, pp.113-114 (que no debe de haber frecuentado el Sr. Humphreys, como ningún autor pagano, pues titula su sitio web "Jesus never existed")... igualmente existe una mención de Nazareth, definida como "una pequeña población judía", y justamente dentro de esos tres siglos en los que Ud. nos asegura que no había ninguna.

Naturalmente, hay alguna otra (si es que no se quiere conceder a los Evangelios el rango de fuente histórica que usualmente tienen que tener, por lo que suelo no apelar a ellos). Pero la de Julio Africano creo que ya basta para comprobar que algunas cosas no se pueden afirmar tan contundentemente.
Alicia:

Los enlaces que coloca sobre vestigios de habitaciones (otra cosa es de tumbas) del siglo I en la actual Nazaret no me han aclarado gran cosa. La ambigua ubicación de esta localidad, que para la época (hasta el siglo IV) sólo contaba con menciones evangélicas o similares y restos de enterramientos, ha llevado a algunos arqueólogos a buscar otras localizaciones alternativas. Esta posición es muy minoritaria, desde luego y, si se consolida el actual descubrimiento, supongo que será abandonada.

En lo que no puedo estar de acuerdo con Ud. es en la defensa que hace del carácter documental de los evangelios (tampoco lo estoy con la valoración que hace de las fuentes no cristianas sobre la existencia de Jesús, que ya conocía, pero eso es otro tema aunque sea el mismo). Los evangelios son ante todo textos doctrinales de exaltación de un personaje de historicidad digamos que problemática. Aunque puedan tener una base histórica, separarla de lo que es aportación dogmática y doctrinal se me hace muy difícil. En el caso que discutimos, por ej., el evangelista "Lucas" comete al menos tres errores de bulto: ubicar la presunta aldea de Nazaret junto a un despeñadero que realmente es inexistente (eso es lo que ha hecho buscar localizaciones alternativas más "abruptas"), colocar en una aldea minúscula (en el caso de que existiera en la época) una sinagoga y describir los ritos de la sinagoga de manera incorrecta. Es decir, a duras penas podemos considerar que el episodio que narra Lucas haya ocurrido realmente y, desde luego, no como él lo narra. La hipótesis alternativa de que es una narración paulina empeñada en oponer "Cristo" al Jesús judeocristiano me parece bastante más coherente, en tanto que el corolario evangélico sobre los malvados judíos (¡de su propia aldea y “multitud”!) y el “nadie es profeta en su tierra” me parecen demasiado obviamente sesgados. Sin que deje de ser una hipótesis, como todas las que se barajan al respecto de lo que dijo o dejó de decir Joshua, también llamado el "Cristo" (más tarde).

Otros argumentos a favor de la existencia de Nazaret que he leído ya no recuerdo si en Crossan o Puente Ojea (para que luego diga de mi memoria), tratan de justificar la existencia del poblado en base al argumento de contrariedad: ¿para qué iba a inventar el evangelista un lugarejo (inexistente) como patria del proclamado mesías? ¿No era más lógico buscarle un lugar de residencia más digno? Como casi todos los argumentos de pura lógica éste cae en una hermosa antinomia: lo mismo se puede contraargumentar con la lógica aludiendo a que, justamente si el personaje o sus andanzas eran inventadas mejor buscar una procedencia tan oculta que no dejara rastro que inventarse una infancia en un lugar que todo el mundo conocía. Sin descontar, de que además habrá que desmontar la hipótesis alternativa de una confusión entre nazareno y de Nazaret. (Dejando a parte que a los evangelistas la lógica se les da una higa).

Evidentemente que en el siglo III ya hay conocimiento de la existencia o leyenda de Nazaret. Creo que Orígenes y otros Padres de la Iglesia ya mencionan el nombre. Por eso la cita de Julio el Africano no supone ninguna confirmación ni de lo uno o lo otro. Porque no se trata de saber si los cristianos hablan de “Nazaret”, sino de si la aldea realmente existió en el I, lo cual sólo podría ser confirmado por fuentes no cristianas seguras (no es el caso) o por la arqueología (hasta ahora no lo parecía). A no ser que Ud. quiera conceder plena credibilidad a las genealogías bíblicas y evangélicas. Yo, desde luego, no.

En fin. Un maldito embrollo.

Pido disculpas por la imprecisión en las citas. Estoy escribiendo de memoria y un poco deprisa. Si se me pide precisiones puedo hacerlas.

PD: No ha estado bien la descalificación sangrante del pobre Mr. Humphrey. Será o no será conocido y sonará un poco demagógico a veces, pero parece que cita fuentes. No he leído su panfletillo entero, pero creo que todos sus argumentos ya me sonaban por haberlos leído antes.

Que no le sienten mal los turrones y el maldito cava y que llegue al próximo año tan campante. (Dada la amenaza festiva que pende sobre nuestras cabezas es un voto que hago nada desdeñable). En fin, salud y viento en las velas.
David: Por eso expresamente dije que no suelo apelar a los Evangelios, ni me detuve en ellos ni los cité. Pero, ya que lo dice, de que son fuentes más o menos contemporáneas parece que no hay duda, por lo que debería de reconocérseles el mismo valor o credibilidad que a cualquier otra fuente de época (en la que también se detectan interpolaciones posteriores). Según eso, debíamos de tirar por la borda muchas mitologías sumerias, acadias... o grecorromanas, los relatos de los viejos reyes, las historias sobre Herakles/Hércules, Gerión... y a la mayor parte de los biógrafos, sobre todo si son partidarios del personaje. Pero, bueno, ésa sería una larga discusión y por eso las fuentes que recogí eran sólo las no cristianas.

En cuanto al valor de Julio Africano en el tema que traemos, discrepo también de Ud., como era de esperar. Primero, porque expresamente he dicho que no es un padre de la Iglesia ni un exégeta religioso, sino un historiador, que está hablando de unos archivos familiares que llevaban en Nazareth los descendientes de la familia de Jesús (no digo de Jesús mismo, ojo). Obviamente, esto demuestra algunas generaciones de archivos... y explícitamente que se remontaban al menos a la época de Jesús, lo que nos demuestra la existencia del poblado, pueblo, pequeña ciudad, o lo que fuera, Nazareth, a comienzos del siglo I. Si esto nos lo dijera Suetonio de los archivos de la familia de Vespasiano, por ejemplo, no le pondríamos pegas al dato.

Lo que creo que no se puede hacer es tratar con más dureza o desconfianza a unos autores que a otros, sólo porque unos son cristianos y otros paganos. La facultad de mentir, ocultar o tergiversar, como Ud. sabe, está muy repartida entre las personas, y por ende (¡o más!) entre los historiadores de todas las religiones.

Pero, bueno, son temas largos para un día como hoy, cuando las domus son muy exigentes, así que gracias por los buenos deseos, que le reintegro.


P.D.- No sabía que conociera Ud. bien al Sr. Humphrey y sus credenciales, en ese caso, me tendría que disculpar ;-) Pero, vamos, después de afirmar que el Jesús histórico nunca existió, a mí al menos no me merece el menor crédito.

Resumiendo mucho, para ser Jesús alguien que nunca existió, sin duda la lió buena. Porque, sin ir más lejos, más de 2000 años después ¿por qué está todo Occidente de fiesta hoy y mañana? ;-)
Hombre Servan, ¿por qué no deja la ética tranquila? Se le están pegando según qué modos que Ud. y yo sabemos. Diga que es falso, que no está de acuerdo o que le parece inverosímil, aberrante, yo que sé. Pero la ética ¿no sería mejor dejarla para otras cosas?

No abuse de los turrones, salud y viento en las velas.

Tengo que agradecerle, profesora Alicia, que se haya incorporado al debate de este post, pues su gran competencia en todos estos asuntos de disputa o interpretación arqueológica ayudan sobremanera a precisar las cuestiones en litigio.

Los reflexiones y datos que usted ha dado ya (y que suscribo enteramente) sobre la problemática existencia de Nazareth me han ahorrado en parte el tener que hacerlo yo y, por tanto, también es de agradecer. Como igualmente ha hecho usted muy bien en recordar el espléndido post que escribió en Celtiberia.net, "Textos históricos sobre Jesús de Nazareth", pues tanto por su contenido, como por el debate que le sigue, es sumamente interesante al respecto de lo que aquí nos ocupa.

No obstante, como quiera que se puede (y es conveniente) abundar en algunos datos más, paso a reseñarlos:

En primer lugar tenemos la inscripción hebrea hallada en 1962 en Cesarea Marítima, datada entre finales del siglo III d. C., la cual habla de Nazareth como uno de los lugares de las divisiones sacerdotales en los que debían ubicarse los sacerdotes del Templo tras la defenestración del mismo en el año 70 d. C., y el final de la tercera guerra romano-judía en el 135 d.C.

De los tres fragmentos que la componen, es posible concluir que la inscripción era una lista completa de los veinticuatro cursos sacerdotales que había, en la que a cada curso (o familia) se le asigna su orden correcto y el nombre de cada ciudad o pueblo de Galilea donde se establecieron, y donde se dice "El décimo octavo curso sacerdotal [llamado] Hapizzez, [reasentado en] Nazaret." Puede encontrarse referencias al respecto en este enlace y en este otro.

No es esta, desde luego, una prueba definitiva de que Nazareth existía ya en le siglo I d.C., pero ayuda a que el Sr. Servan comience a bajar del siglo IV (en ocasiones dice siglo III), pues es evidente que ya, al menos, en el siglo II (con motivo de la guerra romano-judía del 135) hay una referencia a Nazareth. Y cabe suponer, en consecuencia, que si ya existía en el siglo II d.C. es porque viene todavía de más atrás.

En segundo lugar tenemos la otra inscripción conocida y titulada "Diátagma Kaísaros" (Decreto del César) y que fue enviada, al parecer, desde Nazareth a París en 1878, al ser adquirida por Wilhelm Froehner para su colección y que se halla actualmente en la Biblioteca Nacional de París.


El "Decreto del César" (también conocida como "Decreto de Nazareth" por mor de M. Rostovtzeff), describe, como se sabe, la pena de muerte para aquellos que violentaran y saquearan tumbas.

He aquí una imagen de la inscripción:

Foto

Y aquí debajo la traducción por si alguien tiene curiosidad:

“Es mi deseo que los sepulcros y las tumbas que han sido erigidos como memorial solemne de antepasados o hijos o parientes, permanezcan perpetuamente sin ser molestadas. Quede de manifiesto que, en relación con cualquiera que las haya destruido o que haya sacado de alguna forma los cuerpos que allí estaban enterrados o los haya llevado con ánimo de engañar a otro lugar, cometiendo así un crimen contra los enterrados allí, o haya quitado las losas u otras piedras, ordeno que, contra la tal persona, sea ejecutada la misma pena en relación con los solemnes memoriales de los hombres que la establecida por respeto a los dioses. Pues mucho más respeto se ha de dar a los que están enterrados. Que nadie los moleste en forma alguna. De otra manera es mi voluntad que se condene a muerte a la tal persona por el crimen de expoliar tumbas.”

Dicha inscripción, a pesar del gran debate que ha suscitado su datación, se suele inscribir al principio del reinado del emperador Claudio, 41-54 d.C. La misma no sólo se puede presentar como prueba arqueológica de que posiblemente hacia los años 40 y 50 del siglo I los cristianos ya predicaban la resurrección de Jesús y empezaban a ser conocidos en el mundo romano, sino también de la existencia de Nazareth, al haber sido enviada a París desde esta localidad, donde probablemente fue expuesta en la primera mitad del siglo I d.C., si bien no faltan críticos, como es natural en todas estas cosas, que pongan en tela de juicio tal eventualidad. No obstante, no deja de ser un dato sumamente importante. Sobre dicha inscripción puede consultarse un interesante trabajo interpretativo (de lo mejor que he visto en la red) en este enlace y este otro.

En tercer lugar, procedo a copiar el resumen que de la obra de Jack Finegan (The Archaeology of the New Testament , Princeton University Press: Princeton, 1992: pages 44-46) expone este enlace de la Wikipedia inglesa.

The oldest known human life in the region of Nazareth is attested by the skull found in 1934 by R. Neuville in a cave about one and one-half miles southeast of the city, a skull which may be older than that of Neandertal man. In Nazareth itself a complex of burial caves was found in the upper city in 1963, in which there was pottery of the first part of the Middle Bronze Age ( Revue Biblique 70 1963 , p. 563; 72 1965 , p. 547). Down in the area of the Latin Church of the Annunciation there was certainly an ancient village of long continuance. Archeological investigation in and around this church was conducted by Benedict Vlaminck in 1892, by Prosper Viaud in 1889 and 1907-1909 and by Bellarimo Bagatti in 1955 and thereafter when the previously standing eighteenth-century (1730) church was demolished to make way for the new and larger Basilica of the Annunciation (No. 49). The area under and around the church, as well as at the Church of St. Joseph not far away, was plainly that of an agricultural village. There were numerous grottoes, silos for grain, cisterns for water and oil; presses for raisins and olives, and millstones. While the silos are of a type found at Tell Abu Matar as early as the Chacolithic Age ( Israel Exploration Journal 5 1955 , p. 23) the earliest pottery found in them here at Nazareth is of Iron II (900-600 B.C.). Vardaman calls attention to the characteristic large jar with a small "funnel" beside the mouth; this appendages, though designed like a funnel, is simply attached to the shoulder, and does not actually pierce the wall of the jar (for an illustration of this jar, see Bagatti in DB Supplément VI, col. 323, Fig. 601). Other pottery of the site comprises a little of the Hellenistic period, more of the Roman, and most of all of the Byzantine period. Of the numerous grottoes at least several had served for domestic use and had even been modified architecturally for this purpose. One of these, where walls were built against a grotto to make a habitation, under the convent adjoining the Church of the Annunciation. Twenty-three tombs have also been found, most of them at a distance of something like 250 to 750 yards from Church of the Annunciation to the north, the west, and the south. Since these must have been outside of the village proper, their placement gives some idea of the limits of the settlement. Eighteen of the tombs are of the kokim type, which was known in Palestine from about 200 B.C., and became virtually the standard type of Jewish tomb. Two of the tombs, one (PEFQS 1923, p. 90) only 60 yards from the other (QDAP 1 1932 , pp. 53-55) 450 yards southwest of the Church of the Annunciation, still contained objects such as pottery lamps and vases and glass vessels, and these date probably from the first to the third or fourth centuries of the Christian era. Four of the tombs were sealed with rolling stones, a type of closure typical of the late Jewish period up to A.D. 70. From the tombs, therefore, it can be concluded that Nazareth was a strongly Jewish settlement in the Roman period.

Me he permitido subrayar las líneas donde se habla de acondicionamiento de las cuevas como habitaciones, dado que era una de las cuestiones que, al parecer, le interesaba al Sr. Montero.

Y quizás no esté de más, como cuarta consideración, que en el último enlace que he puesto se examine el párrafo que va a continuación del texto transcrito, donde se menciona:

Richard Carrier further comments: "See: 'Nazareth,' Avraham Negev & Shimon Gibson, eds., Archaeological Encyclopedia of the Holy Land , new ed. (2001); and B. Bagatti, Excavations in Nazareth , vol. 1 (1969), esp. pp. 233-34, which discusses four calcite column bases, which were reused in a later structure, but are themselves dated before the War by their stylistic similarity to synagogues and Roman structures throughout 1st century Judaea, and by the fact that they contain Nabataean lettering (which suggests construction before Jewish priests migrated to Nazareth after the war), as well as their cheap material (cancite instead of marble); pp. 170-71 discusses Aramaic-inscribed marble fragments paleographically dated around the end of the 1st century or early 2nd century, demonstrating that Nazareth had marble structures near the time the Gospels were written (even if not before)."

En resolución, aparte de lo reseñado por la profesora Alicia, estimo que hay suficientes elementos como para considerar que Nazareth existía como un poblado en la época de Jesús. La actual casa que se acaba de encontrar no viene más que a confirmar tal supuesto y de manera muy importante como ya se dicho.

Naturalmente, para alguien que no quiere admitir nada de esto, tal como el Sr. Servan (quizá más interesado en negar la existencia histórica de Jesucristo, aparte de marear la perdiz con que si era un esenio o un nazareo, o las dos cosas a la vez, o a su modo y manera, etc., etc.,-porque uno ya no sabe lo que en realidad pretende y quiere decir en ultima instancia), pues muy bien, allá cada cual.

No digo que no haya cuestiones que todavía resulten problemáticas, como ya he mencionado y asumido en un comentario anterior. Pero téngase en cuenta que por mucho menos de lo que se lleva diciendo se han llegado y se llegan a tener cosas como ciertas. Claro que, tratándose de Jesucristo, algunos no piensan dar ni agua.

Feliz Navidad a todos.

Sr. Caso: Gracias, y ha completado Uds. las referencias muy adecuadamente.

En cuanto al contraalegato de Servan, en concreto "...the town is also noticeably absent in the writings of F Josephus, who lived in the first century Japha, a village just one mile from the location of Nazareth. Non-biblical textual references to Nazareth do not occur until around 200 AD, when Sextus Julius Africanus, cited by Eusebius, speaks of 'Nazara' as a village in 'Judea' and locates it near an as-jet unidentified 'Cochaba'. This curious description does not fit the traditional location of Nazareth in Lower Galilea. The early 4 th century Pilgrim of Bordeaux (c. 333 AD) never mentions visiting Nazareth, despite describing his visit to locations that could be in its vicinity",

apreciando que Servan cite ahora una fuente del siglo III (y ello sin tener que reconocer que estaba equivocado), un par de reparos, ya que la Wikipedia inglesa es en general mejor que la española pero tampoco es la Biblia: Como es bien sabido, los argumentos ex silentio, como lo son el primero y el tercero, esto es, que algo, en este caso Nazareth, no sea mencionado, son siempre para tomar con pinzas. Plinio el Viejo, por ejemplo, olvida, o no encuentra procedente, citar la potente ciudad de Carmo (la actual Carmona, Sevilla), y ello no significa que no existiera, como a la vista de todos está. Y, en cuanto a la objeción intermedia, es inexacta pues, como antes pudimos leer directamente, el texto de Julio Africano no dice que Nazareth esté "cerca" ("near") de Cochaba, esto parece un pequeña manipulación de alguien en la Wiki que preferiría que dicha prueba no existiera. En realidad Africano no establece ninguna relación geográfica con esta desconocida ciudad, sólo dice que ambas son "pueblos o poblaciones judías". Por lo tanto, ni Africano “describe” Nazareth, ni tal descripción es “curiosa”, ni tiene por qué “to fit” con ninguna ubicación, que en verdad no está en el texto. Sólo está la mención, y por ende la existencia, de Nazara/Nazareth, previa y coetánea a Africano. Quod erat demonstrandum

De nuevo, tranquila y feliz noche para todos.
Estimado Sr. Caso:

Por supuesto que tratándose de Jesús de Galilea algunos "no piensan dar ni agua", según su expresión. Pero el apasionamiento y la subjetividad no son exclusivos del campo agnóstico, sino más bien corregidos y ampliados desde el bando creyente. Lo cual es lógico, puesto que para ellos se trata de una cuestión sagrada, es decir no sólo de vida o muerte sino de vida después de la muerte, si me permite el juego de palabras.

Tal es el caso de los comentarios que Ud. nos ha colocado amablemente que (no puedo estar más en desacuerdo con la Sra. Canto) no corresponden a mi petición sobre qué restos arqueológicos se han encontrado, aparte del que estamos discutiendo, que demuestren la existencia de un poblado habitado en Nazaret en el siglo I. (Ni siquiera tiene nada que ver el contenido a veces novelado de esos comentarios con el título rimbombante que proponen y que Ud. asume). Porque por mucho que uno mire y remire la inscripción de Nazaret que Ud. propone no encuentra en ella nada que nos remita al tema. Porque se trata de una tableta de fecha incierta, que no se sabe exactamente si se refiere a tumbas judías y que no habla más que de eso: de tumbas. Y ese es el problema. Desde antes de las investigaciones de Bagatti se sabe que en Nazaret había en el siglo I un cementerio. Pero justamente este hecho hacía más difícil la ubicación allí de una población, puesto que, como Ud. sabe, los cadáveres eran tabú para los judíos y lo habitual (hay alguna excepción entre los esenios) era construir las tumbas fuera de las poblaciones. Lo cual permitía suponer que el llamado Nazaret era un cementerio de una población vecina. Que esa si está bien atestiguada.

En fin, déjeme incluir una cita que es interesante por dos conceptos. Porque procede de John Dominic Crossant que es una autoridad en la materia y porque precisa bastante el batiburrillo de datos que comenta el autor que Ud. ha sacado a través de Wikipedia:

“La primera alusión a Nazaret en un texto no cristiano se encuentra en una inscripción fragmentaria grabada sobre una lastra de mármol gris oscuro, procedente de Cesárea y descubierta en agosto de 1962, que podría fecharse entre el siglo III y el IV de la era vulgar. En el año 70 e. V., en el transcurso de la primera guerra judía, el Templo de Jerusalén fue destruido por completo por Tito, que después sería emperador de Roma, y, a finales de la tercera guerra judía, en 135 e. V., los hebreos, tras ser derrotados, fueron expulsados del territorio de Jerusalén, rebautizada Elia Capitalina por el emperador Adriano. Los sacerdotes que quedaban, divididos desde época antigua en veinticuatro clases encargadas semanalmente del servicio del Templo, termi¬naron reorganizándose y estableciéndose en diversas ciudades y aldeas de Galilea." Una lista de esta distribución fue expuesta en un muro de la sinagoga de Cesárea, construida en torno al año 300 e. v. En una línea, debidamente reconstruida, de este texto puede leerse: «La decimoctava clase sacerdotal [llamada] Happisés, [establecida en] Nazaret». Tanto la redistribución local como la inscripción de la sinagoga servían, indudablemente, para recordar el glorioso pasado del Segundo Templo y para mantener vivas las esperanzas de un futuro Tercer Templo (cf. Vardaman; Avi- Yonah). Pero la arqueología nos da más noticias sobre Nazaret que las que proporciona esta primera alusión no cristiana a su nombre, por lo demás de fecha bastante tardía.
Entre 1955 y 1960 el erudito franciscano Bellarmino Bagatti emprendió en Nazaret las excavaciones de las ruinas de la vieja iglesia de la Anunciación y el resto de las propiedades franciscanas que se extendían hacia el noreste, en dirección a la iglesia de S. José. Resumía sus descubrimientos en la siguiente frase: «Desde el punto de vista cronológico tenemos: tumbas de mediados de la Edad del Bronce [c. 2000-1500 a. e. v.]; silos con cerámica de mediados de la Edad del Hierro [c. 900-539 a. e. v.]; y después, sin solución de continuidad, cerámica y construcciones que partiendo de época hele¬nística [c. 332-63 a. e. v.] llegan hasta nuestros días» (Bagatti, 1. 29-32). Los restos de estos primeros asentamientos, sin embargo, son bastante escasos, mientras que los de épocas más modernas son mucho más numerosos. Así, aunque quedan rastros de un linaje antiguo, «empiezan a encontrarse restos numerosos a partir del siglo II a. e. v., lo cual demuestra que esa sería la épo¬ca de refundación de la aldea ... Ello implica que el poblado tenía menos de doscientos años en el siglo I e. v.» (Meyers y Strange, pp. 57 Y 184, n. 36).”
(John D. Crossant: “Jesús: vida de un campesino judío”, Ed. Crítica, pp. 49-50)

Como Ud. ve, el Sr. Crossant cree que el poblado existía en el I (no en vano el hombre es cristiano de ley), pero como historiador serio fabula y arma menos líos con los datos que las fuentes que Ud. ha aportado. Que son un ejemplo de lo que se llama, hoy en día con cierto recochineo en ciertos medios, “arqueología bíblica”, es decir, aquellos arqueólogos e historiadores que, en lugar de ejercer su profesión desapasionadamente, van con la Biblia en una mano intentando cuadrar lo que ven con lo que leen. Pero como Crossan no es uno de estos no le importa reconocer que, al menos en la fecha en que él escribía, no había confirmación ni arqueológica ni imparcial (no cristiana) de la existencia del poblado de Nazaret.

Que era el problema que yo me había planteado.

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