Falcata íbera. La empuñadura remata en una cabeza de felino. La hoja estaba decorada con motivos embutidos en plata. Museo Arqueológico Nacional. Madrid.

Fuente: ABC.es | Diego Murillo | 10 de junio de 2013

Tras varios meses de análisis y estudios, el Centro de Restauración y Patrimonio de Castilla-La Mancha ha determinado que uno de los restos hallados en las obras del colector de Poblete, llevadas a cabo en invierno por la empresa Aguas de la Cuenca del Sur (Acuasur), corresponde a una falcata íbera, espada de hoja curva y con estrías longitudinales usada en aquella época.

Como ya publicó ABC el pasado 12 de diciembre, la dirección facultativa de la nueva obra de la tubería, que une la localidad de Poblete con la Estación de Depuración de Aguas Residuales (EDAR), ya advirtió que los hallazgos podían ser «muy importantes» y que podían enmarcarse en ese periodo.

El director general de Cultura de la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha, Javier Morales, confirmó a este periódico con rotundidad y satisfacción que este objeto metálico había sido encontrado en lo que puede ser la tercera necrópolis del yacimiento arqueológico del parque de Alarcos. El descubrimiento, aún en estudio, puede abrir una nueva etapa en las excavaciones del parque, situado en la orilla del río Guadiana.

Del siglo III a.C.

Morales, que ha participado como arqueólogo durante dos décadas en las campañas de excavaciones en la zona, sitúa esta pieza en el siglo III a.C., en «plena expansión y esplendor de Alarcos», en la época que los historiadores denominan «plena» de la cultura del pueblo íbero. Todos los indicios apuntan a que la pieza metálica y militar corresponde a restos funerarios de un guerrero en lo que sería la tercera necrópolis, aún en fase de estudio.

Según relató Morales, cuando las máquinas toparon con los restos se llevó a cabo una excavación de «urgencia» de la que se extrajeron, entre otros materiales, una falcata que está siendo restaurada y que será expuesta en el Museo Provincial de Ciudad Real, una vez que se inaugure tras seis años cerrado.

Además, el director de Cultura anunció que alumnos de la Facultad de Historia de la Universidad de Castilla-la Mancha (UCLM) intervendrán en esa zona, en la campaña de excavaciones de este verano, para abarcar «más extensión» de terreno de la primera de urgencia que se hizo, con el objetivo de evaluar ahora de una forma más «detallada» la trascendencia de los hallazgos encontrados.

Aproximadamente hace quince años, se descubrió un emplazamiento funerario en la rampa que sube hasta la ermita de Santa María de Alarcos, datada de finales del siglo V y primeros del VI a.C. Morales explicó que aún se cree que habría otra necrópolis, «aún no encontrada», más tardía, del ibérico final (entre finales del siglo III y primeros del II a.C.) donde se encontró un casco tipo Montefortino, asociado a los enterramientos de la época.

Tercera necrópolis

Para el también historiador y arqueólogo, el descubrimiento vendría a confirmar que Alarcos fue un importante poblado íbero asentado durante 500 años, con más de 3.000 habitantes pues las tres hipotéticas necrópolis «así lo rubricarían».

Morales ya apuntó esta posibilidad en su tesis doctoral «Poblamiento de la época ibérica en la provincia de Ciudad Real» (Universidad de Castilla-La Mancha, 2010) de varias necrópolis en el asentamiento del cerro de Alarcos.

En su opinión, en caso de encontrarse la necrópolis en el mismo lugar donde se halló la falcata «no sería el único objeto de valor que se encuentre».

«Esa zona va a sacar a la luz agradables sorpresas», advirtió el director general de Cultura, pues, según su experiencia, en los antiguos cementerios se pueden encontrar «más objetos que en los poblados».

Tradicionalmente, los habitantes llevaban en sus desplazamientos consigo todos sus enseres a excepción de aquello de menos valor; en cambio, en las necrópolis se enterraban a los seres queridos con muchas de sus pertenencias, sobre todo, de aquellos personajes que habían tenido un peso relevante en el poblado o un estatus determinado. De ahí que en la hipotética necrópolis encontrada se «encuentren nuevos elementos de valor», auguró Morales.

El hallazgo de la falcata refrenda aún más a Alarcos como referente nacional de asentamientos íberos al cerrar el círculo de descubrimientos importantes en ese lugar.

Al yacimiento ciudadrealeño le faltaba, según Morales, una pieza fúnebre de relevancia para completar el gran puzzle de uno de los asentamientos ibéricos más importantes de España. Desde que se iniciaran las excavaciones allá por 1984, se han encontrado importantes referencias en diferentes zonas e infraestructuras urbanas como el barrio íbero, asentado en una de las necrópolis, o la propia ermita del cerro.

«Sólo faltaban los vestigios funerarios de relevancia» que a la postre, según Morales, serán determinantes para estudiar con más detenimiento las necrópilis en la provincia de Ciudad Real y conocer la «relación con el más allá» de ese periodo.