Red social de Arqueologos e Historiadores
Isla de Formentera. Imagen: Wikipedia
Vía: SINC | UPF| 12 de abril de 2012
Un equipo de investigadores del Laboratorio de Arqueología (LARQ) de la Universidad Pompeu Fabra (UPF) está llevando a cabo una excavación en el yacimiento prehistórico Cap de Barbaria II, en la isla de Formentera, con el principal objetivo de demostrar que había población humana en las Islas Pitiusas mucho antes de la llegada de los fenicios.
Se trata de una de las zonas arqueológicas más importantes de las Baleares, donde se concentran un total de 21 yacimientos representativos de las diversas etapas de la historia de la isla de Formentera.
Pau Sureda, investigador predoctoral del LARQ, es el codirector e investigador principal del proyecto, que ha sido posible gracias a un convenio firmado entre el Consell Insular de Formentera y la UPF.
Los arqueólogos que trabajan en el equipo científico, formado por 13 expertos, cada uno de ellos especializado en una tarea concreta, se centrarán en dos zonas del yacimiento que no fueron excavadas durante las campañas anteriores. El poblado donde se llevan a cabo los trabajos, de unos 1.500 metros cuadrados, consta de una estructura navetiforme y se cree que llegaron a vivir cerca de 25 personas.
Durante los primeros días de trabajo de campo ya se ha extraído algún material cerámico y conchas marinas, pero los científicos esperan encontrar restos mejor conservados a medida que avance la excavación.
El yacimiento de Cap de Barbaria II antes de la campaña de 2012.
Conocer los primeros pobladores de la isla hace más de 3.000 años
Esta nueva excavación pretende ampliar la información disponible sobre el yacimiento, a partir de la implementación de nuevas metodologías de registro sobre varias unidades de habitación prehistóricas pendientes de estudio, ya documentadas en las antiguas campañas. Este hecho permitirá concretar las prácticas sociales específicas de las comunidades que poblaron la isla de Formentera hace más de 3.000 años, así como acotar el período o períodos cronológicos en los que permaneció ocupado el yacimiento.
Otros de los objetivos científicos que se pretenden conseguir son, por un lado, la comprensión y caracterización de las comunidades prehistóricas de Formentera y sus dinámicas sociales propias, y por otro, la contextualización de estas comunidades en la articulación de las redes de circulación de mercancías a larga distancia, que conectaron el Mediterráneo Occidental y la vertiente atlántica de la Península Ibérica, a finales de la Edad de Bronce, todo precediendo la colonización fenicia.
Para difundir el proyecto se hace uso de las redes sociales y se ha abierto un blog en el que se concentra toda la información, y donde se actualiza la evolución de los trabajos de excavación, con noticias, vídeos e imágenes.
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Vía: diariodeibiza.es |CARMELO CONVALIA | FORMENTERA | 8 de abril de 2012
El equipo de la excavación del poblado prehistórico de es Cap de Barbaria II, formado por trece especialistas en distintas áreas, trabaja desde el pasado 2 de abril en la investigación de los restos recogidos en las dos campañas anteriores, de 1979 y 1987, y en los hallazgos que están realizando estos días. El coordinador del proyecto es Pau Sureda, que trabaja en su tesis doctoral del Laboratori d´Arqueologia de la Universitat Pompeu Fabra.
—¿ Cómo surge esta excavación 15 años después de la última?
—El proyecto se relaciona con mi tesis doctoral que trata de este momento histórico y que se relaciona con los proyectos de investigación del Laboratorio d´Arqueologia de la Pompeu Fabra. Trata sobre las relaciones coloniales de fenicios y griegos con las poblaciones indígenas de la Península Ibérica y del Mediterráneo en general. De allí que estudiar este poblado de es Cap II entre perfectamente en esta línea.
—Usted está a cargo de un equipo de especialistas. ¿Quiénes lo forman?
—El grupo de investigación está conformado por expertos de varias universidades y, aunque el coordinador sea yo, somos siete directores: Edgard Camaróz, de l´Institut Català de Paleoecologia Humana i Evolució Social; Alba Masclans y Dioscórides Marin, arqueólogos del CSIC de Barcelona; Xavier Gonzalo y Gerard Cantoni, ambos de la Universitat Autònoma de Barcelona, y Adriana Molina, conservadora y restauradora de patrimonio arqueológico. Luego, el resto del equipo son especialistas en el campo de la arqueología, hasta llegar a un total de 13 personas.
—La campaña comenzó en el Museo Arqueológico de Ibiza y Formentera ¿qué hicieron?
—Revisar los materiales de las anteriores campañas. No podíamos plantearnos ir a un yacimiento ya investigado sin conocer el trabajo realizado antes. Nuestra metodología, como arqueólogos, se basa mucho en la comparación con otros yacimientos en cuanto a los restos hallados para así poder establecer prácticas similares, ya sean culturales o sociales.
—Parece que el estudio de la Prehistoria se basa en conjeturas, en la elaboración de hipótesis.
—Sí, pero nuestra metodología es científica y trabaja sobre una serie de preguntas que generan hipótesis. Dentro de este proceso de investigación, la excavación sobre el terreno no es más que un paso más.
—¿En el caso de Formentera, cuál es la pregunta que se plantean?
—Aquí exactamente nos preguntamos cómo eran las prácticas sociales que realizaban esas comunidades prehistóricas para ubicarlas cronológicamente de la forma más exacta posible.
—En la zona de es Cap se concentran 21 yacimientos prehistóricos. ¿Quiere decir que esta zona es de las más ricas de las Balears en este campo?
—Sí, desde el punto de vista de la concentración es seguro. Quizá sea comparable a los talaiots de Menorca, no por su monumentalidad sino por la cantidad de restos. La diferencia es que Menorca es un territorio mucho más grande. En es Cap, el hecho de que haya 21 yacimientos localizados dice mucho del valor que tiene para su estudio. Explicar el porqué es más complicado, ya que existen pocas investigaciones sobre la Prehistoria en las Pitiusas.
—Da la sensación que el estudio de la Historia Antigua en las Pitiusas comience en la época fenicia y púnica...
—Eso es una realidad. En cambio en Mallorca y Menorca la Prehistoria ha sido trabajada desde hace bastante tiempo, sobre todo por la monumentalidad de sus restos. Los talaiots son algo muy presente en el territorio y unido a la identidad de los menorquines. Este periodo corresponde al 850 antes de nuestra era hasta la época de los romanos. En el caso de Formentera estamos hablando del segundo milenio antes de Cristo.
—¿Qué hace especial a los yacimientos de Formentera?
—Una de las ventajas es que la territorialidad está muy definida y limitada. Son 82 kilómetros cuadrados, no hay más. Esto es un punto de partida importante porque todo elemento que no se encuentre de forma natural en la isla, como el metal, se cataloga como foráneo, lo que permite hacer ciertas conjeturas que no puedes realizar en territorios que no sean insulares, donde establecer el dentro y el fuera no es tan fácil como aquí.
—¿Qué nos encontramos en el poblado de es Cap II?
—Uno de nuestros objetivos es acotar las fechas en las que funcionaron los poblados de es Cap. Cabría esperar que su actividad se mantuviera entre el 1.600 y el 850 antes de Cristo, es decir, posterior al sepulcro megalítico de Ca na Costa. La interpretación ha ido cambiando a lo largo de los últimos 20 años. Por eso resulta importante tener datos concretos para evitar tener que comparar con Mallorca y Menorca a la hora de establecer su cronología.
—En las anteriores excavaciones, ¿cuáles han sido los restos hallados más importantes?
—Sin duda las escorias de bronce. Son las primeras evidencias, in situ, de producción de bronce en un poblado de las Pitiusas.
—¿De dónde procedían los minerales?
—Eso forma parte de mi tesis doctoral que no he terminado y espero concluir. De momento, no se puede saber. Actualmente existen una serie de analíticas sobre mineral, los isótopos de plomo, que permiten vincular el mineral del objeto encontrado al mineral de la mina de procedencia y de esa forma establecer un recorrido.
—¿En los días que llevan excavando qué han sacado de interés?
—Hemos encontrado varias piezas. Pero el pasado viernes encontramos, y lo digo con toda la prudencia y a la espera de análisis en el laboratorio, una lasca de sílex que podría corresponder a una hoz. Insisto en que esto está por confirmar. No me quiero tirar a la piscina porque luego viene el especialista y te dice que no, por eso mantengo la duda. Normalmente las lascas de sílex que son utilizadas como hoces dejan una pequeña pátina, una película que se puede ver en el microscopio y que son los restos del corte del vegetal. Si hay pátina en esa lasca es que era de hoz.
—¿Cuál es el estado de conservación del poblado?
—El estado del poblado es crítico. A nivel de conservación la solución no existe porque el daño está hecho desde hace 2.000 años, nosotros no tenemos la solución, y esto es común cuando investigas este tipo de yacimientos. Lo peor ha sido la vegetación, sobre todo las sabinas, cuyas raíces han ido desmontando las estructuras originales. Este poblado merecería una intervención de restauración y adecuación a lo que son las visitas, con un acceso a minusválidos e incluso se podrían reincorporar elementos que se sacaron para realizar una recreación que permita entender cómo vivían los antiguos pobladores.
—¿ Y cómo vivían esos hombres y mujeres?
—Cabe entender, recurriendo a los tópicos que se establecen sobre la Prehistoria, que serían grupos familiares no entendidos como los nuestros y que compartirían un mismo espacio. Serían unidades familiares extensivas, con presencia de individuos de todas las edades, que incluso compartirían su espacio con animales. Un animal es una estufa maravillosa en invierno. Sabemos que su dieta era vegetal y en este caso de recursos pesqueros. Hemos encontrado gran cantidad de conchas, cornets y restos de moluscos que vamos también a estudiar y la presencia de una pieza triangular, con un orificio en el centro, que podría ser utilizada como parte de una red de pesca.
Vía: diariodeibiza.es| 8 de abril de 2012
En el poblado prehistórico de es Cap de Barbaria II se han encontrado restos de fauna indicadores de la presencia de ovejas y cabras. Pero uno de los detalles que más ha llamado la atención son los restos de pardela, ´virot´ (Puffinus puffinus), lo que confirma que la práctica de ´virotar´, es decir de cazar estas aves, se remonta a la Prehistoria y se ha mantenido hasta el pasado siglo. De hecho la caza de aves representaba para los primeros pobladores una fuente importante de alimentación. La dieta de los primeros formenterenses se completaba con el marisqueo y la pesca. Una de las sorpresas de esta campaña es que han aparecido gran cantidad de conchas que serán estudiadas cuidadosamente, afirma Sureda. Los indicios apuntan a que la organización social estaba muy marcada por la estructura familiar pero al mismo tiempo estos grupos humanos desarrollaban un elevado nivel de solidaridad y cooperación, sin el que no habrían podido sobrevivir. Aunque estos poblados aparecen en distintos puntos de la isla, la mayoría de ellos se concentran en es Cap de Barbaria, lo que podría deberse a un incremento de población.
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La larga ocupación de es Cap II
Vía: diariodeibiza.es | Carmelo Convalia | 9 de mayo de 2012
Imagen final de cómo ha quedado la naveta principal del poblado de es Cap II, tras la excavación. Pau Sureda
El poblado prehistórico de es Cap de Barbaria II estuvo ocupado durante «un largo periodo de tiempo en el segundo milenio antes de nuestra era». La misión arqueológica de la Universitat Pompeu Fabra, desplazada en abril a este yacimiento, ha concluido que se superponen dos construcciones en una de las estancia principales que tiene forma de naveta. Es decir, que sobre la estructura original los primeros pobladores de Formentera reconstruyeron una segunda. Además, el equipo de 13 especialistas que intervinieron en esta campaña, localizaron un punto de combustión, es decir un horno que hasta ahora no había sido descubierto.
Entre las piezas recuperadas también destaca una lasca de sílex, material inexistente en la isla que correspondería a una hoz, lo que confirmaría el cultivo de cereales. Otro de los hallazgos son restos de bronce que deberán ser analizados más tarde para determinar la procedencia de los minerales de la aleación.
Carbono 14
Entre los restos orgánicos han encontrado, en otra de las zonas excavadas, numerosas conchas lo que confirmaría que este tipo de molusco formaba parte de la dieta de los primeros pobladores. También se han encontrado huesos de cabra y oveja que deberán ser analizados a través de la prueba del carbono 14, con lo que se podrá acotar el periodo de tiempo al que pertenecen. Justamente uno de los objetivos de la excavación radica en precisar el periodo de tiempo en el que el poblado estuvo ocupado, aunque para los investigadores queda claro que fue entre el 2000 y el 1000 antes de Cristo.
El coordinador de la excavación, Pau Sureda, que trabaja en su tesis doctoral como miembro del Laboratori d´Arqueologia de la Universistat Pompeu Fabra, que ha financiado la excavación con la colaboración de la conselleria insular de Cultura y Patrimonio de Formentera, se mostró satisfecho por el resultado del trabajo realizado a lo largo de la primera quincena del pasado mes de abril.
Sureda explicó que partían de la idea de que el sector del poblado estudiado consistía en una única planta de habitación en forma de naveta. Pero tras la campaña, concluyó: «Hemos documentado que existe una naveta que se reconstruyó sobre otra más antigua, es decir que tenemos dos bases totalmente identificadas que se superponen». Esta evidencia es «muy importante» ya que les ha permitido explicar «aspectos del funcionamiento de ese poblado y de la larga ocupación que tuvo en ese momento», dijo Sureda.
El coordinador de la misión arqueológica, Pau Sureda, apuntó que más adelante podrán confirmar periodos concretos de la ocupación del poblado prehistórico a partir de «análisis con carbono 14». También precisó que esas pruebas se realizarán a partir de los huesos de animales que han aparecido a lo largo de la campaña. Añadió que otro hallazgo importante fue la aparición de un botón de hueso «que se parece mucho a los de Ca na Costa», aunque los estudios que todavía deben realizar confirmarán este extremo.
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