El Homo antecessor practicó el "canibalismo gastronómico" de "forma habitual" hace unos 800.000 años en Atapuerca (Burgos), lo que supone el caso de "canibalismo cultural" más antiguo conocido hasta el momento



Fuente: EFE, Burgos | ABC.es, 6 de septiembre de 2010



Así lo ha explicado en declaraciones a Efe Isabel Cáceres, miembro del equipo de investigación, quien ha precisado que los nuevos datos confirman que esta especie "igual cazaba hombres que cazaba animales".



Estos datos se revelan en la revista científica "Current Anthropology" en el artículo "Cultural Cannibalism as Paleoeconomic System in the European Lower Pleistocene", firmado por varios miembros del equipo de investigación, entre ellos Eudald Carbonell, Isabel Cáceres, Marina Lozano, Palmira Saladié, Jordi Rosell, Carlos Lorenzo, Josep Vallverdú, Rosa Huguet, Antoni Canals y José Maria Bermúdez de Castro.



Durante las campañas arqueológicas desarrolladas en Atapuerca entre 1994 y 1996, se hallaron restos humanos en el nivel TD6 del yacimiento de Gran Dolina de la especie Homo antecessor, y el equipo científico detectó evidencias de canibalismo.



Hasta ahora, según esta científica, la cuestión pendiente era saber si se trataba de un hecho puntual o de una práctica frecuente.



Una nueva investigación, que ha tenido también en cuenta nuevos fósiles obtenidos a partir del verano de 2003 en el mismo yacimiento constata que fue una práctica habitual.



Según Cáceres, "el análisis de los restos craneales y postcraneales de Homo antecesor, ha permitido identificar diversas marcas de corte y fracturación de huesos relacionadas con el consumo de los individuos allí localizados".



La misma investigadora ha puntualizado que dichos fósiles no muestran una distribución específica, ya que aparecieron mezclados con instrumentos líticos y huesos de otros animales, como ciervos, caballos o rinocerontes.



Ambos tipos de restos, humanos y no humanos, "constatan modelos de aprovechamiento y patrones de carnicería similares, por parte de Homo antecessor".



"Estos datos sugieren que las estrategias de caza y el consumo de carne humana eran frecuentes y habituales". ha asegurado.



Según la investigación realizada las numerosas evidencias de canibalismo, el número de individuos estudiados, un total de 11, su perfil de edad, mayoritariamente infantiles y juveniles, y la distribución arqueoestratigráfica indican que "el canibalismo fue nutricional", puntualiza.



La antropofagia, pues, debía estar aceptada e incluida en su sistema social, ya que no se trató de un evento puntual, ha recalcado Cáceres que opina que "nos encontramos ante el caso de canibalismo cultural más antiguo conocido hasta el momento", aunque queda por saber si se comieron entre miembros de una misma especie o eran dos distintas especies.



Cáceres ha señalado que el canibalismo es una práctica que se ha constatado en múltiples especies de Homo y ha mencionado, por ejemplo, al Homo Neandertal o el Sapiens, "sin olvidarnos de que en algunos grupos sociales se sigue practicando como un ritual".

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Human Meat Just Another Meal for Early Europeans?

Cannibalism helped meet protein needs, keep rivals in line, study suggests.

By James Owen for National Geographic News, Published August 31, 2010

For some European cavemen, human meat wasn't a ritual delicacy or a food of last resort but an everyday meal, according to a new study of fossil bones found in Spain.


And, it seems, everyone in the area was doing it, making the discovery "the oldest example of cultural cannibalism known to date," the study says.

The 800,000-year-old butchered bones from the cave, called Gran Dolina, indicate cannibalism was rife among members of western Europe's first known human species, Homo antecessor.

The fossil bones, collected since 1994, reveal that "gastronomic cannibalism" was commonplace and habitual—both to meet nutritional needs and to kill off local competition, according to the study, published in the August issue of Current Anthropology.

Cannibals Gave New Meaning to "Brain Food"

The cannibalism findings are based on leftover bones bearing telltale cut and impact marks, apparently from stone tools used to prepare the cave meals.

The butchered remains of at least 11 humans were found mixed up with those of bison, deer, wild sheep, and other animals, said study co-author José Maria Bermúdez de Castro.

As well as de-fleshing marks and evidence of bone smashing to get at the marrow inside, there are signs the victims also had their brains eaten.

Cuts and strikes on the temporal bone at the base of skull indicate decapitation, said Bermúdez de Castro, of the National Research Center on Human Evolution in Burgos, Spain.

"Probably then they cut the skull for extracting the brain," he added. "The brain is good for food."

Human: It's What's for Dinner?

Because human and animal remains were tossed away together, the researchers speculate that cannibalism had no special ritual role linked to religious beliefs.

Nor was human meat an emergency food consumed only in lean times, Bermúdez de Castro said.

Cannibalized human bones were found in cave layers spanning a period of around a hundred thousand years, suggesting the practice was fairly consistent, according to the study.

Furthermore, the European cannibals should have had little reason for hunger.

The surrounding Sierra de Atapuerca region (regional map) would have been a "fantastic" habitat for early humans, with plenty of food and water as well as a mild climate, he said.

Cannibals Preferred Fresh Meat?

Humans attracted to Sierra de Atapuerca would have fought over the fertile territory—and cannibalism would have been a good way of dealing with the competition, Bermúdez de Castro said.

But it might not have resulted in the fairest of fights—the 11 cannibalized individuals discovered so far were all children or adolescents.

Targeting youngsters who were less able to defend themselves "posed a lower risk for hunters" and "would have been effective in the strategy of controlling competitors," according to the study.

Cannibalism Widespread for Early Humans?

Paleontologist Silvia Bello agreed that "the distribution of [impact] and cut marks and the similarity of signs on humans and nonhuman remains make the hypothesis of cannibalism for this site likely."

The evidence that cannibalism "was a common, functional activity, not directly related to food stress or ritualistic behavior" is also convincing, said Bello, of the Natural History Museum in London.

However, she added, it's hard to be sure whether the cannibals were eating individuals from their own group or outsiders.

Anthropologist Peter Andrews also backs the team's interpretation, with caveats.

"It appears that cannibalism was widespread during much of human evolution, and it is likely that it may have been even more widespread than present evidence indicates, for some early work on [human ancestor] sites may have failed to identify the evidence for cannibalism," Andrews, formerly head of human-origins studies at the Natural History Museum, said in an email.

Nevertheless, he added, "we still have no way of knowing whether cannibalism was habitual or restricted to periods of stress, for time scales in archaeological sites are usually not fine enough to distinguish them."

To truly be able to identify part-time vs. regular cannibalism, Andrews said, "you would need evidence on a time scale of less than one year."

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Respuestas a esta discusión

Como complemento sobre este interesante aspecto de la práctica caníbal más antigua, constatada en Atapuerca, paso a reseñar la opinión de Eudald Carbonell, director del IPHES y codirector del Proyecto Atapuerca, que ha publicado en el blog que mantiene en El-MUNDO.es:

Foto: Eudald Carbonell

Canibalismo cultural

Hace dieciséis años que descubrimos los registros fósiles de dicha cavidad, un hallazgo que nos causó un gran impacto. El estudio taxonómico de los restos esqueléticos indicaban que más de la mitad de los mismos habían sido alterados por marcas de corte y percusión antrópicas.

Habíamos descubierto las pruebas de canibalismo más antiguas de la evolución humana. Después de más de una decena de años de trabajos de investigación hemos podido comprobar que el estrato Aurora, lugar en que se encuentra los registros de la primera prueba de canibalismo de la historia, está representado por una serien de subniveles, lo que nos indica que la práctica de la antropofagia por parte de Homo antecessor no fue un evento concreto, sino que se extiende en el tiempo.

Hemos generado una nueva hipótesis que complementa al canibalismo gastronómico, la redundancia de este comportamiento nos ha hecho plantear que nos encontrados delante de lo que puede ser la primera prueba de que los homininos ejercían esa práctica como forma de adaptación a un entorno, conscientes de que, evitando la competencia, son capaces de obtener más energía de su entorno.

¿Qué diferencia puede haber entre el canibalismo gastronómico y el canibalismo cultural? Pensamos que no es un problema de comportamiento etológico, sino que es algo que se produce como consecuencia de una situación determinada que acaba convirtiéndose en un hábito, y puede ser que sea en Atapuerca donde la humanidad empieza esta forma de comportamiento, cosa difícil de afirmar, pero lo que está claro es que es la primera vez que esto se contrasta de manera empírica.

¿Por qué en Atapuerca? Atapuerca es una encrucijada de caminos y el Corredor de la Bureba, como zona de paso, es de las más cruciales, pues conecta el Este y el Oeste peninsular, a la vez que es zona de acceso a la cordillera Cantábrica y a la Meseta. Es posible que la Sierra de Atapuerca, que representa un ecotono importante, fuera una área con gran energía; los grupos odian competir por instalarse estacionalmente allí, y la defensa del territorio podía ser el disparo de salida para la practica cultural del canibalismo por parte del Homo antecessor.

Deberemos trabajar más en los registros de los yacimientos de la Sierra con la perspectiva de ir confirmando nuestra hipótesis: Cuantos más datos mejor, pero la hipótesis ya está planteada.

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Hay un aspecto que llama la atención en la información facilitada al respecto, y es el hecho de que se nos dice que todavía no se sabe a ciencia cierta si la práctica caníbal se llevaba a cabo entre miembros de la misma especie (Homo antecessor) u otra especie.

Según esto, hay que concluir que los paleontólogos de Atapuerca no han podido averiguar todavía a qué especie corresponden los restos óseos hallados en los que se observa una práctica canibal.

Particularmente, cuando esta noticia sobre la antropofagia en Atapuerca se dió a conocer en su día, siempre imaginé que se había dado entre miembros de la especie Homo antecessor. Ahora resulta que se baraja la posibilidad de que puedan corresponder también a otra especie. ¿Y cuál puede ser ésta? ¿El Homo ergaster/erectus? Aducir que pueda ser el Homo heidelbergensis resultaría un tanto confuso o reiterativo, pues no debemos olvidar que, desde algunas instancias de la paleontología, al Homo antecessor no se le considera una especie distinta del Homo heidelbergenseis. No cabe duda que para ahondar más en el alcance e implicaciones de esta práctica caníbal resulta decisivo averiguar a qué especie corresponden esos restos consumidos.

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