Cristo de Juan de Ávalos en Ávila.

        Cuando hace unas semanas visitaba la impresionante iglesia románica de San Pedro de Ávila donde, desde hace décadas, se encuentra la imagen de la Virgen de  Czestochova ( sobre cuya historia se ha mantenido una discusión anterior), me llamó la atención un curioso cristo sitiado en el hastial del crucero sur que tiempo atrás no se encontraba en este templo. Afortunadamente se encontraba allí mi viejo amigo y colaborador Luis Fernando Muñoz López, sacristán de la iglesia desde hace mucho tiempo, quien me dijo que se trataba, ni más ni menos, que del primer boceto que realizó Juan de Ávalos sobre el Cristo que debía presidir el altar mayor de la cripta destinada a albergar los restos de su fundador (Franco) y de unos cuantos millares de víctimas de la Guerra Civil española 1936-1939, José Antonio Primo de Rivera incluido.

Juan de Ávalos en su taller

      Juan de Ávalos y Taborda, 1911-20006, es una de las figuras más representativas del arte contemporáneo español y el autor de una amplia obra escultórica de un monumentalismo rotundo que sigue la corriente figurativa. Aunque vinculado por algunos al franquismo, por haber realizado las esculturas del Valle de los Caídos (monumento levantado por decisión del general Franco en  reconciliación y homenaje a los muertos en la guerra civil española 1936-1939), al parecer, nunca existió una vinculación ideológica entre Ávalos y Franco pues, al parecer, Juan de Ávalos era republicano con carnet del PSOE y sólo se entrevistó una vez con Franco en el Palacio de El Pardo (Wikipedia)

Valle de los Caídos desde el oeste

      Su obra artística, de estilo vanguardista, se encuentra distribuida por todo el mundo pero quizás su obra cumbre o al menos la que le granjeó mayor fama, fue el conjunto de esculturas que decoran el Valle de los Caídos entre las que destacan una impresionante piedad situada sobre la puerta sur de la cripta y las representaciones de los cuatro evangelistas situadas en la base de la gran cruz que se yergue sobre la vertical de la cúpula donde se encuentra el altar mayor de la cripta-santuario que había de presidir EL CRISTO DE JUAN DE ÁVALOS.

       Según me decía Luis Fernando, al no gustarle a Juan de Ávalos su primer boceto decidió donárselo a una comunidad de monjas de Madrid, donde permaneció durante varias décadas hasta que las hermanas, por considerarlo grande, decidieron entregárselo a don Francisco López Hernández, párroco de la iglesia de San Pedro de Ávila, con quien les unía cierta amistad. Bautizado por don Francisco como el “Cristo de la Vida”, estuvo a punto de ser trasladado a La Horcajada, su pueblo natal, pero finalmente, se quedó en San Pedro de Ávila, donde hoy puede verse.

 Primer plano del boceto de Ávalos.

       La imagen representa a un Cristo vivo, antes de recibir la lanzada en el costado, pero muy estático, con la cabeza semierguida, los ojos abiertos y la mirada dirigida hacia su izquierda y ligeramente hacia abajo.

Cripta del Valle de los Caídos, presidida, al fondo, por el altar mayor.

        Desconozco los bocetos que Juan de Ávalos realizó hasta conseguir la imagen definitiva del Valle de los Caídos pero el resultado final es un Cristo menos descolgado y más convulsionado, con más vida, pues aún tiene fuerza para elevar la cabeza y dirigir su mirada hacia el cielo, hacia la cúpula que corona el altar en la que se ha realizado una representación celestial en la que se encuentra el mismo Jesucristo entronizado. Un Cristo, ami juicio, más conseguido que el de Ávila y carente, como éste, de la clásica herida del costado producto de la lanzada que le ayudo a morir.

 Cristo de Ávalos del Valle de los Caídos.

Representación celestial en la cúpula que se yergue sobre el Cristo de Ávalos.