Red social de Arqueologos e Historiadores
Huaca El Taco en Ciudad Eten, Lambayeque, Perú. Foto: Enrique Bruning 1922
1.-Introducción:
Este trabajo pretende elucidar la diferenciación tecnológico-cultural y sus contextos, tanto espaciales como temporales, de dos grandes “culturas” pre-incaicas: la Mochica (100 d.c-550d.C) y la Cicán (o “Lambayeque”) (650 d.C a 1,200 d.C) y sus dos representantes arqueológicos: el “Señor de Sipán” (1987) y el “Señor o señores de Cicán” (1990; 1995); el autor entiende a ambas “fases culturales” como parte de la evolución de, por lo menos 1.200 años continuos de los Muchik, etnia nor-costeña de Perú que aparece como cultura propiamente dicha ya desde el primer milenio antes de Cristo en diferentes manifestaciones tecnológicas, artísticas y religiosas bautizadas por arqueólogos y estudiosos de acuerdo a interpretaciones geográficas, y muchas veces, incluso, por meros caprichos de figuración personal. Los Muchik, viven aún en gran parte de la costa del Pacífico, en el norte de Perú, diseminados en muchos pueblos y comunidades campesinas que conservan sus típicos modos de vida, a través de los cuales los estudiosos pueden advertir su gran riqueza y herencia cultural. No“desaparecieron”, pues, como pretenden hacer creer algunos arqueólogos, en la llamada “Fase V Mochica”.
El autor en Huaca El Loro. Foto: Heinz Plengue
En este artículo, el autor, investigador de temas arqueológicos y etno-históricos, que propuso la denominación “Sicán” o “Cican” en lugar de “Cultura Lambayeque” (desde Junio 1982; diario La Industria, Chiclayo, Perú, pág 02.), nos da nuevos derroteros acerca de estas manifestaciones prehispánicas nor-costeñas de Perú y por primera vez se revelan acontecimientos respecto a los descubrimientos de estas ya famosas tumbas prehispánicas aparecidas en 1987; el autor plantea la hipótesis de que la cultura pre-hispánica, que tuvo por centro-capital al área boscosa de Pomac en Batán Grande (conocida como la Estancia de Cicán desde 1597), no centró su adoración principal a la Luna, sino, en primer orden, al Sol; es más, afirmo que la palabra “Sicán” o propiamente “Cicán”, no es “muchik”, sino Sec (lengua de los antiguos sechuranos, de hecho, una variante del muchik, de pescadores en el Departamento de Piura) y que no significa “Casa o Templo de la Luna” como se ha difundido; afirma y demuestra que significa “Hermano” (ver:“Cican en la documentación colonial temprana: un análisis contextual para la elucidación de la cosmovisión religiosa de la cultura arqueológica” (www.ilustrados.com); encontramos en este contexto que, la palabra XIANG pronunciada “Sian”(un solo lexema, no compuesto) significa “Sol” y no “Casa de la Luna”; la palabra “Cicán” o “Sicán” fue mal interpretada por don E.Brüning -investigador alemán- asumiéndola como un lexema compuesto (Si= luna; An=casa); estos nuevos planteamientos seguramente llevarán a revisar la tesis de la adoración lunar en la teocracia Cicán propuesta por varios arqueólogos peruanos y extranjeros.
2.- LOS MOCHICAS Y EL “SEÑOR DE SIPÁN”
(100-550 d.C.)
2.1.-ORIGEN:
Se desarrollaron en los valles de Moche, Virú, Santa, Nepeña, Casma y Chincha por el Sur; por el Norte, estuvieron en Lambayeque y Piura; Sus descendientes étnicos, aún habitan en las áreas rurales de estos departamentos conservando antiguas costumbres y tecnologías; su origen deviene de la evolución de los estilos Cupisnique, Salinar y Gallinazo, etc., que son todos, en realidad, manifestaciones regionales del mismo pueblo Muchik tan bien estudiado por Richard Schaedel (ver: Richard Schaedel y los Muchik: www.monografías.com y otros).
2.2-SU NOMBRE:
Fue bautizada en 1899 por el arqueólogo alemán Dr. Max Uhle, que hiciera sus hallazgos en “Huaca de la Luna” en Moche y la dató como “estilo” anterior al Chimú.
Posteriormente, en 1938, el investigador trujillano don Rafael Larco Hoyle, tras un lúcido estudio de su gran colección de alfarería (“huacos”), la clasificó en 5 fases, ubicando la mas temprana en el siglo I d.C. y la quinta en el siglo V d.C., basando su clasificación en su diferenciación morfológica principalmente; hoy en día se les conoce indistintamente como “mochicas”, “moche” o “muchik”.
2.3.-SU ORGANIZACIÓN POLÍTICA:
Se creyó por mucho tiempo que los mochicas gobernaron desde lo que hoy es el Departamento de La Libertad; lo cierto es que, a través de todas sus fases, desde las mas tempranas, centraron sus élites gobernantes y de liderazgo en los valles que se ubican en toda la costa norte de Perú, conformando una especie de “Gobiernos Regionales”, los que según algunos arqueólogos, estuvieron confederados agrupando los Gobiernos Señoriales Moche del Norte y del Sur, respectivamente; su economía, básicamente agrícola, tuvo caracteres de reciprocidad o intercambio y distribución desde los núcleos estatales regionales.
La cabeza de cada Señorío Regional, la constituía el Ciec-Quic (“Gran Señor”), el líder, que representaba al mismo tiempo al sumo sacerdote, al jefe militar y al jefe político; por los estudios arqueológicos sabemos ahora que éstos eran jóvenes (ej. el “Señor de Sipán”), cuyo deceso fue a los 30 ó 35 años de edad, aproximadamente.
Es posible que los llamados “segunda persona” o “curacas de segunda” -en la colonia- fueran líderes que estaban inmediatamente debajo del “Gran Señor”; en el idioma muchik, les podemos dar la acepción de ALOEC; según los datos etnohistóricos sabemos que éstos funcionarios de la élite mochica, eran hermanos o hijos de los Ciec Quic, jerarquía que se respetó en los sobrevivientes cacicazgos o señoríos, aún en el siglo XVIII, así escritos por la escribanía colonial hispana que desdeñó o ignoró su verdadera denominación muchik: “FILLCA” para el paralelo de Curaca(en la sierra ) y el cacique(centroamericano).
La nobleza o élite gobernó desde los centros seculares constituidos por grandes construcciones de adobe, estructuras piramidales (truncadas) que hoy conocemos como “huacas”; la población común y corriente, residía en áreas adyacentes a los terrenos agrícolas, en viviendas de caña y barro que los campesinos de hoy en día, conservan en todas sus características (paleotecnología); contrariamente a la creencia de que los templos monumentales eran residencias, los líderes seculares solo los utilizaban para la realización de las trágicas e impactantes ceremonias, que casi siempre incluían rituales con sacrificios humanos.
2.4.-SU RELIGIÓN:
La religión Mochica, de las más impresionantes por su ritualidad en el mundo andino, fue el instrumento más eficaz para imponer una especie de “dictadura religiosa” a modo de una “religión estatal”; el estudio de su iconografía o simbología (dibujos), plasmada en ceramios, murales, textiles, etc., ha sido la fuente más rica para la aproximación a su caracterización ritual, que por cierto, es bastante compleja; hay muchos personajes y actitudes, que los investigadores no coinciden en todo acerca de su significado e interpretación; las escenas muestran rituales con sacrificios humanos (Hocquenghem: 1989), en donde se combinan una serie de personajes antropomorfos con figuras de águila, zorro, búho, etc. (Gölte:1994).
El Dios mochica fue AI-APAEC o “Gran hacedor del mundo”, deidad humana con atributos felínicos caracterizados por grandes colmillos (Kauffman 1970:299 y otros); sus ojos desorbitados nos hacen relacionarlo con el efecto alucinógeno del cactus conocido como el “San Pedro” o “Huachuma”; recientes excavaciones arqueológicas en los sitios de “Huaca de La Luna” y “El Brujo” en Trujillo, han documentado el Dios moche con diferentes expresiones y lo han llamado, quizá inapropiadamente, “El Degollador”, como si su razón de adoración estribara en su función o rol exclusivo de “cortador de cuellos”.
Los mochicas acostumbraron enterrar sus templos para luego abandonarlos en una suerte de “enterramiento templario”; una tradición que la practicaban ya los Muchik del Horizonte Formativo (ca.1,000 a.C.) y la continuaron hasta el Horizonte Medio con los gobernantes desde Cican o Batán Grande en el Valle La Leche; para Jurgen Gölte, las escenas iconográficas que suman alrededor de cien, muestran en las fases IV y V (son cinco en total), el conflicto entre dos divinidades: una ligada con el día y la otra, con la noche y el mar; los mochicas, que adoraron a la luna, finalmente dejaron esta divinidad, cambio ideológico ocasionado por las lluvias de “El Niño” ocurridas por el año 550 d.C., que inicia la caída de los gobiernos regionales mochicas, especialmente el más importante ubicado en el centro arquitectónico de Pampa Grande, unos 20 kms, al Este de Sipán; está interpretación estaría corroborada por nuestras investigaciones de índole lingüístico que confirman que los herederos étnicos de los mochicas prehistóricos del Horizonte Medio, que conocemos arqueológicamente como “Cicanes”, no adoraron a la luna ni fue ésta la Diosa principal, como lo han afirmado diferentes arqueólogos incluido Izumi Shimada.
El antropólogo Richard Schaedel, estudioso de la tradición etnográfica y arqueológica de los moche, cree que su arte iconográfico, era dedicado casi exclusivamente a representaciones realistas (Schaedel: inf.personal); la explicación de la evocación del “mundo de los vivos” y “el de los muertos” ha sido planteada por Anne Marie Hocquenghem (1989), la creencia en la “otra vida” está plasmada, no solo en su arte, sino, en las evidencias encontradas en sus tumbas: alimentos, sacrificios humanos con pies amputados, etc., como en el caso del mausoleo de Sipán; parte importante de la religión mochica, serían los llamados “combates rituales”, que eran ejecutados entre bandos o ejércitos de diferentes señoríos con el trágico resultado de uno de los líderes caído; se cree que era además, un medio de control demográfico.
2.5.-SU ALFARERÍA:
Fueron maestros en el arte y técnica de hacer “huacos”; no solo destacan en la plasticidad del moldeado a mano, sino en un peculiar estilo pictórico, con formas muy expresivas; básicamente, utilizaron dos colores: el crema y el ocre (rojo); pintaron en positivo tanto con rojo como con negro.
Don Rafael Larco Hoyle, hacendado autodidacta trujillano clasificó la alfarería mochica en cinco fases, y lo hizo años antes que Frank Leaby descubriera el método de datación de radiocarbono, que se aplicó desde 1945; las dos primeras fases corresponden a ceramios con decoración incisa (utilizaron la uña, un elemento punzante, etc., en el ceramio aún fresco, antes del cocimiento) y elementos decorativos que persisten como influencia de los cupisnique y otros estilos formativos regionales (1.000 a.C.); estas dos fases corresponderían a los siglos I y II d.C.; las subsiguientes, a los siglos III, IV y V respectivamente.
Los mochicas fueron especialistas en la fabricación de alfarería escultórica, principalmente cuando hacían rostros humanos; por éstos sabemos de sus enfermedades y otros datos de interés antropológico; hicieron ceramios rojizos (quemados con horno abierto: “oxidación”) y negros o grises (quemados con horno cerrado:”reducción”); el asa estribo es más delgada que en la de estilos anteriores o más tempranos; desde su tercera fase, ya no se utiliza el borde grueso, como pico de botella; en su gollete, utilizaron también el molde; en Piura, los alfareros moche, combinaron su estilo con el de los Vicús de Chulucanas, que los arqueólogos identifican como fase “Vicús-Moche”, posterior a la llamada “Vicús-Vicus”, sucedida con la dominación de los mochicas en el alto Piura, que se convirtió, después de los valles lambayecanos, en importante señorío moche.
2.6.-PINTURA MURAL:
Los mochicas fueron artistas extraordinarios; en los años cincuenta, los huaqueros dejaron al descubierto el famoso “Mural de Pañamarca”, que estudió R. Schaedel en el valle de Nepeña; posteriormente lo estudiaría Duccio Bonavia; en 1910 en la “Huaca de la Luna” de Moche, Eduard Seler descubrió otro mural mochica; en “Huaca Pintada” de Illimo, el periodista Lorenzo.S. Orrego V. reportó un mural polícromo (1927), que después fue estudiado -utilizando las fotografías de E. Bruning- por R. Schaedel (1978); pero, antes ya había sido observado por Wendel C. Benett (1939), doctorado en Yale junto a Schaedel; la “huaca” se conserva como un pequeño montículo ubicado a escasos metros de la carretera Panamericana que une a Túcume con Illimo; el arqueólogo James Ford y Oscar Fernández de Córdoba encontraron otro en la “Huaca Facho” o “La Mayanga en Pomac (Batán Grande), al parecer de la fase de transición Moche-Cican; en estos murales se caracterizan a personajes alados de perfil y los colores casi siempre son los mismos: rojo, amarillo, negro y blanco; recientemente (1995) arqueólogos peruanos han descubierto un mural en “Huaca de la Luna”, en donde el personaje central es el llamado “Dios degollador” o “Felino Luminoso”, del año 300 d.C.; se conserva aquí el mural combinado con figuras en alto relieve (friso) que sindican el sitio como centro ritual mochica, funerario y cultismo, para propiciar la fertilidad agrícola, incluyendo sacrificios humanos y de animales, para luego sepultar el templo y construir uno nuevo sobre el anterior, hasta llegar a seis edificios superpuestos en un lapso de 600 años (“enterramiento templario” o “chamber and fill”); en “Huaca El Brujo”, también de Trujillo, se ha descubierto otro gran mural durante los trabajos del arqueólogo Regulo Franco Jordán, con personajes antropomorfos con cabezas felínicas, serpientes, etc.; son de las fases I y II (100-200 d.C.) sin presencia de frisos o figuras en alto relieve, habiéndose comprobado la contemporaneidad de los templos “El Sol”, “La luna” y “El Brujo”, que fueron los centros directores de la política moche quizás, hasta su cuarta fase; por el año 550 d.C su capital fue Pampa Grande (Lambayeque), último emplazamiento de los jerarcas moche según los resultados de los arqueólogos que dirigió Kent Day de la Universidad de Toronto(Canadá) en 1975.
2.7.-INGENIERÍA Y ARQUITECTURA:
Los arqueólogos han descrito las construcciones monumentales refiriéndolos como ejemplos de “arquitectura” pre-hispánica, cuando en realidad, es admirable la ingeniería de la construcción en primer orden de importancia; los templos erigidos con adobe, combinan una serie de cálculos estructurales, en donde el elemento resistente de las cargas verticales es el algarrobo (Prosopis pallida); también se le encuentra dispuesto como columna haciendo trabajo antisísmico, o sea, soportando fuerzas horizontales; también se encuentra al algarrobo (conocido por los mochicas como “ong”) trabajando como dintel o viga; el autor define a los elementos unidos perpendicularmente, formando “parrillas de algarrobo”, como “zapatas”, elementos estructurales que se colocaban en la parte inferior y superior de cada unidad o plataforma construida, recibiendo las cargas (pesos) superiores y transmitiéndolas a la parte inferior, hasta llegar al suelo; cada plataforma fue hecha con cámaras o recintos se parados por muros gruesos de adobe, estas cámaras fueron rellenadas con tierra, arena y deshechos con abundante “conchita” marina (Donnax), que por el tiempo, el viento y el agua, ahora las vemos diseminadas en las “huacas” que indican también haber sido principal recurso en la dieta alimenticia; en Batán Grande, he descubierto construcciones subterráneas, que por su poquísima profundidad, descarto provisionalmente que se trate de tumbas (¿acaso pasadizos ceremoniales secretos?) que nos recordarían a los construidos en el Formativo, como el caso del Templo de Chavín de Huantar.
Las grandes construcciones eran accesibles hasta la plataforma superior, mediante rampas (planos inclinados), aunque sabemos que conocieron la escalinata desde el año 1,000 a.C., como es el caso de huaca “La Lucía” de Pomac (Batán Grande) en donde se limpió en 1979 un formidable edificio de 24 columnas y una escalinata de 16 metross de ancho, 10 de profundidad y 5 de altura, nada menos que con 24 pasos o escalones; el hallazgo fue hecho, como es frecuente, por huaqueros, entonces financiados por el Sr. Oswaldo Aurich Bonilla en los años sesenta (nuestro informante, ya fallecido); los ingenieros muchik de esta época que son conocidos como Cupisniques y otros nombres -aproximadamente unos 1,500 años antes de que los “mochicas arqueológicos” constituyeran la pirámide de Pampa Grande- también erigieron 24 columnas cilíndricas en “La Lucia” de 1.20 metros de diámetro utilizando adobes cónicos de 5 Kg. de peso cada uno; la tecnología de la contrucción monumental fue progresiva, complementada con fastuosas cámaras funerarias; en huaca “La Capilla” o “Huaca Fortaleza” de Pampa Grande, en 1925- durante las catastróficas lluvias- el campesino José Wenceslao Díaz (”Cunca”) descubrió en un fardo funerario los siete famosos jaguares de oro de estilo mochica con repujado de pallares en el cuerpo (inf.pers 1982: Víctor Baca Aguinaga); los constructores moche hicieron gala de sus conocimientos en ingeniería en este edificio de 300 mts por 155 mts. en su base Y 55 mts de altura que data del año 550 d.C.; el proceso constructivo era el siguiente:
Las cajas basamento de las columnas de algarrobo han sido encontradas en huaca “El Corte” (Shimada: 1985), templo Cicán; en la “Huaca Grande” o “La Capilla”, a la que los norteamericanos han pretendido cambiarle de nombre (“La Fotaleza”), hemos encontrado losetas de arcilla cocida de 0.50 x 0.50 m x 4 cm de grosor, que aún se utilizan como cubierta de pisos en viviendas tradicionales que hemos visto en Ferreñafe y Mórrope; las plazas ceremoniales están conformadas por la disposición de templos formando una “U”.
2.8.-GEODESIA EN LAS PIRÁMIDES MOCHE: MEDICIONES
REVELADORAS.
Desde el Horizonte Formativo, la ubicación y disposición de las construcciones rituales (templos) tuvieron una planificación relacionada a las constelaciones de la vía láctea y con planimetría geodésica (topografía en gran escala); en el caso del área lambayecana, hemos podido comprobar el alineamiento casi perfecto de las construcciones monumentales mochicas; para tal efecto hemos utilizado los mapas (cartas geográficas) del Instituto Geográfico Militar del Perú (escala: 1:100.000) uniendo las cartas “14 d- Chiclayo” y “14-C Chongoyape”; la alineación se da incluso uniendo “huacas” distantes unos cincuenta kms entre sí; las alineaciones a veces, no salen desde un mismo punto; el objetivo parece haber sido, seguir el movimiento del Sol, de tal manera que, en un mapa, las “huacas” se unen formando triangulaciones:
Otro triángulo inscrito se forma con los vértices en “La Capilla”, “Sinan” (pasando por “Huaca Rajada”) y “Colluz”, el que se une, en un alineamiento que pasa por dos pequeñas huacas conocidas como “Arbulú” y “Santa Rosa” (6° 46.04´Lat. Sur- 79° 38.13 Long. Occ.), en donde los huaqueros aseguran haber, encontrado tumbas mochicas; las huacas “Arbulú”, “Brava” y “Santa Rosa” se unen también en un alineamiento de N° 56° W a partir de “Huaca Rajada”; desde aquí, con alineamiento N 81° W encontramos a huaca “Alto Perú” y “Colluz”; similares orientaciones astronómicas hicieron los descendientes étnicos muchik: los Cicanes; las mediciones hechas por el arqueoastrónomo Gary Urton de la Universidad Colgate de Nueva York en enero de 1985 -a quien acompañé con sus 15 estudiantes norteamericanos-, dan ya un derrotero conciso de la reproducción geodésica-arquitectónica de algunas constelaciones en el complejo Cicán de Pomac en Batan Grande, como “Las Cabrillas”, que Urton observó en aquella oportunidad y que Shimada ha planteado 10 años después (1995). Casí mil años después de la hecatombe del gobierno Moche en la Costa Norte del Perú y casi 300 de la desaparición del Estado Secular Cican, los incas tuvieron también la técnica de alinear sus “huacas, formando largas líneas imaginarias llamadas “Ceques” que partían de un solo punto (Coricancha) como rayos de una bicicleta; los “Ceques” tenían una función astronómica en el sistema calendario inca (Zuidema: 1964; Urton: 1984); similar sistema pudo existir desde el formativo tardío: en huaca “La Soledad” en un muro se encontró un dibujo que recuerda a los ceques cusqueños o, como dice su descubridor, “a las misteriosas marcas del desierto de Nazca” (Shimada: 1981: 41).
2.9.-EL MAUSOLEO DE SIPÁN Y SU FORTUITO DESCUBRIMIENTO:
En 1987 los vendedores de “Huacos” en el “Mercado Modelo” de Chiclayo, ofrecían máscaras funerarias mochicas de bronce oxidado y ceramios cuya procedencia era aún desconocida. Tuve la oportunidad de conversar con un vendedor de hierbas (curandero) de apellido Nolazco que me ofreció en venta una bella máscara con el rostro típico de las piezas metálicas de los moche; no logré adquirirla, pero fue valiosa su información al afirmar que procedía de Sipán, a unos 35 km de Chiclayo.
El fotógrafo Heinz Plengue se encargó de publicar parte de la verdad (1987;1990): que el pequeño mausoleo mochica fue descubierto por un sipaneño llamado Erniel Bernal Samamé; desde los primeros meses de aquel año, el furtivo buscador de “tesoros de huaca” o “entierros” ya daba cuenta de hasta dos o tres tumbas profanadas por él y sus hermanos; Bernal fue asesinado el 11 de Abril de 1987 en una infortunada incursión del arqueólogo Walter Alva con la Policía Nacional y el periodista Alejandro Guerrero de Panamericana Televisión de Lima que allanaron sus modesta vivienda en la madrugada en presencia de su esposa y menores hijos; la policía se encargó de archivar el caso que jamás pasaría al fuero judicial.
Acto seguido, Alva instaló sus carpas en el pequeño montículo, de unos cinco metros de altura cuya condición de mausoleo mochica ya estaba declarada por la magnitud de las tumbas y los hallazgos de los huaqueros, cuyas piezas fueron a parar en manos del traficante italiano Enrico Polli que se animó incluso a instalar su museo privado “legalmente” inscribiendo su tesoro mal habido en el mismo Instituto Nacional de Cultura de Lima, amparado en la Ley 24027 o “Ley de Amparo al Patrimonio Cultural del Perú” que permite la colección de objetos de arte prehispánicos e históricos que adquieren legalidad con el solo acto de ser inscritos en las oficinas burocráticas del I.N.C. en donde operan grupos de arqueólogos y funcionarios varias veces cuestionados. Es decir, la intuición de que el montículo podría guardar otras tumbas era correcta y lógica. Los métodos científicos de prospección y recolección de materiales (tiestos, etc.) aquí no eran necesarios, por eso nunca se hicieron. Años después, por propia narración de mi amigo, el fallecido agricultor ferreñafano Agustín “Kiko” Torres Pérez, me enteré de que Bernal, cuando oficiaba de chófer en la ruta a la selva peruana, se hizo compadre de Torres; a él le encargó un par de costalillos “llenos de piezas de oro y huacos” que los colocó debajo de la vieja escalera de la casona “Townsend” que ocupaba en la Plazuela Elías Aguirre de Chiclayo. Yo vi en 1994 un hermoso ceramio pequeño de un personaje mochica tuerto (con un ojo cerrado), que era la única pieza, que por superstición, el agricultor ferreñafano aceptó como obsequio: él estaba convencido del infausto final que tenían los saqueadores de tumbas prehistóricas.
En aquel año, los arqueólogos del museo Brüning empiezan a excavar el pequeño montículo, en donde se sabe se habían saqueado por lo menos dos tumbas de Ciec Quics mochicas que fueron vendidas durante el primer gobierno de Alan García con el aval legal, de la hoy moralizadora de talk shows, abogada Laura Bozo, entonces funcionaria del I.N.C. Entre las piezas adquiridas por Polli figuran las máscaras de oro que representan a la luna llena con dientes de colmillos; se ha dicho que los moches “idealizaron” a la luna con rostro de felino felino; creo que los moches en realidad, no la “idealizaron”, simplemente observaron nítidamente el rostro de un felino en la faz de la luna llena. He observado el fenómeno en luna llena, sin ayuda de prismáticos, durante el 22 de Enero del 2005, el 14 de Abril, 13 y 14 de Mayo, 12 de Junio y 10 y 11 de Julio del 2006, fechas en las que se puede observar con nitidez las famosas máscaras moche citadas.
Cuando los arqueólogos del museo Brüning y los mismos vecinos naturales del caserío Huaca Rajada ya sabían de que el montículo era un sarcófago moche, iniciaron excavaciones y encontraron una importante tumba a cuyo personaje central se le conoce ahora como “El Señor de Sipán”, que en un inicio sus descubridores equivocadamente le llamaron “El Guerrero” (Maeda: 1987); el descubrimiento no resulta ser entonces, enfatizo, producto de un proceso de investigación científica: prospección, análisis correlativo de material de superficie y finalmente, elección del sitió a excavar; aquí, ya casi medio mundo sabía que el montículo de Huaca Rajada, de apenas 5mts. de altura, era un mausoleo mochica. Otras piezas, incluso de oro, han sido observadas después en posesión de traficantes y coleccionistas; tuve la oportunidad de fotografiar una hermosa pieza que representa a un Ciec Quic moche, de unos 18 cms de altura y 250 grs de peso; la estólica se puede sacar fácilmente del brazo derecho que la sostiene; un individuo que se hacía llamar Tramontana Callangos, “Marqués de Guadacorte” de España logró llevar la pieza a Europa; la compró al Sr Edmundo Aurich Bonilla en Chiclayo por una cifra que no llegaba a los cuarenta mil dólares ( unos trece mil dólares); supe después que la habían subastado privadamente en Florencia(Italia) por casi medio millón de dólares.
3.0.-EL CIEC QUIC O GRAN SEÑOR DE SIPÁN:
Sipán es un pueblo que se ubica a escasos 20 minutos de Chiclayo; aquí en su campiña “Huaca Rajada” se alzan imponentes sus pirámides truncadas; una de ellas, de 50 x 70 mts. y 5m. de altura es el mausoleo que ha albergado a varios personajes de élite del Gobierno de Estado Regional mochica en el valle Chancay-Lambayeque; el mas promocionado, “El Señor de Sipán”, fue sepultado en una cámara funeraria de adobe de 5 x 5 metros, en cuyo fondo se colocó el féretro en un ataúd de madera de algarrobo, armado con grapas de bronce arsenical; el “Señor de Sipán” vivió en el siglo III (300 d.C.) y tuvo investidura militar y religiosa.
Los rituales seguramente se celebraban por varios días siendo sepultado el Gran Señor, ya momificado, adornado con fastuosa ornamentación en donde predominaron el oro, tumbaga (aleación de oro y cobre), bronce arsenical, cuentas de piedras semipreciosas, etc.
En un nivel superior de ubicación 1137 vasijas, ofrendas con patética representación de personajes mochicas; cerca de la cobertura de madera de algarrobo de 17 vigas que protegía al ataúd, se encontró el esqueleto de un guerrero con los pies amputados, un anciano en posición fetal fue sacrificado, como especie de “guardián espiritual”.
8.2.-EL SARCÓFAGO Y EL SEÑOR:
El Señor de Sipán fue envuelto en un fardo y adornado con prendas y ornamentos con simbología de su alta investidura; pectoral de “chaquiras”, orejeras de oro y turquesas, un cubre mentón de oro, etc. Se encontraron hasta 11 pectorales de concha de diversos colores, un collar de esferas de oro, un impresionante collar de 20 monis (10 de oro a la derecha -Este- y 10 de plata a la izquierda-Oeste); en la mano derecha portaba un cetro de plata en la mano izquierda al igual, que dos lingotes sólidos de oro y plata, respectivamente; la posición del oro al Este y plata al Oeste, representaría el sentido de analizad y equilibrio; el sol y la luna, la vida y muerte, el día y la noche, el bien y el mal, etc.
Como ofrendas humanas se exhumaron los esqueletos de un jefe militar, tres mujeres jóvenes de unos 20 años de edad, un niño de 10 años y un vigía: el séquito que acompañaría honrosamente al gran Señor hacia esotro mundo, según la concepción moche; también se colocaron dos llamas sacrificadas (Lama sp) y un perro con pelo corto (Cannis peruvianus) y piedras como el lapislázuli de Chile, conchas spondyllus ecuatoriana, oro explotado de los lavaderos de los ríos de la cuenca del marañón, etc; según el Dr. John Verano, antropólogo físico del Instituto Smithsomiano de EE.UU, la osamenta del Gran Señor de Sipán, presenta un cuadro de artritis aguda; entonces, la imagen recreada de este personaje por los artistas asesorados por los arqueólogos del Museo Brüning, de un hombre fuerte, musculoso, etc; está muy lejos de la realidad: un famélico hombre de unos 1.65 mts. de estatura que frecuentemente era cargado en andas de madera, su proceso artrítico, aún cuando no tenía unos 28 ó 30 años de edad, fue ocasionado por la falta de ejercicio continuo, aun en la época colonial, los curacas descendientes de estos personajes, acostumbraban ser cargados en hamacas o en andas, era un sacrilegio pisar el suelo; se sometían a largos períodos de ayuno con la consiguiente descalcificación de sus huesos y disminución proteínica en sus tejidos; su posición echado con la cabeza hacia el Sur y los pies al Norte, es típica en los entierros mochicas; el mausoleo de Sipán fue repositorio de tumbas de otros personajes: “El Viejo Señor de Sipán” del siglo I d.C. y “El Sacerdote” del siglo II d.C., atestiguan una periódica sucesión de gobernantes que fueron parte de una misma familia, posiblemente de legendario origen.
LOS CICANES DE POMAC EN BATAN GRANDE
1.-SIGNIFICADO DE LA PALABRA “CICÁN”
El estudioso alemán don Enrique Brüning Brookstedt (1922-23) al estudiar los expedientes de los títulos de propiedad de la antigua hacienda “Cican” que los escribanos coloniales escribieron en “C” y hasta con “Z” afirmó que traducido del mochica, significaba “Casa o templo de la Luna”, con la siguiente partición: SI= Luna, AN = Casa o templo; esta aseveración la han aceptado arqueólogos, historiadores e investigadores desde los años 20 hasta hoy. Izumi Shimada, llevado por esta hipótesis, ha continuado asegurando que la Cultura Cicán-llamada por R.Larco y él “Lambayeque” hasta 1983-, tuvo una religión que erigió como Diosa Principal a la luna, para nosotros, poco enfatizada en su iconografía; tras un análisis del vocablo con datos etnohistóricos (ver: Revista “Umbral nº9-10 Universidad Nac. Pedro Ruiz Gallo de Lambayeque; tambien en: www.ilustrados.com ), proponemos lo siguiente:
2.-CARACTERÍSTICAS DE LA CULTURA CICAN:
2.1.- ÁREA DE INFLUENCIA:
Aún existe la red de caminos prehistóricos (pre- incaicos) que unían a Batán Grande (Cicán) con diferentes regiones con las que el estado secular de Pomac mantenía dinámica interrelación cultural y comercial, a través de diferentes pisos ecológicos;así, desde Pomac, el grupo gobernante estatal logro controlar esta dinámica desde la región de La Tolita en la parte norte de Ecuador hasta Pachacámac en el actual Departamento de Lima; por el Este se unía con Jaén, Chachapoyas, Moyabamba con acceso a la cuenca del Marañón, en especial, al río Chinchipe, de donde trajeron grandes cantidades de pepas de oro nativo para ser procesado en el complejo metalúrgico de los batanes grandes (Cicán); por el Sur-este había una ruta que mantenía intensiva comunicación con Cajamarca y Huamachuco; podríamos decir, que durante el Horizonte Medio, en su fase clásica (800-1,000 d.C.) Batán Grande fue la capital religiosa y centro del poder polìtico del área andina.
2.2 LA JUNGLA ÁRIDA DE POMAC
El gran bosque seco de Pomac abarca un área de aproximadamente 13,400 hectáreas; por Decreto Supremo 031-91-ED se le intangibilizó como Reserva Nacional y el 4 de Junio del 2001, se le eleva a categoría de Santuario Histórico; hemos encontrado que Pomac deviene de la palabra muchik POGMACHAEC que significa “Ídolo de Piedra” (PONG = piedra; MACHAEC = El ídolo), según se puede constar en los diccionarios de Don Fernando de la Carrera y Daza (1644: “arte de la Lengua Yunga” y en el Ing. Federico Villareal, basado en la fuente citada (1921: “La lengua yunga o mochica según el arte publicado en Lima en 1644 por el Lic. don Fernando de la Carrera”; Lima); su significado (“Ídolo de Piedra”) tendría relación con la conocida leyenda de “Ñamlap” o “Naylamp” rescatada por don Miguel Cabello de Balboa en 1586 (“Miscelánea antártica”; Lima: 1951), que relata que en el palacio de Chot (¿Chot-ñam-cap?):
“……pusieron con devoción un ídolo
que consigo traían a semejanza en el rostro
de su mismo caudillo este era labrado
en una piedra verde a quien llamaron Yampallec, que quiere decir figura y estatua de Naylamp.”
El relato nos lleva a plantear de que el “ídolo de piedra” (verde), haya sido venerado en el escondido y exótico paraje de Pomac; éste ídolo quizás, pudo ser similar al célebre y clásico “Tumi con Idolo de Oro” de Batán Grande”.
En el año 800 d.C. la jungla enmarañada de Pomac, era simplemente, inamisible para el ser humano; la ruta secreta era solo privilegio de los incógnitos sacerdotes que desde muy jóvenes habían sido sometidos a las ceremonias de iniciación del camino de la milenaria sabiduría andina; esta formalidad ritual de antiguas culturas del viejo mundo (Europa, África y Asia), no pudo haber sido muy diferente en las culturas prehispánicas de América; el complejo ceremonial Cican de Pomac conserva aún las “huacas” (antiguos templos) de:
2.2.1.- Huaca “Las Ventanas”:
Donde en 1936 los huaqueros illimanos Hipólito Granados y Augusto Bances Cajusol profanaron la tumba de un gran “Señor Cicán” que como ofrenda llevaba, entre otras joyas, el destruido “Tumi de oro de Batan Grande”; Hipólito, tuvo un sobrino llamado Agustín Granados, tambien hábil huaquero; Hipólito fue prácticamente, el descubridor de los ricos cementerios pre-históricos de Pomac, empezando por Cerro Sapamé y la desaparecida huaca “Las Mercedes”; en 1991; a pesar de la negativa del arqueólogo Shimada ante el anuncio periodístico del autor de esta trabajo, se descubrió una tumba de élite- ya saqueada en parte por huaqueros en los años sesenta- que los diarios de Chiclayo publicaron como el “Emperador de Sicán” (Setiembre de 1991); aparecieron los títulos: “Es falso: no hay “emperador” de Sicán dice Izumi Shimada” (La Industria: 13/9/91) y “Hallazgo de tumba de “emperador es falso” (la Industria 13/9/91) y un inexacto reportaje en una revista local (“Pulso Norteño”: 25/11/91) en el cual Shimada negó rotundamente algún hallazgo; sin embargo, el prestigioso diario “EL Comercio” en una entrevista realizada al arqueólogo japonés-norteamericano afirmó categóricamente lo siguiente: “Cabe recordar que el año 1991, el mismo arqueólogo Shimada descubrió las dos primeras tumbas de élite de la Cultura Sicán, en una zona contigua al área en donde ahora se ha descubierto esta tumba (del Señor de Sicán) (El Comercio 31/12/95); entonces, nuestra información fue corroborada casi dos meses después cuando el Ing Alberto Fujimori, entonces Presidente de la República, fue invitado por Shimada para ser “testigo” de la develación del hallazgo arqueológico; las tumbas de las cuales había sido informado el autor, no eran precisamente de “Las Ventanas”, sino en Huaca “El Loro”, que Shimada, después de haberlas negado, confirmó el hallazgo. La razón es muy sencilla: la venta de la primicia de filmación y publicación pactada con la televisora NHK de Japón, por lo que siempre, como en este caso, se niega a la prensa y funcionarios peruanos el acceso a estos hallazgos que solo pueden ser observados por las corporaciones que trafican con la herencia cultural de las comunidades étnicas.
2.2.2.- Huaca “El Loro”:
El templo de 70m x 70m en la base y altura de 45 mts, debe su nombre a un desaparecido mural policromo de un loro cabeza roja (Artinga waglori), típico del área boscosa que se ubicaba en un muro en la parte superior del templo; así mismo, en 1951 Mario Florían (“Un icono mural en Batan Grande”, Lima) pública otro mural ubicado en parte superior; aquí los huaqueros excavaron una tumba por el año 1971-2 a una profundidad de 10 mts, el mismo que abandonaron porque llegaron a la napa freática cuyo nivel subió con las lluvias de “El Niño” de aquel año; el inspector arqueológico del I.N.C, Sr. José Maeda Montenegro llevó en mas de una oportunidad al autor a observar el gran foso; nuestro interés y sospecha de la existencia de una tumba aún intacta hicieron que el diario “El Comercio” de Lima publicara sendos reportajes al autor: “Los tesoros del gran bosque de Poma” (11/04/91) y “Invaden y saquean los tesoros de Poma” (14/06/91); en estos reportajes realizados por don Carlos Manuel Vereau, el autor señala- en una fotografía- el lugar de huaca “El Loro” como el sitio de la tumba aún no excavada que podría ser parte de un conjunto de tumbas ubicadas entre las pirámides truncadas de “El Loro” y “Las Ventanas”; en Octubre de 1991, sorprendentemente, Izumi Shimada anuncia el “descubrimiento científico “de una tumba en huaca “El Loro” que los periodistas bautizaron como “El Señor de Sicán”; era el mismo pozo que los huaqueros abandonaron entre 1971-72; es falso que los arqueólogos hayan utilizado “radares” para detectar tumbas; incluso, las tumbas que ha “descubierto” Shimada en el 2006 en Huaca “El Loro”, fueron detectadas por el autor de este trabajo e hicimos el anuncio del descubrimiento en El Comercio en los artículos citados; las lluvias de 1983 hundieron mas de veinte tumbas, las mismas que, con mi padre, le enseñamos a Shimada, que ahora pretende sorprender como que las ha descubierto “científicamente” y pretende excavar en el 2007;en el artículo escrito por M.Vereau asumo la posibilidad de que la Plaza Ceremonial ubicada entre las huacas El Loro y Las Ventanas (en donde ubicamos las tumbas hundidas por las lluvias)pueda tener relación con los líderes de la mítica leyenda de Ñamlap; Shimada repite lo mismo ahora en sus declaraciones.
Huaca La Rodillona en el Santuario Histórico del Bosque de Pomac, Lambayeque, Perú.
2.2.3.-Huaca “La Rodillona”:
Es la más alta del conjunto templario; fue construida en la fase Cicán Tardío (ca. 1100 d.C.); huaqueada en 1941 en donde se encontró un precioso collar de 40 esmeraldas unidas con hilo de oro (información personal de don José Aurich Bonilla: 1985), sus medidas son: 100 m x 100 m y 35 m de altura, constituyéndose en la mas voluminosa del conjunto; curiosamente, en Moyobamba hay un cerro con el mismo nombre; es posible que en el futuro se compruebe el mismo patrón de ubicación de tumbas como las encontradas en “El Loro”, a ambos lados de las esquinas formadas por la unión de la rampa principal y la base.
2.2.4.-Huaca “El Moscón”: se ubica en la parte central de la plaza ritual Cicán; también la llaman “La Colorada” por su superficie quemada que evidencia quizás, fogatas rituales o abandono de la estructura.
2.2.5.-Huaca “Las Mercedes”:
Su nombre se debe a que fueron inicialmente tres estructuras, que por tradición, por ser tríada, los lugareños le bautizaron así; también se le conoce como “La Merced”, “La Meche” o “Huaca de la Cruz”; fue el huaquero Hipólito Granados el primero en profanar clandestinamente sus ricas tumbas; el río La Leche (conocido en la colonia como “Lamcarlech “o” “Cabeza de agua”) prácticamente terminó de destruirla durante “El Niño” de 1983.
2.2.6.-Huaca “El Corte”: llamada inicialmente “El Ingeniero” por la incursión Huaqueril del ingeniero López de Castilla en 1936-37; posteriormente, en la década del 60, con maquinaria pesada se profanaron varias tumbas con ricos ajuares metálicos; fue construida entre los años 850 al 1000 d.C.; el autor ha podido tener acceso a unas fotografías mostradas por don Oscar Fernández de Córdoba, en donde se puede ver a huaqueros que extraen varios tumis con ídolos de oro; en 1980 se develó aquí un mural policromo Cicán medio; su plataforma superior tenía 48 columnas cuadradas pintadas dispuestas en cuatro hileras de 12 columnas cada una; fue contemporánea con “Las Ventanas” y “Las Mercedes”.
2.2.7.-Huaca “La Soledad”:
Tiene cinco estructuras piramidales de adobe totalmente cubiertas con arena (“enterramiento templario”); se han encontrado tiestos del horizonte temprano y del intermedio tardío, así como vidrio colonial; según refieren los documentos coloniales de los títulos de propiedad, fue el asentamiento de la antigua estancia Cicán o muy cerca de esta “huaca”. La familia Vidaurre de la Parra explotó “el salitral de La Soledad” por el año 1750 (Títulos de la hacienda Cicán), principal recurso natural extractivo por entonces, de la hacienda.
2.2.8.- Huaca “La Mayanga”:
Consta de cuatro estructuras piramidales sepultadas; a las tres que están juntas también la dicen “Facho” y se ubica al sur del canal de Pacora; en 1958 el arqueólogo James Ford y don Oscar Fernández de Córdoba calcaron un mural policromo del Cicán temprano (ca. 650-800 d.C.) con hombres de perfil y el característico “Ojo alado”; data su construcción de inicios del Horizonte Medio.
2.2.9.-Huaca “Santillo”:
Tiene dos estructuras piramidales precedidas por un recinto de 120 m. x 64 m.; fue huaqueada desde el año 1940 descubriéndose ricas tumbas con ornamentos metálicos; su nombre podría derivarse de algún ídolo adorado en este templo prehispánico; data del período tardío del horizonte medio (ca. 1100-1250 d.C.)
Huaca El Moscón . Al fondo: La Rodillona
2.2.10.-Huaca “La Castañeda”:
Tiene tres estructuras piramidales cubiertas con arena, de baja altura pero extensa; ha sido erosionada por el canal de estiaje que une el canal de Pacora en el Río La Leche.
2.2.11.-Huaca “Las Botijas”:
Tuvo posiblemente 3 ó 4 estructuras; su nombre se debe al hallazgo de once botijas de plata; nuestro informante asegura que un hombre adulto cabía dentro de una de ellas; en la “Feria del Pacifico” se exhibió en los años ochenta una botija con las misma descripción; posiblemente procedente de este templo.
2.2.12.- Huaca “El Abejero”:
Llamada también huaca “Del Gringo” por haber vivido en sus inmediaciones el prestigioso profesor Karl Weiss Shereiber, que fuera director del colegio “San José” de Chiclayo; aquí instaló una colmena de abejas, cuya miel la exportaba a Alemania y Canadá; el Profesor Weiss recibió en arriendo una fanegada de terreno (aprox. 3 Ha.) “con el fin de y explotar dentro de ellas un colmenar por el plazo de diez años y la merced conductiva de cincuenta soles oro anuales….” (1943: tomo 30 del Diario de Registros Públicos de Chiclayo); el arriendo lo firmó don Juan Aurich Bonilla; actualmente, la casa del célebre Prof Weiss ha sido restaurada.
Escalinata en Huaca La Lucía ca.1,000 a.C. Santuario de Pomac
2.2.13.- Huaca “La Lucía”:
Fue construida aproximada en el año 1,000 a.C. se descubrió durante un huaqueo realizado por el año 1960; una columna cilíndrica de adobe descubierta en un forado, fue publicado por el investigador Sr. Jorge Rondón Salas (1966: “Ferreñafe Prehispánico”; Rev. “Firruñap” N° 25) ; en 1979 I. Shimada realizó excavaciones sistemáticas y develó un formidable templo formativo, con caracteres constructivos únicos en el área andina:
3.- “EL SEÑOR DE CICÁN”: LA HISTORIA OCULTA
Un gran foso habían dejado los huaqueros en la esquina que forma la rampa norte con la plataforma base de la pirámide “EL Loro”; era el año 1971 y, como consecuencia de las lluvias de aquel año, los socios Ridout y Edmundo Aurich Bonilla decidieron abandonar la faena; el foso se había llenado de agua a los 10 metros de profundidad de los cuales, los primeros metros los financió el curandero Santos Vera Sandoval.
En 1974, acompañé a mi padre Sr. José Maeda Montenegro quien invitó a Walter Alva y al fotógrafo Baldomero Puelles Vera (de Pucalá), y algunos funcionarios de Pucalá; Puelles tomó unas vistas en blanco y negro del forado, que por la sedimentación, tenía escasos 3,5 metros; incluso conservo algunas de estas tomas fotográficas; cuando en 1979 llego a Batán Grande el arquólogo Izumi Shimada -por segundo año consecutivo- para iniciar un proyecto de excavaciones arqueológicas, mi padre lo llevó hasta la trinchera dejada por los huaqueros. Recuerdo que Shimada se impresionó por el forado. Maeda insistió en que la excavación no había sido terminada. Mi padre, intuitivo investigador, conocía bien que las tumbas Cicán frecuentemente se ubicaban más allá de los 10 metros. Los años pasaron y en los dos reportajes de “El Comercio” citados anteriormente, el autor reafirma la existencia de tumbas cicanes de élite aún intactas; con las lluvias que cayeron en 1983, detectamos mas de una docena de asentamientos (hundimientos) en la Plaza Ceremonial Central, entre las huacas “Las Ventanas” y “El Loro”, en donde creo que se encuentra sepultada parte de la dinastía Cicán, quizás, la evidencia de la veracidad de la leyenda de Ñamlap.
Meses después de las declaraciones muestras en el diario limeño, Shimada excava la esquina de la rampa de 120 metros de largo de “El Loro”, es decir, el forado que le mostró mi padre; amplió el área de excavación en la superficie y mediante escalinatas llegó hasta el nivel que los huaqueros dejaron en 1971; dos metros mas abajo se produjo, efectivamente, el hallazgo de la tumba de una mujer de unos 20 años de edad y posteriormente se llegó al personaje central que se conoce como el “Señor de Sicán”. El arqueólogo Walter Alva afirmaría entonces que el hallazgo era “…el resultado de todo un proceso de investigación” (La Industria: 20/11/91; pág. 1); de igual manera se expresó respecto a los seudo-descubrimientos “científicos” de Sipán en 1987 y de Ucupe en 1983, sitios que en realidad, habían sido hallados sin hacer prospecciones arqueológicas; ambos lugares los visitó Alva al enterarse de los hallazgos dejados por los huaqueros de apellido Zamora (Lagunas) y Hernán Tirado Ancajima de Ucupe (“Pajarito”). Este último comentó del descubrimiento fortuito del ahora famoso mural a mi padre Sr. José Maeda Montenegro, entonces, muy amigo y colaborador del Sr. Alva, quien hizo todo un boom publicitario invitando a Federico Kauffman para develar “científicamente” el gran mural de estilo Cican Medio; ”Pajarito” Tirado llegaba frecuentemente a Batán Grande para visitar a su madre y comentó el hallazgo de “unas pinturas” en el sitio de Ucupe; Alva solo, terminó de limpiar el muro.
Finalmente, I.Shimada logró encontrar dos tumbas, una en 1991 y la otra en 1995, que se exhiben en el Museo de Ferreñafe; la primera es, precisamente, la tumba que el arqueólogo negó enfáticamente hasta Octubre de 1991, pero cuatro años después declaró aquellos hallazgos desconocidos entonces por la comunidad nacional; en Diciembre de 1995 se llega a la tumba del otro personaje del Cicán medio, ubicado en una posición simétrica, opuesta a la tumba excavada en 1991.
4.-LA TUMBA EXCAVADA EN 1995 EN HUACA “El LORO”:
Se construyó en la esquina de la rampa principal con la plataforma base del templo-lado Este-; le dieron forma tubular logrando una estructura de 6 m. de ancho por 10 m. de largo en la parte superior, con 20 m. de profundidad, constituyéndose en la mas profunda en su género; el personaje central fue sepultado sentado con 12 ofrendas humanas de sexo femenino, tenía una máscara con tocado frontal de oro y plata fue acompañado de vasijas cerámicas, tejidos de algodón nativo (Gossipium barbadense). Al frente del gran señor se ubicaron dos guantes de cobre uno de los cuales, el de la derecha prestaba un vaso ceremonial de cobre repujado. Al “Señor de Cicán” se le sentó sobre una estera en donde se depositaron huesos de llama costeña ya extinguida (Lama sp), vasijas de cerámica y moluscos tropicales como el Spondyllus pictorum y el Conus sp.
La tumba es ancha en la boca y angosta en la base, hoy, completamente cubierta de tierra por el proyecto arqueológico norteamericano; la tumba se empezó a limpiar el 10 de Julio de 1995 terminándose en Diciembre del mismo año.
5.-LA TUMBA EXCAVADA EN 1991
Los arqueólogos excavaron simultáneamente en 1991 dos tumbas: una en “Las Ventanas” y la otra, en “El Loro”;la primera había sido disturbada por huaqueros; en la segunda se descubre la primera tumba del llamado “Señor de Cicán” en un sarcófago tubular en la esquina de la plataforma y la rampa norte de la pirámide; el arqueólogo Izumi Shimada confirma nuestro relato así: “Esta tumba no pudo ser saqueada debido a las inundaciones producidas por el desborde el río La Leche… en 1978; cuando el equipo del Proyecto Sicán llegó a la zona, el forado estaba a la vista, pero la tumba no era accesible porque el agua aún la cubría ;el año 1983 con las torrenciales lluvias, el pozo se llenó con la tierra arrastrada por el agua (diario “La Industria”; “Una tumba Sicán intacta”, por Mariana Vásquez Díaz: 1991); la verdad es otra: Shimada visitó por primera vez la tumba, no con miembros de su proyecto, sino, guiado por José Maeda Montenegro y, el nombre del proyecto, en 1978, no era “Sicán” como asegura el arqueólogo, pues tal nombre lo adoptaría recién en 1983, años después de nuestra propuesta en varios artículos; incluso en sus informes y artículos seguía utilizando la denominación de R. Larco (“Lambayeque”); por entonces-desde 1978 hasta 1983- el proyecto se denominó “Batán Grande –La Leche”.La tumba se excavó desde Julio de 1991 aprovechando la fuerte sequía que afectó Lambayeque en aquel año; encontraron en Octubre un personaje femenino con tocado con especie de alas, objetos trabajados en cadenas laminadas de tumbaga (aleación de oro y cobre), un collar de felinos sentados trabajados en oro y cobre con muchos colgantes formaban parte de una “camisa” ritual hecha con algodón nativo.
Todo este ajuar funerario pertenecía a una joven sepultada de unos 20 a 25 años de edad en un sarcófago de 45 cm. de altura; la tumba fue rodeada por hornacinas o nichos labrados en las paredes laterales, conteniendo ofrendad de bronces arsenical; las hornacinas estaban selladas con una capa de barro; los periodistas bautizaron equivocadamente a esta dama sepultada hace unos 1,000 años como “La Princesa de Cicán”.
La tumba de 3 m x 3 m se continuó excavando más allá de los 12 metros de profundidad: los huaqueros habían abandonado el foso a escasos centímetros de la primera tumba hallada por Shimada; por el año 1.000 d.C. muchos obreros excavaron con barretas de bronce el duro y árido suelo de Pomac; pusieron el cadáver de un niño en el primer nivel, de unos 10 años de edad, sentado con una pierna flexionada; su rostro fue totalmente pintado con cinabrio (rojo) orientado hacia el Este de la cámara funeraria “mirando” la hornacina principal, al cadáver de otro personaje adulto en el lado norte de la cámara, le acompañaban varios paquetes de puntas de bronce; cada paquete tenía entre 18 a 11 puntas de 35 cm. de longitud; en el lado Sur Este encontró “un notable montón” (Shimada:”La riqueza de la élite Sicán”; supl. Dominical de La Industria; Chiclayo, Dic. 1991) de trozos de cobre dorado recubierto por una fina lámina metálica; en el lado Sur Oeste del primer nivel se encontraron “al menos cinco coronas de tumbaga” (op. cit) decoradas con calados de olas marinas y diseños escamiformes y otros objetos para adornos de la cabeza.
Lamentablemente, estas tumbas no las podemos observar, pues están totalmente cubiertas con tierra; en el futuro, abrigamos la posibilidad de que se reconstruyan con réplicas para su exhibición in situ y que la comunidad batangrandina obtenga algún beneficio con el turismo; las lamentables experiencias de Sipán, Ucupe y otros pueblos étnicos, se han repetido en Batán Grande, que solo ha sido objetivo para obtener y dinero, sin ningún beneficio para estas comunidades étnicas.
El “Señor de Cicán” fue solo uno de los tantos señores cuyas tumbas han sido profanadas por docenas; a diferencia de un Señor Mochica, que gobernaba uno o dos valles contiguos; un Señor Cicán tuvo poder de gobierno de varios valles, evidenciándose su dominio desde Pachacámac en Lima hasta Ecuador y el Nor Oriente Peruano; futuras excavaciones darán cuenta de las aún intactas tumbas en las esquinas de la rampa de “La Rodillona” y en la Plaza Ritual Central, entre “Las Ventanas”, “El Moscón” y “El Loro”, en donde el autor sostiene, se ubican varias tumbas de élite esperando por ser descubiertas.
VOCABULARIO
1.- Fase temprana : fase más antigua de un estilo o de una cultura.
2.- Ciec Quic: “Gran Señor”, que en la época colonial, los cronistas denominaron Cacique (vocablo antillano) o Curaca (vocablo quechua)
3.- Aloec: llamados también “Caciques segunda persona”; eran señores de élite conocidos también como “Fillcas”.
4.- Radio carbono : Método para calcular la antigüedad o edad de material orgánico (hueso, madera, etc.); se basa en la desaparición progresiva del carbono 14 (C-14) de todo ser vivo; cada 4,500 años se pierde el 50% del total acumulado y así sucesivamente hasta su desaparición total en un período promedio de 45 o 50 mil años.
5.-Zapata: elemento estructural de acero utilizado en la construcción moderna (con acero); se trata de “parrillas” que se colocan debajo de la cimentación o basamento para uniformizar la distribución de cargas verticales y transmitirlas al suelo.
6.- Tumbaga: aleación de oro y cobre; los objetos mochicas y cicanes que se exhiben en colecciones y museos, no son de oro puro generalmente, metal que puro, es quebradizo; aleado con cobre se torna más maleable.
7.-Lapislázuli: piedra semipreciosa de color azul, su nombre mineralógico es Lazurita.
8.-Arqueoastronomía: estudio del conocimiento de la astronomía de antiguas civilizaciones y culturas.
9.- Algodón nativo: (Gossipium barbadense), algodón peruano de colores pardo, marrón, crema (ante), lila (fifo), etc.
BIBLIOGRAFÍA
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3.- Carrera y Daza, Fernando de la (1939) 1644: “Arte de la lengua Yunga”; Instituto de Antropología, Tucumán.
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5.- Hocquenghem, Anne Marie, 1989: “Iconografía Mochica”; PUC, Lima.
6.- Kauffman, Federico, 1970: “Arqueología Peruana: Visión Integral”; impr. Iberia; Promoción editorial Inca; tambien. “El Perú Antiguo” en Historia General de los peruanos, tomo I; 783 págs.
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12.- Shimada, Izumi, 1981: “Temples of time: the ancient Burial and religious center of Batan Grande, Peru”; Archaeology, 34(5):37-45: “La Cultura Sicán: caracteriza-ción arqueológica”; en: “Presencia Histórica de Lambayeque” Eric Mendoza, editor.
13.- Urton, Gary, 1984: “Chuta. El espacio de la política social en Pacariqtambo, Perú”; Revista Andina, año III Pág. 7-56.
14.- Zuidema, Tom, 1964: “The Ceque sistem of Cuzco”; Leiden, Brill.
Por:
José Maeda Ascencio
Chiclayo, Perú.
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