La ciudad romana de Valeria fue centro administrativo, político y religioso de un amplio territorio, el territorium valeriense. Fundada por Gaius Valerius Flaccus sobre el año 90 a. C. En el siglo IV decayó como otras muchas y con la desaparición del poder romano fue sede episcopal visigoda administrando así el antiguo territorio como sede episcopal.
Está edificada en una colina dentro de un territorio con una orografía muy difícil, entre las hoces del río Gritos y el Zahorra, lo que dificultó también la dotación de las necesarias infraestructuras urbanas, hídricas y de transporte que toda ciudad romana indefectiblemente tenía. Presenta las primeras casas colgantes conocidas en la Península Ibérica, precedentes de las de la cercana Cuenca, además de que recientemente se ha descubierto uno de los complejos termales, bastante extenso, edificado escalonadamente en la ladera oeste el cerro, aunque todo indica que tenía algunos baños más en la ladera contraria.