Red social de Arqueologos e Historiadores
Estimado amigo, Sr. Sánchez-Montaña:
Disculpe el retraso en contestarle, tal como le comenté que haría en el post “Los muros de una gran edificio….”, pero no siempre hay tiempo disponible cuando se quiere.
Bien, resumamos muy brevemente la cuestión que veníamos debatiendo:
1º Yo le había presentado, en un principio, una serie de argumentos por los cuales consideraba que no cabía aceptar su hipótesis de que Lucus Asturum era el enclave de Oviedo (véase mis dos comentarios de 04/05/09 y 06/05/09). Algunos de esos argumentos quedaron sin contestar por su parte.
2º Ud. se limitó a exponer seis razonamientos con los que estimaba se podía dar fundamentación a su hipótesis y que se resumen así (tal como figuran, igualmente, en su blog OVETUM).
A.- En Llanera y sus alrededores próximos no existe un yacimiento con entidad suficiente para ser reconocido como Lucus Asturum.
B.- El enclave de Lucus Asturum era, según las fuentes medievales, una ciudad amurallada.
C.- Según las coordenadas de Ptolomeo, Lucus Asturum puede estar emplazado en un área entre Lugo de Llanera y Oviedo (ambos incluidos), y con centro en Lugones.
D.- En el entorno próximo a Lugones, centro coincidente con las coordenadas de Ptolomeo, el emplazamiento que hasta la fecha ha presentado mayor número de elementos antiguos y romanos es Oviedo.
E.- La ciudad de Ovetum, fuera del ámbito Asturiano, es reconocida como ciudad de fundación romana por algunos autores.
F.- Lucus Asturum y Oviedo tienen mismo significado toponímico.
3º Los tres primeros razonamientos o argumentos (A,B,C), prácticamente los debatimos ya, y no tengo inconveniente en admitirselos -tal como le dije en su momento-, porque, aunque se pueden hacer precisiones al respecto, en términos generales pueden aceptarse y tampoco comprometen en el sentido de asumir que Lucus Asturum era el enclave ovetense.
Punto “D”:
Ya más en desacuerdo estoy en este apartado. El número de elementos de época romana aparecidos en Oviedo no tiene un alcance tan decisivo como para decir que sobresale por ello en relación a Lugo de Llanera, y mucho menos para concluir o suponerla como la verdadera Lucus Asturum.
Le recuerdo que el entorno de Llanera también ha proporcionado apreciables vestigios romanos: no sólo tenemos la famosa lápida de los Lares Viales, sino los restos que se obtuvieron en el Canto (Castro) de San Pedro, el notable complejo alfarero de los hornos de Cayés, las cerámicas y restos de pavimento con ladrillos en forma de rombo halladas en la finca de “La Castañera”, al lado de la iglesia de Santa María (así como las termas que, según se presume, hay en su entorno), los restos de tégulas y mosaicos hallados en la finca de “La Castellana (al lado de la estación de Renfe), así como la no menos importante necrópolis de Paredes, o el conjunto de vestigios formado por estatuillas, monedas, medallas, teselas, que se han obtenido en su suelo, etc.
En cualquier caso, y como ya se ha subrayado en otras ocasiones, mientras no se lleven a cabo más excavaciones arqueológicas y se produzcan más hallazgos sustantivos en ambos lugares (Oviedo y Lugo de Llanera) difícilmente se podrá ir más allá en la interpretación del asunto en cuestión.
Punto E:
Respecto a este apartado, Ud. mismo, lo ha dicho: “La existencia de opiniones a favor no deben ser tenidas en cuenta para la demostración de la validez histórica”. Aunque luego apostille: “Pero son antecedentes que enmarcan la historia de la ciudad“.
Es decir, son sólo unas opiniones, y quizá emitidas, además, sin la suficiente información y documentación. Nada demuestran.
Luego expone Ud. lo siguiente:
"En este aspecto tiene especial interés constatar el descubrimiento de la invención de la sede episcopal de Lucus Asturum identificándola con Oviedo, ya claro en los apuntes de Juan Antonio. Éste analiza una serie de documentos falsos señalando la identificación Lucus Asturum-Oviedo como el móvil principal de don Pelayo."
"Historia, fueros y actitudes políticas: Mayans y la historiografía del 18", Antonio Mestre Sanchís.
Es esta una cuestión que conviene aclarar porque la repite Ud. bastante y, tal como está redactada, induce, a mi juicio, a suma confusión, cuando dice, incluso en su blog “OVETUM” lo siguiente: “No es la primera vez que un documento señala la identificación Lucus Asturum con Oviedo”, es decir, en relación al obispo D. Pelayo.
O sea, que tal parece que Ud. interpreta que el obispo D. Pelayo identifica también ambos lugares, cuando no hay tal cosa, sino que es todo lo contrario.
Esta referencia al obispo D. Pelayo, y la clara distinción que se desprende entre Lucus Asturum y Oviedo ya se lo hice ver en mi comentario del 06/05/09, cuando le señalaba que, el hecho de que se hablara de un traslado de la sede episcopal (con independencia de que hubiera sido inventado o no) de Lucus Asturum a Oviedo, ya demostraba claramente que el obispo D. Pelayo no identifica como sinónimos ambos enclaves y, por tanto, es una prueba palpable que se refería a que son distintos.
Le recuerdo mi argumento:
"Fíjese que en la misma referencia que usted cita (Vicente José González García. «El obispo Don Pelayo, clave para el estudio de la historia de Astu...), se abunda en ello y se puede extraer la misma consecuencia cuando el autor recuerda lo que escribió el arzobispo de Toledo, D. Rodrigo Jiménez de Rada (1170-1247):
“Fruela trasladó a Oviedo la Sede Episcopal desde Lugo, ciudad magnífica (urbs magnifica) en la que primeramente había sido establecida”.
Es decir, la exención que se buscaba de la diócesis de Oviedo (respecto de la Primada de Toledo) con base a los orígenes que aquélla tenia en Lucus Asturum (subrayando lo de su traslado, y lo de “primeramente”, por lo demás) permiten concluir que estamos hablando de dos enclaves distintos.
Punto “F”:
Es este, el de la interpretación de la evolución del topónimo de Lucus Asturum, un apartado realmente sorprendente en su conclusión.
Ese análisis que Ud. realiza, tomando como base el trabajo de Francisco Escobar García publicado en el año 1974: “El topónimo Oviedo ¿es un teónimo?” , y en virtud del cual sostiene que, en un momento dado de la historia de Lucus Asturum, en el proceso de vulgarización de su nombre, sus habitantes optaron por el cambio toponímico acudiendo a la posible referencia del enclave al dios Júpiter, esto es, Júpiter-Iove-Ovetum, no deja ser, a mi juicio, realmente, una pirueta argumentativa muy forzada.
Dice usted: “Es Oviedo un teónimo que sustituye el valor sagrado del topónimo original. Júpiter, que encabezaba el panteón de la ciudad de Lucus Asturum identificará al enclave astur desde los tiempos tardo-romanos”.
Tal parece que actúa Ud. aquí como Procusto, adaptando el problema de la evolución toponímica de Lucus Asturum al lecho de su hipótesis.
Para empezar, habría que decir que de la lectura del trabajo de Francisco Escobar no se deduce nada por el estilo de lo que Ud. apunta con respecto a la evolución toponímica de Lucus Asturum. El trabajo es en relación al posible origen toponímico de Oviedo como un teónimo, cosa que puede incluso considerarse dentro de las muchas aportaciones que se han realizado sobre el particular, pero que de ahí se derive lo que usted apunta media más de un trecho que salvar.
En este sentido, dice Ud. que el proceso evolutivo del topónimo se produce en tiempos tardorromanos, pero, claro, habría que preguntarse: ¿qué tiempos tardorromanos son esos?, ¿cuánto abarcan?, ¿cuándo se produjo, más o menos, ese cambio?
Veamos:
En el documento fundacional del convento de San Vicente, que describe la llegada de Máximo y Fromestano en el 761 al lugar, se dice "quod dicunt Oueto" y también “in isto loco iam dicto Oueto“.
Esto es: al menos en ese año (761) -y por razones obvias, quizás antes- el nombre que hace referencia a Oviedo ya está establecido.
Luego tenemos que Ptolomeo (que es del siglo II d.C.) cita a Lucus Asturum en su mapa de Hispania. Y luego tenemos también la compilación del Anónimo de Rávena (que es del siglo VII d. C., hacia el 670), el cual cita igualmente, en sus itinerarios de Hispania, a Lucus Asturum.
Es decir, que al menos hasta bien avanzado el siglo VII el topónimo de Lucus Asturum se mantiene, no sufre cambios ni hay evolución en el mismo de ningún tipo. Lucus Asturum es Lucus Asturum, y no es Oueto, ni Ovetao ni Oveto u Ovetum, o cosa que se le parezca.
En consecuencia, si se produjo la evolución toponímica de Lucus Asturum hacia el topónimo de Oueto u Ovetum, tuvo que haberse producido en sólo un siglo aproximadamente, entre el año 670 y el 761. Y quizás en menos tiempo, pues, ya digo, es de suponer que en el lugar "quod dicunt Oueto” ya se llamaría así bastante antes, no cuando recién llegaron Máximo y Fromestano. Y, por tanto, parece muy escaso el espacio temporal existente para que se hubiese producido esa compleja y curiosa evolución toponímica que Ud., Sr. Sánchez Montaña, supone como solución al problema.
El trabajo de Luis Escobar García es interesante para incardinarlo dentro de aquellos que suponen un origen del topónimo de Oviedo en relación al dios Júpiter, tal como el propio Vicente José González sostiene cuando recuerda que Plinio el Viejo alude al plomo negro “iovetano” y que “Oveto” era el centro de ese territorio “iovetano“. Pero ninguno de los dos (Escobar Garcia y Vicente José González) identifican ese “Oveto” y ese territorio “iovetano” con el enclave de Lucus Asturum.
De otra parte, cuando Ud. dice que se hizo necesario para Lucus Asturum, en el proceso de diferenciación y vulgarización toponímica, diferenciarse claramente de Lucus Augusti y de Asturica Augusta, Narciso Santos Yanguas, en su última obra “Asturias y los astures y la administración romana durante el Alto Imperio", en el capítulo dedicado a Lucus Asturum, mantiene que “… en la documentación antigua se aprecia un cuidado sumo en no confundir ambos topónimos, tal vez porque cada uno de ellos cumplía funciones específicas en el marco de la administración romana del noroeste peninsular”.
Es decir, que no parece que existiera esa necesidad a la que usted hace referencia. Además, el topónimo de Lugo de Llanera está ahí como herencia y es complicado obviarlo.
Por último, si admitimos su hipótesis del cambio toponímico (que es una hipótesis particular dentro de la hipótesis general), como ya le había apuntado (y usted no contestó), no se explica cómo en las donaciones de Alfonso III ("Ecclesiam Sancte Marie de Lugu cum suos muros antiquos") y Ordoño II (“Ciuitatem Lugo destructam cum eclesial Sancte Marie”) se hace mención en ambos casos a Lugo o Lugu. Si Lucus Asturum era Ovetum u Oviedo, ¿a cuento de qué aparece aquí esta referencia a Lucu o Lugo? Pues sencillamente porque hacen referencia a un lugar distinto.
¿Y qué decir de la carta documental del monasterio de San Vicente de Oviedo, fechada en el siglo X, -que también cita Santos Yanguas en el libro anteriormente reseñado- la cual, al delimitar una tierra objeto de venta, cita la “porta civitatis” de la “villa Luco” (“Placuit nobis ut vinderemus vobis terra in villa Luco, de porta civitatis usque in termino Berani“)?
En fin, Sr. Sánchez-Montaña, creo que, ante todo ello, su hipótesis es endeble. Hay demasiados escollos que salvar como para tomarla con suficiente consideración. Tenga en cuenta que, en toda la exposición que le he hecho, no se niega que la ciudad de Oviedo tenga un más que posible origen romano, pero ello no invita a concluir que pueda ser Lucus Asturum. Y, al mismo tiempo, el hecho de que no se pueda afirmar arqueológicamente con certeza que Lugo de Llanera es Lucus Asturum, no autoriza a establecer una hipótesis tan poco firme como la que Ud. presenta al identificarla con el enclave de Oviedo.
Es por ello que le he dicho, sin ningún ánimo peyorativo y sin ninguna intención de molestarle, que sus argumentos me parecen escasos y poco eficientes (deficientes) en orden a demostrar que hay que tener en cuenta su hipótesis como plausible.
Como siempre, reciba un cordial saludo.
Bueno, Sr. Sánchez-Montaña, veo que usted se limita a reafirmarse en sus argumentos, sin aportar nada nuevo y sin contestar a las objeciones que le he hecho a su hipótesis (sobre todo, la relativa al cambio toponímico de Lucus Asturum por Ovetum-Oviedo). Así, difícilmente podemos avanzar.
No obstante, le diré que me sorprende que siga usted confundiéndose con la cuestión del hipotético y polémico traslado del obispado de Lucus Asturum a Oviedo en tiempos del obispo D. Pelayo, aduciendo, ahora, que el verbo trasladar tiene varias significaciones, y que en el caso que nos ocupa, según Ud., "NO NECESARIAMENTE SE CAMBIA DE LUGAR EN UN TRASLADO, EL LUGAR PUEDE SER EL MISMO PERO CAMBIA LA LENGUA". Es decir, supongo que está Ud. aquí aplicando la cuarta acepción de las cinco que pone del significado de "trasladar".
O sea, que Ud. entiende que no hay tal traslado, sino lo que hay es una especie de "traducción", que lo que se traslada es un cambio de nombre, esto es, que Fruela "traslada" el nombre del obispado Lucus Asturum al nombre de Oviedo como tal.
Desde luego, si esto es así, si no le he interpretado mal, debo decirle que su forma de argumentar esta cuestión es sumamente curiosa por no decir sorprendente.
Primero, porque, cuando Ud. dice afirmarse en que “Fruela trasladó a Oviedo la Sede Episcopal de Lugo”, es evidente que resulta muy forzado no sólo ya irse hasta la cuarta acepción del significado del verbo "trasladar", sino aplicar esa acepción a dicha frase.
Y segundo, porque dicha acepción, y la interpretación que de la misma Ud. hace, salta por los aires cuando omite la preposición "desde" en la frase aludida, la cual, tal como figura en el trabajo de Vicente José González García, «El obispo Don Pelayo, clave para el estudio de la historia de Asturias». El Basilisco, número 8, julio-diciembre 1979, figura enteramente de este modo:
“Fruela trasladó a Oviedo la Sede Episcopal desde Lugo, ciudad magnífica (urbs magnifica) en la que primeramente había sido establecida”.
Esa preposición "desde" indica distancia, de un lugar a otro lugar. En este caso, de Lugo a Oviedo, por lo cual son enclaves distintos. Pero, además, léalo Ud. bien, se dice "en la que primeramente habia sido establecida". Más claro, agua (con independencia de que sea invención o no del obispo D. Pelayo el establecimiento de esa sede episcopal en Lucus Asturum).
En fin, no sé ya cómo decírselo: el obispo D. Pelayo no identificó nunca Lucus Asturum con Oviedo, tal como usted afirma. Todo el punto 4º del trabajo de Vicente José González está desarrollado en esta línea. La primera frase de este punto 4º que usted reiteradamente cita, "Lucus Asturum como ciudad y sede episcopal es invención pelagiana", es la opinión del profesor Javier Fernández Conde contra la que argumenta precisamente Vicente José González.
Por lo demás, ya veo que el resto de argumentos (nombres de la iglesias donadas por Alfonso III y Ordoño II, etc.) que le doy los encuentra, a pesar de la claridad expositiva que he procurado darles, enmarañados, y opta por no contestarlos.
Sin embargo, déjeme reiterarle que, el argumento de que todavía en el siglo VII el Anónimo de Rávena se refiera a Lucus Asturum como enclave, sigue siendo una seria objeción a su hipótesis del posible cambio toponímico. Como mínimo indica que hasta ese siglo no hubo necesidad de cambiar el nombre de Lucus Asturum por el de Oviedo.
Salvo que Ud. crea conveniente contestar de nuevo, por mi parte dejo aquí ya este interesante debate. Los argumentos (y las ausencias de algunos de ellos) están sobradamente expuestos por ambos. Si en un futuro surgen datos nuevos (a favor o en contra de su hipótesis) no dudo que con sumo gusto los analizaremos.
Un cordial saludo
Vamos a ver, Sr. Sánchez-Montaña.
No es que yo trate de dirigir el debate a mi manera, sino que, en la hipótesis que Ud. plantea, se trata no sólo de analizar aquellos argumentos que permiten sostenerla, sino también de rebatir aquéllos que la cuestionan.
Si Ud. sólo acude a los argumentos que mejor se prestan para afirmarla, pero obvia rebatir -o liquida con un simple plumazo- aquellos que la ponen en solfa, comprenderá Ud. que será muy complicado alcanzar a comprobar cuál es el grado de verdad que su hipótesis encierra. En definitiva, es necesario analizar con un mínimo de rigor todos aquellos aspectos que la hagan poner en duda, y tratar, al menos, de ofrecer una explicación a las mismas.
Dice Ud.: "Son varios los que indican que Pelayo se caracterizó por defender una continuidad histórica entre Lucus Asturum y Oviedo".
Ante ello, debo decirle, en relación al obispo D. Pelayo, que el concepto de "continuidad histórica" se refiere a la sede episcopal, no a que haya una continuidad histórica entre ambos enclaves de Lucus Asturum y Oviedo, como si fuesen uno solo. Es una diferencia de concepto fundamental que hay que tener en cuenta cuando se menciona que:
“Fruela trasladó a Oviedo la Sede Episcopal desde Lugo, ciudad magnífica (urbs magnifica) en la que primeramente había sido establecida”.
Ud. podrá concluir que dicha mención, "...en latín original, puede ser transcrita para que diga una cosa y su contraria", lo cual no deja de ser muy elástico en orden a dejar de lado los problemas que le plantea. No obstante, como bien sabe Ud., está tomada del trabajo -repetidamente mencionado- de Vicente José Gonzalez, al que no creo se pueda poner en duda en cuanto a sus dotes de conocimiento del latín y, por tanto, de la transcripción que al respecto ofrece.
A renglón seguido, comenta Ud:
"La reseña de Rávena en el siglo VII de la ciudad de Lucus Asturum nos permite imaginar como este enclave presenta sus murallas en pié cuando Fruela I traslada la capital a Oviedo en el VIII. Ya que ambos emplazamientos son la antigua capital, el mismo lugar edificado de origen romano...".
O sea, que cuando Fruela traslada la capital a Oviedo podemos imaginarnos que Lucus Asturum presenta sus murallas (quizás ya estarían destruidas), que no son otras que las de la propia Oviedo, sólo que, o bien el Anónimo de Rávena no se había enterado que Lucus Asturum había cambiado de nombre, o bien que ese cambio toponímico se produciría a partir de cuando él la menciona. Vamos, más o menos en tiempos de Fruela.
Permítame una vez más que le diga que esto no deja de ser sumamente sorprendente. ¿Cómo es posible que hasta el siglo VII o siglo VIII no se consideró que había necesidad de este cambio toponímico, pero sí surge la necesidad casi a caballo cuando llegan Máximo y Fromestano al lugar "quod dicunt Oueto” y que en tiempos de Fruela ya está firmemente establecido?
Y, por si fuera poco, no tenemos, en toda la documentación de la época, ninguna pista, aunque sea débil, de cuándo se produjo ese cambio toponímico, o que indique al menos que son el mismo enclave. Lo que tenemos, abrumadoramente, es todo lo contrario: referencias a que son dos enclaves distintos. Y mientras esto no se explique o se dé cuenta razonadamente de por qué es así, estaremos, permítame también la licencia, ante una especie de misterio de la santísima trinidad de tipo arqueológico y documental.
Por otra parte, debo decirle que no le niego la importancia que tiene la significación de la Cruz de los Ángeles para la historia de Oviedo (como de igual modo reconozco en lo que vale su personal e interesante aportación en la interpretación de su diseño o constitución), y en concreto para buscar, a su través, referencias ideológicas -de estirpe romana- que conformaron o inspiraron la génesis del reino astur, pero ello no demuestra nada en relación a que Lucus Asturum es Oviedo. No por nada, no añade Ud. este argumento a la lista de los seis que ofrece al respecto, sino que lo aporta como un complemento más.
Termino como empecé el debate. Considero que su hipótesis, siendo sugerente e interesante, adolece de argumentos consistentes que permitan tomarla con seria consideración, pues hay elementos de razón, históricos y arqueológicos, que lo dificultan en demasía.
Por tanto, tal como le dije, creo que, para poder salvar parcialmente su hipótesis, habría que contemplar el ámbito territorial de Lucus Asturum como un ámbito que llegaba a englobar el enclave de Oviedo (a pesar de estar a unos diez Km de distancia). Que, andando el tiempo, este enclave ovetense asumió cierta importancia, diferenciándose sobremanera del enclave territorial de lo que hoy conocemos como Lugo de Llanera, adquiriendo el nombre de Oviedo, y quedando, en cualquier caso, ambos enclaves diferenciados.
Es decir: no es que Oviedo evolucionara a partir de un enclave concreto llamado como tal o específicamente Lucus Asturum, sino que sería un enclave más de ese amplio y disperso territorio administrativo llamado en la antigüedad romana Lucus Asturum (Lugo de Llanera), y que adquirió la suficiente preponderancia como para constituirse en una civitas de relieve con nombre diferenciado.
Muy brevemente, dado que no he leído todas las argumentaciones anteriores, sólo quería mencionar que este martes estaremos dando una conferencia con algunos de los resultados de las excavaciones de este año en Lucus Asturum. Por si fuese de su interés.
Casa de Cultura de Llanera a las 19:00
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