Retrato de Bianca, hija de Ludovico Sforza, posible obra del pintor Leonardo da Vinci

 

El Mundo.es

 

Las dudas en torno a la identidad del autor de este retrato han sido muchas y muy variadas. La casa de subastas Christie's lo vendió en 1998 como un retrato del siglo XIX. Ahora, un importante historiador de arte, lo sitúa en el siglo XV y se lo atribuye a Leonardo da Vinci. Martin Kemp, profesor emérito de Historia del Arte en la Universidad de Oxford, ha identificado el dibujo como una hoja que falta de un volumen del siglo XV vinculado al gran mecenas de Leonardo, el duque de Milán, Ludovico Sforza. El profesor siempre ha creído que este retrato de una mujer joven es una obra maestra perdida de Leonardo da Vinci, y dice haber descubierto pruebas concluyentes que avalen su teoría.

Una de las pistas que le llevó a iniciar la investigación fue al ver que había un agujero en el margen izquierdo de la hoja, lo que le hizo suponer que había sido arrancada. Pero las posibilidades de que el volumen sobreviviera 500 años eran remotas, y las posibilidades de que se encontrara aún más.

A principios de este año, Kemp se embarcó en lo que él describe con el proceso de "buscar una aguja en un pajar", es decir, la búsqueda de un volumen del siglo XV al que le faltara una hoja. "Las afirmaciones de que se trata de una falsificación, plagio o una copia de un Leonardo han sido eliminadas definitivamente", dijo Kemp al diario 'The Guardian'.

Contra todo pronóstico Kemp viajó a Varsovia para investigar en la biblioteca nacional de Polonia. El profesor recuerda lo que pensó cuando abrió el volumen: "Sí, aquí podemos identificar la existencia de una página que ha sido claramente eliminada por los agujeros encontrados. De hecho el pergamino es de 1496, de Bianca y realizado como regalo de matrimonio. Es asombroso, podrías pensar que los orificios están siempre a la misma distancia, sin embargo, la costura es irregular y el ojo no lo puede medir con total precisión".

Así, Kemp identificó de manera provisional a esta mujer como Bianca, hija ilegítima del duque, que murió unos meses después de su matrimonio a la edad de 13 años. Esta identificación fue apoyada por el título de la página Sforziad, un volumen sobre las celebraciones de los Sforza; los símbolos que aparecen en el libro demuestran que se trató de un regalo de bodas.

Para certificar su teoría, Kemp se valió de un especialista que había realizado análisis científicos en la Mona Lisa, explorando por debajo de las capas de pintura. El análisis técnico confirmó que "el pergamino del retrato se asemeja, en todos los aspectos, a las características físicas de las hojas que quedan", explica. "Las hojas de pergamino se consiguen por un complejo proceso de afeitado de un ternero, cabrito o cordero al espesor deseado. El espesor del pergamino es totalmente coherente con los folios del libro de Varsovia", afirma Kemp.

La casa de subastas Christie's lo vendió en 1998 por más de 10.000 euros pensando que era del siglo XIX. Ahora, como 'un Leonardo' podría venderse por más de 100 millones. Por su parte, Cristie's ha rechazado la atribución de Kemp, pese a que ha tenido el apoyo de varios académicos y expertos como Leonardo Carlo Pedretti que confían en la veracidad de su investigación. Hoy día, Cristie's podría hacer frente a procesos judiciales abiertos por la obra.

En esta historia hay muchos escépticos. Uno de ellos es Jackes Franck, consultor sobre Da Vinci en el Louvre. Franck dice que hay errores anatómicos entre el cuello y busto. Además, otros argumentan que no hay otros 'Leonardos' en pergamino, pese a que hay pruebas del interés que mostró el artista sobre su uso.

El anuncio de Kemp se produce antes de que se emita un documental de National Geographic sobre el análisis científico del dibujo, que se proyectará el próximo año. Además, el profesor publicará su investigación en la edición italiana de su libro sobre La Principessa.


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Comentario por David Montero el octubre 1, 2011 a las 1:50pm
Una crítica experta y bien balanceada que hace mención a la desmesura del Sr. Kemp aquí:

http://www.tandfonline.com/doi/pdf/10.1080/01973762.2010.522397

 

Comentario por Guillermo Caso de los Cobos el octubre 1, 2011 a las 6:14pm

Mi apreciado Sr. Montero:

Dice que me acepta el favor, pero a continuación, sin ningún reparo, sigue poniendo en solfa a los especialistas que le he citado (todavía tengo alguno más en el tintero virtual, por si lo quiere), y encima haciendo preguntas impertinentes sobre si son lo suficientemente importantes o si conozco bien sus curriculum. Oiga, Sr. Montero, ¿de verdad cree usted que se puede argumentar asi? Yo no le he dicho en ningún momento que los expertos detractores de las tesis del profesor Kemp no tuvieran categoría profesional para hacerlo. ¡Vamos, ni se me ocurre! Pero usted sí. No puede evitar esa fea tendencia que tiene a descalificar a la gente con una frivolidad que indigna, por decirlo de un modo liviano. Pero, en fin, ya digo, si aparte del profesor Kemp (toda una autoridad mundial en la materia leonardesca), todos los demás, que también tienen un muy acreditado conocimiento al respecto del asunto que nos ocupa, no le sirven, ¿entonces qué hacemos con usted? Cada vez que debatimos sobre algo se lo tengo que recordar (lo cual comienza a resultar cansino): usted diga que no le convencen los argumentos ofrecidos por estos especialistas (o los que sean en el tema que sea), pero déjese de descalificarlos en su importancia profesional, que no por ello va a tener usted más razón, y lo único que consigue es que apreciemos en sus gratuitos diagnósticos necedad y mente-catez. Y cuando vaya al grano del asunto, que es a lo que tiene que ir, haga también el favor de no coger rábanos por las hojas para volver, erre que erre, a descalificar, tal como hace con las apreciaciones que ha hecho la experta Cristina Geddo. Con ello demuestra que no ha leído enteramente las valoraciones que ha realizado esta señora, o, si las ha leído, que actúa sesgando deleznablemente las mismas con el único fin de ridiculizarla diciendo que sus argumentos son tontos. Pues, Sr. Montero, el que califica de esa manera tan gratuita se califica así mismo también, por lo que puede usted correr el riesgo de que igualmente le apliquen atributos similares.

Decir que el profesor Kemp manipula la información es también otra manera de descalificar que no viene a cuento. ¡Pero si todo lo que ha dicho hasta ahora lo ha venido publicando y puesto a la vista de todos! ¿De qué manipulación nos habla? ¿De que argumenta contra las opiniones de Christie's y de aquellos que no están de acuerdo con él? ¿Es que no tiene derecho a hacerlo, siendo, como es, el que tiene que defender su tesis? ¿No habíamos quedado de acuerdo en que hay muchos intereses económicos, y de otra índole, de por medio? ¿Acaso no tiene derecho el profesor Kemp a denunciar que también ellos -y no digamos, en particular, Christie's- pueden estar mediatizados en sus opiniones por intereses oscuros? Supongo que en esto estamos o seguimos de acuerdo.

En cuanto a lo de que hubiese sido preferible que los análisis y estudios que llevó a cabo el profesor Kemp tenían que haberse publicado en una revista especializada, permitame que le diga que sigo sin ver la trascendencia (e incluso la conveniencia). Si el Sr. Kemp hubiera mandado su trabajo de investigación a una revista especializada podían haber ocurrido dos cosas: que especialistas en la materia, en su peer review del mismo, no lo admitieran, o bien que lo admitieran. Si no lo admitían cabría preguntarse por el porqué de la negativa. ¿En que no están de acuerdo con la atribución a Leonardo del retrato en cuestión? Bien,  ¿y entonces qué hace el Sr. Kemp? ¿Va a otra revista especializada, y así hasta que se lo publiquen? Es fácil entender que el Sr. Kemp no haya querido correr ese riesgo, máxime con un asunto como este donde las conclusiones científicas que se pueden aplicar al mismo tienen muy claros sus ámbitos de aplicación y sus límites, dado que hay también un alto grado de valoración de otros aspectos que, por muy profesionales y depurados que sean, no pueden catalogarse propios de una ciencia exacta. Y si, finalmente, lo admitieran ¿cabría deducir entonces que el trabajo de investigación del Sr. Kemp es más válido por ello? Pues no, obviamente. Mire, Sr. Montero, en el campo de la ciencia no sólo lo que se publica en revistas especializadas tiene valor científico. Hay otros métodos que cumplen similar función como es la propia publicación de las tesis que se quieran en libros. Si fuéramos tan exigentes ¿deberíamos rechazar todos aquellos trabajos de investigación que han sido publicados en libros y no previamente en revistas especializadas? ¿Debemos hacer lo mismo con todo aquello que en el pasado se publicó en libros y no pudo hacerse en revistas especializadas porque éstas todavía no existían, o si existían apenas tenían valor de refrendo científico? Concluya usted mismo. Y ya sé, o tengo en cuenta su advertencia, de que usted también cree que no es algo definitivo que el trabajo del profesor Kemp no se haya publicado en una revista especializada. Pero entonces sea coherente y no insista diciendo que le sigue extrañando "que en este caso no fuera así".


Y por último: perdone, pero el enlace que nos ha puesto, relativo a la crítica del experto David G. Stork, en la que nos comenta que está bien "balanceada" tiene un grave problema, y que no es otro que el de haber sido realizada en noviembre del año pasado. Es decir, es una crítica que no ha podido tener en cuenta el hallazgo del códice varsoviano, del cual el Sr. Kemp aduce que fue sustraída la hoja-retrato de pergamino, y a partir de lo cual presenta una serie de pruebas y argumentos para deducir que no estamos ante una falsificación, cuestión que quedaría, pues, al margen del debate. ¿Diría lo mismo el Sr. Stork a partir de este descubrimiento?

Otra cosa -como ya dijimos y repetimos para que no haya dudas- es que no es prueba suficiente para adscribir, a ciencia cierta, el retrato de marras a la mano de Leonardo. Lo que interesa, por tanto, a partir de ahora, es la serie de argumentos que puedan los expertos mostrar en contra de los expuestos por el profesor Kemp en relación a la posible sustracción de la hoja-retrato del códice mencionado. Mientras no se vean argumentos en este sentido no tengo más remedio que seguir inclinándome en apreciar como más certeras las conclusiones del profesor Kemp. El hallazgo de tal códice y la posible demostración de la sustracción de la hoja-retrato es un episodio y una prueba demasiado consistente como para dejarla de lado, y, en consecuencia, Sr. Montero, las cosas quedan bastante menos en el aire de lo que usted suele repetir. Y no se olvide: el sumatorio de argumentos anteriores de atribución, junto con el hallazgo de este códice, es lo que resulta un tanto apabullante. Y es el sumatorio lo que cuenta, no un aspecto en concreto del problema.

Problema que, por lo demás, ya se ha dado otras veces con obras atribuidas a Leonardo. Precisamente tenemos muy cerca el hallazgo del "Salvator Mundi". Ya veremos también en lo que queda. A estas cosas hay que darles tiempo para que las investigaciones y los pareceres evolucionen al unísono. En la mente de todos está cómo otras obras, que supuestamente se atribuyeron a Leonardo y fueron rechazas en su día por determinados expertos, con el tiempo se acabó reconociendo su autoría, tal como ha pasado con la "Dama del armiño" o con el retrato de "Ginebra de Benci". Y lo digo, no sólo para recordarlo, sino también como contrapunto al argumento final del experto David G. Stork.

Comentario por Alicia M. Canto el octubre 1, 2011 a las 7:29pm

(Vaya lata con el editor de textos...) Parte 1.

Sí, creo que sobre este bello retrato queda batalla para largo. A mí me intriga lo de la venta en 2007, que no parece que ocurriera, sino que, desde 1998, la lámina está en poder de un millonario coleccionista suizo, y es en su casa donde la ve en 2007 el tratante Silvermann, a partir de lo cual (y supongo que por encargo del cliente) S. empieza a preguntar a varios expertos. La Dras. Gregori y Geddo parecen las primeras en atribuírla a Leonardo, e incluso la prestigiosa Mina Gregori le dice que "ella es la primera, y quiere publicarlo" (lo que no pasó). De ahí Silvermann pasa a N. Turner (París en enero de 2008), y éste le remite a M. Kemp, que, ojo, con 40 años de práctica leonardesca, de entrada no se creyó nada de que fuera de Leonardo...

Naturalmente, Christie's tiene que negarlo a muerte, porque en 1998 atribuyó la obra a un autor alemán del XIX que habría viajado a Italia y estudiado mucho a Leonardo, por lo que se vendió por sólo por cerca de 20.000 dólares (tienen al menos la disculpa de que, sobre las tizas, había retoques a la acuarela, y el soporte de roble sobre el que estaba montada). Su dueña anterior, la de 1998, lógicamente, está hecha una furia, y ha demandado a la galería, culpándola de su enorme pérdida pues, de confirmarse la nueva atribución, ahora valdría entre 100 y 160 millones de libras... un colosal patinazo, vamos. Así que, como dice David, hay mucho dinero por medio, intereses, prestigios académicos y demás por medio. Resulta todo muy interesante. A mí me gusta el argumento de la lámina arrancada; si de verdad coinciden los agujeros y el cosido, eso es "arqueológicamente" difícil de negar. Y, si alguien arrancó la lámina del códice, sería por una buena (mala) causa, que nada tiene que ver con el presente debate, pues mientras ha estado siglos, o al menos décadas, bien oculta (convendría saber desde cuándo falta de él...).

Bueno, para completar la historia, y ver alguna contradicción también, quería ahora recomendar 2 artículos en la revista Antique Trade Gazette de 12 de octubre de 2009:

Fingerprint points to $19,000 portrait being revalued as £100m work... - Art Market - 12 October 2009 ATG correspondent SIMON HEWITT gains exclusive access to the evidence used to unveil what the world’s leading scholars say is the first major Leonardo Da Vinci find for 100 years.

Esto es, que Silvermann, para confirmar sus sospechas, en enero de 2008 lo comentó en París al experto del BM N. Turner, quien tuvo la misma impresión, debido a la alta calidad de la obra y al sombreado hecho con la mano izquierda (una característica de da Vinci, aunque en otros casos lo hizo al revés), y a Mina Gregori, otra gran experta (sobre todo en Caravaggio, pero también en la pintura florentina en general), que fue la que le señaló los ropajes florentinos y el detalle de la mano zurda, que él no sabía, y le dijo que “sólo podía ser de Leonardo, y que ella quería ser la primera en publicarlo”, y a Cristina Geddo, como dije.

Turner encaminó a Silvermann hacia el mejor experto actual en Leonardo, Kemp. Éste, aun trabajando durante 40 años sobre el artista, no creyó en principio en la atribución, (“nunca había visto nada parecido”), y sólo al ponerse a investigar más a fondo vio que todos los datos encajaban entre sí.  (...) 

Comentario por Alicia M. Canto el octubre 1, 2011 a las 7:38pm

(...) Parte 2.

Los siguientes 18 meses se invirtieron en el estudio tecnológico con el nuevo aparato Lumière Technology, cuyos resultados, analizados por otro experto canadiense, Peter Paul Biro (el de la huella digital), dieron la certeza sobre la autoría. Kemp, por su parte, tiene el mérito de haber encontrado de qué sitio en concreto (un códice sobre los Sforza de Milán, en Varsovia) había sido arrancada la hoja. 

Ahora que la lámina puede valer una suma astronómica (al menos cerca de 100 millones de libras esterlinas), Silvermann, en una entrevista de 2009, dice que “él no es tan inteligente, pues, de ser así, ya en 1998 habría comprado la lámina, y no lo hizo, influenciado por el catálogo de Christie’s, que la atribuía al XIX, y luego la olvidó”, que en enero de 2007 volvió a ver la lámina entre lo que sacaba a subasta (¿?), y ahora sí le sonó a que podía ser del XIV, y la compró. Por otro lado, niega ser su actual propietario: "Puedo afirmar que legalmente no es mío. Lo compré para un cliente que “me machacará” si alguna vez se vende”. Su cliente, dice, es un coleccionista de arte contemporáneo, rico y mecenas de obras caritativas y de animales, que está pensando con el dinero crear una fundación para estudios de arte cerca de Florencia, “que sería dirigida por el Prof. Martin Kemp”.

Como dije, parece que ese suizo, o residente en Suiza, es el dueño desde 1998. Hay quien piensa que Silvermann miente, y a juzgar por el resumen de este reportaje temprano que encontré en Der Spiegel (nº 28, de 5-7-2008), que creo debe de ser de lo más antiguo que se publicó sobre este retrato: Schöne im Schubfach („Una bella en el cajón“), realmente sería el coleccionista suizo quien la poseería desde 1998. Esta parte de la historia, pues, no está muy nítida tampoco, o al menos a mí no me encaja bien.

En antepenúltimo lugar, recomendar vivamente una visita al portal de la empresa tecnológica donde la lámina se pasó casi 18 meses, hasta que hubo bastante certeza (en su caso) como para hacerlo todo público (aunque en realidad, como vimos, lo era desde hace tiempo) con más probabilidad de no ser criticada como atribución únicamente estilística: Lumière Technology, de París. Aparte de un pdf con todo el informe de prensa, y 4 extractos de los certificados técnicos de 4 de los expertos que la respaldan, en una presentación de la (ya desaparecida) zoomorama.com (abajo, dcha.), es asombrosa la forma en la que puede observarse la obra al milímetro, y los distintos estudios técnicos hechos sobre ella. El retrato mide por fin 33,27 x 23,87 cm, y está hecho a tres tizas (blanca, roja, negra) (procedimiento al menos conocido por Leonardo, por cierto), con los retoques a la acuarela que mencioné.

Casi por último, los dos libros hasta ahora publicados sobre ella, de A. Vezzosi con A. Sabato (2008) y el de Kemp con Cotte (el técnico de LT) (2010):

- Leonardo infinito, Reggio Emilia, ed. Scripta Maneant, julio de 2008 (era un lujoso catálogo tipo "tutto Leonardo" ya en preparación, al que se añadió la novedad), aquí la introducción a dicho libro, por C. Pedretti. (...)

Comentario por Alicia M. Canto el octubre 1, 2011 a las 7:45pm

(...) Parte 3

- M. Kemp y F. Cotte, La Bella Principessa: The Story of the New Masterpiece by Leonardo ..., Hodder & Stoughton, 1ª ed. marzo 2010.

En el resumen de ésta (salvo que sea un error) ya alarma la primera frase : “In October 2009, a major artwork by Leonardo da Vinci was uncovered”..." "Descubierta en 2009..." dicen, o sea, "tabla rasa" con todo lo anterior. En fin, que la historia no se ve muy clara desde distintos ángulos. Pero eso, obviamente, la hace más intrigante aún ;-)

Y ya por último de verdad, una curiosidad poco vista: la zona posterior de la lámina, con la plancha de roble sobre la que está montada; se aprecian dos sellos en azul, al parecer franceses del XIX, lo que pudo contribuir a la atribución de Christie's a dicho siglo (pero da una pista interesante sobre los destinos intermedios):

© Lumière Technology

Saludos a todos, y que reine la paz... ;-)

Comentario por David Montero el octubre 2, 2011 a las 8:35am

Sr. Caso: Veo que empieza  a insultar sin venir a cuento. Parece que para Ud. las discusiones son peleas y cuando alguien le lleva la contraria le falte al respeto. No tengo ninguna intención de seguir por ese camino, ni siquiera para desmentir las palabras que me atribuye.

Saludos.

 

Comentario por David Montero el octubre 2, 2011 a las 9:46am

Buenos días, Alicia:

 

Lo que más me "intriga" es la actitud del Sr. Kemp que ha escrito siempre como si no hubiera opiniones en contra suya y haciendo algún razonamiento fuera de lugar. De mi repaso a los pocos textos disponibles (el alemán, no, claro) veo al menos tres enormidades: obviar en sus escritos las opiniones contrarias, identificar la antigüedad del pergamino (que está acreditada) con la del dibujo (¿le suena?) e inferir automáticamente de la antigüedad y buena factura del retrato la atribución a Leonardo. Son tres saltos en el vacío. Que un experto se ponga estupendo y de saltos en el vacío no se deduce que se equivoque, pero dice poco respecto a su ecuanimidad.

 

De los expertos también sorprende, como dije, que utilicen a veces argumentos tan débiles como que parece estar ejecutado con la mano izquierda o que la factura es de calidad, cosa que no dice nada ni a favor ni en contra.Creo que los expertos en estos casos suelen opinar como si los falsificadores fueran todos unos idiotas.

 

Hay otra cosa que me intriga: de las pocas imágenes que hemos podido ver del códice varsoviano parece que su estilo no tiene nada que ver con el del retrato. Esto lo reconoce el Sr. Kemp que, sin embargo, remite a un caso similar con Mantegna. Si eso es así, ¿por qué en ese ejemplar del manuscrito se incluye el Leonardo y no en los otros dos? Supongo que esto es casi imposible de averiguar. No sé si hay una historia acreditada de los tres manuscritos.

 

Sigo sin enterarme si los agujeros del retrato coinciden o no con los del códice. La frase "Es asombroso, podrías pensar que los orificios están siempre a la misma distancia, sin embargo, la costura es irregular y el ojo no lo puede medir con total precisión", no ayuda. ¿Pudo haber sido recosido el manuscrito en alguna otra ocasión, como lo ha sido el de París?

 

Una pregunta elemental: dado que los otros manuscritos incluyen una hoja en blanco en el lugar donde está el retrato en el de Varsovia. ¿Es factible que el folio fuera arrancado en blanco para hacer una falsificación sobre el pergamino original? No veo manera de eliminar las dos opciones posibles: arranque del folio con el dibujo hecho, arranque del folio para hacer el dibujo. En este caso, la argumentación del Sr. Kemp se quedaría en el aire.

Comentario por Alicia M. Canto el octubre 2, 2011 a las 11:48am

Buenos días, David. Hoy ando algo justa de tiempo, pero creo que en este artículo de P. Cotte y M. Kemp, que debe ser de 2011, posterior a su libro de 2010, "La Bella Principessa and the Warsaw Sforziad", podremos encontrar algunas respuestas, sobre la compra (en efecto, parece que hubo un solo propietario desde 1998, el que lo compró por medio de Kate Ganz), los sellos de la trasera (de la Aduana de París), una relación de expertos valedores y al menos un grupo de opositores de la atribución ("The chief opposition came from the New York experts and observers who had “missed” it when it was in the hands of Christie’s and Ganz, and unsuprisingly from Christie’s, who were subject to legal action from Jeanne Marchig, who had consigned the drawing for sale..."), pero, sobre todo, el asunto que le preocupa de la primitiva inserción en el ejemplar de la Sforziada de Varsovia, y su demostración técnica. A mí, al menos, como ya decía ayer, me parece convincente.

Esta demostración técnica en principio no tendría que ver con la autoría del retrato, ni con la identidad de la retratada. Pero, siendo el de Varsovia el ejemplar de la Sforziada propiedad del marido de la novia, Galeazzo Sanseverino, que era a la vez amigo y uno de los patronos de Leonardo da Vinci (véase este blog de enero de 2011 sobre él y sobre esto, con cita de otra posible atribución, a la joven Angela Borgia L(l)anzol, en oct.09), me parece que en conjunto la hipótesis gana credibilidad, no hay duda, aunque al principio el propio Prof. Kemp no creyera en ello (y, supongo, prefiera no recordarlo...). Saludos.

Comentario por Guillermo Caso de los Cobos el octubre 3, 2011 a las 3:03am

¡Vaya!, Sr. Montero, no me imaginé en ningún momento que se iba a tomar así mi comentario crítico sobre su errónea forma de argumentar, "ad hominem", sobre los especialistas que defienden la autoría de Leonardo del retrato que nos ocupa. Mi intención simplemente era volver a advertirle, amistosa y argumentadamente, de los riesgos que conllevaba proceder, tan reiterativamente, del modo en que usted lo hacía, pues las descalificaciones personales sobre las capacidades y opiniones profesionales de determinados especialistas en la materia, como comprenderá, no eran ni son de recibo en un debate que aspira a ser mínimamente serio e ir al fondo de las cosas. Máxime cuando, además, usted no mostraba reparo al catalogar con ligereza de "tontas" las apreciaciones de una especialista en concreto.

En suma, nada más lejos de mí que pretender faltarle al respeto, y muchísmo menos considerar este debate, o cualquier otro, una pelea. Usted ya me conoce desde hace tiempo y hemos debatido más de una vez, desde diferentes posiciones, sin que hubiera ningún problema. Sabe que mis intenciones nunca van ni irían por ahí. Sin embargo, si usted considera que, aún así, determinadas argumentaciones mías le han molestado le ruego acepte mis más sinceras disculpas. Un hombre como usted, acostumbrado a debatir, sabrá comprender que, en última instancia, no siempre es fácil transmitir por escrito el tono en el que uno se posiciona y que desea se perciba de modo adecuado por la parte contraria, dentro de un natural desencuentro de pareceres y más allá de una palabra o frase escrita con mayor o menor dureza intercambiada mutuamente.


Y dicho esto, si me lo permite, trataré de abundar un poco más en algunas de las consideraciones que viene planteando en el debate y que, créame, se lo ruego, le agradezco un montón, fundamental y lógicamente porque obligan a profundizar en las dudas e interrogantes que surgen del asunto que se trate.


Dice usted que ve al menos tres enormidades en el profesor KempVeamos:

 

Primero: que, al parecer, obvia las opiniones contrarias. 
Siento disentir. Las respuestas a las opiniones contrarias al Sr. Kemp vienen contempladas la mayoría de ellas (siempre puede quedar alguna en el alero) en la profusión de datos y argumentos que ha venido aportando en sus escritos, e incluso en los que han añadido asimismo los especialistas que le apoyan. Por otro lado, dicha profusión de datos y argumentos dejan en bastante poca cosa los que manifiestan sus detractores, muchos de los cuales se limitan a dar una opinión de autoridad diciendo simplemente que no creen que el retrato de marras sea "un Leonardo". Y no olvide que muchas de estas objeciones han quedado anacrónicas después del descubrimiento del códice varsoviano de la Sforziada.

Segundo: admitida la antigüedad del pergamino, dice usted que el Sr. Kemp la identifica con el dibujo, cosa que le parece improcedente (pues obviamente son dos cosas distintas). Pero el caso es que dicha identificación, lejos de realizarse gratuitamente o en el vacío, se fundamenta en los análisis llevados a cabo sobre el mismo. Ya en su día, cuando el Sr. Silverman se hizo con el retrato en 2007 ordenó que se realizaran, aparte de las pruebas de C-14, análisis de autentificación de los pigmentos, los cuales dieron por resultado que ninguno de los mismos habia sido elaborado después del tiempo en que vivió Leonardo.

 

Y fue después de recibir estos resultados cuando el Sr. Silverman se puso en contacto con el Sr. Kemp enviándole la imagen (y supongo que los resultados) del retrato, según nos cuenta el periodista David Grann, que es quien puso en solfa la actividad profesional de Peter Paul Biro, el especialista en huellas dactilares en obras de arte.
Pero, además, están también los análisis llevados a cabo posteriormente en "Lumiere Technology", donde no sólo se obtienen toda clase de datos sobre las calidades y propiedades del color de las tizas y cola utilizada para fijar el dibujo, sino asimismo todo un catálogo de aspectos (técnicos, iconográficos, etc.) analizados en detalle que indican una antigüedad propia de los tiempos de Leonardo, y de los que tenemos un resumen en los dos vídeos que puse en un comentario anterior.

Dése cuenta también (y esto sirve igualmente para su supuesta hipótesis de que hubiera sido arrancada la página de pergamino en blanco y después pintada) de que en el retrato se observan los agujeros del cosido y una incisión doble producto del esfuerzo de cortar la hoja con una cuchilla o similar. Dicha incisión se aprecia claramente que está por encima del tono pictórico general que rodea la imagen (incluida la cola utilizada), luego la extirpación de la hoja es posterior a la realización del dibujo, el cual ya estaba. En el límite, si la hoja se extirpó en blanco por un falsificador, ¿por qué habría de plasmar el retrato de Bianca Sforza y no realizar otra pintura con temática distinta, pero con iguales características leonardescas? ¿Por qué precisamente aparece el supuesto retrato de esta mujer? Sólo cabe una explicación: porque el pintor que recibió el encargo (muy seguramente Leonardo) plasmó el retrato del personaje que se le solicitó y al cual se dedican contenidos poéticos en el códice.

Tercero: que el Sr. Kemp, a partir de la antigüedad del pergamino y del dibujo, suponga que el retrato responde a la mano de Leonardo.

Teniendo en cuenta todo lo anterior, y que el pergamino y el retrato son consistentemente solidarios del códice en cuestión, y que éste fue elaborado en la corte de Ludovico Sforza donde sólo un pintor podía alcanzar tal grado de maestría en su elaboración, y que este no era otro que Leonardo, y que por múltilples motivos ya aducidos de tipo iconográfico, técnico y de experiencia profesional, etc., pues, con base a todo ello, el Sr. Kemp considera que es un Leonardo, lo que no significa, como ya hemos dicho todos varias veces, que pueda ser cierto al cien por cien.

 

En definitiva, el profesor Kemp dice lo que dice (poniendo todo su prestigio de cuarenta años dedicado al estudio de la obra de Leonardo encima de la mesa) presentando sus pruebas y argumentos, y, partir de ahí, habrá quien considere que se puede aceptar o rechazar su opinión, pero no que da saltos en el vacío en su proceder.

Dice usted que sorprende que los expertos se refieran a que el retrato está ejecutado con la mano izquierda, considerando esto un argumento débil. No crea que es tan débil, Sr. Montero. Tal como ha subrayado Cristina Geddo, no se conoce entre los imitadores milaneses de Leonardo a nadie que fuera zurdo o ambidiestro, y, en todo caso, los ejemplos de sus trabajos de imitación leonardesca son de muy inferior calidad en comparación con el supuesto retrato de Bianca Sforza. Y lo mismo se puede decir, al parecer, de los posibles pintores alemanes del XIX influidos por el estilo de Leonardo. Otra cuestión importante: no se conoce en tales ámbitos ningún ejemplo parecido al retrato que nos ocupa, de tal modo que pudiéramos contemplar la posibilidad comparativa de una falsificación efectiva del mismo. Item más: no sólo está el uso de la mano de izquierda, también hay una huella de la palma de la mano (aparte de la huella dactilar), algo típico también en Leonardo a la hora de extender o difuminar el color, según informan los expertos.

Y en relación a lo de los agujeros y cosido entre el retrato y el códice, sólo puedo decirle, para no extenderme más, que lea los detalles con detenimiento del trabajo que al respecto ya le puse en este enlace, y cuyas dos primeras conclusiones dicen:

1. Los parámetros mecánicos, espesores y dimensiones de las hojas en el Libro de Varsovia
se corresponden estrechamente con los de La Bella Principessa;

2. Las agujeros de las costuras del libro de Varsovia son notablemente consistentes con
los de La Bella Principessa, sobre todo con respecto a su separación irregular.


Dra. Alicia:

En cuanto a las dudas que surjen en el proceso por el cual sale a la luz este retrato, para lo que se puede leer también este enlace y este otro, la secuencia sería la siguiente:

Antes de la subasta de 1998 en Christie's nada se conoce, por lo visto, de las vicisitudes del cuadro. Éste es puesto a la venta en tal año por la señora Jeanne Marching y comprado por el distribuidor Kate Ganz por menos de 22.000 dólares.

En enero de 2007 Kate Ganz lo vende por menos de lo que había pagado a un agente denominado Downey Holdings, una empresa panameña con dirección en Jersey, en las Islas del Canal, un paraíso fiscal. La compra se realizó bajo la dirección de Peter Silverman,  coleccionista canadiense e intermediario de un coleccionista suizo, quien, según él, es el verdadero propietario del retrato.

Y justamente cuando Silvermann le enseña el retrato a Martin Kemp (tras las pruebas de C-14 y pictóricas realizadas), y a éste le pareció digno de ver de cerca, es cuando ambos se traslandan a Zurich a inspeccionar el mismo. Luego vendrían los análisis de Lumiere Technology, el libro de 2009 de Martin Kemp anunciado oficialmente él mismo (por eso dicen "Descubierta en 2009...", porque toman, me imagino, como referencia el año de publicación del libro) que el retrato es de Leonardo. 

 

Y ya, finalmente, y con pistas que le proporciona el profesor de la Universidad Sur de Florida, Edward Wright (especialista en códices renacentistas), localizan el volumen de la Sforziada en Varsovia, cuyo análisis y resto de la historia conocemos.

Truco:

Por cierto, Dra. Alicia, los problemas que da el editor de textos al subirlos, al quedar recortados los mismos, puede solucionarse más cómodamente pulsando el enlace "Edición" que hay debajo del texto una vez éste ya ha subido la primera vez. Después de pulsar el enlace sólo hay que agregar el resto del texto y/o fotos que no salió. Por lo general funciona a la primera.

Así se evita tener que hacer varios comentarios separados (la única precaución que hay que tener es haber guardado previamente todo el texto y fotos que se querían subir), si bien, es verdad, que no deja de ser igualmente una gaita.

Saludos a los dos

Comentario por David Montero el octubre 3, 2011 a las 10:04am

Estimado Sr. Caso: Si, según Ud., llamar "mente-cato", frívolo y necio a alguien es un trato amistoso, Ud. es un "mente-cato" total, dicho amistosamente. Si ha cogido una pataleta porque le llevo la contraria o cualquier otro motivo y se da cuenta después, lo único que tiene que hacer es disculparse y santas pascuas. No hacer como que no ha dicho nada. Y es la segunda vez que corto una discusión con Ud. por este motivo. Aprenda a controlar sus impulsos y tendremos la fiesta en paz. Por ahora acepto sus explicaciones como una rectificación.

 

De las demás partes de sus argumentos seré sintético, que tengo otras cosas que hacer. Pero antes una advertencia: no tengo nada en contra del Sr. Kemp ni tengo formada la opinión sobre la autenticidad del Leonardo. Me limito a señalar lo que entiendo que son lagunas en la información que tenemos y algunas cosas que no veo claras en la argumentación favorable a la autenticidad.

1. Repetidamente el Sr. Kemp ha hecho como que no hay oposición a sus trabajos. NO tiene más que mirar su artículo “La Bella Principessa and the Warsaw Sforziad” donde, después de detallar los nombres de los que están de acuerdo con él despacha la oposición con la frase siguiente: “The chief opposition came from the New York experts and observers who had “missed” it when it was in the hands of Christie’s and Ganz”. Esto es una evidente interpretación malintencionada de las críticas a su trabajo que, entre otros defectos, omite los muchos críticos que no tienen nada que ver con Christie. Y si Ud. no lo cree así, pues da lo mismo y no nos vamos a enfadar por ello. Pero vale decir que si en algo he incurrido en el pecado de menospreciar las opiniones de los expertos sería una mente-catez mayor -debido a su categoría- que el Sr. Kemp hiciera lo propio.

2. El artículo a que Ud. nos remite en su última intervención es un claro ejemplo de literatura periodística llena de literatura y dedicado, en casi toda su extensión, a glosar las excelencias del trabajo del Sr. Biro, descubridor de la huella digital en el retrato en litigio. Sin poner en duda estas excelencias, que Ud. se enfada, el argumento es poco convincente, puesto que la huella no ha podido ser identificada con claridad. En general, el periodista se dedica a glosar la figura humana del Sr. Biro (nos cuenta floridamente el ambiente de la casa, quien es su mujer -gran cantante-, escenifica diálogos, etc., todo muy emotivo) y la cientificidad de su trabajo. Cientificidad que no parece impresionar tanto a otros expertos. Que no creo que sean unos mente-catos.

3. Entre las cosas que el artículo del periódico dice es que se han hecho pruebas con una cámara “multi-espectral” para determinar el tipo de pigmentación. Es algo semejante a lo que parece que hizo Silverman: determinar que ninguno de los pigmentos es artificial y que son compatibles con la gama que podía utilizar Leonardo. Esto es “algo” diferente de lo que Ud. dice: “ninguno de los mismos habia sido elaborado después del tiempo en que vivió Leonardo”. Porque los pigmentos del retrato pueden ser elaborados y aplicados en época posterior a Leonardo (de hecho se reconoce que ha habido restauraciones posteriores), sólo que son pigmentos  compatibles con el siglo XV. Lo que no quiere decir que se puedan datar en el siglo XV, cosa que creo que no se puede determinar con un análisis espectrográfico. Espero que ahora capte el matiz y no lo encuentre una mente-catez.

4. Tanto este detalle, como la datación del pergamino, eran perfectamente conocidos por los numerosos críticos que no creían en la autenticidad del retrato. A pesar de que el periodista del The New Yorker hace todo lo posible para que parezca que estos críticos se basan en meras impresiones, los dos artículos que recomendé hacen sugerencias objetivas en contra y no meras apreciaciones. Alguno de los críticos veía fallos en la ana

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