Nuevo hallazgo en el yacimiento arqueológico del Picu Berrubia (Tudela de Agüera, Asturias)

ANTECEDENTES.

En mi anterior post en este mismo foro describí los grabados rupestres del Picu Berrubia en Tudela de Agüeria (Asturias). Destaca esta estación rupestre por la gran cantidad de grabados en forma de herradura que contiene, similares a los descritos en otros blog y artículos en otras estaciones rupestres de España. Estos grabados son un gran misterio que no tiene explicación aunque para sus autores debían de tener un hondo e importante significado debido a su profusión y a la variedad y dispersión de las localizaciones geográficas en las que aparecen.

Miguel Ángel de Blas Cortina considera que las herraduras de Berrubia tienen una fuerte personalidad temática y un alto grado de esquematización, remarcando la libertad de cada figura que no está supeditada a las restantes. Así mismo remarca que tienen una distribución geográfica distinta del grupo de petroglifos gallego-atlánticos. Este autor considera que las herraduras están ligadas al fenómeno megalítico por su asociación a estructuras dolménicas y que su aparición en rocas al aire libre puede corresponder a un momento posterior en una época de expansión. Cronológicamente considera que fueron realizadas dentro del primer milenio llegando a alcanzar la época romana, pues, en el Noroeste peninsular, la tradición megalítica llega hasta bien entrada la Edad de hierro.

Anati (1968) fue el primer investigador en considerar que los grabados en herradura eran de la Edad del Hierro basándose en la evolución de petroglifos más complejos y naturalistas hacia modelos más simples y abstractos.

DESCRIPCION DE UN NUEVO HALLAZGO.

En una de mis excursiones al Picu Berrubia me llamo la atención un grabado que había en un bloque de areniscas que estaba suelto al pie de la pared de cierre de una finca en el mismo paraje de Berrubia, al examinarlo de cerca descubrí un grabado en forma de herradura por lo que pensé que la piedra en cuestión había sido extraída del adyacente yacimiento arqueológico para ser utilizada en la construcción del muro en el que estaba. Con el fin de evitar su posible destrucción me lleve la piedra.

Las coordenadas del punto del hallazgo son las siguientes (ver mapa de la figura nº 3):

 

X =   273500

Y = 4798421

Z =   550 m.s.n.m.

 

El hallazgo se realizo al pie de la principal localización de petroglifos en la cima del Toral Mayor, 200 metros ladera abajo.

El grabado esta en un bloque de arenisca blanda (grauwacka) y a diferencia de las herraduras, que abundan en la zona, en este caso la talla es más compleja, pues lo que se realiza, mediante incisiones con un objeto más duro (metal o piedra), es un resalte en forma de U, dejando en el interior otro resalte deteriorado en el que se aprecian dos claras incisiones. En la siguiente figura se puede ver el bloque de arenisca en el que se encuentra el grabado:

 

 

Con el fin de intentar averiguar lo que representa o puede representar este petroglifo he realizado un repaso a la bibliografía existente en Internet sobre los grabados en forma de herradura. A continuación expongo las conclusiones de los estudios que he considerado más interesantes (a los que consideran que son patadas del Caballo de Santiago, huellas de Babieca o pisadas de la Borrica de Nuestro Señor no les he dado ningún crédito).

Según la bibliografía consultada los grabados en forma de herradura pueden corresponder a:

Limite de términos: Según el blog de Andregoto Galindez (sic): "Terminus si ungulam equi sculptam habuerit, terminum cursorium significat, et usque in fontem mittit, et ipse fons trifinium facit" (Latinus Togatus). Si una piedra de término tiene grabada una herradura, es una piedra de término con símbolos e indica que hay una fuente que forma un trifinium. Desconocemos desde cuándo el símbolo parecido a la huella de un caballo o signo en U se usaba para señalar fuentes que a su vez limitaban territorios. El testimonio nos llega de un agrimensor romano, pero el sistema de señales puede ser anterior. Lo llamativo es que la piedra no es propiamente el límite, sino que en ella se inscriben símbolos o primitivos mensajes que remiten al verdadero término, que en este caso es una fuente próxima.

Elementos decorativos: D. Santiago Carretero Vaquero, en su estudio sobre la cerámica del campamento romano del Ala II Flavia en Petavonium, nos informa sobre la existencia, dentro de la cerámica de tradición astur, de unos motivos ornamentales con forma de herradura, que parece atribuir al siglo I de nuestra era: Tipo E.V: decoración de herraduras o lúnulas. Es un tipo ornamental escasamente representado -sólo 4 fragmentos- y tiene como común denominador la presencia de unos elementos ultrasemicirculares dispuestos de manera aislada, en posición tanto horizontal como vertical, que adquieren una fisonomía más parecida a la de una herradura que a la de un cuarto creciente lunar. Aparece siempre asociado a hileras horizontales u oblicuas de mamelones o perlas de distinto tamaño y, por lo demás, el resto de los componentes que pueden compartir el espacio decorativo varían notablemente, de tal manera que cada fragmento recuperado, cuya superficie conserva la suficiente entidad para apreciar su composición, puede decirse que posee un esquema decorativo diferente.

Hierofanias: En el nº 30 de la Revista Ilicitana de Paleontología y Mineralogía (Cidaris) he encontrado un artículo sobre la necrópolis de Revenga en Burgos en el que se describen petroglifos seminaturistas que simulan icnitas de animales, entre ellos tres herraduras, que asocian a icnohierofanías vinculadas con manifestaciones de lo sagrado.

Ídolos: El carácter idolátrico que para todos los pueblos celtas tuvo la luna, está ampliamente documentado. En este sentido, Estrabón nos dice:"...los celtíberos y otros pueblos que lindan con ellos por el norte adoran a una divinidad innominada a la que las familias rinden culto danzando hasta el amanecer en las noches de luna llena.". Por otra parte, la doctora G. López Monteagudo afirma que: "La simbología lunar, acompañada de otros motivos astrales, es muy frecuente en las estelas funerarias que se prodigan por toda la Hispania celta y que también aparecen en muchas regiones de la Galia y Britania....Testimonios de cultos astrales, y quizá al mismo tiempo funerarios, hay que ver en las cazoletas y signos geométricos tan frecuentes en peñas y piedras de Galicia y de la Meseta, que aparecen a veces en relación con caballos,...."

Esta última asociación de los petroglifos en forma de herradura con ídolos rupestres es la que considero más probable, por ello entraré en detalles sobre el tema: A lo largo y ancho de toda la península ibérica aparecen un grupo de petroglifos constituido por ídolos armados encuadrados en una etapa que la periodización convencional denomina Calcolítico final/Bronce antiguo. Se pueden diferenciar en él dos conjuntos diferentes, ambos indudables transmisores de ideología intra e intergrupal. Estos petroglifos que se consideran ídolos rupestres y que presentan varias características comunes una de ellas las que están enmarcados dentro de una herradura o “U”.

El grupo más conocido es el que se plasma en las representaciones “de tipo Peña Tú”, compuesto, fundamentalmente, por las figuraciones del abrigo epónimo (Puertas de Vidiago, Asturias) (Bueno y Fernández-Miranda, 1981),otros son los ortostatos de Sejos (Mancomunidad de Campoo-Cabuérniga, Cantabria) (Bueno, 1982; Bueno, Piñón y Prados, 1985; Teira y Ontañón, 2000a), la lastra del Hoyo de la Gándara (Garabandal, Cantabria) (Saro y Teira, 1992), la estela de Tabuyo del Monte (León) (Almagro Basch, 1972) y el reciente hallazgo de Outeiro do Corno (La Coruña) (Fábregas et Al., 2004).

Idolo de Peña Tú (Llanes, Asturias):

Hernández-Pacheco y Cabré hacen la siguiente descripción del ídolo:

La figura mide un metro por 62 centímetros de anchura máxima. La figura está primero grabada profundamente, y encima de la línea del grabado pintada en rojo oscuro, completando ciertos detalles únicamente la pintura. Claramente se aprecia la línea continuada del contorno, en forma de herradura, de ramas muy alargadas y unidas en sus extremos inferiores por una línea transversal. Concéntricas e interiores al contorno, existen dos líneas que guardan siempre entre sí igual distancia relativa, pero de las cuales, la intermedia, sólo ofrece la curva superior y las dos ramas verticales que terminan en la transversal inferior del contorno, mientras que la interna es concéntrica o paralela por completo a todas las partes del contorno. Entre la línea externa y la intermedia existe una serie de trazos ligeramente oblicuos y paralelos entre sí, los cuales faltan en la porción superior encorvada. Entre la intermedia y la interna hay un relleno constituido por una línea continua en zig-zag, y en el espacio que da en la parte inferior de la figura, entre las líneas interna y externa, se señalan hacia el lado izquierdo cuatro trazos divergentes. En el sitio que circunda la línea interior hay que distinguir dos partes: la superior y la inferior, ocupando la primera una tercera parte de la extensión total. Aparece la parte superior en figura de arco, acentuado por otras dos líneas concéntricas con las exteriores y que no llegan a una barra transversal que separa ambas partes; entre el contorno interno y la primera de las líneas concéntricas existe una serie de trazos radiantes. La curva en arco más interior envuelve dos pequeños círculos situados simétricamente a un corto trazo vertical entre ellos. La parte inferior está dividida por seis líneas horizontales en siete espacios, entre los cuales se aprecian más ó menos claramente trazos verticales que los rellenan. La región infero-lateral derecha de la parte inferior de la figura es la menos conservada por los ataques de la intemperie y la mano del hombre. Finalmente, la figura presenta en todo lo alto y hacia afuera de la línea externa del contorno una serie de trazos cortos radiantes. No todas las líneas están á la vez grabadas y pintadas, sino que hay algunas, como los trazos radiantes y líneas de la parte inferior, tan sólo pintadas.

Una de las figuras que más llaman la atención en la peña es la situada junto al ídolo. Se distingue de éste por estar tan sólo grabada, sin pintura alguna, siendo como en el ídolo, muy profundas y anchas las líneas del contorno. Mide una longitud total de 63 centímetros por 13 de anchura máxima, y por su forma recuerda mucho la de un puñal. La hoja es ancha, de forma triangular alargada, de tal modo que su anchura máxima es la cuarta parte de la longitud. A partir de la mitad de la hoja, y hacia la punta, se señala simétricamente en ambos lados una ligera convexidad que no llega al extremo del instrumento. El mango es corto y grueso, de contorno redondeado, teniendo la parte que destaca de la hoja una longitud tan sólo superior en una cuarta parte á la anchura máxima; por sus dimensiones relativas, este mango quedaría encerrado en la mano al empuñarlo. En la figura destacan cinco puntos pintados en rojo, formando el conjunto de ellos un arco concéntrico con el borde superior de la hoja; puede suponerse que se quiso con estos puntos representar los clavos remachados que en los puñales de la época unían el mango á la hoja; puntos que no pueden confundirse con los otros que existen en la composición general por la individualidad manifiesta de ellos.

Tal como se aprecia en las anteriores imágenes hay que excluir la posibilidad de una mera redundancia simbólica en la configuración de este grupo iconográfico, el vasto espacio de identificación ideográfica que define pone de manifiesto la existencia, si no de una total identidad sociocultural, sí de una cierta comunidad conceptual extendida sobre un dilatado territorio del norte peninsular. Parece factible proponer la existencia de una cierta “universalidad” de significado en el marco de una amplia comunidad cultural. Una colectividad simbólica que desborda largamente las unidades de poblamiento local y que, por tanto, implicaría probablemente la participación de un buen número de células primarias de organización social en un ámbito común y supracomunitario de adscripción cultural y, seguramente, social. Esta hipótesis, de ser acertada, constituiría un magnífico ejemplo de definición de un espacio geográfico y social en la Prehistoria reciente cantábrica. Este proceso tendría en las estructuras megalíticas neolíticas sus primeras manifestaciones evidentes y que culmina ahora, transformándose, con estos hitos indicadores de un nuevo universo simbólico, referidos a la expansión de un nuevo orden social. Esta hipótesis podría aceptarse, pues, como argumento en favor del reconocimiento, a fines del III milenio a.C., de un nivel de agregación y organización cultural y social netamente superior al de la simple comunidad doméstica.

En el articulo “Una Iconografía rupestre del comienzo de la Edad de los Metales en torno al pantano del Ebro” de Ramón Bohigas Roldán et al. Se describen una serie de grabados rupestres de siluetas antropomorfas muy simplificadas cuyo limite perimetral es una ancha y profunda incisión en U obtenida mediante un proceso de abrasión. Estas siluetas están asociadas a un ídolo similar al de Peña Tú y a cazoletas.

En toda Europa (Inglaterra, Francia,…) aparecen también petroglifos en forma de herradura o “U”, pongo el ejemplo de Cerdeña, por aparecer los grabados en un friso idéntico al localizado en Peña Lostroso en Las Rozas (Cantabria).

CONCLUSIONES:

El petroglifo que he encontrado en el yacimiento arqueológico del Picu Berrubia y que he detallado en este post, debe enmarcarse dentro del conjunto de ídolos rupestres del tipo geométrico como los descritos anteriormente. Este petroglifo y la gran herradura existente en este mismo yacimiento, constituirían un paso intermedio entre este tipo de ídolos rupestres y los grabados en forma de herradura tan abundantes en esta y otras estaciones arqueológicas, considerando que las herraduras serian simplificaciones esquemáticas de ídolos del “tipo de Peña Tú”, tal vez grabadas como ofrendas a la deidad que representaban, esta es una costumbre que a perdurado hasta la actualidad (ofrendas y exvotos).

En la siguiente composición fotográfica expongo gráficamente cual es mi tesis sobre el significado de las herraduras y lo que se quería representar con ellas: ofrendas para una deidad de gran importancia para todo el ámbito geográfico cantábrico y peninsular. Deidad que se representaba en forma de estelas enmarcadas en una gran U o herradura con objetos (armas) de metal y que de forma simplificada y esquemática se representaba como una simple herradura. Estan representadas de izquierda a derecha y de arriba a abajo: el grabado encontrado en el Picu Berrubia, el Idolo de Peña Tú (Vidiago; Asturias), el Idolo de Tabuyo del Monte (León) y los Idolos del Collado de Sejos en Cantabria. 

 

Composición fotográfica: Distintas insculturas en forma de herradura.

Finalmente, y por indicación de mi amigo Sergio Martín, expongo una herradura que aparece en un lugar de sobra conocido por todos. Muchos pensaran que nos hemos vuelto locos, pero la composición simbólica no me es desconocida en los petroglifos que hemos mostrado con anterioridad y es muy indicadora de la importancia que la figura de herradura tenia para la cultura megalítica.

 La gran herradura de Stonehenge

 

 

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Comentario por María // el junio 28, 2013 a las 8:22am

Hola ,Luis;creo que lo que dice Jose María es que la encontró ya arrancada y parecía que la iban  a utilizar para hacer un muro.Él la cogió para evitar eso  y ,en este caso,   creo  que a falta de otra solución más rápida   hizo bien porque podía haber terminado en cualquier lado .Pero ,como dices ,lo suyo es  llevarla después a la Guardia Civil  o a alguna institución relacionada y  que ellos la  lleven  a donde corresponda .

Sin saber nada de este tema ,creo que la piedra lo merece

Saludos a todos

Comentario por José María Montes Villa el junio 28, 2013 a las 10:10am

Gracias por el aviso, no lo sabia. Lo malo es que en el pueblo no hay ni guardia civil, ni policia local, ni ayuntamiento, preguntare a ver quien es competente en el tema. No tengo ningún afan coleccionista.

Comentario por Abo el junio 28, 2013 a las 10:38am

 Sin lugar a dudas entiendo que todo resto arqueológico se debe entregar en el museo más cercano al lugar del hallazgo pero observo que la triste realidad no es esta.

 

Ya que sale el tema sobre posibles delitos al Patrimonio Nacional me surgen algunas dudas/preguntas.

 

¿Es lo mismo encontrarse algo de interés arqueológico fruto de paseos campestres, en superficie o realizando pequeñas excavaciones (siempre ilegales) ?.   Entiendo que el delito se encuentra en el segundo caso.  

Existen en muchas casas de campo piezas tales como: aras, lápidas funerarias, miliarios etc etc. ¿Debemos entender que los propietarios de estas piezas arqueológicas están cometiendo delito contra el Patrimonio Nacional?.  

Idem con los dueños de esas colecciones particulares de monedas antiguas (romanas, griegas…) así como torques de oro castreños, pendientes, pulseras, fíbulas etc etc?.  

Todo sale, me imagino, de yacimientos arqueológicos, ¿o nó?.   ¿O es que todo "queda legalizado” después de pasado cierto tiempo de silencio (¿cuantos años?).   Ya se que en subastas “legales” se consigue lo que “uno” quiera pero los orígenes son siempre los mismos:  procedencia fraudulenta de excavaciones arqueológicas formales o no o encuentros casuales.  Me es lo mismo.  ¿Dónde el límite de Delito al Patrimonio?.   

Me gustaria, Luis María, si es posible, me despejase estas serias dudas que se me presentan al respecto de los delitos al Patrimonio Arqueológico Nacional.

Un saludo.

 

Comentario por Abo el junio 28, 2013 a las 10:45am

No se que ha podido suceder con las negrillas.

José María Montes Villa,  no se preocupe Vd ya que su caso es muy claro y lo comparte; los "colecionistas" estas cosillas se las tienen muy en silencio.  S2

 

Comentario por José María Montes Villa el junio 28, 2013 a las 11:39am

Tengo muy claro que la inscultura no es mia.

Comentario por José María Montes Villa el julio 3, 2013 a las 12:12pm

Gracias Aurelio, de todas maneras y porque la pieza debe (y espero que merezca) estar en un museo a la vista de todos, he investigado y encontrado la manera de cederla al Museo Arqueologico de Asturias que tiene perfectamente organizado en tema de las cesiones de los hallazgos arqueológicos como podeis ver el siguiente enlace: http://www.museoarqueologicodeasturias.com/sites/default/files/laco...

 

Comentario por Santiago Z. el julio 5, 2013 a las 1:32pm

¡Chapó, Aurelio! Opino lo mismo que tú.

Sucede que, a veces, vemos la paja en el ojo ajeno y no la viga en el propio. Y también es cierto que hay mucha hipocresía suelta por ahí que debería estar ya trasnochada, pero no. ¡Ah!, no lo digo por nadie de Terrae, que nadie se sienta aludido, porque no es el caso.

José María, te felicito por la exposición que quisiste fuera compartida.

Saludos.

Comentario por Santiago Z. el julio 9, 2013 a las 8:58am

Ok, Aurelio.

Comentario por José María Montes Villa el septiembre 19, 2013 a las 11:07pm

En mi blog personal: Mi Geoblog: Geologia y más, he publicado algunas precisiones sobre lo que ya parece que puede ser un ídolo placa. Así lo piensa el arqueólogo del Museo Arqueológico de Asturias y algunas otras personas a las que se ha consultado sobre el grabado. He adjuntado alguna fotografía nueva con detalles del grabado que habían pasado desapercibidos.

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