Red social de Arqueologos e Historiadores
Aunque parece una fecha un poco temprana, según observaciones se presume el uso del fuego en ese país Inglaterra desde los 250 a los 230.000 años hace, una fecha que coincide de manera sorprendente con la primera existencia de humanos cavernarios en la isla. No puede saberse a ciencia cierta de donde procede ese fuego, si sería llevado -transportado- por los grupos de cazadores-recolectores desde el continente o se recogería procedente de pequeños afloramientos de lava en la superficie o producto de tormentas eléctricas veraniegas, que sería usado de esa manera -que no inventado- en los lugares donde se hallaron esas pruebas.
Una cosa es cierta, a partir del tiempo cuando ese elemento comenzara a usarse se convertiría en un recurso imprescindible de supervivencia y su posesión una condición "sine qua non" para pasar el invierno en la isla, desprendidos del resto de los grupos y sin contacto con el exterior ni posibilidad de regreso hacia el continente u otros lugares meridionales más seguros. Es de suponer, entonces, que al tratarse de algo tan crucial, habría habido desde muy antiguo una clase de hombres que se habrían encargado de ello "ex profeso", es decir, con suma dedicación en la consecución de fuentes de fuego y su mantenimiento y, más tarde, en su auténtica invención y uso de diferentes técnicas para producirlo.
La palabra "druida" proviene del Latín, que habría aparecido en escritos en esa lengua, pero procedente de otra palabra similar de los viejos idiomas celtas y que habrían sido las migraciones de esos Pueblos Celtas desde el interior del continente quienes la habrían llevado a Inglaterra, palabra que, más tarde, sería usada por asimilación lingüística por las gentes de la isla y para el nombramiento de personas que ya existían allí y de afinidades parecidas.
Estos primitivos personajes presentes en el entramado social de grupos y poblados habría ido conquistando presencia y puestos en el organigrama elemental de esas sociedades en base a una serie de habilidades y trabajos necesarios y urgentes para la comunidad. Procedentes, acaso, del grupo de los hombres cazadores que se habrían visto relegados de sus trabajos por unas diferentes causas, accidentes de caza, enfermedades, o mera imposibilidad en lo mismo, se habría visto obligados a permanecer en el lugar de habitat con el resto de las personas que allí había, mujeres, niños y ancianos y habría desplegado en su reclusión una serie de trabajos como la fábrica de utensilios, la fabricación de prendas y calzados, el cuidado de los enfermos y otros de aspecto crucial como el manejo y uso del fuego y la observación de los fenómenos naturales, el cielo, el sol, la luna y las estrellas, las estaciones del año y los elementos, el agua, viento, nieve y hielo.
Esa clase de hombres, una vez pasados los primeros compases en su definición, habrían conseguido una cierta clase y autoridad y la existencia de otros hombres, acaso sus mismos hijos que se habrían empleado en esos mismos trabajos y habilidades, tanto que a la llegada de otros hombres parecidos con Los Celtas -los druidas- acabarían por asimilarlos e imponer su ley.
Tenemos así una segunda fase de configuración de este personaje, el druida, que en base a su utilidad comunitaria delimitará un territorio personal que lo irá yendo aparecer como figura insustituible para el funcionamiento del grupo y el poblado. Su ciencia de posesión del fuego, algo que debía conseguir por frotación de un palo sobre otra madera o chispas con piezas de pedernal, incluso la misma invención del "agua caliente" -de hecho existen calaveras chamuscadas que habría servido para eso- o el hecho de saber contar el tiempo por las lunas, más tarde por el sol, la observación de todo ello (predicción de eclipses), el saber los meses que quedaban para el paso del invierno y la observación de los fenómenos naturales para fabricar las cosechas, habría ido consiguiendo para él un cierto estatus de riqueza y clase entre los hombres y las mujeres más importantes del grupo o reunión de familias. Debió de sacar, no obstante -un chico listo- partido de esa ciencia, es decir, todos sus conocimientos no resultaría gratis para sus clientes y el mismo fuego, sus ascuas, debería ser pagados de alguna forma o en especie.
Esa misma ciencia, junto con su interés en la cohesión del grupo y su manejo de las costumbres y trabajos comunitarios desde los edificios centrales de la aldea, la granja o el pueblo, habrían terminado por definir esa figura de jefe tan característica y mentada por los anales históricos.
Es asombroso comprobar como la mayoría de las manifestaciones visibles de la prehistoria en Inglaterra guardan relación directa con la existencia y los conocimientos de aquellos hombres los druidas.
Una concomitancia de procesos e imbricación de los mismos va a producir con el paso de las eras y la llegada de tiempos más modernos, una serie de importantes efectos. El mismo proceso de sedentarismo, es decir, la consecución de hábitats al aire libre se sucederá en paralelo o vecino a la transformación -que no desaparición- de las formas humanas cavernarias (neanthertales) en modelos más gráciles y esbeltos que junto a la hibridación con otros modelos que llegan desde el continente, permitirá la aparición del Homo Sapiens en la isla a partir de los 30.000 años antes de nuestra era. Este sedentarismo se irá afianzando con la llegada de los buenos tiempos del Holoceno a partir de los 15.000 años antes y la desaparición de los puentes y caminos que unían la isla con el continente.
Es de suponer que aquí en ésta isla, antes de la llegada de los productos del neolítico, granos de trigo y cebada, centeno, legumbres y hortalizas y los animales domésticos, crías y rebaños de cabras, ovejas y cerdos, ya existían unas elementales técnicas preneolíticas de aprovechamiento de la tierra y algunos productos, labores, trabajos y producción artificial de alimentos de los que se habrían encargado las mujeres desde siempre y en base a la observación de esos productos en los ciclos naturales. También es muy posible que en esas fases preneolíticas los viejos sistemas y costumbres de obtención de alimentos como la caza y la pesca -algo de lo que siempre se habrían encargado los hombres- seguirían existiendo y habría conseguido un alto nivel técnico y costumbre especializada.
En estas épocas preneolíticas se habría ido definiendo asuntos importantes como la distribución de los trabajos entre mujeres y hombres y la aportación de cada cual a la economía del grupo. Trabajos en los que, por otra parte, se exigiría una especialización suma y de previsión en el sentido de reserva de alimentos "para pasar el invierno" y la observación de los fenómenos naturales de control de estaciones.
Otro aspecto para lo mismo vendría dado en la creación de nuevas parejas para la reproducción y convivencia, pues si bien las hembras, las mujeres, habría seguido, por simple "selección natural" eligiendo a los hombres más fuertes y sanos o los más convenientes para sus intereses, también en este caso se habrían fijado de una manera especial en la figura de los druidas, aquella clase de hombres preeminente.
Con la plena implantación del Neolítico y la llegada a la isla de los productos exitosos de esa era, van a suceder aquí otra serie de procesos muy parecidos al resto de los lugares del mundo, procesos que tienen que ver con el desarrollo de las sociedades sedentarias y una cierta manera diferente de entender y realizar el mundo.Así seguirán existiendo en el lugar de los hombres las costumbres de caza y pesca para la consecución de alimento y en el lugar de las mujeres el anterior uso de semillas y otras plantas se verá mejor conseguido con la puesta en marcha de campos de buena tierra para la siembra del trigo y las legumbres. Estos productos, su cosecha y cuidado habrían producido unos excedentes que, una vez solventadas situaciones de consumo y almacenamiento para la siguiente siembra, se habría comercializado o intercambiado por otros productos. Es aquí en este punto cuando en la isla irá surgiendo y conformándose una clase de mujeres, de ricas e importantes señoras con personalidad propia y propia autoridad. Estamento, clase y riqueza que pasará a sus hijas de generación en generación por el simple mecanismo social de La Herencia.
El problema que se plantea ahora es si la llegada de los productos exitosos del Neolítico va a conseguir raigambre en los hoscos ambientes de la isla, si allí también serán causa de progreso y desarrollo. La cuestión quedaría centrada en torno a la manera de organizar la cosecha, es decir, hacer el sembrado, cosechado y almacenado de esos productos.
Se pueden crear una serie de versiones de las cuales la más auténtica será la que perdure hacia los tiempos históricos y la actualidad de las máquinas agrícolas. Todo ello queda referido al momento preciso de realizar la siembra, es decir, enterrar los granos de trigo antes de la estación de nieves y hielo o hacerlo después en la primavera cuando la capa de nieve desapareciese. Todos estos quehaceres y cuidados tendría dos protagonistas. Por un lado las mujeres que habría quedado encargadas de esa clase de trabajos y por otra los druidas que sabían la manera de hacerlo por el control sobre las estaciones y los elementos.
También podría contemplarse la posibilidad de que los campos de labor, es decir, aquellos destinados a hacer la siembra -enterrar los granos de trigo- se conseguirían de manera permanente, es decir, mantener esos campos todo el tiempo sin nieve y hacer la siembra como todo el mundo entre diciembre y enero. Mantener todos los campos despejados de nieve y hielo para fabricar las cosechas no es una cualquier cosa. Aunque también debieron existir camineros para mantener expeditos los caminos de nieve entre las aldeas y demás lugares importantes. Una cosa es cierta las cosechas se hicieron imprescindibles y había que fabricarlas todos los años.
Una versión simple que a mí es la que más me gusta, pero que no puedo saber si es la auténtica, es que la preparación de los campos y la siembra, el hacer los surcos y enterrar los granos, se haría al final o durante la buena estación de primavera-verano-otoño. Así la siembra quedaría hecha antes de que llegasen las nieves, quedaría todo tapado durante la mala estación de otoño-invierno-primavera, y con el deshielo, al mismo tiempo que aparecen los paisajes en la superficie, se produciría el surgir de los trigales, su maduración y recolección. Todo ello llevado a cabo por el equipo de las mujeres. Hay que aclarar aquí que el trigo es el primer cereal de cultivo en Inglaterra incluso en los tiempos actuales.
Se consigue así un modelo, en las elementales sociedades de la isla, en forma trípode de poderes en el cual, por una parte estarían presentes las viejas estructuras sociales de los grupos de cazadores-recolectores, mujeres y hombres, la nueva clase de ricas mujeres y la predominante clase de los druidas. Formas sociales que seguirán presentes en Inglaterra hasta la misma llegada de la historia. Podría pensarse que ahora es esos tiempos sería el amor y la conformación de las diferentes parejas entre los hombres y las mujeres el más preclaro elemento para dilucidar la cuestión social de funcionamiento. La cosa vendría a resolucionarse y permanecer hacia el futuro en el sentido de que sería los druidas, cada individuo de esa clase, quienes conseguirían con sus argucias amorosas, propuestas de condiciones sociales y manejo del entramado social, emparentarse con los elementos femeninos de la clase de ricas mujeres, cada persona de las mismas, y procedentes de los tiempos anteriores. Sería ahora , en este punto precisamente, cuando los druidas habría alcanzado su máxima representación social y de clase en la república de granjas y poblados.
Se trata, no obstante, la figura del Druida de una figura de consenso social lejos de impuestaciones extraordinarias del tipo de la manifestación guerrera o resultado de conflicto y discusiones entre las gentes de los grupos y poblados. Se trataría pues de una autoridad mantenida siempre con la anuencia de los más fuertes, de elementos sociales pretéritos que llegaron desde el Paleolítico y de los permisos del propio pueblo que les necesitaba en sus consultas. Esa figura del Druida como jefe de una comunidad o poblado se sustentaría por su misma forma de ser, su personalidad peculiar acuñada desde milenios y que en su transcurso no se había pronunciado en forma de únicas figuras de poder como reyes o duques o con afinidades de dominio sobre territorios o personas. Se habría propuesto así, ya en los aledaños de la historia, una especie de patriarcado lene, suavizado por las condiciones y en consonancia y entendimiento con el tipo de matriarcado propuesto por las ricas damas poseedoras de riqueza, casas y aparatos.
No sé si hay pruebas de que el sistema druídico venga tal cual del paleolítico o del neolítico, pero los textos irlandeses muestran en lo más básico a unos hombres capaces por ejemplo de dirigir la niebla, el viento, la nube y otros fenómenos, y comunicarse con los espíritus en sueños, o con ensalmos, en lugares sagrados con piedras o megalitos. De ahí se pueden inferir quizás más cosas como dices:
la observación de los fenómenos naturales, el cielo, el sol, la luna y las estrellas, las estaciones del año y los elementos, el agua, viento, nieve y hielo.
......pues ese es precisamente el problema, la búsqueda y consecución de pruebas para lo mismo. Los datos escritos no son posibles en la Prehistoria, la búsqueda tan sola ha de hacerse en la interpretación correcta de los materiales rescatados en las labores de Arqueología e investigación. En el concreto caso de los druidas, Chesterton habla de "sacerdocio pagano", pero la mera estimación de la figura del druida en los espacios europeos fuera algo más corriente y profundo, algo relacionado con las antiguas costumbres. La clase de migraciones como la de Los Pueblos Celtas y la difusión de su idioma y maneras culturales vendría así a enmascarar, como quien dice, el desarrollo de las otras culturas autóctonas.
un saludo.
Si las fuentes grecolatinas e irlandesas no estuvieran ahí ¿sería posible saber algo de los druidas por métodos arqueológicos? Parece que más que hablar del espontáneo personaje "hechicero" de muchas culturas, también los druidas tenían una especie de enseñanza reglada, en torno a algunos poderes, y hacían funciones institucionales, poéticas, adivinatorias, rituales, médicas, para- científicas... Eran algo distinto al chamán o distinto al sacerdote. Es lo que yo saco de las fuentes, e incluso de la literatura medieval posterior galesa, merlínica etc.
Si el hechicero o chamán es una figura más mágica, el sacerdote es una figura muy específica relacionada con los rituales de la divinidad y el templo. El druida es una figura de atribuciones mucho más amplias, en general, en todo lo referente a los conocimientos, fueran mágicos, religiosos, lingüisticos, o para-cientificos. Y bien que podrían estar reunidos así en las sociedades megalíticas.
Los comentarios están cerrados en las siguientes entradas, ¿por qué?
Comentaré la última, la IV. El problema es transponer todos los datos de la era céltica hacia atrás hasta lo megalítico. Los celtas parecen muy lejos de esa cultura de construcción con piedras. Yo creo que sí usaban determinados lugares naturales, usaban también los antiguos megalitos, e incluso solían construir túmulos, y quizás levantar piedras verticales. Parece un recuerdo lejado de esa cultura megalítica. Han pasado miles de años. No podemos pedir una transposición exacta de unos sentidos a otros.
Por eso veo que la figura del druida puede estar alejada de los usos religiosos de los constructores de megalitos, y en todo caso, es mejor tratar de deducir la posible existencia de figuras sacerdotales en esas sociedades a través de los restos.
La construcción de unos centros rituales tan monumentales como Stonhenge y otros, sí parece consecuente con figuras sacerdotales especializadas, asociadas al ritual, prácticas y construcción de este tipo de núcleos o "templos", más que a castas druídicas de amplias atribuciones. A mi me parece que la importancia del monumento, eje, núcleo, alrededor del que gira todo, sí que requiere un grupo sacerdotal especializado, como en muchas culturas de la antigüedad con existencia de templos monumentales, no tanto se pueden asociar ni a chamanes, ni a druidas, cuyas atribuciones no giran en torno al templo, sino a muchos otros aspectos religiosos y sociales.
Comentar
Bienvenido a
Arqueologia, Historia Antigua y Medieval - Terrae Antiqvae
Terrae Antiqvae es una Red Social sin ánimo de lucro. Necesitamos tu apoyo para el mantenimiento del sitio. Apadrina esta Comunidad
Derechos de Autor:
Terrae Antiqvae® is licensed under a Creative Commons Reconocimiento-NoComercial-SinObraDerivada 3.0 Unported License.
Información legal: Terrae Antiqvae® es Marca registrada por José Luis Santos Fernández. Marca nº 2.679.154 - Clase 41, Madrid, España. Reservados todos los Derechos. En Internet desde Julio de 2001.
Normas de la Comunidad (Aviso Legal): Netiqueta - Términos de servicio
© 2024 Creado por José Luis Santos Fernández. Tecnología de
¡Necesitas ser un miembro de Arqueologia, Historia Antigua y Medieval - Terrae Antiqvae para añadir comentarios!
Participar en Arqueologia, Historia Antigua y Medieval - Terrae Antiqvae