La muestra exhibía una sección denominada El Dorado, con más de 100 piezas de oro, como los de la imagen. FOTO: NACHO SANTÁS
El juez ordena trasladar a Madrid las últimas piezas custodiadas en Santiago. En la aduana de Munich, metida en un contenedor que desde el lunes custodia la policía federal alemana. La última peripecia de la colección Patterson ha llevado la muestra privada más importante de arte precolombino en el mundo a Alemania y ha obligado a intervenir a las fuerzas de seguridad de aquel país, ante sendas reclamaciones de la justicia española y el Gobierno mexicano.
Vía:
JOSÉ PRECEDO - Santiago - El País.com, 30/04/2008
Aunque son varios los países que seguían la pista al tesoro amerindio que partió en un camión hace dos meses desde el almacén de
Mundanzas Boquete en Santiago- donde permaneció depositado durante once años después de ser expuesto en dos museos de la ciudad- hacia Alemania, fue una gestión del agregado de la procuradoría general de
México en España. La Embajada mexicana en Alemania fue la que localizó la colección, apilada en un contenedor.
Desde la tarde del lunes las obras de arte están custodiadas por la polícía federal, a la espera de que el Ministerio de Exteriores alemán resuelva una petición cursada por México, que reclama la titularidad de más de 500 de las 1.000 piezas. Desde Madrid, la Brigada de Patrimonio de la Policía colabora en la catalogación de los objetos y para certificar que son los mismos que exhibió en 1997 en Santiago la exposición "América Prehispánica, tiempo y cultura".
De confirmarse sus sospechas y las del Fiscal especializado en la Defensa del Patrimonio del Tribunal Superior de Xustiza de Galicia, Antonio Roma, el expediente, acabará en un atestado contra el supuesto coleccionista, Leonard Patterson, por un delito de contrabando. Fuentes judiciales explican que, según la Ley de Patrimonio Histórico español, tras diez años de permanencia en el país, las obras pasan a ser consideradas bienes culturales y precisan para su traslado al extranjero un permiso expreso del Ministerio de Cultura. El artículo 2 de esa ley atribuye un delito de contrabando a
"quienes saquen del territorio español bienes que integren el Patrimonio Histórico Español, sin la autorización del Estado cuando ésta sea necesaria". Fuentes de este departamento han confirmado a EL PAÍS que nadie comunicó al Gobierno el traslado de las piezas.
En la fiscalía del Juzgado número 2 de Santiago aguarda otra comisión rogatoria, similar a la que propició la devolución de 31 piezas solicitadas por Perú, procedente de
Guatemala que reclama conmo suyos 117 objetos más.
Del almacén de Mudanzas Boquete en Santiago partió en un furgón policial la semana pasada el último lote de la muestra con más de 200 obras, objeto de una segunda reclamación del Juzgado número 33 de Lima que el juez decano de Santiago y la brigada de Patrimonio del Cuerpo Nacional de Policía están verificando. Para garantizar la seguridad de estas joyas arqueológicas, los agentes policiales, el juez y la embajada de
Perú han acordado su depósito en el Museo de América de Madrid.
(2)
PERÚ Y GUATEMALA RECLAMAN JUDICIALMENTE PIEZAS ARTE EXPUESTAS EN ESPAÑA 1996
Vía:
EFE/Telediario3, Guatemala, 28 de abril de 2008
Santiago de Compostela (España), Perú y Guatemala han sido los únicos países que han reclamado por vía judicial, hasta ahora, parte de las 1.400 piezas de arte precolombino que a finales del año 1996 llegaron a España para ser exhibidas en la exposición
"El espíritu de la América Prehispánica".
Fuentes de la Fiscalía de Patrimonio Histórico y Cooperación Internacional explicaron hoy a Efe que hasta el Ministerio de Cultura español ha llegado alguna otra solicitud para que las piezas sean devueltas a sus respectivos países, pero que las únicas reclamaciones con validez legal han sido cursadas por Guatemala y Perú.
El próximo noviembre se cumplirán doce años desde que la muestra "El espíritu de la América Prehispánica" llegó a Santiago de Compostela, en la norteña región de Galicia, de la mano de
Leonard Patterson.
Se trataba de un ex diplomático costarricense que entonces organizó la exposición y dijo ser propietario de parte de la colección, que había conseguido reunir en los últimos veinticinco años.
Una vez clausurada la muestra, Leonard Patterson abandonó Santiago de Compostela, no sin antes dejar depositadas las valiosas piezas, algunas de ellas de oro, en un almacén de una empresa de mudanzas compostelana.
Pieza olmeca de un hombre-felino-serpiente. EFE
Desde entonces el enigma rodea todo lo relacionado con esta colección de arte precolombina, e incluso desde la propia Fiscalía se ha reconocido que se ha convertido "en un asunto extraño, sorprendente y raro".
El mismo portavoz informó hoy de que la Fiscalía de Patrimonio Histórico y Cooperación Internacional trabaja en este caso desde hace más de un año con el propósito de que las piezas sean entregadas a los países respectivos una vez verificada su titularidad.
Actualmente han sido cursadas dos comisiones rogatorias por parte de los dos países reclamantes de las piezas para establecer la colaboración entre las autoridades judiciales de una y otra orilla del Atlántico..
El descubrimiento de las piezas precolombinas en un almacén de mudanzas de Santiago de Compostela fue posible a raíz de las indagaciones llevadas a cabo por parte de técnicos de la Consejería de Cultura del Gobierno regional de Galicia, quienes dieron cuenta del hallazgo a la policía y a las autoridades judiciales.
La polémica rodeó a la exposición "El espíritu de la América Prehispánica" desde su origen. En el año 1996, cuando fue expuesta en Santiago de Compostela, tres arqueólogos alemanes pusieron en duda la autenticidad de alguna de las piezas incluidas en la muestra.
A estas acusaciones, el coleccionista costarricense respondió con contundencia y achacó a "celos" entre arqueólogos estas acusaciones de falsedad, y dijo que poseía "pruebas" y documentos para demostrar la autenticidad de las mismas.
Entonces, Patterson indicó que las denuncias eran producto del interés porque las obras nunca habían sido expuestas en Alemania, de donde procedía la mayor parte de las piezas.
También en aquella fecha, el comisario de la exposición "El espíritu de la América Prehispánica",
Mariano Cuesta, catedrático de la Universidad Complutense de Madrid, aseguró que la autenticidad de las piezas podía demostrarse con las pruebas de pigmentación, y precisó que fueron compradas muchos años atrás, cuando era casi más barato adquirir una obra de este tipo que falsificarla.
(3)
Personal del MNA ligado con traficante
El arqueólogo
Felipe Solís y la curadora
Martha Carmona participaron con textos en un catálogo con el cual Leonardo Patterson buscaba legitimar piezas robadas
Vía:
Julio Aguilar, El Universal, México. 1 de mayo de 2008
Leonardo Patterson, el más importante saqueador y traficante de vestigios arqueológicos en México, ha contado con la colaboración de arqueólogos e investigadores del país para sacar adelante sus proyectos de legitimar piezas.
Dos de estas personas laboran en el Museo Nacional de Antropología (MNA): el arqueólogo Felipe Solís, director de la institución, y Martha Carmona, curadora.
Como es usual entre traficantes poderosos, Patterson busca blanquear en Australia, Estados Unidos y Europa tanto falsificaciones como genuinas piezas de procedencia ilícita, a través de “certificados de autenticidad” extendidos por académicos e investigadores sin escrúpulos, con el fin de avalar ventas; también ha recurrido al montaje de exposiciones patrocinadas por instituciones, así como a la publicación de catálogos con textos firmados por especialistas.
El éxito de esas estrategias legitima piezas de procedencia oscura y, por tanto, aumenta su valor en el mercado. Ésas fueron las razones por las que en 1997 Patterson buscó montar en España El espíritu de América prehispánica: 3000 años de cultura, una exposición patrocinada por la Universidad de Santiago de Compostela y el gobierno de Galicia, al que pretendía vender la colección completa.
Para la muestra, el traficante consiguió imprimir en Nueva York el catálogo
Prehispanic America-Time and Culture, con imágenes de la mayoría de las piezas de la colección, así como textos de celebridades, historiadores y arqueólogos.
En ese volumen (casi imposible de conseguir) figuran los ensayos
“Meso-American Cultures During the Post-Classic Period”, de Felipe Solís, y “The Classic Period in Meso-America”, de Martha Carmona. En 1997, él ya era subdirector del MNA y ella también laboraba en la institución.
Ambos fueron invitados a colaborar por el historiador español
Mariano Cuesta Domingo, coordinador del proyecto financiado por Patterson. EL UNIVERSAL buscó al académico en la Universidad Complutense de Madrid para saber en qué términos invitó a colaborar a los especialistas mexicanos y por qué él mismo aceptó participar en un trabajo encargado por un hombre que ya en 1997 había tenido sonados problemas con la justicia de Estados Unidos, Canadá, Alemania y Suiza por tráfico y fraude. Cuesta Domingo no respondió los mensajes. En julio pasado, en medio del escándalo por la identificación de numerosas piezas robadas del patrimonio cultural peruano que figuraban en la colección de Patterson y la incautación de éstas, Cuesta Domingo declaró al diario El Correo Gallego:
“No sabía nada de eso. Oí hablar del saqueo después de que se celebrara la exposición porque, si no, yo me hubiese marchado […] Tiempo después oí cosas, pero los comentarios entre coleccionistas son terribles, y el mercado del arte es un mundo totalmente ajeno al mío”.
En la ciudad de México, Felipe Solís respondió por correo electrónico sobre su colaboración en el catálogo:
“(Cuesta Domingo) nos convenció de que escribiéramos textos muy generales de los periodos mesoamericanos para un libro y resultó que un día recibimos un ejemplar del catálogo en el cual se integran decenas de piezas falsas; algunas son ridículas recreaciones de la época prehispánica”.
Por su parte, Martha Carmona dijo por teléfono:
“Yo he colaborado tanto y en tantas partes que no recuerdo de qué era el texto que me dice, pero en España seguro puede conseguir el catálogo; yo no tengo ningún ejemplar”.
Junto a los nombres de los mexicanos figuran en el catálogo, entre otros colaboradores,
Nicholas M. Hellmuth, arqueólogo de no muy buena reputación en Guatemala debido a sus turbiedades, según arqueólogos consultados en México por este periódico, y
Frederick J. Dockstader, un hombre que, entre otros antecedentes, arrastró hasta su muerte la mala fama de haber enfrentado a la justicia de Nueva York, acusado de regalar a sus amigos piezas de las colecciones del Museo del Indio Americano cuando lo dirigía.
En círculos académicos de Estados Unidos y de Europa, la aparición del catálogo fue un suceso por la cantidad de objetos expoliados y las falsificaciones que consignaba.
“Publicamos una carta para llamar la atención sobre el gran número de piezas falsas en el ‘catálogo’ de la exposición de Santiago de Compostela. Dos colegas y yo fuimos demandados por Patterson, quien reclamaba alrededor de 63 millones de dólares por daños. Después Patterson y sus abogados neoyorquinos desistieron”, comentó por correo electrónico desde la Universidad de Yale el doctor
Michael Coe, una autoridad en el estudio de las culturas
maya y olmeca que denunció los fraudes del traficante, y desde Europa lo hicieron también los investigadores
Ursula Dyckerhoff, Nicolai Grube y Karl Herbert Meyer.
En México, Solís y Carmona callaron todos estos años.
Debido a las denuncias que se publicaron en revistas científicas como la alemana
Mexicon, el gobierno de Galicia se abstuvo de adquirir la colección y Patterson envió los objetos a Mudanzas Boquete, en donde permanecieron más de una década hasta marzo pasado, cuando se los llevó en un tráiler, burlando a la policía española.
Él mismo ‘catalogó’ las pruebas del delito
El catálogo que Patterson publicó para sacar provecho, con el tiempo se ha convertido en una pesadilla para él. Gracias a las fotografías publicadas ahí, arqueólogos y agentes de la policía peruanos identificaron piezas obtenidas por saqueos de tumbas y objetos robados con violencia a un coleccionista de ese país.
En contraste, para el actual director del MNA, el ejemplar que tuvo en sus manos desde
1997 no representó ningún oro molido para la investigación científica ni judicial:
“Regresé el catálogo a quien me lo envió desde Santiago de Compostela, aclarando que a mí nunca me dijeron que era para una exposición y que sería utilizado para respaldar una exhibición de esos horrores”, respondió.
El MNA guarda en las bodegas una amplia colección de falsificaciones que datan desde siglo XIX, las cuales han sido estudiadas y comentadas en libros y revistas por investigadores como el propio Solís, quien escribió sobre esa colección sui generis en el número de la revista Arqueología Mexicana dedicado al saqueo.
¿Por qué no escribió sobre el tema después de ver el catálogo, como hicieron colegas suyos en Estados Unidos y Europa, lo cual en su caso hubiera servido además para explicar públicamente su colaboración y deslindarse? ¿Por qué devolvió un documento que por lo menos pudo haber donado a la Biblioteca Nacional de Antropología e Historia? ¿Por qué no denunció a Patterson ante las instancias correspondientes en el INAH?
(4)
¿Quién es Leonard Patterson?
Patterson, en la inauguración de la muestra en Compostela
ESTUVO EN LA CÁRCEL Y FUE ACUSADO DE FALSIFICACIÓN
Leonard Patterson nació en Costa Rica y llegó a Compostela en noviembre de 1996 al lado del Premio Nobel de la Paz, Óscar Arias.
El Nobel acudió como invitado a la inauguración de la muestra, pero Patterson aterrizó como el organizador y principal propietario de una exposición espectacular: nada más y nada menos que 1.400 piezas de arte precolombino valoradas en 72 millones de euros que tardó en reunir 35 años. Su currículum dice que estudió para diplomático, que se casó con ocho mujeres, y que ha sido investigado por tráfico arqueológico en México, importación de animales protegidos en Suiza y que la Unidad de Arte y Antigüedades de Scotland Yard también siguió sus pasos.
Cuando la exposición El espíritu de la América Prehispana. 3000 años de cultura trajo al Auditorio, el Museo do Pobo Galego y a la iglesia de San Domingos de Bonaval esas mil cuatrocientas piezas históricas, EL CORREO GALLEGO también se hizo eco de los rumores que le acusaban de fraude: "Es un comerciante de arte establecido en Munich, y que en 1984 fue sentenciado en Estados Unidos por fraude hecho a través de teléfono en relación con objetos precolombinos".
No obstante, otros hablan bien de él: "Estuvo en Santiago hace poco, y viene con frecuencia. Es muy amable, y encantador", comentan estas personas.
CRONOLOGÍA
23 de noviembre Este día, en el año 1996, se inauguró la exposición El espíritu de América prehispánica. 3.000 años de cultura. El organizador era Leonardo Patterson, y los comisarios de la muestra, los profesores en las Universidades de Madrid y Vigo,
Mariano Cuesta y Carlos Sixirei.
Muchos celos. Tres especialistas alemanes publican, en febrero de 1997, con la muestra todavía exponiéndose en Compostela, un artículo. En él señalan que varias obras presentadas por Patterson
son falsas: una máscara de estuco, un Dios Solar, un vaso cilíndrico policromado, una vasija y varias piezas más, entre ellas, "casi todos los objetos mayas". Patterson entonces lo negó y respondió que "se trata más de un problema de celos profesionales".
Ánxela Bugallo La conselleira de Cultura, Ánxela Bugallo, se pronunció ayer sobre esta colección que lleva 10 años almacenada en un local de Santiago. "El tema está en manos de los jueces y a ellos corresponde tomar las medidas oportunas". También dijo que fue un técnico de la Dirección Xeral de Patrimonio el que localizó dónde estaban almacenadas las piezas.
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