Es de suponer que Aristóteles no considera las cualidades de la Polis como una única posibilidad total, progreso o consecución última de la civilización de los hombres, sino como una especie de "excelencia" de lo mismo y que en su propio tiempo y él tuviera ocasión de observar, existieran otras formas, otras posibilidades donde se desarrollaba la vida de los hombres. Así en los primeros libros de su Política habla de las muy diferentes maneras que tenían los hombres de vivir y de adquirir sustento y riqueza. Dice: "En mucho son diferentes los géneros de vida humana. Unos son nómadas que cambian sus rebaños de un lugar a otro. Otros viven de la caza. Unos viven de la piratería y el pillaje y otros de la pesca cuando habitan en las orillas de los estanques y de los lagos, o en las orillas de los ríos o el mar. Y otros de la caza de aves y animales campestres". "Otros combinan el pastoreo con su quehacer de bandidos, la agricultura con la caza". Y termina el filósofo: "Pero los más de los hombres vive del cultivo de la tierra y de los beneficios de la agricultura".

Bien, aquí está la cosa. Por una parte podría pensarse que la piratería, el contrabando y el quehacer del bandido se confundiría con los otros quehaceres y resultar de ello algo natural, al igual que algunos animales se comportan en la naturaleza. Es aquí en esa forma múltiple de la existencia humana donde el filósofo reconoce las excelencias de la Polis. Él sabe que la historia sigue por ahí y el progreso y la civilización. ¿Pero que hay de la otra clase de gentes? Otra clase de gentes que no es que hubieran abandonado la Polis en un afán de recuperación de formas de vida natural, sino que nunca habían estado en ella. Otra clase de gentes que siempre hacia el pretérito habían vivido de esa manera. Que por cierto ¿vivían en chozas o cabañas en los valles o junto a los ríos o el mar o por simpleza vivían en antiguos refugios y cuevas que ya usaran sus antepasados? Estos podrían ser los grupos que se definieron un poco más arriba como grupos provenientes del ambiente neolítico y paleolítico, grupos tardíos o reacios, acaso por necesidad, para unirse a la civilización de las polis y que seguirían de una manera pertinaz practicando la vida libre, la caza, la pesca, la recolección de frutos.

      Ahora se sigue con la pregunta ¿quienes son esos siervos por naturaleza? Y entonces viene el "quid de la cuestión", el paraje escritural oscuro, difuminado, acaso ambivalente desde que surgiera de la pluma del escritor, a través de todas sus traducciones, cuando se refiere a la manera de conseguir o adueñarse de esos siervos. Son cuatro o cinco líneas nada más, pero la cosa tiene tela.

      Aristóteles habla de la diferente ciencia o habilidad de los amos y de los siervos. De éstos dice que conocen una multitud de quehaceres del servicio y faenas domésticas. La habilidad o ciencia del amo  consiste en saber utilizar a los siervos y que el amo no se define por el hecho de adquirir esclavos, sino por el de servirse de ellos. Así los amos con posibilidad de evitarse trabajos delegan en un intendente y pueden dedicar su tiempo a la filosofía o la política.

      Y ahora la enjundia, dice el filósofo: "En cuanto al arte de conseguir esclavos, es distinto de los dos anteriores  -arte del esclavo y del señor-, así el normal se puede comparar a una especie de guerra o de caza". Y termina después sin otra aclaración: "Por lo que respecta al amo y al esclavo queda pues definida su relación".

     Es necesario preguntarse por el significado preciso de esas palabras, sobre a qué guerra o caza se refiere el filósofo en relación de adquirir esa clase de siervos por naturaleza.

      Otra versión de ese mismo párrafo en la Política aparece por simpleza: "La ciencia del modo de adquirir, de adquisición natural y justa es muy diferente de las otras dos de que acabamos de hablar -de la ciencia del esclavo y del señor-   ella participa algo de la guerra  y de la caza". Esta última versión, acaso parcial, acaso no, de la frase aristotélica es la más clásica y difundida.

      Otras versiones son más radicales: "Mientras el militar obtendría los esclavos en la batalla, al ciudadano es lícito adquirirlos mediante la cacería, ya que se trata de esclavos por naturaleza: la ciencia de adquirir esclavos es una ciencia de guerra o de caza". Y en otro escrito, cuando Aristóteles se refiere al arte de adquirir esclavos, aparece: "asimilable a una especie de caza o de guerra".

La explicación precisa de todo ello no queda del todo conseguida, permanece en la sombra, así que no puede saberse si de cierto había partidas de hombres preparados desde las ciudades que salían al monte o valle de los ríos para acosar a las gentes de la cabañas y refugios y engancharles al servicio de la casa y de la propiedad. Esto quizás con propuestas de mejora para sus vidas y futuro para sus hijos. No puede saberse puesto que el filósofo no lo especifica en sus escritos si eso sucedía en los tiempos que le tocara vivir, pero acaso quede claro  que en otras ocasiones, o en muchas de ellas, en el pasado, sí que habría sucedido esa forma auténtica de conseguir los siervos.

      Una cosa es cierta, en la historia de Grecia, uno de sus historiadores, Teopompo, refiere que fueron los Quiotes quienes empezaron con la costumbre de comprar los siervos y que ello atrajo sobre ese pueblo la ira de los dioses.

      Bien ahí queda la cosa, decir de paso que es muy famoso y proverbial la existencia de gitanos en la sociedad griega y que los gitanos-rom permanecieron allí durante siglos.

      Como cierre a esta búsqueda de razones para la historia de los "paisanos especiales" o "gitanos paisanos" en la zona de la antigua filosofía se puede poner una frase del propio Aristóteles algo condenatoria y que supondría para esa clase de gente un destino ingrato y secular: "No puede haber ciudades (polis) ni de animales ni de siervos".

      Roma supone una demostración de todas y cada una de las teorías sociales desarrolladas en el Mundo Antiguo. También aquí desde su primera manifestación en el siglo V antes de nuestra era existe la presencia de siervos. Estos siervos, acaso su existencia anterior a la gran manifestación guerrera de la ciudad tampoco es posible averiguar su procedencia. Más tarde, con la formación del Imperio aparecieron en la Metrópoli gran cantidad de señores procedentes no solo del ejército y la corte del emperador, sino de la administración, el mundo de las artes, el comercio y las finanzas que llenaron sus "domus" y posesiones de sirvientes y criados.

      Es aquí en este lugar, Roma, donde más convendría precisar los términos y su uso en el tiempo. La mayor parte de las referencias culturales  hablan de la "esclavitud en Roma ", el "esclavismo en el imperio", y no es lo que toca pues la palabra esclavo no existe en el Latín original. En Roma existieron multitud de siervos, familias de siervos y clases de siervos, no esclavos precisamente, así la Rebelión de Espartaco sería no más una rebelión de siervos y criados que pudieron conseguir su libertad con las armas.

       En Roma y su imperio fue muy corriente y normal esa última clase de humanos que fueron los siervos y estos se especializaron en los diversos quehaceres de la casa, la artesanía y el trabajo en el campo. Para referirse a ellos existieron un sinnúmero de términos y acepciones como "servus", "servi", "fámulus", "minister" y a quienes eran hijos de siervos en un entorno familiar se les llamaba "Vernae". Los siervos también fueron "loco servorum" y la servidumbre del campo se llamaba "Rustici" que de estos llegaron a existir en gran cantidad y serían quienes en la era siguiente, la Edad Media, se les conocería como "los siervos de la gleba".

      No existen en Roma informaciones cercanas o precisas sobre si en la Italia de aquel tiempo había grupos de humanos que vivieran en cuevas y refugios. montes y valles, dedicados a las inmemoriales costumbres de la caza, la pesca y la recolección estacional. Con seguridad es que ya se trata de otros tiempos y el nivel de civilización sería mas avanzado. Tampoco existe información sobre la procedencia de las primeras tandas de siervos que lo serían en aquella sociedad, gentes que no habían sido compradas y que no procedían del extranjero ni de campañas bélicas, que habían estado siempre ahí.

      De lo que sí existen datos abundante es de cómo funcionaba y de donde se alimentaba el negocio de la compra y venta de siervos. En los mercados, en las fronteras, producto de campañas militares, existían mercados especializados en el negocio y contratos comerciales y todo se desarrollaba de una manera normal, como otro negocio cualquiera.

      El problema en Roma sobre la naturaleza de los siervos no se planteó como en Grecia sobre si ellos tenían o no razón o su participación en lo mismo, sino en el sentido de la "humanidad", es decir, sobre si los siervos eran humanos, personas como el resto de la gente, quienes circulaban por la calle, o si eran algo especial y propio de sus antepasados. La opinión general versaba que "eran como los niños" y que como a tales había que tratarles.

      Todos estos detalles, formas de uso, y parecer general en la sociedad romana sobre la inferior clase de los siervos, ese afán de preocuparse por ellos, incluso de curar sus males y nostalgias, su naturaleza, es ahora lo que más nos acerca para la comprensión, sospecha de lo mismo, de la especiación de gentes en relación con esa clase de siervos procedentes de los grupos tardíos del neolítico.

Fue también ahí, en Roma, la ciudad más populosa de occidente, y la más poderosa sin duda, donde se formó así mismo, el "barrio de los pobres" más importante y famoso de la antigüedad, La Subura, una zona de la urbe donde vivieron hacinados en míseras viviendas la multitud de los desheredados. Fugitivos de la justicia, gentes que vivían sobre el supuesto de la riqueza de los demás, mendigos, ladrones, pobres en general encontraron allí su refugio.

      Ahora con el fin de investigar su posible relación con lo mismo, la especiación de gentes se trae a cuento la auténtica historia de Los Esclavos.

      Con la llegada de la nueva era, la Edad Media, el comienzo del Siglo V de nuestra era, las tribus de pueblos godos y germánicos consiguieron devalar los ejércitos romanos en el Rihn y diversos pueblos y facciones de los mismos se distribuyeron por los espacios europeos en su afán de conquista, robo y saqueo. Muchos de los territorios controlados por las hordas godas pertenecían a los llamados Pueblos Eslavos. Estos pueblos se extienden desde Rusia, Polonia, Bielorrusia, Ucrania, R. Checa, Eslovaquia, hasta Bosnia Croacia y Serbia.

      Pues bien con la manifestación de los pueblos godos y una consecuencia de lo mismo, el imperio Romano Germánico, sojuzgan algunas regiones de las citadas y comercializan, con simples fines económicos a sus gentes para que sirvieran de criados y lacayos. Precisamente "Slav"  -existen muchos nombres en esos idiomas con ésta terminación-  significa, honor, fama, gloria y según alguna teoría la palabra "esclavo" se habría formado con el excluyente de "slav", es decir, dejar de ser honorable y famoso, eslavo.

      En los primeros siglos de la Edad Media el número de eslavos hechos prisioneros de guerra eran llevados Francia en Narbona. Desde allí pasaban a Tortosa, otro lugar de intercambio y eran comerciados por los catalanes y los judíos quienes les compraban, vendían y pasaban de un lugar a otro. Más tarde eran enviados al antiguo hospital de Lucena en Córdoba desde donde eran distribuidos entre las ricas y poderosas familias musulmanas de Al Andalus. Pero existieron sin dudas otras rutas y otros mercados para lo mismo.

       Esta clase de personas dedicadas a la servidumbre se hicieron algo muy famoso y común en diversos lugares del sur, la costumbre sigue más allá de la autoridad árabe y la mayoría de los ricos en Andalucía siempre habrían presumido de tener criados eslavos. Hay referencias de lo mismo hasta mediados del siglo XVII. En su artículo en Internet M. H. Sanchez Ortega habla de los problemas en 1.637 del rey Felipe IV para reunir galeotes que hicieran el servicio de América en la posibilidad "...de reclutar mano de obra entre los esclavos de Andalucía donde eran particularmente abundantes como servidores domésticos".

      En ese mismo sentido de buscar razones para esta historia de los "gitanos paisanos", hay que decir que toda esta manifestación y puesta en marcha de gentes dedicadas al servicio de casas y palacios, del trabajo en el campo y las haciendas con el simple contrato de la manutención y la vivienda en el Mundo Antiguo y Mundo Clásico, sufrirán con el paso del tiempo un imparable proceso de alienación y exclusión que les situará en los lugares limítrofes de la sociedad y en los barrios más deprimentes y pasarán sin más a engrosar el magma de los pobres y mendigos  -mujeres y hombres, niños y ancianos-  indigentes, ladrones y prostitutas, perseguidos y fuera de la ley.

      Pero no podría decirse, sin embargo, que la infame clase de los pobres, mendigos y miserables presente aspectos de especiación, es decir, de formación de "etnia o raza de los pobres", lo que sí podría decirse es que ese antiguo paralelo a través del Mediterráneo donde la cultura y la civilización se hicieron manifiestos, donde se desarrollaran  las costumbres alrededor de los siervos o esclavos y su utilización, lugares donde esos siervos procederían de los últimos reductos del Neolítico, refugios y cavernas, sí que existe esa especiación de gentes. Gentes con una singular forma de ser, fenotipo, y manera de comportamiento que seguirán manifestándose en la Edad Media y harán la "miel sobre hojuelas" de los bajos fondos sociales a la llegada de las "troupes" de gitanos-rom.

      El escritor e historiador francés Michel Mollat publicó un escrito en los años 80 del siglo pasado titulado: "Pobres humildes y miserables en la Edad Media" en el que desarrolla este tema desde el Siglo V hasta el Siglo XVI y desde oriente a occidente. Los pobres y la pobreza son analizados a través de un proceso de transformaciones históricas importantes y advierte dos aspectos en el tratamiento de la pobreza, un aspecto religioso y otro jurídico, de materia civil.

      En el primero de los aspectos según Mollat, los pobres habrían sido siempre muy numerosos desde al antigüedad y las autoridades habrían tomado medidas de gobierno para su control.

      Al principio de la Edad Media es en las grandes ciudades donde más prolifera la pobreza. Los curas griegos y latinos se esfuerzan en sus homilías por denunciar el hecho y se produce una reflexión  común por la conciencia de la sociedad sobre la miseria. En época merovingia los pobres podían solicitar el patronato de un poderoso, algo que se fundaba en una especie de "contrato  perpetuo". En un concilio en Aquisgrán se define al pobre carolingio como "pauper": "un hombre libre que poseía y transmitía algunos bienes, sometido a cargas y dependencias multiformes". Y lo distingue del "indigente", una persona son un grado mayor de pobreza y asociado a la criminalidad.

      Existió otra forma de actuar en la Edad Media con la pobreza, el aspecto civil y jurídico de lo mismo. Se habla en el libro del afán de los reyes para hacer justicia a los pobres y sus ideas de solidaridad y fraternidad con ellos. Aparecen o se instauran figuras jurídicas como "el procurador del miserable" o "el padre de los huérfanos" y en los municipios aparece la figura del "abogado de los pobres" según la cual la misma profesión de abogado suponía una responsabilidad para con los pobres. En el mismo escrito aparece el dato de como en Castilla, el rey Alfonso XI en 1.337 reglamenta honorarios y obliga a los alcaldes a proporcionar un "Abogado de los Pobres".

      De cualquier forma la imagen de la pobreza y de los pobres siempre a lo largo de la historia habría participado de los últimos conceptos y lugares de la sociedad humana, como dice M. Mollat que la gente pensaba de los pobres en la Edad Media como "repulsivos, malolientes e indignos".

      Pero a pesar de lo completo de la historia de Mollat y de otras historias de la pobreza y servidumbre, no aparecen en ellas ni acaso en otras obras de corte paleontológico o antropológico, datos precisos de esta clase de gente que estamos siguiendo. Es de suponer entonces, que desde siempre a lo largo de la historia estos "paisanos especiales" habrían quedado incluidos entre el resto de las pobres gentes de pueblos y ciudades. Todo esto en relación con una mayoría de esos paisanos, nunca con una inmensidad de los mismos pues sin duda debieron existir a lo largo de los siglos, gentes de esas mismas que sin duda fueron ricos y bien situados en la sociedad, incluso números, soldados y oficiales en el ejército procedentes de esos estamentos sociales.

      Sin embargo hay aquí un punto que interesa, que es cuando esas historias sobre la pobreza y servidumbre se refieren a la existencia de recursos desde las estructuras de poder como "abogado de los pobres" o el "procurador del miserable" pues si bien aquellos "paisanos especiales" habrían conseguido mantener su carácter de gente salvaje, esencias de raza o de especie, y en cierta manera permanecer al margen de todos esos recursos, serían gentes así mismo que los recordaba y habían usado desde antiguo  -con los debidos permisos-  y acaso con cierto grado de superioridad y de estar enterados del asunto.

      En el Siglo XV, referido a la historia de la pobreza se habla de "hambrientos errantes", "monipodios de vagabundos", gentes con propias leyes, jerarquía y lenguaje  . Pero con seguridad esto ya pertenece a las márgenes de después de la llegada de las comitivas de gitanos-rom. Por otra parte pensadores como Erasmo de Roterdam  (1466-1536), Tomás Moro (1478-1535) y Luis Vives (1493-1540) en sus escritos se habían pronunciado  contra la pobreza y contra la mendicidad, en encomio del trabajo como deber y dignidad.

       Pues bien es ahora, en el Siglo XV, 1.417 cuando los gitanos-rom llegan desde diversos lugares de oriente y debido a las particularidades de su raza y posibilidades culturales (idioma, fama, folclore y más tarde el nombre y el interés de las autoridades en su presencia) van a permitir la aparición  y surgir de sus cenizas de toda esta gente escondida desde muy antiguo en las miasmas de la sociedad. 

      Ahora lo que sucede es una especie de recuperación de formas y ancestrales costumbres de esos "paisanos especiales" que en muchos casos se sentirán identificados con los gitanos-rom, aprovecharán su presencia para manifestarse y asimilarán gran parte de su cultura, costumbres nómadas y forma particular de ganarse la vida. Ambas facciones étnicas terminarán mezcladas o quizás mejor, los forasteros serían asimilados por la masa de los pobres y las facciones de "paisanos especiales" poseedores también de esencias de raza. Si en un seguimiento de terminología científica clasificamos a los gitanos-rom como una "especiación alopatrida" por encima de fronteras y límites geográficos, sin relación con ellos, y a los "gitanos pisanos", "paisanos especiales" como una "especiación simpátrida" que se produce  dentro de unos márgenes territoriales y con fronteras precisas, se podría fabricar una visión o situación aproximada de lo mismo. Lo que viene a suceder hacia la modernidad es una mezcla de esas dos formas y otras posibilidades, sin duda, que obtiene como resultado la etnia o subespecie que todos conocemos por el nombre de "Gitanos" con tantas posibilidades hacia el futuro.

      Al igual que la historia de los gitanos-rom se terminara en la figura del rey Carlos III que consiguiera para ellos alguna clase de rescate jurídico y administrativo y un cambio de dirección en la interpretación de ese problema, la historia de los "gitanos paisanos" se termina aquí con la llegada de los gitanos-rom, su irrupción en la escena pública y su mestizaje y el de su descendencia, acaso no exento de cierta polémica con el resto de las gentes de su condición social.

Nota: esto sigue con Gitanos VI

 

 

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Comentario por Jose MT el agosto 27, 2016 a las 9:10pm

Los temas de la pobreza y su historia en Europa, la esclavitud y la etnia gitana son, desde luego, muy interesantes y poco conocidos. Su tratamiento aquí me parece desordenado y falto de referencias a fuentes, si bien algunos datos que se mencionan resultan curiosos.

Comentario por Juan Manuel Hernansanz Gozalo el septiembre 2, 2016 a las 3:31pm

En realidad no se trata de un trabajo especializado, sino de una referencia a una Etnia dentro de un trabajo más amplio sobre el "arquetipo humano". 

Siempre había sentido, un servidor, curiosidad por las especiales características de la raza gitana y había indagado su misterio. La luz, sin embargo, apareció en el seguimiento de la especie Homo Sapiens en los espacios europeos, su manera peculiar de deambular por cavernas y refugios de la Europa de los hombres cavernarios. Esa forma de deambular, su comparación con "gitanos", es decir que los sapiens se comportarían de forma parecida en los muy habitados ya  espacios europeos por neandertales. Más tarde la observación quedó centrada en torno a los últimos grupos tardíos del neolítico y de ahí y por las razones expuestas pergeñé la hipótesis de la procedencia gitana en una posible especiación de gentes anteriores. 

El interés más importante del escrito consiste en relacionar la historia de la servidumbre y la pobreza no hacia el futuro con la aparición de Asia Menor y Oriente de los grupos de gitanos-rom, sino hacia el pasado con los grupos residuales del paleolítico, pero como muy bien dices no parece conseguido.

Entonces la secuencia que me gustaría subrayar con el comentario sería esta: grupos tardíos del neolítico - esclavitud y servidumbre al añadirse a la civilización - pobreza y esclavitud en los años de la historia - llegada y mezcla con los gitanos rom y Gitanos.

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