Un fragmento de mandíbula humana hallada en Serbia y que podría tener 250.000 años de antigüedad está ayudando a los antropólogos a construir el rompecabezas de la historia de la migración prehistórica que llevó a los humanos desde África hasta Europa.

Vía: Ljilja Cvekic, Reuters, Belgrado, 27 de junio de 2008

"Ésta es la prueba más antigua que tenemos de humanos en la zona", dijo a Reuters Mirjana Roksandic, profesora de antropología en la Universidad de Winnipeg, Canadá.

El fragmento de mandíbula inferior, que incluye tres dientes, se descubrió en una pequeña cueva en el desfiladero de Sicevo, al sur de Serbia.

"Es una mandíbula pre-neandertal, la cual creemos que tiene entre 130.000 y 250.000 años", indicó Dusan Mihailovic, profesor de arqueología en la Universidad de Belgrado y responsable del equipo que está estudiando el fragmento óseo.

"Podría ayudarnos a explicar mejor la evolución humana y las implicaciones de los movimientos de población y cultura en un gran territorio", añadió.

Los antropólogos creen que África fue la cuna de los primeros humanos que después emigraron hacia el norte, a Europa y Oriente Próximo, posiblemente debido a cambios climáticos.

Durante las periódicas eras glaciales, el norte de Europa habría estado cubierta de hielo, así que la teoría es que estos humanos se quedaron en el más amable clima del sur de Europa.

La mandíbula podría haber pertenecido a un Homo erectus, el primer tipo de humano que caminó erguido, una especie que apareció en África hace 1,8 millones de años y que fue la precursora del hombre moderno, el Homo sapiens, y de las diferentes ramas de los neandertales.

La mandíbula se encontró en uno de los yacimientos arqueológicos más ricos de la región, a cuatro metros de profundidad, por debajo del nivel de un asentamiento neandertal aparecido en una cueva adyacente.

Los restos de una hoguera, así como herramientas primitivas de piedra y hueso, apuntan a una zona habitada de 80.000 años de antigüedad.

"Lo que encontramos allí fue suficiente para reconstruir la forma de vida, cambios culturales, clima, vegetación y vida animal, en un periodo de unos 50.000 años", dijo Mihailovic.

Los arqueólogos trataron de profundizar en sus excavaciones en la esperanza de encontrar más fósiles.

"Estábamos buscando restos neandertales, pero esto es mucho mejor", comentó Roksandic.

Los neandertales, considerados como una vía muerta evolutiva, se extinguieron hace unos 30.000 años.