Los restos del misterioso pie / Yohannes Haile-Selassie

J. de Jorge / ABC | 28 de marzo de 2012

Hace varios millones de años, nuestros antepasados dejaron de trasladarse a cuatro patas para trepar a los árboles y caminar erguidos, sobre sus dos pies. Cómo se produjo este proceso que nos llevó a convertirnos en lo que somos hoy todavía está lleno de incógnitas y ahora un nuevo hallazgo viene a complicar aún más el relato.

Un equipo internacional de investigadores ha encontrado en Etiopía los restos del pie de un homínido de 3,4 millones de años cuyas características morfológicas y motoras no encajan con las de los homínidos que vivían entonces en África, los Australopithecus afarensis. Los investigadores sospechan que el pie puede pertenecer a otra especie de homínido, quizás una desconocida, con rasgos más primitivos, que se movía de forma diferente, con su propia manera de caminar. La descripción de los fósiles aparece publicada esta semana en la revista Nature (artículo y extracto)

Ejemplos de la parte delantera del pie de los homínidos son raros en el registro fósil sencillamente porque son muy frágiles. Es fácil que se conviertan en alimento para los depredadores o que acaben descompuestos.

El equipo científico, dirigido por Yohannes Haile-Selassie, del Museo de Historia Natural de Cleveland (Ohio), hallaron los huesos del pie en el yacimiento de Woranso-Mille, en la región Afar, en el centro de Etiopía. Los fósiles databan de 3,4 millones de años, una época en la que el único homínido conocido era el Australopithecus afarensis, la especie a la que pertenecía la famosa y fascinante «Lucy», una hembra de 20 años, metro de altura y 27 kilos de peso que caminaba erguida, más o menos como una mujer actual, antes aún de que su cerebro creciera.

El dedo gordo oponible

Pero mientras los pies de «Lucy» y sus congéneres son comparables a los de los humanos modernos en su forma, el pie que ahora ha sido encontrado resulta muy diferente. Tiene el dedo gordo oponible, como un chimpancé, lo que lo hace más similar al pie del Ardipithecus ramidus, un antepasado de los humanos actuales que prosperó en lo que hoy es Etiopía hace casi cuatro millones y medio de años, un millón de años antes que el afarensis, lo que le sitúa muy cerca del momento en que se cree que vivió el último ancestro común entre humanos y chimpancés. Su mayor exponente es «Ardi», un ejemplar hembra de metro veinte y 50 kilos de peso.

La afinidad taxonómica de la nueva muestra sigue siendo incierta, pero el esqueleto del pie fósil representa un homínido que, a diferencia de sus contemporáneos Australopithecus afarensismantiene una capacidad de agarre que le permite trepar a los árboles y moverse a través de un bosque con más eficacia.

Según los científicos, estas diferencias pueden significar la presencia de más de una especie homínida en el comienzo del Plioceno tardío en África. Una de ellas mantenía la adaptación motora del Ardipithecus ramidus.

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Comentario por Guillermo Caso de los Cobos el marzo 28, 2012 a las 11:35pm

Algunos detalles informativos adicionales y declaraciones sobre este interesantísimo hallazgo podemos leerlos en La Vanguardia.com (Josep Corbella).

 

Un pie de hace 3,4 millones de años aclara el origen de la marcha bípeda

 

Foto: Imagen que muestra los ocho fósiles que se han recuperado del pie de Burtele. Corresponde a un pie derecho. El dedo corto de la izquierda es el dedo gordo (un metatarsiano y una falange). Los otros tres corresponden a los dedos 2, 3 y 4. No queda nada del dedo pequeño Museo de Historia Natural de Cleveland / Yohnnes Haile-Selassie

 

Ocho fósiles de un pie derecho descubiertos en sedimentos de 3,4 millones de años de antigüedad en Etiopía demuestran que los Australopithecus afarensis, la especie de Lucy, no eran los únicos homínidos que vivieron en la región en aquella época. Los huesos del pie de Burtele, que se presentan este miércoles en la revista Nature, corresponden a un homínido que se movía con soltura sobre los árboles, pero que era capaz de caminar erguido cuando bajaba al suelo.

El descubrimiento es importante por dos motivos, según Yohannes Haile-Selassie, paleontólogo de la Universidad Case Western Reserve de Cleveland (EE.UU.) y primer autor de la investigación. Por un lado, porque “aporta información relevante sobre la anatomía del pie en los ancestros humanos”, según declaró el martes en una rueda de prensa telefónica. Por otro, porque “demuestra por primera vez de manera concluyente que la especie de Lucy no estaba sola” sino que convivía con otras especies de homínidos, una cuestión que ha sido motivo de debate científico desde hace más de 30 años.

El pie descubierto ahora refuerza la hipótesis de que los Australopithecus afarensis, que vivieron en el este de África hace entre tres y cuatro millones de años, fueron ancestros directos del género humano, según Haile-Selassie. “Hay aún muchas incógnitas sobre la relación entre los australopitecos y los humanos”, advierte Salvador Moyà, director del Institut Català de Paleontologia. Pero, según la hipótesis que defiende Haile-Selassie, los primeros humanos eran descendientes de los Australopithecus garhi, que posiblemente ya fabricaban herramientas de piedra rudimentarias hace 2,5 millones de años. Y los Australopithecus garhi, a su vez, eran descendientes de los afarensis, la especie de Lucy.

 

Comentario por Guillermo Caso de los Cobos el marzo 28, 2012 a las 11:40pm

(Continúa del comentario anterior)

El pie de los afarensis, en cualquier caso, se parecía más al nuestro que el pie descubierto ahora en Etiopía. Los ocho fósiles presentados en Nature presentan una curiosa combinación de caracteres adaptados a la vida en los árboles y a la vida en el suelo. El primer dedo, más similar a nuestro pulgar de la mano que a nuestro dedo gordo del pie, es arborícola. En lugar de estar alineado con los otros dedos, está en posición oblicua, lo cual es ideal para agarrarse de las ramas pero no para caminar o correr.

En cambio, la articulación entre los metatarsianos y las falanges –allí donde los dedos se unen a la planta del pie– permite una hiperflexión. Es lo mismo que hacemos nosotros al final de cada paso o al ponernos de puntillas, cuando los dedos pueden quedar perpendiculares respecto a la planta. Pero es algo que no se puede hacer con las manos –a menos que uno sea hiperlaxo–. Así, la articulación entre metatarsianos y falanges del pie de Burtele es característica de la marcha bípeda.

Pero “es un pie muy primitivo, no podían recorrer grandes distancias”, declaró Bruce Latimer, coautor de la investigación, en la rueda de prensa. “Debían caminar de una manera bastante extraña”.


Los fósiles se han descubierto a pocos kilómetros de donde apareció el esqueleto de Lucy en 1974. Dado que las dos especies vivieron en la misma época y en la misma región, los investigadores sugieren que ocuparon nichos ecológicos distintos. Según esta interpretación, el homínido de Burtele debió ocupar la periferia de la selva tropical y explotar los recursos de árboles y arbustos, mientras que los Australopitecus afarensis se expandieron fuera de la selva gracias al prodigio biomecánico de sus pies.

El descubrimiento “demuestra que nuestra evolución no fue un proceso lineal, con un único linaje en cada momento, sino que fue un proceso más complejo, con varios linajes conviviendo en una misma época y en una misma región”, destacó Haile-Selassie.

Comentario por Guillermo Caso de los Cobos el marzo 28, 2012 a las 11:41pm

(continúa del comentario anterior)

Por ahora, los investigadores no han atribuido el pie de Burtele a ninguna especie ni a ningún género. Es demasiado antiguo para ser humano, ya que el género Homo no aparece hasta un millón de años más tarde. Y las características de los ocho fósiles parecen excluir que se trate de un australopiteco. Incluso de una especie distinta de la de Lucy.

A lo que más se parece el pie de Burtele es al del Ardipithecus ramidus, un homínido de hace 4,4 millones de años también descubierto en Etiopía. Los ocho fósiles podrían corresponder así a un ardipiteco descendiente del ramidus. Pero “aún no tenemos suficiente material para atribuirlo a un género o a una especie”, explicó Haile-Selassie. Y “no se puede decir que sea un ardipiteco solo porque tenga una locomoción similar; podría ser [otro homínido] que hubiera conservado esta adaptación a la locomoción. Esperamos a recuperar más fósiles para comprender mejor qué ocurrió”.



 

Comentario por Guillermo Caso de los Cobos el marzo 28, 2012 a las 11:57pm
Comentario por jorge hugo bertran vall el marzo 29, 2012 a las 2:15pm

tendriamos que agregar , despues de los pertinentes estudios cientificos , a este nuevo homidio ,esto nos acercaria mas a nuestros antepasados !!!!buena noticia

jorge hugo bertran esparafita (bertranvall)

Comentario por Percha el marzo 29, 2012 a las 6:23pm

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