Foto: Nacho Orejas | LNE.
La lápida de mármol de 2.700 kilogramos tiene una inscripción en honor del emperador Augusto que la convierte en el documento fechado más antiguo de Asturias.

El ara sextiana, el documento fechado más antiguo de Asturias, cumple este año dos milenios. Es la pieza capital del Tabularium Artis Asturiensis, museo y archivo asturianista fundado por Joaquín Manzanares hace más de medio siglo.

Francisco Manzanares, hijo de Joaquín y actual director del Tabularium, mostró ayer a LA NUEVA ESPAÑA la magnífica lápida de mármol de 2.700 kilogramos de peso que se conserva en Oviedo, en su museo, y explicó los mil avatares que ha atravesado.

Vía: Javier Neira | La Nueva España.es, 6 de febrero de 2009

El estudio del ara sextiana -denominación discutible aunque comúnmente aceptada- se debe a Francisco Diego Santos, nonagenario historiador que ha analizado prácticamente todos los epígrafes asturianos y que la llama lápida de Augusto. La inscripción se realizó en honor del emperador, que acababa de sofocar a los últimos rebeldes asturianos. Dice que estaba en «tribunicia potestad XXXII sacrum» que corresponde al año 9 de nuestra era, así que hace exactamente dos mil años fue esculpida.

La lápida estaba en el cabo Torres -sobre el actual puerto del Musel- donde había dos importantes edificaciones romanas. Es una dedicatoria de Cneus Calpurnius Piso, el gobernador de la provincia Tarraconense a la que pertenecían los territorios de los astures, al emperador. Como el gobernador, después, participó en una conspiración que le costó la vida a Germánico, su sobrino el emperador Tiberio decretó una «damnatio memoriae» y fue borrado el nombre de Cneus de todas las inscripciones. También del ara sextiana, las señales de la censura son evidentes.

La lápida reaparece en función de altar en una capilla «entre Carreño y Candás», según anota Tirso de Avilés «cerca del río Aboño y del mar». Se supone que fue arrojada desde la Campa Torres. El padre Carballo y Constantino Cabal también la citan en ese paraje, en la capilla de San Juan. A mediados del siglo XVIII es trasladada, según Julio Somoza, a la capilla de Santa Clementina de la casa que tenían en Carrió los condes de Marcel Peñalba. Ahí la cita a su vez Jovellanos. Y en 1894 se traslada a Luanco. Estuvo instalada en el huerto de Atanasio Ávila y después en el rellano de la escalera de su casa, «ahí estaba cuando en 1960 la compró mi padre», según recordó ayer Francisco Manzanares.

La vendió Carlos Gil de Arévalo, después de ofrecérsela a la Diputación que le dio largas así que, indignado, se la brindó a Manzanares por debajo del valor que pensaba obtener.

«Tenía yo 10 años», comenta Manzanares hijo, «la transportaron en una camioneta. Tardaron cinco horas en cargarla en Luanco y seis en descargarla aquí, en Oviedo. Conmigo estaba Juanín Cueto Serrano, los dos emocionados, jugando y viendo todo aquello».

Inmediatamente se desató la tormenta aunque durante siglos apenas había sido tenida en cuenta la magnífica pieza romana. El periodista gijonés Francisco Carantoña protestó diciendo que debía estar inexcusablemente en su ciudad. Manzanares tuvo que ir a Madrid a dar explicaciones personalmente al ministro de Educación, Jesús Rubio. Cuando el Ministro le afeó que se hubiese interpuesto en una adquisición que iba a efectuar la Diputación Provincial de Oviedo, Manzanares le enseñó una carta del vendedor en la que relataba la molicie y displicencia con que le habían tratado las administraciones públicas y con esa prueba le tapó la boca.

Aun así, el Ministro quiso saber cuál era la opinión de la Real Academia de la Historia y le contestaron que si el ara sextiana la tenía Manzanares estaba en las mejores manos posibles. La polémica localista siguió pero muy amortiguada.

El ara sextiana o lápida de Augusto mide 1,66 centímetros de largo, 80 centímetros de alto y 50 centímetros de fondo. Cada letra tiene una altura de 12 milímetros.

En la mañana de ayer, Francisco Manzanares, director del Tabularium Artis Asturiensis, posó -fotografía superior- ante el ara sextiana o lápida de Augusto, adquirida por su padre Joaquín en 1960. Desde entonces se conserva en Oviedo, en el museo y archivo asturianista propiedad de la familia Manzanares. En la fotografía contigua, el propio Francisco aparece -en una instantánea obtenida por su padre- encaramado sobre el ara, en el jardín de la casa donde está instalado el archivo, durante el verano de 1960. Tenía 10 años, el ara sextiana acababa de ser adquirida por Joaquín Manzanares.

En memoria del azote romano de los astures

Un museo con 10.000 piezas prehistóricas, 700 de Roma al Barroco y más de 100.000 fotografías


Joaquín Manzanares Rodríguez-Mir nació en Oviedo en 1922. Licenciado en Derecho y en Historia, fundó el Tabularium Artis Asturiensis -archivo y museo privado, siempre a su costa y a la de su familia- el 11 de mayo de 1947. Fue nombrado director del Museo Arqueológico el 22 de diciembre de 1954 por el ministro Joaquín Ruiz-Giménez y teniendo incluso el nombramiento en su bolsillo no pudo ni siquiera tomar posesión por las intrigas y envidias locales. A la muerte de Juan Uría pasó a ser cronista oficial de Asturias, cargo -no remunerado como siempre le sucedió- que desempeñó hasta su muerte en Oviedo, el 18 de junio de 2003.

El Tabularium cuenta con 10.000 piezas correspondientes a la Prehistoria, procedentes de decenas de yacimientos, muchos sin identificar -su fundador nunca realizó excavaciones- y que sólo conoce la familia Manzanares. Desde Roma hasta el Barroco tiene, asimismo, del orden de 700 piezas. El archivo asturianista cuenta también con más de 100.000 fotografías, de las que 2.000 corresponden a las viejas placas de cristal; varios miles de fichas, material etnográfico y algunos muebles antiguos. El Principado, tras sucesivos requerimientos que se remontan al menos a diez atrás, nunca ha llegado a ofrecer a los Manzanares una fórmula de continuidad para el Tabularium.

La inscripción del ara sextiana o lápida de Augusto dice: IMP CAESARI AUGUSTO DIVI F // COS XIII IMP XX PONT MAX // PATR PATRIAE TRIB POT XXXII (renglón y medio censurado) SACRUM. Un texto que se puede traducir como «Al emperador César Augusto, hijo de Dios, cónsul trece, emperador veinte, pontífice máximo, padre de la patria, con tribunicia potestad treinta y dos (renglón y medio censurado, que corresponde al nombre del gobernador Cneus Calpurnius Piso) consagrado».

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Comentario por Alicia M. Canto el febrero 11, 2009 a las 9:25am
Abo: estupenda foto, gracias, creo que ésta fue la misma que puso Ud. en Celtiberia, de aquella exposición sobre los Astures.

Pater: No quería ni hablar del tema pero, ya que Ud. lo hace, es verdad que el Sr. CSM es una extraña mezcla de ignorancia audaz, reiteración y contumacia. En Internet parece ser inevitable que tales usuarios, acogidos al asilo (eso sí que es un "asilo") de la "democracia del medio", puedan introducir fantasías llenas de errores e inopias (y en este caso de múltiples cromos de colores) en cualquier portal, incluso en uno serio como Terraeantiqvae.

Como Ud. y yo (y otros varios aquí) tenemos, desde Celtiberia.net e incluso antes, una larga y penosa experiencia en la insólita impermeabilidad de esta persona a las realidades históricas o arqueológicas (a la vez que es una "esponja" de lo que lee y le pueda convenir para infundir cierto aspecto "letrado" a sus "interesantes tesis"), sabemos que ahora viene la fase de que "los académicos somos muy malos", unos intransigentes, que no aceptamos nada que sea innovador y original, o "iconoclasta" (y el que media costa cantábrica sea una "península" desde luego es las tres cosas), que "él no hace nada malo", etc. etc.

Así que paciencia y lectura selectiva ;-), al menos hasta que llegue a la fase del insulto directo.
Comentario por Carlos Sánchez-Montaña el febrero 11, 2009 a las 10:58am
Ara: ara, altar, los altares y los hogares (los bienes más sagrados y más queridos de los romanos), refugio, protección, asilo (ad aram legum confugere, ponerse bajo el amparo de las leyes).
DICCIONARIO ILUSTRADO LATINO -ESPAÑOL VOX. ( PAG. 38).

En época de Augusto en la costa mediterránea se localizan varias aras a modo de faro en cabos singulares. Un faro es en su forma arquitectónica una monumental ara. Su fuego en la cúspide es análogo al de una ara. Las aras romanas son por su propio significado lugares de protección en las costas del imperio.

En la actualidad en castellano su significado es muy concordante con el significado latino:

ara.
(Del lat. ara).
f. altar (montículo, piedra o construcción).
(entre otras)

acogerse a las aras.
1. loc. verb. Refugiarse o tomar asilo.

Real Academia Española


Para los interesados en el tema:

"Sobre este problema ya se ha discutido largamente en otra ocasión, cfr. Rodríguez Colmenero, Augusto e Hispania.Conquista y Organización del Norte Peninsular. Bilbao, 1979, 118 ss. En la actualidad nos inclinamos por que tanto Mela como Plinio pueden tener razón, pudiendo existir aras, sean sestianas o no, tanto en el litoral galaico como en el astur."
ANTONIO RODRÍGUEZ COLMENERO
LA NUEVA TABULA HOSPITALITATIS DE LA CIVITAS LOUGEIORUM. PROBLEMATICA Y CONTEXTO HISTORICO aus: Zeitschrift für Papyrologie und Epigraphik 117 (1997) 213–226© Dr. Rudolf Habelt GmbH, Bonn
www.uni-koeln.de/phil-fak/ifa/zpe/downloads/1997/117pdf/117213.pdf

también se puede consultar:

El convento araugustano y las Aras Sestianas: reflexiones sobre la primera organización administrativa del noroeste hispano
Autores: Angel Morillo Cerdán, Carmen Fernández Ochoa
Localización: Latomus: revue d'études latines, ISSN 0023-8856, Vol. 61, Nº. 4, 2002 , pags. 889-910
Comentario por Elpater el febrero 11, 2009 a las 11:13am
"Camelo, camelo y camelo"

(Carlos Alonso del Real, en un programa "La Clave", en respuesta a los discursos pseudoeruditos de los propagandistas de las visitas extraterrestres en la Prehistoria)

Pues aquí, lo mismo.
Comentario por Guillermo Caso de los Cobos el febrero 11, 2009 a las 4:38pm
De nuevo, profesora Alicia, muy agradecido por sus amables precisiones.

Sin embargo, permítame matizar lo siguiente:


1º.- Mi intención, como dije y le pedí en mi primer comentario, no era otro que el que usted -como experta notable en la materia- aclarara el estado de la cuestión sobre las Aras Sestianas de algunas de las hipótesis que le planteaba y presentaba a modo de resumen.

Comoquiera que me pareció escasa la información que me ofreció en un primer comentario, es por lo que le solicité que abundara en ello, incluyendo yo, de paso, otros aspectos informativos que al respecto había detectado por la red (internet), y, si quiere, actuando, a lo sumo, como una especie de “abogadillo del diablo”.

2º.- Que los periodistas comenten muchos errores en sus informaciones (y más cuando se trata de cuestiones como las que aquí nos ocupa) es algo que todos sabemos de sobra, máxime en esta web donde prácticamente todos los días muchos de sus intervinientes ponen en solfa bastantes de las informaciones periodísticas que se ofrecen.

En este sentido, que la noticia aparecida en 2005 sobre las declaraciones de Carmen Fernández Ochoa parecía muy descabellada ya la daba por supuesta. No hay más que observar el tono irónico con que la comentaba. Si me la hubiera creído “a pies juntillas”, como usted dice, no le hubiera solicitado a renglón seguido que, si era posible, me ampliara lo que la profesora Ochoa había manifestado en su trabajo de 2005 “La Torre de Augusto en la Campa Torres (Gijón, Asturias): las antiguas excavaciones y el epígrafe del Calpurnio Pisón“, ante mi imposibilidad de acceder al texto (la web de AESPA sólo ofrece acceso a publicaciones desde 2006).

Usted, muy gentilmente, lo ha hecho y permitido que “las dudas” quedaran definitivamente despejadas. Algo que por, otro lado, ya intuía, pues el hecho de que la profesora Ochoa se refiriera como “el epígrafe de Calpurnio Pisón” y no como el “Ara Sestiana” sugería por dónde iba su posición.

De todos modos, y aunque entiendo que la opinión de la profesora Ochoa está muy clara sobre este particular, incluso desde hace 25 años, como usted apunta, déjeme decirle que, curiosamente, la foto de la inscripción de la Campa Torres que publica más arriba el contertulio Abo, y que usted recuerda, efectivamente, como fruto de la exposición “Astures” de 1995 en Gijón (de la que fue comisaría científica la propia doctora Ochoa), aparece comentada en el libro-guia de dicha exposición de la siguiente manera:

“Esta pieza, hoy en día en una colección particular en Oviedo, formaba parte de un monumento erigido al emperador Augusto, conocido con el nombre de Aras Sestianas y fechado entre los años 9 y 10 d. de C“.

Además, en el pie de foto se dice: “Ara Sestiana dedicada a Augusto en los años 9-10 d. de C“. (Adjunto debajo foto escaneada de la página del libro)


En fin, si tan claro se tiene que dicha inscripción no es una Ara Sestiana, ¿a qué viene describirla, entonces, como tal en este caso? Comprenderá usted que estas cosas mueven fácilmente a confusión, máxime entre los que no son expertos.

3º.- Respecto a la interpretación que hago de las palabras del profesor Julio Mangas, permítame que le diga que había diferenciado muy bien lo que era la entradilla del texto de la entrevistadora y la respuesta del profesor Mangas (todavía hasta ahí llego).

Es verdad que no puse bien diferenciadas las comillas inglesas (“ ”) entre las que deberían ir la entradilla de la periodista y las comillas latinas ( >>) en las que van las declaraciones del profesor Mangas, pero cualquiera podía comprobar el sentido del texto consultando el enlace que puse del mismo.

No obstante, no tengo ningún problema en aceptar que la interpretación que hice de las palabras del profesor Mangas ha sido excesiva o errónea. Simplemente deduje -quizás apresuradamente- que si el profesor Mangas no había corregido a su entrevistadora (su apreciación de las Aras Sestianas diseminadas) parecía que lo estaba asumiendo. Como estoy muy de acuerdo con usted de que muchas veces estas entrevistas se construyen por parte de los periodistas de modo muy poco riguroso, ya digo que no tengo problema en asumir su crítica observación.

En conclusión, queda claro para mí, de acuerdo con sus inestimables comentarios, lo siguiente:

1º Que dicha inscripción de la Campa de Torres no corresponde a las tres Aras Sestianas que citan Mela, Plinio y Ptolemeo.

2º Que así lo sostiene sin lugar a dudas no sólo usted, sino los profesores Ochoa y Mangas.

3º Que dicha ara de la Campa de Torres se supone -como hipótesis más segura- dedicada por Cneo Calpurnio Pisón de acuerdo los estudios de Ronald Syme. Es decir, no de un tal Sestio y, en consecuencia, no es un Ara Sestiana.

4º Que las tres Aras Sestianas, a pesar de la contradicción de Mela, se estima preferentemente estarían localizadas en la zona galaica.

5º Que, sin perjuicio del punto 4º anterior, hay autores que siguen apreciando problemática su localización, conjeturando hipótesis sobre el particular con mejor o peor fundamento, pues hay quien podría considerar, incluso, que, con independencia del ara de la Campa de Torres hallada, pudo haber tres Aras Sestianas en dicho lugar. Al fin y al cabo, como ha señalado el profesor Diego Santos, muchas dedicaciones se solían poner justamente donde ya había otras.

Un cordial saludo
Comentario por Abo el febrero 11, 2009 a las 6:28pm
Alicia, las gracias a Ud. por todo lo que lleva aportado, antes allí y ahora aquí. Respecto a la foto no se merecen.

Efectivamente, la foto de la “lápida” de Candás fue escaneada del libro “ASTVRES” editado con ocasión de la exposición: “ASTURES. PUEBLOS Y CULTURAS EN LA FRONTERA DEL IMPERIO ROMANO” (1995) Gijón. La compra fue una recomendación que me hizo D. Ángel Villa Valdés en visita que hice a Oviedo interesado en “ver” las famosas Tabletas de Lépido. Tuve mucha suerte en encontrar el libro ya que habían transcurrido algunos años de la fecha de exposición. Ahora se lo recomiendo yo a los que quieran saber algo más de esos Astures Transmontanos y Augustanos (o Cismontanos). La Dra. Ochoa fue uno de los dos Comisarios científicos de la exposición y, digo: “recomiendo” porque, al hilo de lo que aquí se trata, para nada se habla en el mencionado libro de las famosas “Arae Sestianas” que tanto dan, dieron y darán que hablar por estas y por las vecinas tierras asturianas, sacando en conclusión que el Comité Científico de la Exposición tenía muy claro que los “pedrolos” que le dedicó Lucio Sestio Q. a su amigo y “jefe” Augusto no se erigieron en territorio astur. ¡Cómo para olvidarse!.

Respecto a las “Arae Sestianas” es difícil que Plinio primero y luego Ptolomeo errasen, y en lo que sí estoy muy de acuerdo, es en lo que dijo de que la arqueología poco a poco va certificando lo que antes ellos han dejado escrito.

De Mela, creo no se equivocó, es muy posible que algunas líneas se encuentren dislocadas, alteradas y de ahí la confusión. Supongo.

Pero bueno, esto de la Historia, ya sabe...¡Veleeeeeeeeeeeeeeeeiiiiiiiiiiiiaaaaaaaaaaaa!
Comentario por Abo el febrero 11, 2009 a las 6:33pm
Lo siento, se me pasó el post del forista Guillermo Caso de los Cobos. Me da que hablamos de distintos libros, lo miraré.
Comentario por Carlos Sánchez-Montaña el febrero 11, 2009 a las 8:26pm
No todos los estudiosos del tema descartan a Mela.
Es el primero que cita a las Aras Sestianas y a la Torre de Augusto, siendo Plinio y Ptolomeo deudores de su texto.

Descartar a Mela solo tiene un interés, desmontar el convento Arae Augustae como antecesor del Lucense y el Astur.

Son varios los estudiosos que dan total credibilidad al texto de Mela, entre otros:


"Existirían, por lo tanto, en el lugar, según Mela, unas Arae Augusti llamadas sestianas, aras que Plinio (Nat. Hist. IV 34,111) y Ptolomeo (Geog. Hyph. II 6,3) sitúan más tarde en el litoral galaico, si bien atribuyéndoles ambos una ubicación no coincidente. La confusión pudo provenir de que ambos,Mela y Plinio, asocian con el entorno de las aras un oppidun llamado Noega y uno de los dos, para mí, y aunque en esta ocasión me cueste tener que cambiar de parecer, Plinio (21) pudo haber trastocado datos geográficos relativos a un litoral en el que sabemos por Mela mismo (Chorograph. III 1,3) así como por el Ravenate (Rav. IV 43, cfr. al respecto nota 27) existían otras turres y arae augustae.
Insistimos en que la asociación, en ambas redacciones, de las Aras Sestianas con Noeca o Noega y su ubicación en una península, en realidad cabo, compartida por ambos textos, no deja lugar a dudas en lo que respecta a la identidad de ambos altares y a que la redacción de Plinio se inspira en el anterior parecer de Mela. De ahí que, uno de los dos, se confunde, posiblemente Plinio, por cuanto parece poseer de la costa atlántica un conocimiento menos preciso que su antecesor (22).

21.- Según hemos puesto en su día de manifiesto en Augusto e Hispania . . ., pág. 187. Este es también el parecer de R.Syme, A Governor, 128. En su día, Augusto e Hispania. Conquista y Organización del Norte Peninsular. Bilbao, 1979, 187ss. habíamos apostado por la ubicación galaica de las llamadas aras sestianas e incluso recientemente, La Tabula Hospitalitatis de la Civitas Lougeiorum ¿documento genuíno o falsificación?, en Lucus Augusti I. El Amanecer de una Ciudad. A Coruña, 1996, 449 ss, pero la relectura de los textos así como la manifiesta identificación de algunos segmentos hacen a Plinio tributario de Mela, de ahí que, en este punto, optemos por conceder a éste mayor credibilidad.

22.- Siguiendo la concepción varroniana de la península, cfr. al respecto A. Schulten, Geografía y Etnografía de la Península Ibérica. Madrid, 1958, II, 41 ss., prolonga la costa cantábrica hasta los cabos de Roca o Espichel, en las cercaníasde Lisboa, que él denomina Artabro, Magno u Olisiponense, Plin., Nat. Hist. IV 113

27.- Como ya se ha dicho, la polémica acerca de si las aras sestianas estuvieron en un lugar u otro nos parece, hasta ciertopunto gratuita. Lo que interesa de veras es que Augusto contó en el litoral galaico-asturiano con varios altares, fuesen deerección sestiana o no. En Campa de Torres lo evidencia los indicios arqueológicos y en un lugar del litoral galaico situado alsur de Aquis Celenis, Caldas de Reyes, el Anónimo de Ravena, 308, 1, quien al enumerar las mansiones de una vía quediscurre por el norte la hace derivar de la mansión de Are Augusti, citando Quecelenis inmediatamente después. Cfr. J. M.Roldán, Itineraria Hispanica. Valladolid, 1967, 124. Y eso sin contar con la turrem Augusti titulo memorabilem que cita Mela (III 1,12) en la desembocadura del Sar, si es que no la desplaza de su verdadera ubicación.

ANTONIO RODRÍGUEZ COLMENERO
LA NUEVA TABULA HOSPITALITATIS DE LA CIVITAS LOUGEIORUM. PROBLEMATICA Y CONTEXTO HISTORICO aus: Zeitschrift für Papyrologie und Epigraphik 117 (1997) 213–226© Dr. Rudolf Habelt GmbH, Bonn
www.uni-koeln.de/phil-fak/ifa/zpe/downloads/1997/117pdf/117213.pdf

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"La existencia de unas aras o altares dedicados a Augusto por L. Sestius Quirinales, gobernador de la Citerior entre el 22 y el 19 a.C. ubicadas en una península del litoral N.O. Hispano, está atestiguada en las descripciones geográficas de Mela, Plinio, y Ptolomeo, además del Ravenate."
La Torre de Augusto en la Campa Torres (Gijón, Asturias). Las antiguas excavaciones y el epígrafe de Calpurnio Pisón. Carmen Fernández Ochoa, Angel Morillo Cerdán y Angel Villa Valdés
Archivo español de arqueología, ISSN 0066-6742, Vol. 78, Nº 191-192, 2005, pags. 129-146
Comentario por Alicia M. Canto el febrero 13, 2009 a las 1:18am
Sr. Caso de los Cobos:

Siento si en algún momento me excedí al apreciar sus valoraciones (febrero 10, 2009 a las 2:25am), que me parecieron más radicales (“…la profesora Ochoa (y demás) con su diagnóstico corta de un fácil plumazo con todas las contradicciones que los textos antiguos y la inscripción que nos ocupa suscitan. Sólo hay un Ara Sestiana, ésta se halló en Asturias…” y similares).

En cuanto al catálogo de 1995, parece que, como dice Abo, el texto y el pie de la foto que Ud. copió aquí no serían de ese libro, haga el favor de comprobarlo y me lo dice.

De todos modos, somos muchos, y más antiguos (recordemos, por ejemplo, al propio Hübner en el XIX), los que creemos que las Aras en cuestión no estaban allí. Por tanto, su resumen último es el correcto: Las tres Arae Sestianae se erigieron en una única península de la costa del convento lucense, y sólo ahí. Queda por dilucidar qué era el monumento de Cabo Torres.

Las otras creencias son antiguallas que vienen de análisis menos competentes, desde los siglos XVI en adelante. En los que, para empezar, las llamaban “Sextias” o “Sextianas” y las atribuían a Sextus Apuleius, no a L. Sestius Quirinalis. Y esto, y el ponerlas en Gijón (por el peregrino argumento de que Mela era “español” y lo sabría mejor que Plinio y Ptolomeo), viene al menos desde Ocampo y Ambrosio de Morales en 1575, pasando por Henrique Flórez, otro famoso e influyente historiador del siglo XVIII, que, aunque en este aspecto fue corregido por M. Risco en la continuación de su obra (1789), no impidió que la misma cantinela siguiera siendo repetida por otros “pesos pesados” como Pascual Madoz en 1850 o Modesto Lafuente en 1861, y así esta línea hasta hoy.

Así que el mero hecho de seguirlas llamando “Sextianas” (como se repite y repite todavía en la noticia que ha dado origen a este debate) ya indica el profundo arraigo de aquellas vetustas y menos informadas teorías. En muchas ciudades de España parece que cuesta trabajo renunciar a los mitos locales, y de éstos siempre circularon muchos (me recuerda al "Corocotta héroe cántabro de la resistencia contra Roma", que tampoco lo es y costará despegarlo de allí). Saludos.
Comentario por Alicia M. Canto el febrero 13, 2009 a las 1:43am
Abo: Gracias de nuevo, y de nada, como Ud. quiera.

Tiene Ud. mucha razón. Plinio no se equivocaba habitualmente, y en este caso además, como procurador de la Hispania Citerior durante varios años, con seguridad visitó las Arae Sestianae, como monumento venerable que serían ya en su época. Mela, en cambio, por muy "español" que fuera (como acabo de recordar que decían los historiadores patrios desde el siglo XVI), tiene fama de ser un simple compilador, y no muy cuidadoso; y, si copió de Estrabón, fácilmente pudo trastocar las informaciones sobre Noela y Noega (según la propuesta de Hübner).

Por ello es imposible considerar siquiera que C. Plinius Secundus, el mayor polígrafo de la Antigüedad, colaborador de Vespasiano y Tito, con acceso a los archivos imperiales en Roma, cuyas notas sobre Hispania no quiso vender ni por 400.000 sestercios, pueda ser, ni en esto ni en nada "tributario de Mela", como sin embargo hace el colega Rodríguez Colmenero. Dejando aparte, entre otras cosas en las que no quiero entrar ni son del caso, que las "tabulae hospitalitatis" no existen en la epigrafía romana, sí las de hospitium.

Por cierto, Abo, ¿sabe Ud. que de las famosas "tabletas de Lépido", sólo la II es genuina? Esto lo demostró en su día J. M. Roldán, y se lo comento por si acaso. Saludos.
Comentario por Abo el febrero 13, 2009 a las 2:27am
De la Exposición:

"ASTURES, PUEBLOS Y CULTURAS EN LA FRONTERA DEL IMPERIO ROMANO"

Según la Dra Ochoa en la presentación del libro "Astures", se ha elaborado un Catálogo Científico (este de "Astures") y una Guía de la Exposición. También cuatro libros monográficos: Guía de la Campa de Torres, Guía de la Torre del Reloj, El Oro de los Astures y Las Termas romanas de Campo Valdés.


Alicia, supongo, obviamente, que se refiere a esta:




Donde esa demostración del profesor Roldán?, Itineraria Hisp?. Me gustaria hojearlo. ;-)

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