Red social de Arqueologos e Historiadores
Ilustración de un grupo de homínidos de la Sima de los Huesos. / JAVIER TRUEBA (SCIENTIFIC FILMS)
Los fósiles de Atapuerca vuelven a pulverizar las fronteras de la ciencia. Y esta vez de la mano de las más avanzadas técnicas genéticas. Un equipo internacional formado por los paleontólogos de Atapuerca y los máximos expertos mundiales en ADN antiguo, en Alemania, han logrado obtener ADN de un fósil humano del yacimiento de la Sima de Los Huesos, de hace 400.000 años (Pleistoceno Medio), y obtener la secuencia casi completa de sus genes.
Se trata del ADN mitocondrial, un orgánulo de la célula que se hereda solo por vía materna con un único cromosoma. Y ha proporcionado una gran sorpresa a los investigadores porque, al compararlo con los genomas de humanos modernos —neandertales, chimpancés y bononos— han descubierto que los individuos de la Sima están emparentados, no con los neandertales, como esperaban por los rasgos que comparten, sino con una oscura población de los montes Altai, en Siberia, de hace unos 40.000 años, los denisovanos, de los que se han encontrado muy pocos fósiles. Tan desconcertante es el resultado que los investigadores plantean cuatro hipótesis para explicar esta relación genética entre poblaciones tan distantes, los humanos de la Sima y los denisovanos, un linaje hermanado con los neandertales pero del este eurasiático.
Este logro supone retrasar la más antigua secuencia genética humana más de 200.000 años, señala la revista Nature, en la que los científicos dan a conocer esta semana los resultados de su investigación. Hasta ahora solo se había secuenciado ADN tan antiguo en animales, en concreto, de un caballo de hace 700.000 años, conservado en permafrost en Canadá.
Descubrimientos en el yacimiento de Atapuerca
“Solo hay progreso en el conocimiento cuando se encuentra lo inesperado. Todo apunta a una complejidad mayor de lo que se suponía en el Pleistoceno Medio. Esperemos que futuras investigaciones aclaren las relaciones entre los fósiles de la Sima, los neandertales y los denisovanos”, señala Juan Luis Arsuaga, codirector de Atapuerca y responsable de las excavaciones de la Sima de los Huesos.
“Este trabajo muestra que ahora podemos estudiar el ADN de fósiles con varios cientos de miles de años de antigüedad, abriéndose la posibilidad de conocer genes de los antepasados de neandertales y denisovanos. Es tremendamente emocionante”, afirma Svante Pääbo, director del Instituto Max Planck de Antropología Evolutiva.
Ignacio Martínez, profesor de la Universidad de Alcalá de Henares y uno de los científicos de Atapuerca lo sintetiza: “Con esta investigación unimos la grandiosa colección de fósiles de la Sima, la mejor del mundo de la paleontología, con el equipo de Svante Pääbo, el mejor del mundo en ADN antiguo”.
Una investigación de este tipo se va fraguando poco a poco, avanzando con mucha cautela cuando lo que uno tiene entre manos son unos valiosísimos y frágiles fósiles de hace 400.000 años. Los investigadores primero probaron con hueso de oso, cuyos fósiles aparecen mezclados en la Sima de los Huesos con los de los homínidos. Y la clave ha estado en aplicar una nueva técnica de secuenciación del ADN desarrollada por Matthias Meyer en el prestigioso laboratorio de Pääbo, que ha logrado hacer, entre otros, el genoma del neandertal y de los individuos de Denisova. El éxito con el oso, dado a conocer este mismo año en la revista Proceedings de la Academia Nacional de Ciencias estadounidenses, ya apuntaba claramente cuál sería el siguiente paso: los humanos de la Sima. Pero es mucho más difícil hacer la secuencia genética de los humanos, recalca Martínez, porque es mayor el riesgo de contaminación con ADN actual. Tomaron varias muestras de un fémur de la Sima, en total 1,98 gramos, haciendo unas microscópicas perforaciones en el fósil, explican los investigadores en Nature. Y después, una vez obtenido el ADN mitocondrial, aplicaron la avanzada técnica puesta a punto por Meyer que permite obtener buenos resultados con ADN antiguo deteriorado.
El equipo de Arsuaga ha desenterrado hasta ahora más de 6.500 fósiles en la Sima, pertenecientes al menos a 28 individuos, con todas las piezas esqueléticas representadas, de distintas edades y de ambos sexos. Es una colección única, que permite, señala Martínez, aplicar a su estudio las técnicas más refinadas, ahora y en el futuro.
En el desconcierto del triunfo con el ADN, los investigadores de Atapuerca apenas han tenido tiempo de elaborar una explicación científica de los resultados que esbozan con varias hipótesis en su compacto artículo, de tres páginas y media incluidas las referencias. El problema es que los humanos de la Sima de los Huesos, clasificados oficialmente como Homo heidelbergensis, una especie tal vez demasiado amplia para ser eficaz, muestran rasgos distintivos de los neandertales, por ejemplo en los dientes, las mandíbulas y la morfología del cráneo, pese a ser muy anteriores a ellos.
Así, se han considerado durante años como antepasados de los neandertales, esa población típica europea que desapareció hace unos 30.000 años, sin que se haya encontrado una explicación definitiva y contundente de ese callejón sin salida evolutivo cuando la especie humana actual dominó el continente.
Femur de hominido de hace 400.000 años de la Sima de los huesos (Atapuerca). / JAVIER TRUEBA (SCIENTIFIC FILMS)
Sin embargo, la secuencia del ADN mitocondrial indica que el humano de la Sima “está muy relacionado con el linaje del genoma de los denisovanos, un grupo hermano de los neandertales en el este Eurasiático”, escriben los investigadores. Y aquí lanzan las cuatro hipótesis para explicar esta extraña relación tan aparentemente lejana en el espacio (de Europa Occidental al sur de Siberia) y en el tiempo (los escasos restos denisovanos recuperados tienen unos 40.000 años, frente a los 400.000 de la Sima).
La primera idea es que los ancestros de los humanos de la Sima podrían estar relacionados con los de los denisovanos, pero Meyer, Arsuaga, Pääbo, Martínez y sus colegas consideran esta hipótesis poco probable porque implicaría un solapamiento espacial en Europa Occidental de los antepasados de los siberianos con los de los neandertales y, entonces, habría que explicar (difícilmente) la divergencia genética posterior de las dos especies compartiendo territorio. Además, los humanos de la Sima seguramente son anteriores a la separación evolutiva entre denisovanos y sus primos los neandertales.
El segundo escenario considera que los de la Sima serían un grupo distinto de los otros dos y que posteriormente contribuyó de alguna manera con su ADN mitocondrial a los denisovanos. Pero esto supondría la emergencia de varios grupos independientes con rasgos neandertales en especies no neandertales. Parece difícil.
La tercera hipótesis “es plausible”, dicen los investigadores: los hombres de la Sima pueden estar relacionados con los ancestros comunes de denisovanos y neandertales, pero entonces hay que explicar la semejanza del genoma mitocondrial con los primeros y no con los segundos.
La cuarta idea sugiere que el flujo de genes de otra población llevó el ADN mitocondrial a los denisovanos y a la Sima de los huesos o a sus ancestros… entonces, más de un linaje evolutivo humano andaría por Europa hace en torno a 400.000 años.
Las respuestas deben de llegar de la mano de más investigación. En el frente genético los siguientes pasos a dar están claros: los investigadores quieren analizar más ADN mitocondrial para estudiar su variabilidad en diferentes individuos e intentar dar el salto al ADN del núcleo de la célula, mucho más escaso en los fósiles. Y, por qué no, atreverse con otros fósiles. “Aunque la conservación del ADN de hace tanto tiempo puede estar favorecida por las condiciones de conservación únicas de la Sima de los Huesos, estos resultados muestran que las técnicas de secuenciación de ADN antiguo se han hecho ya suficientemente sensibles como para hacer futuras investigaciones de ADN remanente en yacimientos en los que se encuentran homínidos del pleistoceno medio”, concluyen Meyer y sus colegas.
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La noticia en otros medios:
En El Mundo:
El ADN humano más antiguo, en Atapuerca
En ABC:
La Vanguardia:
Descubierto en Atapuerca el ADN humano más antiguo del mundo
Un hallazgo sorprendente
Fuente: El Mundo.es | Juan Luis Arsuaga | 4 de diciembre de 2013
Para valorar el alcance de un descubrimiento siempre recomiendo comparar lo que se ha encontrado con lo que se esperaba que sucediera. Si coinciden la realidad y la expectativa hay confirmación de la hipótesis y eso está muy bien. Pero si no se produce lo esperado, todavía está mejor porque se abren nuevos interrogantes. Se suele describir el progreso científico como un globo que se hincha. Cuanto más conocimiento tiene dentro (más aire), mayor es la superficie de contacto con la inmensidad de lo desconocido (todo el espacio que queda fuera del globo).
Era difícil imaginar hace sólo unos meses que se podría llegar a conocer el ADN de una mitocondria humana de hace casi medio millón de años. Se confía mucho en los avances científicos, pero si la molécula de la herencia no se ha conservado no hay laboratorio que lo arregle. En el Fémur XIII de la Sima de los Huesos en Atapuerca, los 16.000 pares de bases del genoma mitocondrial se encuentran fragmentados en secuencias de menos de 50 pares de bases. Una nueva metodología ha permitido recomponer, a partir de segmentos tan diminutos, casi la totalidad del largo ADN mitocondrial.
Previamente se había puesto a punto la técnica con el genoma mitocondrial de un fósil de oso encontrado junto con los humanos. Las excepcionales condiciones ambientales de este yacimiento tan especial apenas han variado desde que se formó, lo que explica también la recuperación de material genético tan antiguo. Tengo que aclarar ahora que el ADN mitocondrial es el que se aloja en las mitocondrias de las células, unos orgánulos que proporcionan energía y se transmiten por vía exclusivamente materna (con el óvulo).
Todos los expertos (incluidos nosotros), de haberles preguntado qué clase de ADN mitocondrial tenían los humanos de la Sima, habrían (habríamos) contestado que del tipo neandertal. Esa predicción se basaba en que los cráneos muestran características similares a los neandertales en algunas estructuras y sobre todo en los dientes, lo que hacía de los pobladores de Atapuerca unos remotos antepasados de los neandertales.
Sin embargo, el ADN mitocondrial ha resultado no tener nada que ver con el de los neandertales, sino que se parece al de los denisovanos, unos habitantes del sur de Siberia de los que prácticamente no se sabe nada de su anatomía, y -sorprendentemente- se sabe casi todo de su genética. Los escasos fósiles denisovanos son mucho más modernos que los de la Sima de los Huesos, pero podrían haber tenido un antepasado común que vivió en gran parte de Eurasia algo antes del tiempo de la Sima de los Huesos.
Pero hemos quedado en que los fósiles de la Sima ya tienen algunos rasgos neandertales, aunque sea incipientes, así que ¿cómo se explica que el ADN mitocondrial no se les parezca? La respuesta más sincera es que no lo entendemos bien, pero hay varias posibilidades. Una es que en la época de la Sima de los Huesos hubiera varios tipos de genoma mitocondrial, de los cuales sólo uno quedaría fijado, más tarde, en los neandertales «clásicos». Otra posibilidad, fascinante, es que la población de la Sima, o sus ancestros, intercambiaran genes (y sólo hay una manera de hacerlo) con una población de raíces antiguas cuyos descendientes todavía sobrevivían hace medio millón de años. Algo así como si los primeros antepasados de los neandertales se cruzasen con los últimos descendientes del Homo antecessor que vivió ¡en la misma sierra de Atapuerca! medio millón de años antes.
Fuente: Materia | Manuel Ansede| 4 de diciembre de 2013
Un humano que vivió hace 400.000 años entre osos y leones en lo que hoy es la península Ibérica ha puesto patas arriba, una vez más, lo que se sabe sobre la evolución humana. El análisis de dos gramos de su fémur, sepultado durante todos esos milenios en la Sima de los Huesos de la sierra de Atapuerca (Burgos), muestra que su ADN está relacionado con los denisovanos, un nuevo grupo de humanos descubierto en 2010 a partir de un par de dientes y un minúsculo hueso del dedo meñique desenterrados en una cueva de Siberia (Rusia).
El hallazgo es una sorpresa monumental. Sería como encontrar fuera de contexto una persona negra con un apellido vasco, según el ejemplo del paleontólogo Ignacio Martínez, coautor de la investigación. El grupo humano de la Sima de los Huesos, clasificado como Homo heidelbergensis, posee rasgos neandertales, así que se esperaba que su ADN estuviera relacionado con esta otra especie humana, extinguida hace unos 30.000 años en sus últimos reductos del sur de la península Ibérica. Sin embargo, el ADN, el más antiguo leído hasta la fecha, muestra un parentesco inequívoco con los denisovanos, cuyos únicos restos se han encontrado a miles de kilómetros de España.
“Este estudio pone todo patas arriba”, resume Martínez. Los científicos ofrecen cuatro posibles escenarios para explicar la sorpresa.
El primero, que los humanos que hace 400.000 años vivieron en Atapuerca tuvieran un ancestro común con los denisovanos, y que ese ancestro común no fuera antepasado de los neandertales. “Obviamente significa que los denisovanos, sean quienes sean, se encontraban en el Pleistoceno Medio ocupando una área geográfica vastísima, que iba del sudeste asiático hasta el oeste de Europa”, opina el genetista Carles Lalueza-Fox, ajeno a esta investigación y especialista en genomas antiguos. Según esta primera opción, un grupo humano desconocido hasta 2010, los denisovanos, se paseaba por toda Europa de punta a punta, llegando incluso hasta la actual Mongolia hace 400.000 años.
“Yo no estoy tan seguro”, confiesa Martínez, del Centro de Investigación sobre la Evolución y Comportamiento Humanos de Madrid. Su equipo en este estudio, dirigido por Svante Pääbo, padre también del genoma de los neandertales, plantea una segunda posibilidad: que la población de la Sima esté estrechamente relacionada con los ancestros tanto de los neandertales como de los denisovanos.
“El ADN mitocondrial neandertal también estaría presente [en los humanos de la Sima de los Huesos], pero quizá en un grupo en otra cueva o en otros individuos de la misma cueva, lo sabremos en el futuro”, sostiene Matthias Meyer, del Instituto Max Planck de Antropología Evolutiva, en Leipzig (Alemania). “Es mi escenario preferido”, afirma Meyer, primer firmante del estudio, admitiendo que de momento sólo es una “especulación”.
Otro de los coautores del trabajo, el paleoantropólogo José María Bermúdez de Castro, apoya un tercer escenario: que el Homo antecessor, una especie humana de 900.000 años también hallada en Atapuerca, a un kilómetro de la Sima de los Huesos, diera su ADN mitocondrial a los denisovanos. “Imaginemos un tren que parte del Homo antecessor, hace una parada en la Sima de los Huesos y llega hasta los denisovanos”, explica Bermúdez de Castro, codirector de los yacimientos de Atapuerca y consejero editorial de Materia. “¿Dónde estarían en esa vía los neandertales? Pues no lo sabemos”, admite. “De momento, yo no cambiaría los carteles del Museo de Evolución Humana”, bromea.
Su colega Ignacio Martínez cree que la obtención de un ADN tan antiguo es un hito histórico, que inaugura “una nueva era en los estudios sobre la evolución humana”. Sin embargo, advierte de que el ADN obtenido a partir de los dos gramos de fémur de la Sima de los Huesos es mitocondrial, el que se hereda de la madre, por lo que es muy pronto para hacer aseveraciones. “Si un indio sioux tiene un hijo con una mujer sueca, el ADN mitocondrial del niño nos dirá que viene de Suecia. Este tipo de ADN sólo nos muestra una parte de la historia”, lamenta.
Los investigadores de Atapuerca trabajan ahora con los expertos del Max Planck alemán para intentar recuperar “al menos una pequeña parte del genoma nuclear” de los Homo heidelbergensis de la Sima de los Huesos, según adelanta Matthias Meyer. En el núcleo de las células se encuentra la inmensa mayoría de los más de 25.000 genes de un humano, pero hay unos 40 genes fuera de él, en las mitocondrias, las centrales energéticas de las células. Ese ADN mitocondrial que los humanos heredan de sus madres es el que se ha podido rescatar por el momento en los Homo heidelbergensis.
Finalmente, el estudio de los restos de Atapuerca, que se publica hoy en la revista Nature, sugiere una cuarta posibilidad: los neandertales y los denisovanos serían un mismo grupo con un antepasado común, mientras que los humanos de la Sima de los Huesos formarían parte de otro grupo diferente. Esta opción es débil, porque implicaría que los rasgos neandertales surgieron en ambos grupos de manera independiente.
Hace un año, los investigadores de Atapuerca anunciaron que los Homo heidelbergensis podían hablar hace 400.000 años, tras constatar que el ancho de banda de su canal auditivo estaba preparado para escuchar sonidos emitidos por bocas actuales. Ahora esperan que hable su ADN.
Juan Carlos,creo que ,si he entendido bien,se habla de un antepasado común del que en un momento se desgajaron los de la sima de los huesos y los antecesores de los denisovanos.
Fuente: diariodemallorca.es | 7 de diciembre de 2013
Desde que Emiliano Aguirre convirtió los yacimientos de Atapuerca en un templo excelso de la paleontología humana, no han dejado de sucederse los hallazgos que baten records, desde las pruebas indiscutibles de la presencia más antigua de los humanos en Europa, en la Gran Dolina primero y la Sima del Elefante más tarde, a los restos muy fragmentados de la Sima de los Huesos que constituyen la mayor acumulación disponible de individuos de una misma época permitiendo incluso entrar en comparaciones estadísticas.
El último peldaño alcanzado es el de la obtención del ADN mitocondrial (mtDNA) del fémur XIII de la Sima de los Huesos, una hazaña que lleva hasta casi medio millón de años atrás la edad del material genético recuperado. Matthias Meyer, del Instituto Max Planck de Antropología Evolutiva que dirige el padre de las técnicas de obtención de ADN fósil, Svante Pääbo, junto con los científicos a cargo de los trabajos de Atapuerca, han publicado los resultados en la revista Nature.
Un material genético tan antiguo se pensaba imposible de conseguir fuera de los yacimientos muy fríos y secos que permanecieron bajo el permafrost de las condiciones glaciares durante mucho tiempo. Pero las pruebas obtenidas con huesos de oso de la Sima abrieron una esperanza que ha llevado ahora a la obtención de material muy escaso, sí, pero suficiente para estudiar los procesos de degradación de los extremos de las secuencias de bases nitrogenadas en los que la transformación de la citosina en timina, que es el primer paso de la destrucción, indica que se trata de ADN antiguo y no de una contaminación moderna.
Las secuencias recuperadas plantean un verdadero misterio al compararse con el resto del DNA mitocondrial disponible de los ancestros humanos: neandertales y denisovanos. Coinciden más con estos últimos, una población siberiana muy antigua de la que sólo se conoce su material genético porque los restos fósiles son minúsculos, que con los neandertales. Pero se creía que los ejemplares de la Sima eran los antecesores directos de Homo neanderthalensis. ¿Cómo pueden estar más cerca de individuos que vivieron a miles de kilómetros de Atapuerca?
No lo sabemos; sólo caben las conjeturas mientras no se recupere ADN nuclear de la Sima, porque el mitocondrial se hereda sólo por línea materna y es fácil que su huella se pierda igual que sucede con los apellidos, transmitidos por línea paterna, cuando una familia sólo tiene hijas. Tal vez el mtDNA de la Sima se perdiese en el tránsito a los neandertales. O puede que las poblaciones antiguas de Europa fueran varias y muy viajeras, dando lugar a proximidades y lejanías que no sabremos interpretar hasta que se cuente con materiales más completos. Sea como fuere, Atapuerca no deja de sorprendernos. Igual que sucede, ya que estamos, con la propia evolución humana.
Fuente: LNE.es | Miguel L. Serrano / Juan Luis Arsuaga | 6 de diciembre de 2013
Juan Luis Arsuaga (Madrid, 1954) llegó ayer en avión a Asturias a las cuatro de la tarde y no paró hasta casi las nueve, cuando finalizó la conferencia que sirvió para inaugurar el XI Congreso sobre mamíferos que hasta el domingo se celebra en Avilés. En esas cinco horas su teléfono sonó una y otra vez por el interés de quienes querían conocer de primera mano la más reciente novedad científica en la que está involucrado este paleontólogo.
La obtención del ADN humano más antiguo (400.000 años) a partir de un fémur hallado en Atapuerca (Burgos) revalida la importancia del yacimiento y confirma al equipo de investigación del que es codirector como uno de los primeros del mundo en su ámbito de investigación. Arsuaga, además de eso, es muchas cosas más. Es catedrático de Paleontología de la Universidad Complutense de Madrid, director del Centro Mixto de Evolución y Comportamiento Humano y director científico del Museo de la Evolución Humana de Burgos, entre otros cargos. En medio de todo el ajetreo ayer guardó unos minutos para conversar con LA NUEVA ESPAÑA.
-¿Qué alcance tiene este descubrimiento?
-Una auténtica revolución. Hay dos vertientes. Por un lado, el hallazgo en sí mismo, que es sensacional, porque ha habido un desarrollo de una tecnología que ha permitido identificar segmentos ultracortos de ADN. Hasta ahora teníamos ADN de fósiles de menos de 100.000 años. Ahora tenemos uno de hace 400.000, esto abre las puertas a futuras investigaciones de fósiles que tienen centenares de miles de años.
-¿Y la otra vertiente?
-Hemos descubierto un fósil con parte de sus antepasados lejos de la línea de los neandertales. Este individuo tenía antepasados por vía materna que no pertenecían al grupo neandertal.
-¿Y eso qué significa?
-Pues, es una primera información sobre cómo era la gente hace 400.000 años, y eso supone una revolución. Con este descubrimiento sabemos algo de un individuo que vivió hace todo ese tiempo.
-¿Es un punto de inflexión en este tipo de investigaciones?
-Con un solo hallazgo de estas características no tenemos suficiente información, pero sí sabemos que habrá que empezar a buscar más. Y esto nos abre todas las vías.
-¿Todo esto responde muchos interrogantes a nivel científico?
-Nos ilumina una época oscura que no pensábamos que podría llegar. Piense que nosotros trabajábamos ahora con fósiles que no pasaban de los 100.000 años, y éste es de 400.000. Eso supone multiplicar por cuatro la antigüedad y ampliar el campo de estudio. Eso nos ayuda a conocer cómo se originaron los neandertales, el «Homo sapiens». Son experimentos de peso y de una enorme relevancia para la ciencia.
-¿Qué información da el genoma?
-Pues, que es un individuo de una población anterior a la neandertal. En esa época ya habría algunos que estaban en la línea de los neandertales y otros que no. En este caso no viene de familia, por decirlo de alguna manera, neandertal. Al menos por parte materna. Puede ser una mezcla, un híbrido, que hasta ahora desconocíamos.
-¿Qué método han utilizado para conseguir algo así?
-Las cadenas de ADN las medimos con pares de bases, que es lo que utilizamos para medir la longitud de un fragmento de ADN. Estamos trabajando generalmente con fragmentos que tienen menos de 45 pares de bases. Eso es la primera parte del análisis. A partir de ahí, podemos recuperar fragmentos que son ultracortos y que milagrosamente se han conservado. Una vez identificados esos miles de fragmentos pequeños, desarrollamos el trabajo con un software muy potente, con ordenadores y con una gran labor informática. Con todo ese trabajo hemos conseguido reproducir una secuencia de 16.000 pares de bases.
-¿Cómo es posible que se conserve un resto de ADN 400.000 años después?
-De milagro. Lo que queda es la mínima expresión. El ADN, desde el momento de la muerte, empieza a degradarse. Se rompe, va desapareciendo. Los segmentos que puedan quedar son minúsculos. La situación en la que lo hemos encontrado es límite. Son fragmentos con una longitud mínima. Este individuo ha tenido una conservación buena, y eso ha ayudado. Posiblemente el límite para que desaparezca el ADN sean los 400.000 años.
-Han tenido suerte.
-En todo éxito influye el azar, pero el trabajo ha sido muy complejo. Éste es un gran triunfo europeo. Los grandes proyectos son muy difíciles de asumir por un solo país, porque requieren muchos recursos económicos, materiales y humanos.
-¿Albergan la esperanza de encontrar algo parecido en otros fósiles en Atapuerca?
-Tendremos que seguir mirando, porque hay un flujo de 28 individuos que hay que analizar. Sabemos que uno de ellos tiene una herencia materna fuera de los neandertales. Falta por ver cómo son los otros de la Sima de los Huesos (la Sima de los Huesos es el yacimiento de Atapuerca con más fósiles de una especie fósil de homínido. En 1976 se hallaron restos óseos de por lo menos 28 individuos, cuyos esqueletos están completos, pero sus huesos se encuentran muy fragmentados, dispersos y mezclados, lo que dificulta su reconstrucción).
-El ADN encontrado permite concluir que el individuo tiene más en común con los denisovanos, encontrados en Siberia, que con los neandertales.
-No es que los de la Sima de los Huesos sean como los denisovanos, es que ellos son como los de la Sima de los Huesos.
-¿Qué son los denisovanos?
-Se consideran unos parientes muy lejanos de los neandertales, de los que se separaron hace unos 700.000 años. Apenas se tiene información morfológica de esta especie, encontrados en la cueva Denisova, en Siberia meridional, por lo que no es posible establecer comparaciones anatómicas con los fósiles de la Sima de los Huesos.
-¿Por dónde irá el debate científico después de este descubrimiento?
-Creo que no va a haber debate. Este ADN no es de características neandertales. Ahora nos debemos preguntar de si es o no un caso único o toda la población era híbrida o cómo eran las poblaciones europeas.
-El hallazgo tiene alcance mundial. Eso deja en buen lugar a España.
-En el terreno de la Prehistoria estamos en la vanguardia. No sólo por el yacimiento de Atapuerca, sino por otros muchos. La Prehistoria es una ciencia que tiene en España una de sus raíces. Se puede decir que la Prehistoria ha nacido aquí y en Francia. Estamos compitiendo en un primerísimo nivel y por ello debemos estar muy orgullosos.
-¿Qué le gustaría encontrar ahora?
-Me gustaría poder contestar a la pregunta de qué fue lo que ocurrió en la Sima de los Huesos donde se acumularon los 28 individuos.
-¿De los millones de años de la evolución humana con qué momento se queda?
-Es difícil, pero todo. Nos interesa el origen de las cosas: de la conciencia humana, del arte, de los antepasados. De todo.
La conferencia «Paisajes con figuras», de Juan Luis Arsuaga, inauguró ayer el XI Congreso sobre mamíferos, que se celebra en el centro Niemeyer de Avilés hasta el próximo domingo. A la inauguración asistieron la directora general de Recursos Naturales, Fina Álvarez; la consejera de Agroganadería, María Jesús Álvarez; la alcaldesa de Avilés, Pilar Varela, y el presidente de la Sociedad Española para la Conservación y Estudio de los Mamíferos, Miguel Delibes, todos ellos en la fotografía.
Fuente: Faro de Vigo.es | Elena Ocampo | 6 de diciembre de 2013
La ciencia está hoy de enhorabuena tras el último hito en investigación en España. Descifrar el ADN humano más antiguo jamás hallado: el de un homínido de hace 400.000 años que habitó la sierra burgalesa en la Sima de los Huesos, Atapuerca. El estudio ha arrojado resultados sorprendentes: su ADN mitocondrial está más próximo al de los homínidos de Denisova (Siberia) que al de los Neandertales europeos, como cabía esperar. Un equipo comandado por la antropóloga gallega María Martinón-Torres (izquierda) ya anticipó un escenario compatible con estos resultados tras el análisis de dientes fósiles.
El último hallazgo de Atapuerca; un gran avance en el rompecabezas del origen del hombre, no está libre de interrogantes. El ADN obtenido del fémur de un homínido de la Sima de los Huesos, ha servido para confirmar que la evolución humana es "algo complejísimo", según el codirector de Atapuerca, José María Bermúdez de Castro.
La revista científica Nature se ha hecho eco del logro: han secuenciado el genoma mitocondrial casi completo de un hueso humano de hace 400.000 años. El hito tecnológico es casi ciencia ficción. Y además, los resultados han sorprendido a la comunidad científica: el estudio de ese genoma ha revelado que el fósil analizado está más cerca de los denisovanos (una raza cuyos restos fueron descubiertos en la cueva Denisova en Siberia) que de los neandertales.
Más que "hacernos entender", este hallazgo "nos ha generado muchas preguntas nuevas porque desde 1976, cuando aparece el primer fósil humano en la Sima de los Huesos, pensábamos que la relación con los neandertales era bastante próxima y directa". "Es más, algunos investigadores habían pensado que el yacimiento podía catalogarse como perteneciente a Homo neanderthalensis y, sin embargo, ahora la genética nos dice que la Sima de los Huesos está más cerca de un humano que vivió en Siberia hace 40.000 años que de los neandertales".
Sin embargo, a la paleoantropóloga gallega María Martinón-Torres no le provocan tanta sorpresa. Martinón-Torres, directora del Grupo de Antropología Dental en el Centro Nacional de Investigación sobre Evolución Humana (CENIEH) trabajó en Atapuerca con los esqueletos ahora analizados. "Estudié la morfología de los dientes de la población de la que se extrajo ese ADN", comenta vía telefónica la joven. Aunque la noticia del 'parentesco' que ha revelado el esqueleto ha supuesto una sorpresa en la comunidad científica, para el equipo que dirige María ha sido motivo de doble alegría porque respalda sus modelos: "Es un hito científico, solo por haber conseguido analizar ADN de hace 400.000 años, pero además aunque son resultados muy sorprendentes, vienen a apoyar nuestro esquema evolutivo", explica.
A diferencia de las tesis más clásicas, las publicadas por el equipo de Martinón-Torres apuestan por un modelo "menos lineal y más complejo" para explicar la evolución humana en Europa, en el que además Asia tendría más peso que África. En este escenario, especies "madres" e hijas, podrían haber coincidido en el tiempo e incluso mezclarse, por lo que recibirían ese ADN mitocondrial tan antiguo, en este caso el que tienen en común los homínidos de la Sima de los Huesos y los "denisovanos".
Evolución "menos lineal"
"Proponíamos que el poblamiento de Europa era el resultado de varias oleadas migratorias originadas en un área madre fuera de Europa -pero dentro de Eurasia, no en África-, a la que denominamos CADE (central area of dispersals of Eurasia), probablemente localizada en alguna zona del Próximo Oriente, un verdadero cruce de caminos entre continentes y un punto caliente evolutivo", prosigue. Este CADE, daría lugar a poblaciones "hijas" que se irían dispersando a este (Asia) y oeste (Europa) de Eurasia, siguiendo su propia evolución y diferenciándose pero compartiendo algunas características que han heredado de la misma "madre". Este escenario estaría en consonancia con ese ADN mitocondrial en común entre los denisovanos y los homínidos de la Sima de los Huesos, el reflejo de una historia común aunque lejana en el tiempo.
"También en nuestro modelo observábamos la posibilidad de que linajes primitivos en vez de extinguirse persistiesen en el tiempo, posibilitando que las especies madres y las hijas llegasen a coexistir e incluso cruzarse", concluye. Así, sugieren que los homínidos de la Sima de los Huesos podrían representar una nueva oleada migratoria desde el CADE que al llegar a Europa podría haberse mezclado genéticamente con los residentes (H. antecessor). Este es uno de los posibles escenarios en los que se explicaría que la Sima de los Huesos posea una mitocondria tan primitiva, la que le ha transmitido el H. antecessor con quien se ha mezclado.
Mientras, Carlos Lorenzo, paleoantropólogo que colabora desde hace más de 20 años con el equipo de Eudald Carbonell en Atapuerca, recuerda que los datos aún son inexactos. "Solo se ha recuperado el ADN mitocondrial; nos queda por recuperar el resto" y califica de hito "las técnicas de recuperación de ADN". "Hemos roto la barrera de que no era posible recuperar más de 400.000 años".
Fuente: lainformación.com | Antonio Martínez Ron | 5 de diciembre de 2013
El análisis del ADN más antiguo de la historia ha dado la vuelta al mundo y ha sacudido en cierto modo lo que sabemos sobre la evolución del hombre. El material genético de 400.000 años de antigüedad extraído del fémur de un Homo heildebergensis de la Sima de los Huesos, en Atapuerca, ha ofrecido una sorpresa: estos primeros humanos, incluido el célebre Miguelón, están menos relacionados con el neandertal de lo que se pensaba, a pesar de compartir rasgos morfológicos. Por el contrario, los genes dicen que se parecen más a otra especie encontrada a 8.000 km de distancia y de una época muy posterior (hace 40.000 años). Se trata de los denisovanos encontrados en Siberia e identificados en 2010 gracias al análisis genético y que se consideran parientes muy lejanos de los neandertales.
¿Qué ocurrió en el intervalo? Los científicos tienen varias hipótesis y pocas certezas. Las pruebas obtenidas por el equipo de Atapuerca y el Instituto Max Planck de Antropología Evolutiva (Alemania) apuntan a que hubo más hibridaciones y grupos de homínidos intercambiando material genético en Eurasia de lo que se creía. Ahora tratan de comprender el significado de los nuevos datos y encajarlos con lo que se sabe. Estos son algunos de los detalles más interesantes de la investigación:
1. Un salto gigantesco. Haber obtenido información genética de un fósil de 400.000 años era prácticamente impensable hasta hace muy poco. El material humano más antiguo analizado hasta ahora tiene menos de 100.000 años, recuerda en SINC el paleontólogo Juan Luis Arsuaga, coautor del estudio, que califica el análisis de "un salto gigantesco”.
2. Las hipótesis. ¿Cómo se explica esta relación inesperada entre H. heidelbergensis y los denisovianos? La variedad de propuestas da una idea de las incógnitas que abre el estudio: una de ellas es que estos homínidos encontrados en Siberia, y hasta ahora casi desconocidos, estuvieran extendidos por toda la superficie de Eurasia antes de lo esperado. Pero no han dejado mucha huella. Otra es que denisovanos y H. heidelbergensis tuvieran un ancestro común, que podría ser Homo antecessor, o que la hibridación entre una madre denisovana y un padre neandertal diera lugar a un H. heidelbergensis, y hasta se habla de otra misteriosa especie de homínidos que habría hibridado con estos.
3. Dos gramos de fémur. Para el análisis genético han bastado 1,95 gramos del Fémur XIII de la Sima de los Huesos. Hace poco se creía que de este material tan antiguo no se podía obtener ADN.
4. De mitocondrial a nuclear. Los pequeños fragmentos de material genético analizados en este estudio pertenecen al ADN mitocondrial y no al ADN del núcleo de las células. Este ADN se hereda por vía materna y puede ser comparado con el de otras especies. Pero es posible que pronto se pueda obtener también ADN del núcleo, que tiene mucha más información. El equipo de Svante Pääbo espera tener este análisis en el plazo de un año, según Nature.
5. Ensayos con osos. Antes de analizar el ADN del fémur, el equipo del Instituto Max Planck ya había secuenciado el genoma mitocondrial completo de un oso precedente del mismo yacimiento con una antigüedad estimada de 430.000 años. El estudio sirvió para refinar la técnica de análisis.
6. Genética vs Morfología. Lo que dice el genoma contradice lo que los paleontólogos habían deducido estudiando la forma los huesos y la antigüedad de los restos. El Homo heidelbergensis de la Sima de los Huesos presenta rasgos mucho más parecidos a los neandertales, pero el genoma dice que tiene más relación con los denisovanos encontrados en Siberia. Esto puede replantear muchas de las relaciones que suponíamos hasta ahora. De hecho, los datos obtenidos por el ADN están cambiando algunas de las conclusiones a las que los paleontólogos habían llegado con otras pruebas, como sucedió con la noticia de nuestra hibridación con los neandertales.
7. Nuevos protocolos. Como cuenta la periodista Rosa M. Tristán en su blog, el fémur sobre el que se ha hecho el estudio fue encontrado en diferentes trozos entre 1994 y 1999, sin seguir ningún protocolo especial. Cuando se va a analizar el material genético hay que procurar que la muestra no se contamine, así que a partir de ahora, dice Arsuaga, van a tener que extraer este tipo de material de forma estéril y siguiendo un estricto protocolo que impida la contaminación.
8. ¿Cuánto se puede retroceder en el tiempo? Analizar el ADN de un humano de hace 400.000 años es todo un reto y quizá la propia conservación del material haga imposible retroceder mucho más. Como apunta Bermúdez de Castro, los restos de Homo antecessor (más antiguos que los de la Sima de los Huesos) están fosilizados al 100%. Aún así, hay margen de mejora si se producen nuevos hallazgos. El ADN más antiguo analizado en animales, por ejemplo, es el de un caballo de hace 700.000 años conservado en permafrost en Canadá.
9. Miguelón y los denisovanos, parientes pero no parecidos. Lo dice Arsuaga en SINC. “Hemos concluido que el pariente más cercano de esta especie de la Sima de los Huesos se encuentra en Siberia, pero eso no implica que se parezcan mucho, de hecho se calcula que llevarían evolucionando por separado 700.000 años. Son muy diferentes pero con un antepasado común”, añade Arsuaga.
10. Entonces, ¿qué pasó en la evolución humana? Hace unos meses, el equipo que analizó el cráneo número 5 hallado en Dmanisi (Georgia) apuntaba que existen menos especies de las que los paleantropólogos han clasificado y que Homo habilis y Homo erectus, por ejemplo, eran en realidad la misma cosa. Las variedades morfológicas, decían, eran entre individuos y no entre especies: la línea era más sencilla. El estudio del ADN de Atapuerca apunta, por el contrario, a que la evolución de los primeros hombres pudo ser más compleja de lo esperado. "Una historia mucho más complicada de lo que podíamos imaginar, y que tal vez nunca lleguemos a comprender en toda su magnitud", dice Bermúdez de Castro. "Hay cruces e hibridaciones que no se han tenido en cuenta", dice Arsuaga en El Mundo. "Es una historia de un millón de años y han pasado muchas cosas", concluye.
Fuente: lavanguardia.com | 9 de julio de 2015
El codirector del equipo de investigación de Atapuerca, Juan Luis Arsuaga, ha insistido en que espera tener este año el ADN nuclear de los restos de la Sima de los Huesos que confirme que "son neandertales incipientes".
"Estamos intentando conseguir ese ADN nuclear, aunque sea una fracción pequeña del 1 por ciento, para asentar lo que nosotros pensamos por la morfología", ha explicado Arsuaga a los periodistas en la habitual visita a los yacimientos en la campaña de excavaciones, y que "tendría que ver con la definición de la especie".
El investigador ha señalado que supondría confirmar que "hay una especie anterior a los neandertales que no tiene nombre".
"La población de la Sima de los Huesos no nos salió neandertal en el análisis mitocondrial", ha referido Arsuaga, aunque piensan "que tienen que ver, porque hay rasgos morfológicos que los conectan".
De ahí, que estén a la espera de conseguir el ADN nuclear que avale sus hipótesis.
"Somos los únicos que tenemos ADN humano de más de 100.000 años, lo que hace pensar que las condiciones de la Sima de los Huesos son únicas", ha reflexionado.
Los primeros quince días de trabajo en este yacimiento se emplean en geología y, en esta edición, según ha señalado Arsuaga, han excavado "un sector de pre-fósiles".
Por otra parte, el científico ha avanzado que "la Galería de las Estatuas va a empezar a ser conocida porque se están preparando ya publicaciones".
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