Arqueólogos israelíes han descubierto en una excavaciones al norte de Jerusalén un sarcófago con una inscripción en hebreo que por primera vez hace referencia a la figura del sumo sacerdote del Segundo Templo, en el primer siglo de nuestra era.
Vía:
EFE, Jerusalén | Terra.es, 6 de octubre de 2008
Foto: A handout picture released by the
Israel Antiquities Authority shows a fragment of a sarcophagus cover with square Hebrew script. Israeli archaeologists have announced the discovery of a stone sarcophagus fragment with Hebrew script that was apparently taken from the original burial grounds and used for a Muslim building near Jerusalem. AFP/France24.com
La leyenda encontrada sobre un fragmento de la caja funeraria reza
'Ben HaCohen HaGadol', literalmente 'Hijo del Sumo Sacerdote', y aparece grabada en cuadradas y meticulosas letras hebreas sobre una dura piedra caliza.
El hallazgo, de 0,60 metros de largo por 0,48 de ancho, fue hecho en un área conocida como Benjamin, en unas excavaciones en las inmediaciones de la verja de separación que circunda Jerusalén.
'Es la primera vez que se produce un hallazgo de una inscripción relativa a la familia del sumo sacerdote del período del Segundo Templo en una excavación', explicó a Efe el arqueólogo
Naftalí Aizik, responsable del descubrimiento.
En la época de la que data el fragmento sólo las familias ricas judías eran enterradas en sarcófagos, agrega el investigador, quien subraya que de la inscripción se deduce que podría faltar el nombre del difunto, si bien
'estamos completamente seguros de que es un familiar del sumo sacerdote durante la época del Segundo Templo'.
La importancia de esta figura radica en el hecho de que el sumo sacerdote era la única persona autorizada a entrar en el Sancta Sanctorum y pronunciar el nombre de Dios, y sólo, en el Día del Perdón (
Yom Kipur), la jornada más solemne del judaísmo, que según el calendario hebreo se celebra el próximo jueves.
'Era el único que podía entrar en el lugar más sagrado del santuario. Durante años hemos buscado alguna referencia a este sacerdote y no encontramos nada hasta ahora', agrega el arqueólogo.
Numerosos sacerdotes ostentaron el título de autoridad más importante del Segundo Templo, construido tras el regreso del pueblo judío del exilio babilónico (S. VI a.C.) e incendiado en el año 70 d.C. durante el asedio de las tropas del general romano
Tito.
Sin embargo, de momento no hay forma de saber a qué sacerdote se refiere la inscripción, aunque los arqueólogos apuntan a que podría haber vivido
entre el 30 y el 70 de nuestra era, quizá poco tiempo después de que Jesús fuera crucificado, apunta Aizik.
'No sabemos de qué sumo sacerdote se trata, pero sí podemos comprobar que su figura era muy conocida en la época', recalca.
Entre los conocidos por su desempeño en este período destaca
Caifás, sumo sacerdote judío de la secta de los Saduceos, que vivió durante el reino de
Tiberio (Lucas 3:2), y conspiró para lograr la condena y muerte de Jesús, según los evangelistas.
También se encuentran los menos conocidos
Teófilo (Yedidiya) Ben Hanán, Simón Ben Boethus y Hanán Ben Hanán.
En los documentos históricos el área del hallazgo se conoce como la 'Tierra de Benjamin' por ser el lugar de residencia de sacerdotes judíos, y es un enclave situado en la periferia de lo que hoy constituye la moderna Jerusalén, que era habitado por una población que se ganaba la vida en la ciudad santa.
En la excavación también fueron desenterrados varios edificios residenciales, instalaciones agrícolas, piscinas y cisternas de la misma época y del temprano período islámico.
El fragmento del sarcófago había sido utilizado como piedra de construcción de una vivienda del período musulmán, erigida sobre las ruinas de otras casas de la época del Segundo Templo, lo que hace sospechar a los investigadores de que su lugar primigenio fue otro.
El sarcófago podría pertenecer al hijo o descendiente de un sumo sacerdote que murió por causas desconocidas, cuando su padre aún desempeñaba el cargo.
Hasta el período helenístico (333-63 a.C) el cargo de sumo sacerdote se transmitía de forma hereditaria; sin embargo poco después esta figura pasó a ser nombrada por la autoridad gobernante.
Desde el reinado de Herodes y en adelante eran nombrados sumos sacerdotes personas incluso que no eran originarias de Jerusalén, y llegó a convertirse en una profesión remunerada con dinero.
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