En el último número de la revista británica
Antiquity, y como el trabajo más destacado del ejemplar, aparece un artículo que sin duda atraerá mucho interés, sobre algunas frágiles marcas advertidas en varias de las piezas del archifamoso y justamente admirado grupo escultórico calizo prerromano de Porcuna (Jaén), la antigua
Obulco (que se exhibe en el Museo de Jaén), gracias a las observaciones de un cantero u operario, como lo reconocen expresamente los autores, que piensan que no se trata de letras o de símbolos religiosos, sino de una especie de marca-firma, de escultor o de taller. Que sea enhorabuena a l@s colegas:
Teresa Chapa, María Belén, M. Isabel Martínez-Navarrete, Alicia Rodero, Bautista Ceprián y Juan Pereira, “
Sculptors' signatures on Iberian stone statues from Ipolca-Obulco (Porcuna, Jaén, Spain)”,
Antiquity 83, nº 321, septiembre 2009, págs. 723–737.
With the help of a modern mason, the authors have discovered a series of scarcely visible markings on well-known limestone statues from southern Spain dating back to the fifth century BC. Unrelated to letters or religious symbols, their best point of comparison seems to lie with the kind of signature used by masons to denote a craftsman or workshop. One can certainly forgive any sculptor an expression of pride in the elegant and complex carvings of the Iberian culture.
Keywords: Iberia, Iberian culture, Iron Age, sculpture, statues, art, artists
© 2009 Antiquity Publications
Lamentablemente, para el público en general el artículo sólo puede descargarse mediante el abono de 15 libras, pero será libre desde las bibliotecas que tengan concierto con la revista.
Me agrada especialmente que se haga esto, porque hace unos años vi una de tales "marcas" (que sí me pareció una inscripción meridional, y no corta) en uno de los fragmentos expuestos, pero no me decidí a redactar algo por falta de tiempo y de ocasión para tramitar los permisos, poder examinarlos todos, etc., pero suponiendo sobre todo que alguien del gremio prerromano ya lo habría hecho. Lo interesante es que por fin se estudie, y ya veremos los detalles de la propuesta. Aunque, de entrada, la firma por parte de los artistas de grandes obras de arte es un fenómeno raro en el mundo grecorromano y hasta ahora tampoco algo común en el prerromano hispano, y cuando firman es legible, puede ser que el uso como tal de unas simples marcas haya pasado desapercibido hasta ahora. Pero falta lo más esencial, naturalmente: leer el artículo.
Para quienes no conozcan, o no bien, este soberbio conjunto, hay bastante en red. Generalidades, bibliografía y fotos sobre el grupo de Porcuna,
aquí. Buen artículo de Verracus, en Celtiberia, 2005:
"Ipolca/Obulco. La necrópolis de Cerrillo Blanco", al que añadí algo de bibliografía y comentarios,
aquí.
Buena serie de fotos en el "Parque Arqueológico de Cerrillo Blanco", del Museo de Porcuna
Y entre ellas, una curiosidad: la foto más clara de las que el museo tenía en red en 2005 sobre el jinete más cabezón de todos los tiempos (más formalmente llamado "
El guerrero de Porcuna", o "
El guerrero de la doble armadura"), que da la impresión de que al restaurarla, aunque
teóricamente bien asesorados, se pegó al cuerpo una cabeza que no le pertenecía, es la única de las 22 que ofrece el museo que
ya no se abre ;-)
De todos modos, la notable desproporción del conjunto se observa bien, por ejemplo
en esta otra foto, o aquí:
(© foto
Museo de Jaén/Junta de Andalucía)
En ella creo que el lector apreciará mejor, apoyando la impresión de que los dos fragmentos en realidad no encajan, el diferente acabado de la caliza en las zonas inferior y superior de ambas piezas (foto mía de detalle):
Y lo dejaré en este punto, no sea que se me acuse de hipercrítica ;-)
Alegrémonos por el descubrimiento de las marcas, sean o no inscripciones, gracias a un operario, ¡casi 25 años después de su
primera gran publicación! (el hallazgo mismo es de mediados de los 70), después de muchos otros autorizados estudios y publicaciones arqueológicas sobre las piezas, y también de su contemplación detenida por cientos y miles de expertos y aficionados. Pues, por ejemplo, el guerrero ha sido la pieza estrella en diversas exposiciones nacionales e internacionales, sobre todo en 1997-1998, poco después de su restauración, de la fastuosa exposición y catálogo
Los Iberos, príncipes de Occidente (
aquí se hizo un buen resumen de ello), a los que sirvió de portada.
Menos mal que aún nos deparan sorpresas, tanto la Arqueología como la Epigrafía, incluso entre lo que creíamos bien conocido y trillado.
© Del artículo de
Antiquity y las fotos, los ya citados. De los demás comentarios y datos, Alicia M. Canto - UAM.
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