Foto: Reuters/Handout. Una misión arqueológica egipcia ha descubierto la entrada de una nueva pirámide en la zona arqueológica de Saqqara, en la que ha hallado un sarcófago robado con los restos de una momia que podrían pertenecer a la reina Sesheshet (2300-2211 a.C).
Según un comunicado del Consejo Supremo de Antigüedades egipcio, la entrada estaba sellada con dos enormes piedras de granito para evitar que la tumba fuera profanada.
Sin embargo, la misión halló un butrón perforado en la parte superior de la cámara funeraria que posiblemente fue utilizado por los ladrones para robar la sala.
La apertura del sarcófago se prolongó durante cinco horas, según el comunicado.
'Finalmente descubrimos que su contenido había sido robado', asegura el director del Consejo Supremo de Antigüedades, Zahi Hawas, citado por la nota, que no ofrece detalles sobre la fecha en la que fue realizado este nuevo descubrimiento en el complejo funerario de Saqqara, a 35 kilómetros al suroeste de El Cairo.
La nota agrega que en la cámara, de cuatro metros de largo por cuatro de ancho, fueron hallados el cráneo, la pelvis y las piernas del cadáver, así como otras partes del cuerpo envueltas en lino, además de varias piezas de cerámica.
Asimismo, Hawas subrayó que la pirámide no tenía ninguna finalidad religiosa y que había sido construida únicamente para enterrar a la reina Sesheshet, madre del faraón Teti, primer monarca de la VI dinastía.
La nueva pirámide, que hace la número 118 de las descubiertas hasta ahora en Egipto, fue mostrada a la prensa en noviembre pasado en Saqqara, donde también se encuentra la famosa pirámide escalonada de Zoser y que fue parte de la necrópolis de Menfis.
La que parece ser la momia de la reina Sesheshet ha sido hallada en Saqqara por arqueólogos egipcios encabezados por Zahi Hawass, director del Consejo Supremo de Antigüedades, informa Reuters. La momia, de 4.300 años, está extremadamente ajada -nada que ver con sus rutilantes congéneres del Imperio Nuevo-, y ha aparecido en la cámara funeraria de la pequeña pirámide de la misma reina cuyo descubrimiento fue anunciado en noviembre por el propio Hawass.
Sesheshet no es una reina célebre ni mucho menos (no es una Nefertiti ni una Nefertari), pero se cree que jugó un papel importante en el paso de la V a la VI dinastía del Imperio Antiguo al otorgar de alguna manera legitimidad a su hijo, el faraón Teti, primer rey de la nueva dinastía. Teti, del que sólo se halló en su pirámide un brazo momificado (su madre, si lo es, ha tenido más suerte), sucedió a Unas, último faraón de la dinastía V, considerada la pariente pobre de la esplendorosa IV dinastía, la de Keops, Kefrén y Micerinos.
Hay pocas evidencias históricas sobre Sesheshet: se la menciona como "Madre de Rey" en la tumba del visir Mehu y, sobre todo, como madre de Teti, de pasada, en un pasaje sobre la calvicie en el papiro médico Ebers, lo que no deja de ser curioso.
La momia estaba depositada en un sarcófago, cuya apertura precisó de cinco horas de trabajo, pero los descubridores no mencionan inscripción alguna. La pequeña cámara en que se hallaba la momia había sido saqueada pese a estar sellada la entrada con dos grandes piedras de granito: los ladrones entraron por un agujero practicado por arriba. Sin embargo, se han encontrado fundas doradas para los dedos momificados.
El trabajo que se está haciendo en Saqqara ha de servir para aumentar los conocimientos sobre esta etapa, menos considerada en la imaginación popular que otras del Antiguo Egipto, lo que quizá quepa achacar en parte a que sus reyes llevan esos nombres tan poco sugerentes como Teti y Pepi. Y eso que en sus historias hay detalles tan interesantes y morbosos como que Teti, según Manetón, fue asesinado por sus eunucos y que una de las esposas de su hijo Pepi I fue procesada -no se sabe por qué causa, pero es imposible no pensar en la viciosilla Anck-su-namun de la película La momia-. Parece (la historia está en una inscripción de un alto funcionario que hubo de investigar la acusación contra una "Grande del Cetro" en el harén real) que esa reina fue declarada culpable y, por tanto, indigna de un entierro adecuado. No sabemos si a Pepi I le afectó mucho el asunto: tenía al menos otras cinco esposas, cuyas pirámides subsidiarias están al sur de la del rey en Saqqara.
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