No es Semana Santa, diría un avezado espectador, si no pasan Ben-Hur por televisión. Es que el clásico de William Wyler de 1959, en el que Charlton Heston interpretaba al príncipe Judá Ben-Hur, traicionado por su amigo Messala (Stephen Boyd) y convertido en esclavo, para luego retornar victorioso y cobrarse venganza, es desde hace décadas parte necesaria de la programación que acompaña la celebración del Jueves y Viernes Santos, junto con otras superproducciones hollywoodenses de los años 50 que retoman episodios significativos del Evangelio o las tribulaciones de los primeros cristianos a manos del Imperio Romano.

Entre las películas que no pueden faltar en la programación del cable básico pueden citarse Los diez mandamientos (1956), de Cecil B. de Mille, con Heston como Moisés; Quo Vadis? (1951), con Robert Taylor y Deborah Kerr a las órdenes de Mervyn LeRoy (1951) y El manto sagrado, protagonizada por Jean Simmons, Victor Mature y Richard Burton (1953) entre otros. La más grande historia jamás contada (1965), la versión de casi cuatro horas de la vida de Jesús dirigida por George Stevens y protagonizada por Max von Sydow, es cada vez más infrecuente en las programaciones, dada su incómoda extensión.

Pero no todo es archivo cinematográfico en la materia: el cine bíblico vive un momento de impensado revival. Tras Éxodo: de dioses y reyes, la polémica versión de Ridley Scott, de la historia de Moisés (Christian Bale) y de Ramsés, el faraón egipcio (Joel Edgerton) junto a quien se crió y al que enfrentó.

Ahora se conocen las primeras imágenes de la remake de Ben-Hur, en la que Jack Huston (nieto de John Huston, sobrino de Anjelica) se hace cargo del personaje, nuevamente basado en la novela de Lew Wallce y dirigido por Timur Bekmambetov (Se busca, Guardianes de la noche). Morgan Freeman y Rodrigo Santoro (como Jesús), redondean el elenco del film, que llegará a las salas locales en septiembre próximo.