Foto: Corte casher de un pollo.

Fuente: AURORA | 6 de abril de 2016

Muchos pueblos que pasaron a través de la región han influido en la cultura de los judíos. La evidencia se encuentra ampliamente en el arte, por ejemplo, como mosaicos de sinagogas con motivos extranjeros, incluido el dios griego Helios.

Ahora, un arqueólogo sugiere que algunos judíos en los tiempos antiguos adoptaron por un tiempo el método de matanza de animales para consumo utilizado por las legiones romanas hace 2.000 años.

"El mundo romano influyó en los judíos en el ámbito de la cultura, pero su penetración en los asuntos religiosos y sagrados es algo que no hemos visto antes", expresó el Dr. Ram Buchnik (derecha), arqueólogo en el departamento de estudios de Tierra de Israel en el Colegio Kineret.

Estas influencias eran limitadas, ha matizado. Los judíos no utilizaban métodos de carnicería ni comían cerdos o caballos. "No decapitaban, y conservaban las características de la faena ritual judía", aclaró el arqueólogo.

Las conclusiones de Buchnik se basan en una serie de hallazgos en sitios arqueológicos de finales del período del Segundo Templo, alrededor del comienzo de la era común. En un sitio cerca de la piscina de Siloé en Jerusalén identificó el uso generalizado de hachas y cuchillos, que eran de estilo romano clásico, utilizados para la faena de animales , y en los siguientes cien años fueron utilizados regularmente para la preparación de la carne en las cocinas judías.

Este método fue muy diferente a los utilizados en otros sitios judíos estudiados del mismo período, dice Buchnik.

En el antiguo pueblo de Yodfat en la Baja Galilea, por ejemplo, desollaban a los animales de una manera única, con un uso mínimo del cuchillo. La carne era tomada en una sola pieza, lo que proporcionaba la máxima higiene,  y la carne podría mantenerse durante una semana sin necesidad de refrigeración. "Ellos colgaban el animal y lo cortaban de manera delicada, anatómica, cercana a la cirugía", añadió el investigador.

En el lugar de un vertedero en Jerusalén, donde la mayor parte de la basura de la ciudad se recogía durante ese período, Buchnik encontró signos similares. Allí, los carniceros trabajaron con mucho cuidado y suavemente con sus cuchillos y no dejaron casi signos de corte en los huesos de animales.

No lejos de allí, en el borde de la ciudad de David, el panorama cambia. Cuando los romanos preparaban la comida, no trabajaban de una manera ordenada y organizada, dice Buchnik. El carnicero cortaba la cabeza del animal y luego cortaba a través de los huesos del animal. La comida no tenía que ser mantenida mucho tiempo porque los soldados romanos comían todo,  y los judíos comenzaron a copiarlos.

Buchnik descarta la idea de que los carniceros romanos preparaban los animales para los judíos. Es más probable que los judíos aprendieron de los romanos y adaptaron sus métodos en sus propias comunidades, de manera similar a los artistas del mosaico.

La cercanía entre los romanos y los judíos podría explicar esta influencia. Jerusalén era una ciudad grande y un centro de peregrinaciones. "Hubo todo un segmento de la población que era ocioso. Todo el estamento de sacerdotes vivían de los regalos. Ellos eran ricos, y eran más susceptibles a las influencias culturales. No trabajaban en el campo y tenían tiempo libre, tiempo suficiente para reunirse con los romanos que venían a la ciudad", narra Buchnik, describiendo las estrechas relaciones entre las élites judías y romanas lo largo de los años, como en el caso de Herodes, o el rabino Yehuda el Príncipe.

La investigación de Buchnik intenta comprender los cambios en el estilo de faena y consumo de carne en la historia judía. Mientras que el libro de Deuteronomio brinda una guía solamente relativa a comer carne, las reglas se hacen largas y complicadas en la ley judía más tarde. La Biblia simplemente dice a los judíos que sacrifiquen a sus animales ritualmente.