Fuente: EL MUNDO.es | 6 de abril de 2016

A principios de marzo las excavadoras dirigidas por personal del ministerio del Awqaf en la franja de Gaza, que se encarga de administrar los bienes y terrenos donados, se encontraban en pleno trabajo de desescombro de un edificio recién demolido. Situado en el casco antiguo de la ciudad de Gaza, el inmueble había albergado durante años algunas de las tiendas del bullicioso mercado y, en su lugar, se había planeado la construcción de un moderno centro comercial con varias plantas. Cuando los trabajos llegaron a profundizar los ocho metros, comenzaron a aparecer restos de piedras de mármol blanco.

"Surgieron dos grandes piedras de mármol bizantinas. Luego columnas de noventa centímetros de diámetro, capiteles corintios de sesenta centímetros de diámetro y restos de lámparas romanas y cristales", explica Yamal Abu Reida, director general del Ministerio de Turismo y Antigüedades de la franja de Gaza.

El departamento de Antigüedades pasó rápidamente inspeccionar la zona y anotar la relación de los restos hallados que se encuentran apartados a plena luz del día junto a las obras, rodeados de una multitud de gazatíes curiosos. Entre los vestigios arqueológicos destaca una roca en cuya superficie hay un círculo tallado y, dentro, una cruz griega.

"Sabemos que en el casco antiguo siempre se encuentran restos arqueológicos si hay excavaciones", afirma Hiam al-Beitar, funcionaria gazatí especializada en arqueología, señalando que no es la primera vez que sucede algo así. "Los restos se encontraron a ocho metros de profundidad y pertenecen a diversas estructuras  porque hay capiteles con formas diferentes, con sesenta y tres años de diferencia entre algunos".

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Una iglesia o quizás una catedral

Mientras tanto, las obras continúan y las excavadoras siguen ahondando en lo que será el futuro cimiento del centro comercial. Los obreros no cesan de extraer restos de utensilios de cerámica de diferentes épocas, como la romana, y los depositan en una caja de cartón. Entre los restos materiales hay también restos humanos, huesos que indican la posible existencia de un cementerio.

Según los expertos, las primeras hipótesis apuntan a que en dicho lugar se levantó una iglesia cristiana cuya antigüedad se remonta al período comprendido entre 396 d.C. y 636 d.C. El techo podría haber sido de arcilla por la cantidad de trozos de éste que se han extraído. Las bases de las columnas descubiertas arrojan la posibilidad de que se trate de algo incluso más amplio que una iglesia.




"Las dos bases que portaban las columnas de mármol forman parte de un conjunto de columnas que probablemente sean restos de una catedral construida en Gaza en la época bizantina o quizás se trate de una sede gubernamental, ya que Gaza fue una ciudad importante y destacada en dicha época", aclara al-Beitar.

El edificio que ocultaba el sitio arqueológico apenas tenía dos plantas, por lo que en el momento de ser construido pudo ocurrir que los trabajadores no se tropezaran con ninguna muestra histórica. No obstante, la zona del casco antiguo de la ciudad de Gaza, donde se concentra una alta densidad de población en los barrios de Zeitun, Daray y Tuffah, comprende gran parte del antepasado de sus gentes.

Algunas estructuras mamelucas han caído debido al paso del tiempo y el escaso cuidado y preservación, otras han sido rehabilitadas en edificios nacionales, como el Museo del Palacio al-Pasha.

"Gaza se sitúa en el camino entre Egipto y el Levante, entre África y Asia. Era una estación de descanso para las caravanas de comercio de la región", añade Abu Reida, "Gaza es una ciudad importante desde el punto de vista arqueológico, tiene más de 5.000 años".

La conversión del paganismo al cristianismo en Gaza tuvo su punto culminante entre el año 396 y 420 de la mano de Porfirio. A este santo, nacido en la ciudad griega de Tesalónica, se le dedica la iglesia ortodoxa de San Porfirio, situada no muy lejos del nuevo descubrimiento arqueológico. Se trata de una iglesia reconstruida en el siglo XII, según indica el Ministerio de Turismo, a la que hoy acuden alrededor de 1.400 cristianos gazatíes para sus servicios ortodoxos.

Los sitios paganos, como el Templo de Marna, uno de los dioses principales de los filisteos de Gaza al que se le equipara con el dios griego Zeus o el romano Júpiter, fueron destruidos y sustituidos por lugares santos cristianos. Con las conquista islámica, las iglesias y monasterios se convirtieron en mezquitas.

"Todo esto comprueba que Palestina siempre estuvo poblada - defiende Abu Reida.- Nuestro pueblo siempre ha estado aquí desde la Antigüedad hasta ahora, sin ruptura alguna".

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San Hilarión, el monasterio bizantino que agoniza en la franja de Gaza

Fuente: EL MUNDO.es | 6 de abril de 2016

El primer monasterio cristiano levantado en Tierra Santa corre el peligro de desaparecer de la faz de la Tierra. Se trata del monasterio bizantino que construyó un joven monje palestino, San Hilarión, situado en la municipalidad del campo de refugiados de Nuseirat, en la zona central de la franja de Gaza.

El camino que lleva a los restos arqueológicos del monasterio de San Hilarión pasa desapercibido. Sin señalización alguna, sólo los que saben a dónde se dirigen reconocen la dirección. A pesar de ello, los habitantes de la franja de Gaza y, en mayor medida, las autoridades de Antigüedades y Turismo palestinas, muestran un gran interés en dicho lugar. No en vano se trata del primer monasterio cristiano de Tierra Santa.

Es marzo y el calor aprieta. Cuando el monasterio fue levantado, en el año 329 d.C., San Hilarión eligió esta posición cercana a la costa, a unos 500 metros de la playa, y elevada, en la zona conocida como Tel Om 'Amer, esto es, la colina de las Lobas..


Los baños, cubiertos con sacos de arena y pásticos. Isabel Pérez


La entrada principal del sitio mira hacia el mar Mediterráneo y el recorrido, hecho con madera, lleva primeramente a una amplia zona con los restos de un horno y una fuente. A su alrededor, varias columnas y capiteles yacen en el suelo.

"En este patio el suelo es de una época posterior, islámica, el original se encuentra debajo, todavía sin descubrir. Allí, en la zona sur, están las habitaciones de los monjes. También encontramos habitaciones más amplias con mosaicos de plantas, aves y otros animales de la naturaleza", explica Mohammad Abdelyawwad, guardián y guía del lugar.

Desde los reducidos habitáculos de los clérigos se llega a la iglesia, en la zona este, donde los ademes, plásticos y estructuras de sujeción colocadas con urgencia por los arqueólogos ocultan gran parte. Se aprecian, eso sí, columnas de mármol de estilo corintio que cayeron con el tiempo y la parte de un ataúd que se dice pertenece a San Hilarión.

Un poco más al noroeste, uno de los toldos levantados durante los trabajos de protección guarda el suelo de mosaico de la sala dedicada al bautizo, cuya pila bautismal cruciforme y con dos peldaños se sitúa fuera, cerca de los baños.

Lugar de peregrinaje

Conforme el monasterio de San Hilarión fue tomando renombre, comenzaron a llegar peregrinos cristianos de toda Palestina. "San Hilarión nació al sur de Gaza, en Tabatha. Era de familia rica y pagana. De joven le enviaron a estudiar Ciencias y Filosofía a Egipto. Allí tomó contacto con el cristianismo y se bautizó. Tenía entonces 15 años", cuenta Ibrahim Yahshan, religioso de la iglesia ortodoxa de Gaza.

"Cuando se enteró de que sus padres habían fallecido, volvió a Gaza", continúa Yahshan. "El dinero heredado lo repartió entre sus hermanos y familias necesitadas y el resto lo consagró en la construcción del monasterio que luego sería el más grande de Palestina".

Abdelyawwad, el guía, apunta hacia la zona más norteña del lugar y explica cómo fue construido un refugio para los peregrinos, incluyendo un lugar para los animales de carga y, justo al lado, unos baños de confortante agua caliente para los recién llegados.


La tentación de San Hilarión de Gaza

"Los baños poseían un sistema eficaz y sencillo para calentar el agua y llenar los pequeños habitáculos donde los visitantes se relajaban, mezclando agua caliente con agua fría", describe Abdelyawwad.

Hoy en día solo pueden verse dos de los baños, el resto están protegidos y tapados con sacos de arena y madera. El agua usada terminaba en un estanque, donde los monjes criaban peces, o se usaba para regar el huerto. Parte de la canalización se distingue entre la maleza.

"A San Hilarión no le gustaba estar rodeado de mucha gente y se trasladaba a menudo a Jerusalén u otros lugares", alega Yahshan, el cura ortodoxo. "Él tenía sus discípulos, pero no estaba siempre en el monasterio. San Hilarión era muy conocido, aprendió de San Antonio, el padre de los monjes. Ambos tenían una visión divina. Los dos meditaban en Dios, cada uno a su manera. Y los dos hicieron milagros".

La amenaza de las guerras y la falta de fondos

"La franja de Gaza fue una pequeña región que, en la época bizantina, tuvo un gran resplandor espiritual e intelectual sostenido por numerosos monasterios", apunta Jean Baptiste Humbert, arqueólogo de l'École Biblique, una institución católica francesa que trabaja para la preservación del lugar desde 2002.

"El lugar obtuvo una segunda oportunidad después de que las excavaciones arqueológicas lo descubrieran y salvaran. Se ha convertido en el punto central de turismo para todos los habitantes de Gaza, orgullosos de tal descubrimiento", añade Baptiste.

Desde el ministerio de Turismo y Antigüedades de Gaza no ocultan dicho orgullo; sin embargo, Yamal Abu Reda, director jefe del departamento de Antigüedades y Patrimonio, confiesa que faltan los fondos para llevar a cabo trabajos de excavaciones arqueológicas y protección de los lugares arqueológicos de la franja, como es el caso del monasterio de San Hilarión.

"La falta de presupuesto para un lugar extenso como ése, expuesto a las lluvias torrenciales y la vegetación, es una amenaza para el lugar", afirma Abu Reda. "Nosotros no podemos siquiera contratar a gente para quitar las malas hierbas. De todos modos, estos sitios no son para el pueblo palestino solamente, sino para toda la humanidad. Todos somos responsables".

El monasterio fue descubierto antes del año 1993 por israelíes que, en la época, ocupaban la franja de Gaza con una fuerte presencia militar y colonias. Abdelyawwad habla de saqueo, una denuncia que también sostienen los vecinos gazatíes según los cuales las tropas israelíes acordonaron el lugar y cargaron varias de las piezas descubiertas en helicópteros.


Pila baustimal. Isabel Pérez

Las autoridades palestinas advierten de que, en cada una de las operaciones militares lanzadas contra la franja, el sitio está en claro peligro.

"El sitio de San Hilarión no ha sido bombardeado directamente pero, por ejemplo,en 2014 Israel bombardeó una sede de la Seguridad Nacional en la costa y estoprovocó la aparición de grietas en el lugar", recalca Abu Reda.

Situación de emergencia

La Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO, en sus siglas en inglés) implantó, hace seis años, un plan de emergencia con actividades de conservación.

"En 2010 comenzamos los trabajos junto a l'École Biblique, el Consulado de Francia en Jerusalén, la Asociación gazatí Iwan y el Departamento de Arqueología de la Universidad Islámica de Gaza". Detalla Ahmed Yunaid Sorosh-Wali, Jefe de la Unidad de Cultura de UNESCO en la oficina de Ramala.

"Muchos elementos de la estructura necesitan mejor conservación", sentencia Yunaid. "Hay que mejorar la protección de los mosaicos y del sistema de canales de agua, rehabilitar la zona de las iglesias que está en peligro de derrumbe, quitar las malas hierbas y la vegetación que están invadiendo el lugar. También debemos seguir reforzando capacidades y dar formación a estudiantes, técnicos y obreros, para que trabajen ahí".

Desde 2011, la UNESCO ha invertido en la preservación del lugar santo alrededor de 80.000 dólares. Según Yunaid, está previsto llevar a cabo trabajos de conservación a largo plazo que se estima se alarguen entre dos y tres años y alcancen un presupuesto de cerca de un millón de dólares.

"Este proyecto de conservación a largo plazo todavía no lo hemos podido llevar a cabo. Aparte de esto, cuando estalló la guerra en Gaza, en 2014, estábamos realizando algunos trabajos y tuvimos que parar". Lamenta Yunaid. "Desde entonces, los expertos no han podido volver por razones de seguridad".

A falta de misiones arqueológicas y visitantes foráneos, los únicos en llegar hasta este extraordinario y, al mismo tiempo, desolador emplazamiento, son los gazatíes. En primavera, las escuelas, institutos y asociaciones organizan excursiones para personas de todas las edades, cristianos y musulmanes.

Los palestinos, por un lado, y algunas de las organizaciones más prestigiosas en materia de arqueología y religión cristiana, por otro, no escatiman esfuerzos por hacer llegar su grito de socorro a la comunidad internacional. El monasterio, testigo cultural e histórico, antiguo cruce de rutas entre Egipto, Palestina, Asiria y Mesopotamia, está desapareciendo. La Autoridad Nacional Palestina desea verlo reconocido como lugar Patrimonio de la Humanidad, porque parece que solo así podrá salvarse el primer monasterio de Tierra Santa.

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