Fuente: Nuestro Mar | 31 de agosto de 2012

Durante los trabajos de construcción de un estacionamiento subterráneo en Francia, arqueólogos descubrieron este mes un antiguo barco romano naufragado, además de decenas de miles de artefactos arqueológicos.

Los constructores de la región de Antibes están siempre listos a encontrarse con este tipo de sorpresas. La ciudad situada en el sur de Francia, otrora denominada Antipolis, fue fundada por colonos griegos en el siglo V a.C.

En tiempos romanos era la metrópolis más importante de la región, donde atracaban gran cantidad de embarcaciones. La razón del éxito de la ciudad, era su puerto natural con condiciones perfectas.

El área seleccionada para la construcción del estacionamiento es una antigua zona portuaria, que con el paso del tiempo resultó totalmente colmatada con sedimentos. No es casual por tanto que surgieran los artefactos geológicos durante los trabajos de excavación. Los objetos remiten a un período entre los siglos III a.C. y VI d.C.

El fondo de la antigua dársena del puerto, que gradualmente se llena de sedimentos reveló decenas de miles de objetos que se distribuyen en capas estratigráficas fechados entre el siglo III a.C. y el siglo VI. d. C. [Crédito: © Rémi Benali, Inrap]

Hasta ahora, los investigadores del INRAP, instituto francés responsable del rescate, sacaron del barro decenas de miles de artefactos que ilustran perfectamente la rica historia de la ciudad.

Los objetos estaban situados bajo el nivel del mar. Tales condiciones permitieron la conservación de elementos que normalmente no resistirían el paso del tiempo, como tapones de ánforas, zapatos, pieles y muchos elementos de madera.

Entre los principales vestigios arqueológicos se destaca un barco romano naufragado.  Se conservaron más de 15 metros de casco, situado a 1,6 metros por debajo del antiguo nivel del mar. Se trata de una embarcación utilizada por el imperio romano con fines comerciales (probablemente entre los siglos II y III d.C.)

Las tablas del casco fueron unidas por miles de estacas de madera, aunque hay también algunas de metal. El casco está reforzado con placas de plomo fijadas con pequeños clavos.

Según estiman los especialistas, la embarcación tenía entre 20 y 22 metros de eslora y entre 6 y 7 metros de manga. Aunque no saben la causa del naufragio, dada la ausencia de todo vestigio de carga, suponen que fue abandonada o deliberadamente hundida.

Adaptado al español por NUESTROMAR. Fuente: Popa.com.br; 28/08/12

31/08/12