Las excavaciones arqueológicas desarrolladas durante los últimos tres meses en el entorno de la Ronda de la Muralla de Dénia (Alicante) han sacado a la luz los vestigios de un gran edificio del siglo I d.C. dedicado a actividades industriales, correspondiente a la época romana de los emperadores Claudio y Nerón, y que, al parecer, fue destruido a finales de ese siglo a causa de un transgresión del mar en tierra firme, según ha informado en un comunicado el Ayuntamiento de Dénia.
Fuente:
Europa Press, Alicante, 25 de agosto de 2010
Estos trabajos arqueológicos se realizan de manera paralela a un proceso de reposición de la red de saneamiento y de reurbanización del vial y bajo la dirección técnica del jefe del Servicio Municipal de Arqueología,
Josep Antoni Gisbert.
Respecto al edificio encontrado, Gisbert ha explicado que se conservan sus cimientos y que podría haber sido construido con un buen aparejo de mampostería --'opus incertum'-- reforzado con sillares de piedra arenisca local en las jambas de las oberturas o, por otro lado, con sillares reutilizados procedentes de otras construcciones afines.
Asimismo, la fachada, cuya anchura es de 12,20 metros, presenta la esquina o ángulo del edificio con un ligero talud y cuenta con la construcción de un antemuro paralelo a la fachada como elemento protector, ambos elementos representan la lucha contra el medio marino entonces circundantes.
TRANSGRESIÓN MARINA
No obstante, los resultados de las investigaciones arqueológicas revelan que en la última década del siglo I d.C. se dio una importante transgresión marina en Dénia, es decir, el mar ganó terreno a la tierra y arrasó algunos de los edificios más cercanos al ámbito litoral marino, lo que comportó un cambio en el espacio urbanizado de la ciudad clásica.
En este sentido, el consistorio dianense ha explicado que la ciudad, en esos momentos, tendría sus contornos prácticamente rodeados por playas de arenas, separadas directamente del mar y de zonas lacustres y ciénagas, a excepción del segmento en que conecta con la ladera septentrional del promontorio del castillo.
Así, en el marco de esta transgresión marina se sitúa el cese de la actividad industrial del edificio hallado, denominado 'horreum', cuyo uso habitual sería como almacén de mercancías ligado a la actividad del puerto de Dénia de época romana.
Tras el derrumbe por causas naturales del 'horreum', el interior de los muros del edificio se uso como espacio funeraria en el siglo II d.C., donde se excavaron tres sepulturas en fosa con el inhumado en posición de decúbito supino y con cubierta de 'tegulae' a doble vertiente. Estas tumbas también han sido halladas durante las presentes excavaciones arqueológicas.
Por otro lado, en los niveles de cimentación del edificio, los arqueólogos han encontrado también cerámicas finas, paredes finas de origen bético, un as de Domiciano o un fragmento de hoja de bronce, perteneciente a una lucerna metálica con el nombre del orfebre, entre otros objetos.