Foto: Imagen de la parcela en la que se han iniciado las excavaciones.
La parcela, en la calle San Pelayo, junto a los Principia, podría albergar los vestigios del pretorio de la Legio VII, el hogar del comandante en jefe de las tropas romanas.
Vía:
Cristina Fanjul, León | Diario de León, 27 de septiembre de 2009
Si finalmente se desvela que los muros descubiertos fueron los que levantaron el pretorio de la Legio VII, se abrirá la puerta de una investigación que podría desvelar secretos sobresalientes de la historia romana de León. Y es que no se puede olvidar que el emperador Trajano pasó diez años de su vida en León, concretamente en la actual San Pelayo 8. Fue a finales del siglo I d.C, durante la época flavia, cuando ocupaba el cargo de legado de la Legio VII Gemina, con lo que la excavación que la semana pasada se inició en estos vestigios podría sacar a la luz restos de la historia íntima del emperador que comandó las guerras Dacias.
Si bien los arqueólogos consultados no han querido aventurar qué puede esconderse bajo el solar, su localización -”frente a los Principia-” no hay casi dudas respecto al uso que se le dio hace dos mil años. El pretorio era la tienda o el hogar del comandante y se situaba generalmente a la derecha de los Principia, en el conjunto de las dos mayores calles: vías
Praetoria y
Principalis (calle Ancha).
Más secretos bajo tierra. Y es que León no ha desenterrado más que una mínima parte de la ciudad romana. El campamento que fundaron la Legio VI Victrix y, posteriormente, la VII Gemina, y los dos asentamientos civiles de esa época -”al otro lado de la muralla y en lo que hoy es Puente Castro-”, siguen siendo aún un gran enigma. «No sabemos qué casas tenía la población civil ni cómo vivía», afirma el profesor de la Complutense Ángel Morillo, quien sospecha que desde la plaza de Santo Domingo hasta el Barrio Húmedo tendría que haber restos de un asentamiento que, según otros expertos, igualaría en número a los efectivos militares. Es posible que en esta zona hubiera un foro, templos, termas, posadas, talleres, establecimientos artesanales, las casas de nobles ciudadanos y algún edificio público civil. Aunque han aparecido algunos barracones, dadas las proporciones del campamento, estos hallazgos pueden considerarse, de momento, anecdóticos. Las más de 200 excavaciones llevadas a cabo desde la entrada en vigor en 1993 del Plan Especial del Casco Antiguo sólo han permitido desenterrar hasta la fecha un 30% del pasado romano. Edificaciones tan singulares como el pretorio, es decir, la residencia del legado (el general en jefe de la legión), así como los domicilios de los tribunos, magistrados que tenían también atribuciones militares, políticas y económicas, continúan bajo tierra. El problema es que muchos restos hayan perecido. La construcción del párking subterráneo de Santo Domingo en los años setenta, podría haber borrado restos vitales para completar el puzzle romano. Las catas que se realizan estos días en las inmediaciones de la Calle Ancha podrían revelar más secretos...
El lugar que acogió el cuartel general de la armada romana
El pretorio (
praetorium en latín) fue el nombre dado al cuartel general de la armada romana. El
praetorium era la tienda o edificio del comandante de una fortificación romana en un
castrum or
castellum. Posteriormente el pretorio fue utilizado como residencia del procurador (gobernador) de la provincia romana. El término era usado asimismo para el cuartel general del emperador.
La palabra deriva del griego antiguo praitórion , con el mismo significado de cuartel general. El
praetor (líder) fue en principio el título del funcionario de más alto nivel de la República Romana, pero ulteriormente se convirtió en la posición directamente inferior en rango al cónsul. La guardia personal de un general era conocida como la
cohors praetoriae (cohorte pretoriana), de la cual nació la Guardia Pretoriana, la guardia personal del emperador.