Según el arqueólogo Francisco Blanco, esta zona de Cádiz tuvo una intensa actividad constructiva en la neápolis romana de Gades · También se han encontrado cerámicas de la época moderna.
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Pilar Hernández Mateo / Cádiz | Actualizado 17.05.2008
El Barrio de Santa María de Cádiz fue una zona de intensa actividad constructiva de la neápolis romana de Gades, impulsado por Balbo el Menor con el propósito de descongestionar el hacinamiento de un periodo de constante crecimiento poblacional. Esta es una de las conclusiones que se desprenden del informe elaborado por el arqueólogo Francisco Blanco respecto a los trabajos realizados en los solares de la calle Público, 5-7 y Botica, 27.
La excavación arqueológica en esta zona concluyó esta semana, y se trataba de un trabajo previo a la construcción de viviendas de nueva planta para jóvenes en régimen de alquiler que llevará a cabo la empresa municipal Procasa.
Estos trabajos han sacado a la luz diversas estructuras y restos que van desde la época moderna hasta la prehistoria. De todos los hallazgos, lo más interesante, según Francisco Blanco, es un tramo de conducción de agua de época romana, que se inicia a partir de la medianera con la calle Mirador y se dirige hacia Concepción Arenal en pendiente descendente. "Aunque no esté muy bien conservado, este hallazgo es importante para comprender cómo se abastecían de agua las viviendas romanas", comenta el arqueólogo.
El informe detalla que esta conducción "se encontraba muy afectada por las fosas modernas y los restos de las cimentaciones del antiguo edificio, que la partían en diversos tramos".
Basándose en una pequeña moneda encontrada entre el muro de la canalización, el arqueólogo da como fecha aproximada de la construcción hacia el año 20 a.C.
Cerca de la conducción de agua y posiblemente relacionada con ella, según Blanco, se han encontrado restos de un pavimento y cimentación de un muro perteneciente a una habitación, muy deteriorados.
En el extremo del solar de la calle Público, en el sector próximo a Concepción Arenal, se detectó una fosa de grandes dimensiones que había servido para depositar restos constructivos y cerámicos de los siglos I y II d.C. También alguna moneda de la época de Tiberio -entre los años 34 y 37 d.C.-.
Entre los siglos III y XVI de nuestra era no se han encontrado elementos que atestigüen asentamiento alguno en la zona.
Como elemento más significativo de época moderna, se ha localizado un pozo negro no muy profundo. Entre los rellenos de tierras, se han recogido restos alimenticios. También han aparecido piezas de cerámica, muchas de ellas completas. Entre otras cosas, han encontrado vasos, cuencos y platos, al parecer de una misma vajilla. "Lo curioso de esta cerámica es que en la parte trasera de la base aparece representado el símbolo de fabricante, un pequeño pez esquemático", se lee en el informe.
Según el arqueólogo, parece tratarse de porcelana italiana de Sabona que imita la china. Su cronología podría estar en torno a la segunda mitad del siglo XVII. También ha aparecido una moneda de Felipe IV de cobre de cuatro maravedises.
"Desgraciadamente, debido a que en esa zona ha habido una superposición de edificaciones a lo largo de la historia, los niveles y estructuras de la época más antigua están prácticamente arrasados", concluye Francisco Blanco.