La construcción hallada en el subsuelo de la catedral de Tarragona es con toda seguridad el templo de culto erigido en el siglo I en honor al emperador César Augusto, primero que se construyó fuera de Roma, según han concluido los geofísicos que han realizado la prospección del terreno.
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EFE, BARCELONA, 14 de mayo de 2008
El análisis geofísico se llevó a cabo en septiembre pasado bajo la dirección de Albert Casas, catedrático de geologia de la Universitat de Barcelona; Josep M. Macias, del Institut Català d'Arqueologia Clàssica (ICAC), y Andreu Muñoz, del arzobispado de Tarragona.
Hasta ahora las únicas referencias conocidas del templo pagano dedicado al culto de Augusto eran las crónicas de historiadores de la época y las series monetarias que reproducían la columnata del edificio. La catedral gótica de Tarragona se ubica en el espacio más elevado de la topografía de la ciudad, donde probablemente se encontraban las principales construcciones romanas.
Técnicas no agresivas
Con técnicas de prospección geofísica no agresivas, el equipo investigador ha analizado el subsuelo de las naves de la catedral y tres de los brazos del claustro anexo, y los resultados arrojan un potencial arqueológico del subsuelo de la catedral, que podría conservar vestigios del templo.
"Hemos obtenido una imagen virtual de lo que sería el basamento del templo de culto imperial, que se encontraría a entre 1,5 y 2 metros por debajo del pavimento de la nave central", según ha explicado Casas.
Dos hectáreas de extensión
Del resto del templo, no se conservan vestigios. "Los materiales fueron reutilizados para construir nuevas edificaciones con motivo de la gran transformación urbanística de la ciudad a partir del siglo V", ha manifestado Casas. No obstante, aclara que estos "resultados teóricos" deben ser ahora verificados por los equipos de arqueólogos.
En estos primeros trabajos se ha podido resolver otra incógnita, la de la ubicación del templo central del recinto de culto al emperador, que se situaría en el centro de una gran plaza porticada en un área de una extensión de cerca de dos hectáreas. Según los cálculos, debía ser un templo de unos 25 metros de altura, 40 de ancho y con ocho columnas en la fachada principal.