Se trata del hallazgo arqueológico más importante de la Hispania romana en la provincia desde los años 90 y el octavo recinto de toda Andalucía.
Vía:
J. J. PÉREZ/Ideal.es, 8 de abril de 2008
El arqueólogo Antonio López confirmó ayer que los restos arqueológicos encontrados en la Huerta de los Lao corresponden con un teatro romano del siglo I. El arqueólogo, que desde el primer momento del descubrimiento se mostró con cautela, manifestó ayer su certeza. «Es el octavo teatro romano de Andalucía», aseguró. Según López, ayer no estábamos en presencia de indicios; directamente el yacimiento ya está dando evidencias de que estamos en presencia de este tipo de construcción. El hallazgo constituye, probablemente, el más importante de los realizados en la provincia de Granada desde los primeros años de la década de los noventa cuando se descubrió el acueducto de Sexi -Almuñécar-. Lo descubierto hasta el día de ayer es el extremo de un ovillo que promete muchas sorpresas.
MODELO. Proyección de una planta de teatro de Vitruvio, que podría ser similar a la del teatro accitano.
La certeza de Antonio López ha ido creciendo día a día: 80, 90 y 100%. Finalmente el teatro se dejó ver. Y por los datos que van aportando las excavaciones no se trata de un teatro cualquiera. Los primeros indicios apuntan a que el escenario aumentaría algunos metros más por los laterales y si la semana pasada se pensaba que el muro de cierre del escenario estaba en los 44 metros, es posible que haya que sumar dos metros más por cada lado.
Además, este lunes también se descubrió la superficie sobre la que se asentaría toda la estructura del teatro y que se extendería debajo de una parte muy importante lo que hasta ahora conocíamos como Huerta de los Lao. Antonio López, y los que han trabajado en el descubrimiento, han tenido la suerte de ver por primera vez en 2.000 años lo que sólo sus arquitectos y los obreros que hicieron su cimentación pudieron ver.
Queda mucho por descubrir. Sin embargo, Antonio López pone siempre un punto de realismo y teme que la superficie del teatro esté muy expoliada. «Es posible que parte de los sillares del podium de la antigua iglesia de San Miguel procedan de este teatro». Efectivamente, muchos de los sillares de la estructura arquitectónica del teatro se hayan empleado en otras construcciones de la ciudad. Sin embargo, eso no tiene nada de extraordinario, es habitual que este tipo de construcciones de la antigüedad se hubiesen utilizado como cantera.
Análisis geológico
Lo cierto es que la obra supuso en su día un ingente esfuerzo por parte de sus constructores. «Es probable que la piedra proceda de Villanueva de las Torres, aunque serán los geólogos los que tengan que confirmar el dato». El análisis geólogico de los sillares y de otros que hay en la ciudad pueden confirmar también su expolio por mero «parentesco» en las vetas.
Sin embargo, ya se han descubierto tambores de columnas, bases y fragmentos de solería en mármol que corresponderían probablemente con la orchestra. Uno de los descubrimientos más llamativos y que también sirven para confirmar que se está en presencia de un teatro romano ha sido una conducción que el arqueólogo cree que puede ser lo que Vitruvio -el mismo de las proporciones de la representación humana y el autor del tratado de arquitectura más antiguo que se conserva- llamó 'vasos de resonancia' y que servirían para transmitir mejor el sonido. Además de un teatro, sin duda, se trata de una «mina» arqueológica.
El resto de descubrimientos vendrán con los días de trabajo. Sólo se trata de seguir excavando y la expectación que ha creado el teatro romano parece garantizar que los descubrimientos van a continuar a modo de avalancha. A Antonio López se le ilumina la cara cuando señala que quedan muchas cosas por descubrir: «Esta mañana hemos descubierto una garra de león en mármol muy bien trabajada, lo que quiere decir que el teatro tenía un impresionante programa escultórico».
A recaudo
Todo eso está aún bajo la tierra que ha soportado una huerta de labor, un aparcamiento, mercadillos y hasta el ferial de Guadix durante años. ¿Quién le iba a decir a los accitanos de final del siglo XX que se divertirían en el mismo sitio que lo hacían sus antepasados de los primeros siglos de nuestra era? Nada ocurre por casualidad.