El pecio Mazarrón II en el Museo Nacional de Arqueología Subacuática de Cartagena.
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ideal.es | 10 de octubre de 2013
Los fenicios dominaron el comercio en el mediterráneo durante siglos y su huella a lo largo de todo el Mare Nostrum, como lo llamaban los romanos, es palpable en muchos aspectos.
Así sucede en Málaga con la jábega, una embarcación tradicionalmente ligada a esta zona del litoral andaluz que es de origen fenicio y fue utilizada en la pesca hasta mediados del siglo pasado, con remeros, y ahora se utiliza para competiciones deportivas como regatas.
La barca, una vez acabada, navegará por el mediterráneo con tripulantes de población mixta, judía, cristiana y musulmana, según ha explicado el coordinador del taller del Astillero-Museo Nereo, Alfonso Sánchez Guitard.
El presidente del Real Club Mediterráneo, José Agustín Gómez-Raggio, ha detallado que la primera travesía de la barca la harán remeros de su club e intentará traer remeros de distintos clubes de remo de antiguas ciudades mediterráneas fenicias como Siracusa, Alejandría o Nápoles.
La travesía, que se hará desde Estepona a Ceuta, que fueron asentamientos fenicios, se concibe de alguna forma para recordar la época en que el mediterráneo fenicio era un espacio de paz, de comercio y de intercambio, según ha dicho Gómez-Raggio.
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La idea de hacer la réplica del barco, que estaba muy bien conservado cuando se reflotó porque se hundió con una carga de 1.800 kilos de plomo, surge como una línea de trabajo para hacer réplicas de barcos que planteó el padre el coordinador del Astillero Nereo.
Guitard ha recogido el testigo de su padre, que falleció hace cinco años, y según ha comentado a Efe la idea era hacer un barco histórico y empezar por uno fenicio porque tenía una carga de simbolismo muy grande: su padre le daba mucha importancia a las relaciones humanas y uno de los objetivos del barco es poder navegar con una población mixta.
El Ministerio de Cultura declaró la réplica del Mazarrón II -así se llamó al barco cuando se extrajo del mar-, como proyecto de interés público en 2011 y lo incorporó al Centro Nacional de Investigaciones Arqueológicas Subacuáticas, que ha resultado imprescindible por la información arqueológica para construir el barco.
La réplica del barco fenicio es el resultado de la interacción entre la tradición oral, la carpintería de ribera más ancestral de la familia de los Astilleros Nereo, la ingeniería naval y la arqueología, según ha apuntado Guitard.