Vía: EL MUNDO.es | Roberto Villareal | 8 de mayo de 2011

Año 79, con todo el Occidente conocido bajo el poder del emperador Vespasiano. ¿Ha imaginado alguna vez pasearse por las calles de una ciudad romana del siglo I? Si le apetece una inmersión en los colores, las texturas... incluso los olores -no siempre agradables- de los baños públicos, las casas de comida, la lavandería o la panadería, ahora es posible adentrarse en 'Romanorum Vita. Una historia de Roma', una innovadora experiencia sensorial creada por la Obra Social de La Caixa que aterriza por vez primera en Cataluña y permanecerá en Tarragona hasta el 24 de junio.

"No queríamos una exposición de piezas de época, para eso ya están los museos; hemos hecho lo que sabemos, acercar la Historia al gran público", explican los hermanos Magí (director del festival de recreación histórica Tarraco Viva, que se celebra estos días) y Enric Seritjol (presidente del grupo de reconstrucción Proyecto Phoenix), comisarios de un nuevo concepto divulgativo que ha recibido la visita de 30.000 personas en Zaragoza y que se ha inspirado directamente en descripciones literarias y testimonios arqueológicos de hace 2.000 años.

El paseo por la vida cotidiana del mundo romano, de puertas afuera en las calles y de puertas adentro en el interior de una lujosa 'domus', encierra multitud de sorpresas que reflejan las similitudes con el mundo actual. La 'fast food' -"el McDonalds de entonces", bromea Magí Seritjol-, los porteros de las casas -tan agresivos como los de las discotecas, "hasta el punto de que el clásico cuidado con el perro se refería a ellos"- o las empresas de publicidad electoral eran moneda común en un universo superpoblado y peligroso, "lleno de ruidos, olores y aceras invadidas por artesanos y comercianes... como las terrazas de hoy en día".

Ya en el ámbito privado, los hermanos Seritjol rompen el tópico de las enormes mansiones romanas, pues "como hoy, había especulación inmobiliaria, no respetaban la normativa urbanística y se realquilaban todas las estancias de la casa, una especie de embrión de los pisos-patera". Los sirvientes dormían por los rincones, en el suelo: "El mundo antiguo -revelan- era muy duro y cruel; eso de dormir en una cama por persona es muy moderno".