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Permalink Responder para Alicia M. Canto el septiembre 13, 2019 a las 9:44am

Con este motivo me permito recordar a Ivo de la Cortina Roperto, figura de la arqueología emeritense, de Itálica y española en general en el siglo XIX. Un liberal desgraciado y perseguido en su época a pesar de sus reconocimientos internacionales y de sus grandes dotes para la Arqueología, y por ello después poco conocido y olvidado, aunque por suerte desde 2010 cuenta ya con una biografía en el DBE de la RAH.

A este personaje le dediqué hace años un estudio de avance de una biografía más extensa y aún pendiente: "Ivo de la Cortina y su obra Antigüedades de Itálica (1840): Una revista arqueológica malograda". En la pág. 155 recordé su paso por Mérida y por este museo en concreto, entonces en trance de instalación, pues antes de ser destinado al Gobierno Civil de Sevilla don Ivo "se hallaba en el de Badajoz, desde el que se le comisionó, en junio de 1838 y de Real Orden, para pasar a estudiar la ciudad y colaborar a la instalación del nuevo Museo de Arqueología en el desamortizado convento de Santa Clara".

Pero Mérida le debe a Cortina sobre todo su espléndido plano de la ciudad de 1867 (que ofrezco como lám. 1 en la pág. 156), que estaba destinado a ser la lámina primera de su también truncada obra, que arriba a la izquierda él denomina Topografía de la Arqueología Monumental de la Península Ibérica, pero que, de un modo muy moderno, con sus letras y explicativos pretendía servir también como "guía al Viagero" (sic).

En ese tan interesante plano señala el presente museo con las letras Q y R, indicando: "Sta. Clara, donde estubo el Palacio Arzobispal".

No se le escapará al lector observador que a la derecha arriba Cortina titula: "Plano topográfico de Mérida (Emerita Augusta) que contiene todos los monumentos fenicios, romanos y árabes. Itinerario del arqueólogo". Ello es porque, en efecto, los arqueólogos emeritenses del siglo XIX y comienzos del XX nunca creyeron que Mérida la había fundado Augusto ex novo en el año 25 a.C.... ;-) Un apasionante y enjundioso asunto sobre el que acabo de volver en 2017.

Quede aquí este pequeño nuevo homenaje a la memoria del desgraciado don Ivo.