Red social de Arqueologos e Historiadores
Desde el próximo jueves, según ha confirmado el director del Museo de León, Luis Grau, los restos óseos de La Braña 1 se mostrarán al público en la exposición permanente del centro cultural. Grau no ha precisado durante qué periodo este cuerpo, que se encuentra almacenado para su conservación, podrá ser visible, aunque ha afirmado que “se quedará bastante tiempo”. Junto a él se expondrán los 24 caninos de ciervo de tipo decorativo que se hallaron junto al cadáver que ha sido objeto de análisis y junto al otro cuerpo, el de La Braña 2, que este año podría ser sometido a investigación.
Caninos de ciervo perforados. Foto: Julio Vidal
De hecho, fueron esos 24 dientes de animal una de las primeras pistas que llevó a los investigadores a entender que estos cuerpos encontrados de forma causal por unos excursionistas en 2006 no eran un hallazgo cualquiera. Así lo recuerda el primer experto que trabajó con esos restos, el arqueólogo de la Junta de Castilla y León, Julio Manuel Vidal.
“Se han encontrado caninos en la cornisa cantábrica y en el valle del Duero, pero se cuentan con los dedos de una mano. Aquí encontramos 24, la mitad en el mismo sitio que el cuerpo y el resto cuando extrajimos los sedimentos del pozo donde estaba sumergido La Braña 2, después de un cribado”.
Luz para un periodo desconocido
No fue hasta la tercera vez que Vidal entró en la cueva cuando se encontraron esos caninos que se utilizaban de forma decorativa. Eso, la colocación de los cuerpos según los rituales funerarios prehistóricos (en postura fetal) y la formación de una estalactita sobre las costillas de La Braña 1, daban buena cuenta de su antigüedad, lo que comenzó a determinar que los huesos dataría de una época en torno al Paleolítico superior. La prueba del Carbono 14 que se realizó en un instituto norteamericano permitió precisar su edad: 7.000 años.
De esta forma, a la ciencia se le presentaba una oportunidad única de poder trabajar sobre los restos de un humano de un periodo de la historia poco conocido, y que ha permitido concretar que este hombre del Mesolítico, por el desgaste de sus articulaciones, era un “cazador especializado” en animales de alta montaña, que se “movía muchísimo y de una forma excepcional” y que, además, en el estudio de la paleodieta se muestra evidencias, a través de los isótopos de oxígeno y nitrógeno, que había incorporado el pescado, tal vez al consumir salmónidos en las zonas altas de los ríos.
“Hay que estar satisfechos en este país porque su ciencia ha vencido a gente que está en la cabeza de la investigación científica”, ha señalado Julio Manuel Vidal que ha indicado, además, que la publicación del estudio en una revista como Nature, que “somete a un tercer grado” todas las afirmaciones científicas antes de su publicación, ha dado un notable espaldarazo a la comunidad científica, en este caso representada por el líder del equipo del CSIC que ha trabajado sobre los restos de La Braña 1, el investigador catalán Carles Lalueza-Fox (izquierda).
León, una mina arqueológica
De esta forma, se aportan datos a un periodo, el del Mesolítico, del que “no se sabía gran cosa desde un punto de vista físico y de sus características genómicas”, según el arqueólogo de la Junta. Se trata de un periodo, que separa el Paleolítico del Neolítico, donde se produjeron “cambios muy sustanciales en las estrategias de subsistencia”, por lo que se configura como un “periodo crucial” para el estudio de las migraciones de los primeros hombres y el “trasvase genético” entre otros grupos de humanos.
Ahora, el reto es que el resultado de la investigación del ADN de La Braña 1, como se bautizó a este cuerpo, le sirva a la ciencia para ahondar en la investigación del sistema inmunológico. No se conoce la causa exacta de la muerte de este varón de 30 años, aunque todo a punta a que fue de tipo natural. Eso sí, presentaba una fractura en la cara, que los expertos descartan que tuviera que ver con su fallecimiento. Pero existen otros restos, los de La Braña 2, que son ahora el objetivo de una nueva investigación, en una provincia que podría no dejar de dar sorpresas de este tipo si la “suerte o la prospección” actúan. Incluso sobre restos “mucho más antiguos”.
Etiquetas:
Bienvenido a
Arqueologia, Historia Antigua y Medieval - Terrae Antiqvae
Terrae Antiqvae es una Red Social sin ánimo de lucro. Necesitamos tu apoyo para el mantenimiento del sitio. Apadrina esta Comunidad
Derechos de Autor:
Terrae Antiqvae® is licensed under a Creative Commons Reconocimiento-NoComercial-SinObraDerivada 3.0 Unported License.
Información legal: Terrae Antiqvae® es Marca registrada por José Luis Santos Fernández. Marca nº 2.679.154 - Clase 41, Madrid, España. Reservados todos los Derechos. En Internet desde Julio de 2001.
Normas de la Comunidad (Aviso Legal): Netiqueta - Términos de servicio
© 2024 Creado por José Luis Santos Fernández. Tecnología de