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Grupo noticias | 16 de julio de 2010
El espacio expositivo del hall del
Museo Arqueológico de Alicante alberga desde hoy los exvotos ibéricos de bronce procedentes del Santuario de la Luz en Murcia.
El presidente de la Diputación de Alicante,
Joaquín Ripoll, ha inaugurado hoy esta exposición en un acto en el que también han participado el director del Museo Arqueológico de Murcia (MAM),
Luis E. De Miguel Santer, y el director del MARQ,
José Alberto Cortés.
Los exvotos expuestos, con los que el museo alicantino inicia una nueva línea de exposiciones de piezas singulares procedentes de otras regiones españolas, presentan una cronología de mediados del siglo III a. C. y el siguiente.
Elaborados mediante la técnica de la “cera perdida”, aparecen en contextos sacros ibéricos, donde se depositaban a modo de ofrendas a la divinidad a cambio de bienestar y salud, protección frente a los fenómenos atmosféricos adversos y fortuna a la hora de obtener los frutos de la tierra y los animales.
Se trata de piezas de un tamaño no superior a los 18 cm y aspecto arcaico. Por lo general, son representaciones estilizadas de hombres y mujeres, imágenes de oferentes en actitud de plegaria y portando algún panecillo o frutos, aunque también hay varones a caballo o mostrando sus armas. Algunos elementos se exageran, como las manos o los órganos sexuales, y el tratamiento de la indumentaria y el cabello es característico. Por otra parte, son usuales las representaciones de caballos y exvotos anatómicos, representando partes del cuerpo.
Foto: Exvotos ibéricos
El santuario de la Luz
El santuario de La Luz se localiza en las estribaciones de la sierra de Carrascoy, junto a la vega del río Segura, próximo al poblado de Santa Catalina y de la necrópolis del Cabecico del Tesoro, situación habitual de los centros de culto ibéricos.
Aunque ya se tienen noticias del yacimiento a finales del siglo XVIII, las excavaciones arqueológicas no se iniciaron hasta 1924 de la mano de
Cayetano de Mergelina, siendo continuadas en los años 90 bajo la dirección del profesor
Pedro Lillo Carpio.
El origen del santuario se remonta a fines del siglo V a. C. Durante la primera mitad del siglo IV a. C. se constata un área sacra a cielo abierto, con ofrendas votivas en las grietas de las rocas y áreas de cremación, un altar y dos columnas que marcarían la sacralidad del lugar.
Posteriormente, se construye un edificio de planta trapezoidal para el culto a
Deméter y
Perséfone, de tipo nutricio, de la fecundidad y fertilidad, pero también del “más allá”, todo ello en un ambiente mistérico al modo eleusino.
Foto
Destaca el hallazgo de animales sacrificados, cuchillos afalcatados y depósitos de cerámicas (cuencos y platos de libación, caliciformes, ungüentarios), testimonios de silicernia o banquetes rituales. También se conocen restos de fundición de bronce y plomo, relacionados con la elaboración de exvotos metálicos.
En el tránsito entre los siglos III y II a. C. se construye un nuevo edificio de inspiración greco-itálica, con columnas de ladrillo estucado, sillares, antefijas de palmeta con rostros, pavimentos de opus signinum, etc. Durante la segunda mitad del II a. C., se derriba el templo y arrasa la zona, registrándose una actividad de expolio sistemático.
Piezas Singulares
El programa del MARQ dedicado a piezas singulares fue inaugurado en 2007 con la exposición de la mano romana de bronce hallada en el yacimiento de Lucentum, que se encuentra en la actualidad en la sala permanente dedicada a la cultura romana del museo.
Posteriormente, se exhibió el barco de terracota o birreme
“Surcando el tiempo” y el vaso neolítico “Secreto de Barro”.
La exposición tendrá lugar desde el mes de julio a octubre de 2010.