Los hallazgos, propios de la civilización Mixteca, datan del año 1100 a.C.
La práctica era un mecanismo de jerarquización social de Mesoamérica.
Vía:
RAAIDA MANNAA/El Mundo.es, 8 de abril de 2008
Aunque no se sabe con exactitud el tiempo del que data el inicio de las prácticas de cremación en los seres humanos, recientes excavaciones en el pueblo de Tayata, ubicado en el sureño estado de Oaxaca en México, revelan la existencia de entierros con incineración en el siglo XI a.C.
Nuevos descubrimientos de entierros humanos con cremación propios de la civilización Mixtec, de origen mesoamericano, sugieren que las diferenciaciones jerárquicas en los ritos funerales existían siglos antes del surgimiento de los estados urbanos.
El empleo de esta técnica entre las comunidades Mixtec, que estaba destinada a remarcar el estado social de quien moría, fue establecido hace unos 3.000 años, cuando surgieron por primera vez las diferencias hereditarias de posición jerárquica en Mesoamérica.
El estudio, desarrollado por miembros de los departamentos de antropología del St. John Fisher College en Rochester Nueva York y de la Universidad del Sur de Illinois, y publicado por la revista Proceedings of the National Academy of Sciences of the United States of America (PNAS), expone una de las claves de los inicios de un fenómeno social: el momento en el que las comunidades aldeanas se dividían en rangos jerárquicos y el status de una persona se reflejaba en su muerte.
La presencia de cenizas y el estado de los huesos de estos restos encontrados en el sur de México, reflejan extensivas modificaciones por el calor de una cremación que habría ocurrido en el mismo lugar del entierro. (Foto: PNAS)
Las detalladas observaciones del color, la forma y los patrones de fractura de los descubrimientos, así como las cenizas halladas en los restos, han permitido a los investigadores inferir que el estado social del fallecido se establecía por la manera en que era quemado su cuerpo.
Los entierros son representados en diversos códices y documentación histórica, en la que se reflejan los ritos funerarios que implicaban la cremación y la gran importancia que tenía la diferenciación económica para el desarrollo de la vida en las aldeas.
La investigación detalla el contexto de los entierros y de los restos humanos encontrados, uniendo la arqueología del período Formativo con las descripciones etnohistóricas de las prácticas mortuorias de los Mixtec.
Estos hallazgos son los más tempranos ejemplos de los particulares actos de incineración, que, hasta ahora, estaban reservados para los reyes Mixtec y los emperadores Aztecas.