Cuando la señora Mei murió, miles de personas lloraron su pérdida. WIKIMEDIA

Fuente: ABC.es | 14 de mayo de 2015

Una tumba de la dinastía Ming (s.XV) descubierta en 2008 en Nanjing (China) ha desvelado un epitafio que narra una curiosa historia con más seis siglos de antigüedad. Concretamente, el texto mortuorio (traducido esta semana al inglés) cuenta la vida la «Señora Mei», una mujer que pasó de ser una concubina, a gobernar una pequeña región al suroeste del país. Todo ello, tras convertirse en la perfecta estratega militar. Así lo afirma la revista especializada Live Science en su versión digital.

El epitafio y la vida de esta mujer han sido hallados en una tumba de ladrillo que contaba, además, con varias pulseras, joyas y botes de perfume de un valor incalculable. Su vida no tiene desperdicio, pues pasó de ser una mujer «sin lavar y descuidada» a una famosa gobernante que llegó a dar consejos militares a su hijo para que combatiera y venciera a las tribus que asolaban por entonces la región desde «tierras lejanas». Una historia perdida que ha sido traducida directamente del chino por los investigadores que han encontrado el edificio.

Tumba de la 'Señora Mei'. Imagen: Cortesía de 'Chinese Cultural Relics'

Una historia de superación

Al parecer, y tal y como explican los arqueólogos de los Museos Municipales de Nanjing y Jiangning, Mei empezó siendo una concubina de Bin Mu, un duque de Quian que gobernó Yunnan y que contaba con tres esposas. Nacida en 1430, es muy probable que a los 15 años se casara con el noble, quien contaba por entonces 45 veranos a sus espaldas. «Mei fue probablemente una concubina con quien se terminó casando después de empezar a gobernar Yunnan», explican en la revista «Wenwu», donde fue publicada la investigación original.

Hija de un heroico general, la vida de Mei cambió cuando dio a luz al hijo del duque, Mu Zong, quien tenía apenas 10 meses de edad cuando su padre murió. «Ella le educó con una fuerte disciplina y mantuvo los asuntos internos en orden. Nadie tenía queja», determinan los epitafios.

La antigua concubina obligó a su hijo a «estudiar noche y día y le enseñó la lealtad y la devoción filial», Cuando Mu Zong obtuvo la mayoría de edad, ambos viajaron hasta la residencia del emperador quien, por causas desconocidas, puso a la mujer al cargo de una región que antes había gobernado su padre durante su etapa como militar.

Concretamente, el gobernante le otorgó el título de «duquesa viuda». No debió proceder mal, pues era habitual que su hijo –dirigente de Yunnan tras la muerte del duque- le consultara casi constantemente cómo debía actuar. «La duquesa solía hablar con el nuevo duque de su lealtad al emperador, de cómo debía tratar con amabilidad a las personas bajo su mando y de las estrategias para llevar la paz a las tribus bárbaras y para pacificar tierras lejanas», añaden los escritos antiguos.

Mei murió a los 45 años en el año 1474. Los epitafios dicen que falleció de una extraña enfermedad al sur de Yunnan y su cuerpo fue llevado a Nanjing. «El día de su muerte, el pueblo, militares y civiles, ancianos y jóvenes, lloraron y lloraron por ella como si sus propios padres hubieran fallecido. Cuando el obituario llegó a la corte imperial, el emperador envió a varios funcionarios a la región y les ordenó preparar el funeral y el entierro», señala el epitafio.

Dentro de la tumba fueron encontradas fantásticas piezas de oro con incrustaciones de piedras preciosas. Esta imagen muestra un broche de oro con un diseño de llama. El diámetro de la horquilla es de 11,2 centímetros y tiene seis zafiros y seis rubíes en su capa externa, mientras que hay un gran rubí en el centro. (Fotografía: Cortesía de Reliquias Culturales de China).

Esta horquilla de oro está decorada con una mezcla de zafiros y rubíes. Tiene 14,2 centímetros de ancho y su peso es de 148,7 gramos. (Fotografía: Cortesía de Reliquias Culturales de China).

Un par de pulseras de oro encontradas en la tumba. Ambas tienen unos 7 centímetros de diámetro con diseños de flores. Las piedras preciosas son una mezcla de zafiros, rubíes y turquesas. (Fotografía: Cortesía de Reliquias Culturales de China).

Horquilla de oro con un diseño de siete pétalos de loto. Una gran piedra preciosa de rubíe aún se conserva en el centro. (Fotografía: Cortesía de Reliquias Culturales de China).

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