SOBRE TELENO Y LA EXPLICACIÓN DE SU NOMBRE
Hemos recorrido un largo camino siguiendo el rastro de Marte, interpretación romana del astur Teleno, y su asimilación con divinidades afines del los panteones védico, germánico, escandinavo y céltico, y lo hemos reconocido en el aspecto invernal, viejo, acuático, violento, lunar, brillante (como el relámpago o el fuego) del dios hermafrodita y supremo del cielo, cuyo destino es ser vencido y sustituido por su hijo y hermano en un relato consmogónico que es representado cada año en distintas fiestas del calendario. Lo hemos reconocido en
Varuna,
Vritra,
Nuadu,
Balor,
Tuisco,
Njord,
Odín,
Teutates o
Beleno.
Encontramos otros topónimos similares a Teleno en
El Teleno, un pueblo de Riosa, Asturias, localizado en la falda del
Monsacro;
Teleña, otro pueblo asturiano cercano a
Covadonga;
Telena, una aldea desaparecida de Badajoz;
Til-Châtel, antiguamente Tilena o Filena, en Cote d'Or
(1), Bourgogne, Francia, que en 1801 fue denominada Mont-sur-Tille. A estos datos toponímicos podemos añadir un ara hallada en al región de Lidia, Turquía, dedicada a
Apolo Tileno (
Apollon Tillenos) así como una inscripción funeraria en la que se constata el topónimo Tilo (Tillo)
(2); En Italia, Tellena fue una ciudad del Lacio
(3) y el río Imele, fue denominado antiguamente Tolenus, Telonus o Telonius y recordado por la celebración de la derrota del consul
Rutilius en su orilla, en la
Guerras Sociales o de los Aliados(4).
García Arias explica topónimo de El Teleno de Riosa así: «El Teleno (Ri), acaso porte el nombre céltico TELO ‘fuente’ (TLG) o sencillamente es un término originado en el indoeuropeo *STILO ‘punta’, de donde ‘lugar elevado’. Con todo no ha de olvidarse que en el monte Teleno, cerca de Astorga, entre los ástures augustanos, se veneró al Marti Tileno (261 p. 78) y que TELO es un dios conocido en la Galia (CIL XIII 948; TLG). Parece que con esto podría guardar alguna relación Teleña (Co)»(5).
Me parece más interesante la posible relación con el dios galo
Telo que la etimología basada en
*stilo, así que tiremos de este hilo. Conocemos a este dios a partir de dos inscripciones halladas en
Périgueux, Dordogne, Francia en las que se hace referencia a un
Deo Teloni asociado a una
Deae Stannae(6). El nombre de
Telo,
Telonio o
Telono(7), puede estar en el origen del pueblo de Le Toulon (Périgueux, Dordogne) que toma su nombre de "Fountaine de Toulon", así como de
Toulon-sur-Mer, antiguamente,
Telo Martius, y del lugar
Telonnum, ciudad de los Aeduans,
Toulon-sur-Arroux, cerca de Autun, Saône-et-Loire
(8). Encontramos así una primera conexión de nuestro
Marte Teleno con este
Deo Teloni o
Telonus asimilado con
Marte. Además parece ser una divinidad que preside sobre el agua, y que da nombre a poblaciones, ríos y fuentes
(9).
En la Península Ibérica encontramos un teónimo muy similar,
Tullonius, procedente de una lápida votiva procedente de
Alegría de Dulantzi, Álava, que estaría asociado con la antigua población de
Tullonium y con el
Monte Toloño, que se encuentra al SO del lugar del hallazgo
(10).Tanto el
Telonio galo, como el
Tullonius várdulo, parecen equivalentes al dios romano
Tellurus,
Tellumo, o
Telluno, el arcaico compañero masculino de la diosa
Tellus, también identificada como
Ceres-
Demeter,
Gaia o
Terra Mater(11).
De esta asociación podemos sacar algunas conclusiones bien interesantes. La primera es que la raíz etimológica de nuestro dios es el indoeuropeo
*tal-, *tel- “suelo, tierra” (lituano
telinat “extenderse, plano”, sánscrito
talam “plano, planta del pie”, antiguo eslavo eclesiástico
tilo “suelo”, griego
telia “tablero de dados”, antiguo irlandés
talam “tierra”, antiguo nórdico
þilja “tabla”)
(12).
Tellus, sería equivalente a la diosa irlandesa
Tailtiu, la madre nodriza de
Lug, teniendo su nombre tiene el mismo origen etimológico
(13).
Pero esta vinculación de un dios masculino relacionado con las aguas con la Tierra ya la habíamos visto antes. Al seguir el rastro del
Marte nórdico encontramos a
Njord, cuyo nombre tiene la misma raíz que la diosa de la Tierra,
Nerthus, circunstancia que nos remitía a un antiguo dios supremo del cielo, hermafrodita, idéntico al
Tuisco o
Tuisto mencionado por
Tácito, cuyo carácter parece haber sido transferido a
Odín, y que, como
Varuna, ha adquirido características lunares e invernales, con dominio sobre el agua, lo cual explica su participación en la formación de hidrónimos europeos.
Esta asociación de dioses del cielo o de la montaña con corrientes de agua no es rara en Hispania, ya que Olivares Pedreño también lo constata con divinidades como
Reue o
Salamati, así como
Taranis,
Júpiter o
Varuna(14).
Cuando tratamos sobre el
Marte galo, quedó bien demostrado su carácter como dios del cielo, o mejor, como el aspecto invernal del dios del cielo. Sin embargo, Olivares Pedreño hace notar lo infrecuente de la vinculación de
Marte con grandes montañas, asociación que le parece más adecuada para
Júpiter:
«Lo más destacable de estas menciones es que determinan la relación de este dios con el monte Teleno, el más elevado de la provincia de León (2.185 m), y con la sierra del mismo nombre, situados aproximadamente en el centro de los lugares donde aparecieron las inscripciones citadas. Es algo paradójico, ya que son los únicos datos de todo el occidente europeo que vinculan a Marte con grandes montañas»(15). Sin embargo, esto no es cierto. Ahí tenemos el Montmartre de París, así como otros Montes de Marte europeos que relaciona Jacob Grimm
(16).
En definitiva, esta es mi interpretación de la identificación de
Teleno con el dios romano
Marte, es decir, como referencia al aspecto lunar, invernal y acuático del dios supremo. Se trata de un planteamiento que coincide con la estructura trifuncional de
Dumezil sólo en la presencia de tres elementos en los panteones indoeuropeos, pero que, en lugar de basarse en tres funciones: rey, guerreros y productores, considera la articulación de los panteones divinos indoeuropeos así como de los relatos mitológicos en torno a la oposición de dos elementos opuestos, que en realidad, son los aspectos contrarios y complementarios de una única entidad. Algo muy parecido, a lo que planteaba
Macrobio en su
Saturnalia:
«En la representación de los ritos sagrados una misteriosa regla de la religión dice que el Sol debe ser llamado Apolo cuando está en el hemisferio superior, es decir, de día, o Dionisos, o Liber Pater, cuando está en el hemisferio inferior, es decir, de noche. De esta manera, las estatuas de Liber Pater lo representan a veces como un niño y a veces como un hombre joven; otras veces, como un hombre con barba y también como un hombre viejo... Estas diferencias en la edad hacen referencia al Sol, que para el solsticio de invierno sería visto como un niño pequeño, como el que los egipcios hicieron nacer desde un santuario en un día señalado, como el día más corto y el dios es consiguientemente mostrado como un niño pequeño. Después, sin embargo, a medida que los días continúan y aumentan, el Sol del equinoccio de primavera adquiere fuerza de modo comparable a un adolescente, y así el dios adquiere la apariencia de un hombre joven. Consiguientemente, es representado en su madurez, con barba, en el solsticio de verano, cuando el crecimiento del Sol se ha completado. Después, con los días más cortos, como si alcanzara la vejez –y por lo tanto la cuarta de las figuras con las que el dios es representado–»(17).
Y más adelante:
«En este punto intervino Avieno: "Sin duda, mucho he reflexionado con frecuencia sobre el siguiente asunto ¿por qué veneramos al Sol unas veces bajo la advocación de Apolo, otras de Líbero, otras bajo toda una variedad de apelaciones? Y, puesto que los asuntos divinos quisieron que tú, Vetio Pretextato, seas el presidente de todos los rituales, continúa, por favor, para mostrarme la razón de tan gran diversidad en los nombres de una sola deidad".
«Continuó Vetio: "Querido Avieno, no pienses que la grey de los poetas, cuando fabulan sobre los dioses, no toman casi siempre prestadas sus semillas de los santuarios de la filosofía. En efecto, que casi todos los dioses designan al Sol, al menos los que están bajo el cielo, no lo hacen valer una vana superstición, sino la razón divina. Pues, si el Sol, como pareció bien a los antiguos, es el guía y moderador de las restantes luces y gobierna en solitario las estrellas errantes, ciertamente los recorridos de las propias estrellas disponen el orden de las cosas humanas por medio de su fuerza, tal como les parece a algunos, o lo indican según consta que prefirió Plotino»(18).
También creo interesante estos párrafos, esta vez tratando a Marte:
«Otros piensan que Rómulo, ya por una más elevada prudencia, ya por inspiración de de alguna divinidad, había organizado los primeros meses de manera que, al haber dedicado el primero a Marte, el dios asesino de muchos seres humanos, como dice Homero consciente de su naturaleza: "Ares, Ares funesto a los mortales, asesino, asaltador de fortalezas", dedicó el segundo a Venus, para que benéfica suavizase su violencia."»(19)
y
«Debido a que sus acciones características derivan de tipos análogos de calor, los hombres sostienen que Marte y Liber son un mismo dios. Los romanos, ciertamente , los adoran a ambos con el título de "padre", llamando a uno "padre Liber”, al otro "Marspiter", es decir, "padre Marte". Padre Liber parece haber sido un dios de la guerra, ya que se dice que fue quien inició la procesión triunfal. Como el padre Liber es lo mismo que el Sol, y Marte es el mismo que el padre Liber, ¿quién puede dudar que Marte es el sol? Los Accitani, una gente de Hispania, tienen un culto importante en el que adoran a una estatua de Marte adornada con los rayos del sol, y al que llaman Neton»(20)
¿QUÉ FUE DEL DIOS DEL CIELO ASTUR?
La relación con el agua que constatábamos en el Telonus galo también se verifica con nuestro Teleno. Matias Díaz Alonso recoge una tradición relativa a una zona con aguas próxima al Teleno denominada Tolaniel y foco de enfermedad:
«Corporales debió tener su importancia en otras épocas, porque se dice que fue villa con escribano, y se conserva allí la leyenda de existir un lago subterráneo, hoy sepultado, donde el dios Marti-Tileno bajaba para apagar sus rayos de fuego al finalizar las tormentas.
«Y ese lago se halla, dice la tradición, bajo unos terrenos que denominan "Tolaniel", y la gente tiene cierto temor racional a Tolaniel, que dicen significar "paperas", y quizá sea por la infección de sus aguas que hayan producido a veces esta epidemia, pero que las consejas populares y la imaginación desbordada le echa la culpa a ese lago imaginario que debió existir *para el legendario dios, y que pesa sobre él cierto maleficio»(21).
Este dios del cielo y atmosférico parece haber pervivido en la tradición popular astur en la forma del reñuberu, ñuberu o nuberu que Alonso Garrote define para Maragatería como
«unos brujos o personajes fantásticos que las gentes sencillas pretenden haber visto caer de las nubes, y tomar forma humana en tiempo de tormentas; su misión una vez tomada esta forma es hacer mal de ojo y llevar las calamidades a las personas y sembrados»(22).
Su descripción física se corresponde bien con la que ya conocemos de
Varuna,
Balor o
Odín: viejo, feo y tuerto
(23). Dejemos que
Mario Roso de Luna nos diga algo más:
«El ñuberu para Jove, Uria y otro mitólogos, es el espíritu de la tempestad. Mora en las cumbres más elevadas de nuestras montañas, y en los más agudos picos se sientan a esperar el paso de las nubes, cuando no se pone él mismo a formarlas. Es un hombrecillo pequeño, anciano, de tez casi negra y surcada por profundas arrugas, con una rasgada boca que parece dividir en dos su cara, y con sus ojos como brasas rojas en el fondo de dos agujeros oscuros. Vísteses él con pieles de carnero y usa un zurrón como los que llevan los pastores. Cuando necesita trasladarse de un punto a otro, cabalga en una nube. Él las empuja a las nubes o las detiene, él las hace chocar unas contra otras para que estalle el trueno y las desgarre el rayo, él las precipita sobre el valle o las empuja por los flancos del monte, o las hace rodar sobre las olas. Alumbrado por la luz del relámpago, que convierte en lluvia de brillantes el espeso granizo, vese más de una vez al ñuberu durante la tormenta, sentado en el peñasco más eminente, con el ceño fruncido, sombrío y meditabundo como si creyera escuchar una melodía lúgubre en el fragor de los elementos. Llevando la lluvia a los áridos campos, colma al labrador de beneficios; peri si el campesino que le encuentra no le mira sino con desdén, o no le agradece la buena cosecha, ya puede contar la primera por perdida, se salvaran acaso del granizo las fincas de los demás, pero no las suyas. El ñuberu le vigilará, y cuando le vea lejos de todo albergue, le echará encima el primer chaparrón que encuentre a mano para calarle hasta los huesos; pero si por casualidad le hacéisun favor o tenéis con el una deferencia, él cuidará de vuestros campos y vuestros frutos y si el fuego los incendiase, lo apagará con el agua de las nubes o llamará a sus amigas las lavanderas para que lo apaguen»(24).
Un poco más al sur, hacia La Bañeza y Benavente, se ha recogido una tradición que reproduce fielmente el relato que ya conocemos del combate entre el dios del cielo inviernal y el dios joven del verano, con unas características que recuerdan especialmente al de Lug contra Balor:
«Según las supersticiones locales, en el citado monte [de Carpurias] vive un gigante de un solo ojo que guarda un tesoro [...] Este gigante, cuando está enfurecido, sopla el viento contra La Bañeza, en forma de tormentas rojas infernales, y ruge estrepitosamente, originando los truenos. Para librarse de tan horrible amenaza, un zagal debe clavarle una astilla hirviente en el ojo, produciéndole la muerte»(25).
TELENO: EL DIOS DEL INVIERNO
Si Teleno representa el aspecto lunar e invernal del dios del cielo, ¿hay alguna traza en la zona de su opuesto, rival, solar y sucesor, que responda al arquetipo de Quirino, Indra, Lug, Freyr o Esus? En mi opinión, queda algún resto de esta antigua oposición, del combate que representa la recreación del mito cosmogónico que se repite en cada transición de invierno a verano, en la noticia que da Madoz sobre la ermita de San Mamede al decir que
«tributaban este culto para que los defendiese de las tronadas que procedentes del Teleno se hacían temibles en aquel punto llegando a veces a causar lamentables estragos»(26). La conexión de este cerro y su culto con la explicación del topónimo de Lucilllo y Luyego, así como la interpretación etnoarqueastronómica de algunos lugares de la zona que se relacionan con los cerros de San Mamede de estas dos poblaciones en las fechas del solsticio de verano y de las fiestas de media estación de
Beltaine y
Lugnasad, que traté en mi libro
Teleno. Señor del Laberinto, del Rayo y de la Muerte, abundan sobre ello.
Sin embargo, el protagonista de esta historia es ahora el dios
Teleno y su papel como dios del invierno. En mi
libro, se tratan algunos lugares de evidente, en algunos casos, y probable, en otros, culto prehistórico del valle alto de la cuenca del Duerna, en Maragatería, León, que manifiestan una estrecha relación astronómica con el Teleno al ser utilizado como referencia en el paisaje de alineamientos con la puesta del sol en fechas tales como el solsticio o las fiestas de media estación que dan comienzo y fin al invierno. Estos son los paneles con laberintos de Peñafaciel, entre Filiel y Lucillo, el Arca de la Pastora entre Lucillo, Quintanilla de Somoza y Villalibre de Somoza, el Arca del Obispo entre Chana de Somoza y Filiel o el Arca de la Escrita entre Molinaferrera, Filiel y Chana de Somoza. Además, el monte Teleno es blanco de lunasticios Sur, tanto mayores como menores, desde otros lugares tales como Peñafaciel, Valquimao, San Salvador de Quintanilla de Somoza, Arca de la Escrita, Peña Martín o Arca del Obispo. Para una explicación más detallada, te remito al
libro.
Aquí nos vamos a quedar con las imágenes de los alineamientos solares invernales:
Puesta del sol en las fiestas de media estación de Imbolc y Samain desde los laberintos de Peñafaciel a Peña Cetrera del Teleno.
Puesta del sol en las fiestas de media estación de Imbolc y Samain desde el Arco de la Pastora al Nicho del Teleno.
Puesta del sol en el solsticio de invierno desde el Arca del Obispo al Nicho del Teleno
A estos alineamientos podríamos añadir el de la puesta del sol en las fiestas de media estación de Imbolc y Samain desde la ermita del Humilladero de la Virgen del Camino, o desde la iglesia rupestre de San Martín de La Candamia, al Nicho del Teleno.
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(1)TAVERDET, G., Un tabou étymologique: le [f] en Gaulois, Hieronymus I, 2007, p. 8, nota 9
(2) MANGAS, J., Cultos minorasiáticos en el noroeste de la Hispania romana, Complutum Extra 6 (I), 1996, p. 487
(3) PLINIO, Historia Natural, III, 5, 68
(4) OVIDIO, Fasti, VI. 565; CRAVEN, K., Excursions in the Abruzzi and Northern provinces of Naples, 1838, V. I, pp. 175-176
(6) CIL XIII 948, CIL XIII 952; BECK, N,
Goddesses in Celtic Religion. Cult and Mythology: A Comparative Stu..., Thèse de doctorat d’Études Anglophones, Sous la direction de Neil DAVIE et Daithi O HOGAIN, Université Lumière Lyon 2, 2009, Cap. 4, III, B, 3,
(7) TAILLEFER, H.F.A.A., Antiquités de Vésone, cité gauloise, remplacée par la ville actuelle de Périgueux, ou description des monumens religieux, civils et militaires de cette antique cité et de son territoire..., I, 1821, pp. 302-305
(8) MacKINNON, D., CARMICHAEL WATSON, E.C., The Celtic review, Kraus reprint, 1975, p. 43
(9) AEBISCHER, P., La divinité aquatique Telo et l’Hydronomie de la Gaule, Revue Celtique, 47, 1930, p. 253, citado en BECK, N,
Goddesses in Celtic Religion. Cult and Mythology: A Comparative Stu..., Thèse de doctorat d’Études Anglophones, Sous la direction de Neil DAVIE et Daithi O HOGAIN, Université Lumière Lyon 2, 2009, Cap. 4, III, B, 3,
(10) «El 12 de Septiembre de 1799 el erudito alavés, Prestamero reconoció en las inmediaciones de Henayo (Dulantzi, Alegría de Álava), aproximadamente a unos 33 km. en línea recta al N, NE. de la referida peña de Toloño, un fragmento de lápida votiva, perdida actualmente, ofrecida al dios Tullonio (dat.) (CIL II, 2939). A pesar de haberse encontrado en un sitio de la Llanada Alavesa, al que se ha venido identificando tradicionalmente con una de las mansiones -la de Tullonio- citadas a lo largo del iter Asturica Burdigalam en el Itinerario de Antonino y que según las noticias de Ptolomeo habría que hacer corresponder con la ciudad várdula de Tullonium, Albertos (ALBERTOS, M.L., El culto a los montes entre galaicos, Astures y Berones y algunas deidades más significativas, Estudios de Arqueología Alavesa, 6., pp. 147-157) vincula a la divinidad con el Monte Toloño». SAENZ DE BURUAGA, A., Referencias al culto precristiano del monte Bilibio (La Rioja), Brocar, 18, 1994, p. 100-101
(11) AGUSTÍN DE HIPPO, De civitate dei, 7, 23; «Un emparejamiento mujer-hombre similar parece ser proporcionado por Tellus, diosa de la tierra, asociada estrechamente con Ceres, y Tellurus, mencionado por Martianus Capella (1.49). Debe compararse con Tellurus el dios Tellumo, a quien San Agustín, citando a Varrón, identifica como el compañero masculino de Tellus(De Civ. D. 7.23)», WOODARD, R.D., Indo-European sacred space: Vedic and Roman cult, University of Illinois, 2006, p. 115; «Tellus. La personificación del poder productivo de la tierra en Roma. A veces se le rinden honores con el nombre de Terra Mater, la Tierra Madre, e identificada con la diosa griega Gaia. En un tiempo antiguo estaba asociada con un numen masculino, Tellumo. Tellus no posee ningún mito. En leyendas, a veces toma el lugar de Gaia y, más frecuentemente, el de Ceres-Demeter». GRIMAL, P., The dictionary of classical mythology, Blackwell Publishing, 1996, (1ª ed. 1951), p. 438; «Tellus Mater. En los tiempos más remotos Tellus Mater era la diosa de la fecundidad en compañía de una divinidad masculina, Telluno. Después ella fue asociada con Júpiter». The Larousse Encyclopedia of Mythology, Barnes & Noble, Incorporated, 1994, p. 210
(12) HARPER, D.,
Online etymology dictionary, Search=tellus; STAROSTIN, S., BRONNIKOV, G., KRYLOV, P.,
The Tower of Babel, Proto-IE: *tal- (/-e-)
(13) «Tailltiu, Tailtiu, sin duda deriva de IE *tel- "plano, suelo plano" (IEW:1061), dando el latín tellus "tierra"». OLMSTEAD, G.S., The gods of the Celts and the Indo-Europeans, Verlag des Instituts für Sprachwissenschaft der Universität Innsbruck, 1994, pp. 293-379
(14) OLIVARES PEDREÑO, J.C., Los dioses soberanos y los ríos en la religión indígena de la Hispania indouropea, Gerión, nº 18, 2000, pp.196-212
(15) OLIVARES PEDREÑO, J.C., Tesis doctoral Divinidades indígenas de la Hispania romana, Universidad de Alicante, 2000, p. 154
(16) GRIMM, J., Teutonic mythology, translated from the fourth edition, Vol. 1, 1882, pp. 189-199
(17) MACROBIO, Saturnalia, 1,18,7-10
(18) MACROBIO, Saturnalia, 1, 17, 1-3
(19) MACROBIO, Saturnalia, 1, 12, 9
(20) MACROBIO, Saturnalia, 1, 19, 3-4
(22) ALONSO GARROTE, S. El dialecto vulgar leonés hablado en Maragatería y tierra de Astorga. Notas gramaticasles y vocabulario, 2º ed., CSIC, Instituto Antonio Nebrija, Biblioteca de Dialectología y Tradiciones Populares, Madrid, 1947 (1ª ed. Astorga 1909), p. 235
(23) RUA ALLER, F.J., RUBIO GAGO, M.E., La piedra celeste. Creencias populares leonesas, Breviarios de la Calle del Pez, 1986, pp. 79-81; ÁLVAREZ PEÑA, A., Mitología asturiana, Urriella, 2001, pp. 45-60
(24) ROSO DE LUNA, M., El tesoro de los lagos de Somiedo, Biblioteca de Rescate, 2006 (1ª ed. 2005), pp. 271-272
(25) RUA ALLER, F.J., RUBIO GAGO, M.E., La piedra celeste. Creencias populares leonesas, Breviarios de la Calle del Pez, 1986, p. 76
(26) MADOZ, P. Diccionario geográfico-estadístico-histórico de España y sus posesiones de Ultramar, 1856-1850, Volumen 16, p. 420
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(1) Teleno. Autor: Miguel Ángel González, 2011
(2) Dios Teleno. Autor: Miguel Ángel González, 2011
(3) Briñas y al fondo la Sierra de Toloño. Dominio público
(4) Cíclope bañezano, CALLEJO, J., Gnomos. Guía de los seres mágicos de España, Edaf, 1996, p. 227
(5) Puesta del sol en las fiestas de media estación de Imbolc y Samain desde los laberintos de Peñafaciel a Peña Cetrera del Teleno. Autor: Miguel Ángel González, 2011
(6) Puesta del sol en las fiestas de media estación de Imbolc y Samain desde el Arco de la Pastora al Nicho del Teleno. Autor: Miguel Ángel González, 2011
(7) Puesta del sol en el solsticio de invierno desde el Arca del Obispo al Nicho del Teleno. Autor: Miguel Ángel González, 2011