La restauración de una tumba en las catacumbas de San Gennaro, en Nápoles, reveló este magnífico fresco de San Pablo. El apóstol aparece representado como un filósofo y mira hacia el lugar del difunto con un rostro muy expresivo.
Según los expertos de la Pontificia Academia de Arqueología Sacra, encargados de restaurar la catacumba, el fresco es del siglo VI.
Las representación más antigua de San Pablo es de dos siglos antes y está en la catacumba romana de Santa Tecla.