Flores de liz coronando una reja del convento de Santo Tomás de Ávila.

 

Hace unos días, para realizar unas fotografías, visité el impresionante convento de Santo Tomás de Ávila teniendo la suerte de encontrarme por los claustros con el padre Pelegrín, antiguo profesor de teología de la Orden Dominicana, pues fueron varias las cosillas que me desveló.

Una de ellas fue el origen de la cruz flordelisada, uno de los blasones utilizados por la orden a la dominicana a lo largo de su historia, que según el padre Pelegrín respondió a la confesión que realizó Santo Domingo poco antes de morir de que “jamás faltó al voto de Castidad”. La flor de lis, según Pelegrín, representa la pureza, y así se ven en este monasterio flores de lis por todas partes labradas en piedra, madera, rejerías, etc.

 

Flores de lis adornardo por arriba y por debajo la parte alta de la sillería del coro.

 

En la foto de la pintura que se aporta, situada en la antesala del coro, se ve en primer término (parte izquierda del cuadro) a Santo Domingo con una vara terminada en la flor de lis representativa de la virtud referida del santo, tendida sobre un perrillo con una antorcha entre los dientes, icono típico que lo representa, el cual tiene su origen en la visión que tuvo su madre en el momento de alumbrarlo de que “daría a luz a un cachorro de iluminaría al mundo”.

 

El padre Plegrín explicando a este autor la pintura de los principales santos/as dominicos.

 

Pero lo que me llamó especialmente la atención fue el curioso icono con que se representa en un cuadro sobre los santos y santas más destacados de la orden dominica, a Santo Tomás de Aquino pues en vez de hacerlo como es tradicional con la universidad de París, de la que fue profesor, en su mano izquierda se le representa con un gran medallón, representativo del sol, sobre su pecho. El padre Pelegrín me dijo lo que representa ese elemento, que quizás tenga algo que ver con el otro tratado en este grupo,… pero ¡QUÉ ES?

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Respuestas a esta discusión

Gracias, Mariano, por considarme capacitado en santos, pero no es para tanto. Me interesan sobre todo los primeros santos, más que los mártires los eremitas,los errantes, los sanadores, los de los milagros más fantásticos, porque creo jugaron un papel muy importante. El otro día Guillermo Caso presentó un libro Sesenta millones de romanos de Jerry Toner y no tuve más remedio que comprarlo. En él los santos se presentan "como intermediarios honestos entre el pueblo y una autoridad divina, pura y justa" y su culto no hizo más que reflejar el sistema secular de clientelismo. También hace una mención a San Antonio y habiendo presentado a un medico el caso de un joven rico, solitario, huérfano, que tiene alucinaciones auditivas y visuales, que regala su herencia y se va a vivir a un cementerio, el galeno sin dudar dijo "Esquizofrenia". Lo que da lugar a un muy interesante trabajo sobre la salud mental de los romanos.

 

De San Blas, otro patrono de los animales y muy ligado al cerdo, se cuenta la bonita leyenda de que las bestias que iban  a ser cazadas para el circo se refugiaban junto a él. Se me ocurre pensar que tanto cerdo sería quizás para romper el tabú de animal impuro entre los judíos. Los cerdos son también criaturas de Dios y por lo tanto consumibles.

 

San Martín de Porres, uno de mis santos favoritos "modernos" tuvo que ser un tipo extraordinario, sanador holístico, vidente, que levitaba y tenía el don de la bilocación, hablabla con los animales y los hacía estar en concordia. Un ratón es su compañero iconográfico. Un tipo muy curioso que ejerció un impacto duradero en la sociedad limeña de la época. A él, a pesar de ser un "negro bastardo" acudían todos, blancos, negros e indios a pedir favor y salud. Un testimonio de la época cuenta que habiéndole llevado a un negro que estaba con las tripas fuera, subió a su celda, cogió vino y romero, se arrodilló delante del herido y le limpió la herida con su propia boca, chupando y sacando la sangre. Luego la lavó con vino y le aplicó el romero masticado. El hombre sanó. Martín tuvo por escuela la tradición africana de su madre, la peruana de un curandero local y la europea de la enfermería del convento, amén de haber sido barbero, luego cirujano. Martín era una espcie de clínica de urgencias móvil plenamente dedicada al enfermo en toda clase de padecimientos. Quizás de ahí provenga su santidad. Hace falta valer y valor.

Pues sí, Salvador, casi todo todo tiene una explicación claro,... aunque me resisto a creer que los cerdos sean criaturas de Diós y que tal cualidad tenga relación con comérselos,... pero igual no he entendido el mensaje.

¡Madre Deu! la que estamos liando con los cochinos, los pajaros, los romanos y todo lo demás,... Hay que averiguar quien es la Santa del cuadro que tiene el corderito en los brazos y qué sígnifica el animal, lo mismo Jesús.

Y otra cosa, me llama la atención que las primaras santas de ese cuadro sean terciarias (Catalina de Siena y Rosa de Lima),... ¿es que a fecha de realización de ese cuadro no hubo santas de la segunda orden?

Y otra cosa, ¿a qué viene la corona de rosas de Rosa de Lima,... no será porque dicen que, de vez en cuando, se ponía una de púas de hierro sobre la cabeza?  

Creo que encontré a la santa del cordero: es Santa Inés de Montepulciano (1268-1317). Fue dominica y se la representa con un cordero, tal como muestra la imagen que inserto. Perdón por la brevedad, pero debo salir.

Un saludo a todos

Pues sí, seguro que has acertado Augusto,... Me llaman la atención todos esas crucecillas griegas de su capa,... y es que creo que algún sacerdote sumerio o de aquellas antiguas civilizaciones, tambien aparecía con su manto lleno de crucecillas de esas, considerados símbolos de culto al sol.

Y ya de puestos con el cuadro, observo que la virgen tiene en su mano derecha el rosario seguramente porque fueron los dominicos los que promovieron o al menos quienes más lo impulsaron por lo que no suele faltar este icono en los santuarios de esta orden,... Y aún el niño tiene algo en su mano derecha, que no distingo bien,... preguntaré lo que es a Peregrin. Un saludo

 

Hombre, para un cristiano todos los seres vivos son criaturas de Dios, incluso los cerdos. El Génesis lo dice claro y que todas esas criaturas estén sojuzgadas y comidas por el hombre, también.

Gén. 1:30 Y a toda bestia de la tierra, y a todas las aves de los cielos, y a todo lo que se arrastra sobre la tierra, en que hay vida, toda planta verde les será para comer. Y fue así.

Solo aventuro que quizás esta antigua asociación con el cerdo de algunos santos notables  pudiera ser un instrumento de propaganda para romper el tabú de los animales impuros, ya que Dios no estableció ese tabú, sino que fueron los hombres.

 

Santa Inés tuvo el privilegio de que la Vírgen le dejara sostener al Niño Jesús. El cordero es Jesús. Una monja con un bebé en los brazos llevaría a confusión.

 

Santa Rosa de Lima, una santa que a mí me da cierta grima, se mortificaba con una corona de púas entre otras torturas que se autoinflingía. Me parece que pudiera estar afectada de alguna enfermedad mental seria de carácter autodestructivo. Muy distinta al fantástico Martín de Porres.

Era y es muy común, el que las monjas y santos se mortificasen el cuerpo y de hecho esas cosas aún bienen recogidas en las reglas junto al silencia la pobreza, la abstinencia, la castidad, la clausura y todas esas cosas, y tristemente no son cosas del pasado... aún hoy se practican. Hay que sufrir del modo parecido a como lo hizo Cristo,... fueron y seguramente son todavia los propios confesores los que imponian tal cosa como penitencia,... Santa Teresa por ejemplo habla de ello. Creo que Rosa de lima tan solo llevó ese aspecto a límites que asombran a sus mismos compañeros.

No hace mucho tiempo un monje, que utilizaba este sistema dejó de placticarlo por no poderlo sufrir más. El cura hacía que, de vez en cuando, le azotase y le insultase, un hermano lego. No le importaban los azotes, por fuertes que fueran, ni los insultos en general pero no podría sufrir el que entre ellos el hermano lego le dijera "mal escritor, mal escritor, que has escrito un libro y no has vendido ni un ejemplar". y es que el religioso, gran aficionado a la música había escrito un libro sobre el tema por el que nadie se interesó. Yo me enteré porque el cura confesó el asunto a un compañero de su confianza que, evidentemente, no respondió a ella.

Con tanto presunto canto sagrado, historias de santos, mortificaciones, etc. no me extrañaría que termine volviendo el redil, vamos a ser oveja necesitado de pastor. Me voy a ver a Peregrín.  

En Argentina y Uruguay está la tradición de "la tormenta de Santa Rosa" que debe suceder alrededor del 30 de Agosto. La tolerancia temporal para atribuirle "santarrosez" a una tormenta era bastante grande y supongo que con el cambio climático debe serlo aún mayor. El origen está en la historia de que los rezos de Sta. Rosa provocaron una tormenta que alejó una flota de piratas que pretendía atacar Lima. También se contaba, como roigen de la tormenta aunque eso no lo leí en ningún lado), que el día de la muerte de Sta. Rosa llovieron pétalos de rosa sobre Lima.   

Lo de las mortificaciones del cuerpo siempre me pareció muy desagradable. Una cosa es la ascesis, que respeto, o el aceptar el sufrimiento, la enfermedad y hasta el martirio con paciencia y resignación a imitación de Cristo, pero otra muy distinta es hacerse daño. El propio Jesús, en el monte de los Olivos, pidió: "Padre, si quieres, aleja de mí este cáliz..." (Lc.22,42). Bien mirado el pretender excederse en la virtud es soberbia y puede llevar a la perversidad. Comparto la admiración de Salvador por S. Martín de Porres: humilde, alegre, sanador y milagrero sólo cuando se lo permitía el abad.

Terminará siendo cierto lo que dices, Mariano: con tanto santo terminaremos volviendo al redil como ovejas perdidas.  

Yo soy más bien de la navaja de Occam, Servan, y pienso que lo de la matanza de cerdos tiene más que ver con la época en la que debía hacerse que con los sacrificios a la diosa del inframundo. A mediados de noviembre, pasada la mitad del otoño, los cerdos están gordos y el tiempo ya es frío y ventoso por lo tanto es el momento ideal para faenarlos: ya cayeron las bellotas, hay mucha buena carne y no hay moscas, algo importante si consideramos que la factura debe alcanzar para todo el año. Si se pasa de la fecha, los cerdos adelgazan; si se adelanta, la factura se pudrirá. En tiempos en los que no eran frecuentes los calendarios y menos aún la gente que pudiera leerlos, la vida se regía por las festividades de la Iglesia. Es posible que en época romana hubiera alguna festividad que sirviera para marcar el tiempo de la matanza, pero desde la edad media la fecha es San Martín de Tours. Por eso me parece excesivo asociar a S.M. de T. con Hécate o a los cementerios: San Martín de Tours, un caballero, no tenía nada contra los cerdos y, como cristiano ejemplar, dio la mitad de su capa a un pobre. Se lo representa a caballo, con una figura implorante a su estribo y en el acto de cortar la capa con su espada.

San Antonio Abad no se relaciona con ninguna matanza de animales, todo lo contrario: es curador y se le pide por el bienestar o, incluso, por la mansedumbre de los animales domésticos.     

 

No es sorprendente que Santa Inés Segni, de Montepulciano sea representada con un cordero como Santa Inés martir. El nombre Inés deriva de agnus, "cordero" aunque se ha diferenciado más que el latino Agnetis, el italiano Agnese, o el francés Agnès. La martir romana suele ser representada con un cordero y una palma.

Ambas santas comparten la precocidad en la fe: Sta. Inés de M. profesó en las "Hermanas del saco" (Saccate) a la edad de nueve años y fue nombrada abadesa a los quince. Posteriormento fundó un convento de dominicas en Montepulciano (Toscana). Su fiesta se celebra el 20 de abril, aniversario de su muerte.

Montepulciano, donde está sepultada la santa, merece una mención especial por la exquisitez de sus vinos. Desde hace siglos se dice "Montepulciano d'ogni vino è Re!". Nada menos. 

Santa Inés con el Niño Jesús (el Cordero) en brazos. A la Inés moderna se le apareció la Vírgen y le dejó al niño. Como una monja, vírgen, con niño igual crea irrespetuosas sonrisillas se prefiere al Cordero. En esta imágen tampoco falta.

El problema, Serván, está en que el que se mortifique el cuerpo no lo haga por placer sino porque crea, le hayan hecho creer, tal cosa sea necesaria para salvar su alma. 

Dentro de la iconografía católica, quien suele tener los atributos de la Magna Mater es la Inmaculada Concepción: coronada de estrellas, con un manto azul celeste (por lo general liso), con la luna a sus pies, pisando una serpiente y sobre una nube o el orbe.

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