El teniente de alcalde de Cultura, Jaume Ciurana, y la responsable del Plan de Arqueología Urbana del Ayuntamiento, Carme Miró, han subrayado hoy en rueda de prensa la importancia del hallazgo, tanto por su buen estado de conservación como por haber aparecido en un contexto arqueológico y no asociado a las murallas, como ha ocurrido en otras ocasiones.
Para Ciurana, se trata de una pieza "espectacular, bonita y excepcional", que ha aparecido por el trabajo sistemático que se lleva a cabo en la Sagrera, y que podría representar al dios del vino, Dionisio en la mitología griega y Baco en la romana.
Carme Miró ha dado a conocer que apareció a las seis de la tarde de ayer a 3,5 metros de profundidad, en un pozo ubicado en la vertical del puente del Trabajo -antes había unas vías por encima- y por sus características podría ser del siglo II d.C.
En este sentido, ha comentado que "parece de tradición antigua" y ahora se analizará tanto su peinado como algunos elementos esculpidos, principalmente unas uvas.
"Una cabeza de estas características -ha sentenciado Miró- es la primera vez que se encuentra en la ciudad. Nos hace pensar en una divinidad o una alegoría como Dionisio, por el peinado y las uvas".
Su tamaño es, prácticamente, el de escala natural y, por el momento, se desconoce si es parte de un busto o de una figura de cuerpo entero.
Para Miró, podría ser una escultura adosada en una pared como elemento mitológico o simplemente podría tratarse de un elemento decorativo en un peristilo.
Respecto a la época a la que pertenece, ha dicho que todos los indicios apuntan al siglo II d.C, puesto que el pozo en el que se encontraba "no está contaminado" y los fragmentos allí hallados apuntan a ese período.
Asimismo, todo hace pensar que es una escultura creada fuera de Barcelona por la alta calidad del mármol. Su peso es considerable y difícil de llevar por una sola persona.
La villa romana de la Sagrera era, por los diferentes hallazgos encontrados, un lugar importante, posiblemente de la elite de Barcino.