Los objetivos del presente Coloquio son sacar a debate científico la manida crisis urbana del Altoimperio y analizar los cambios en el modelo municipal. La historia de las ciudades entre el Alto Imperio y la Antigüedad Tardía ha sido descrita durante mucho tiempo como la de un declive progresivo, ya que desde hace algunos años varios estudios han demostrado que el modelo municipal no desapareció con la «crisis» del siglo III. Las dificultades a las que hubieron de hacer frente los núcleos urbanos, en ocasiones desde el siglo II –particularmente en las provincias de Hispania– señalan, más que una ruina definitiva de sus instituciones, su entrada en un largo proceso de recesión. A pesar de ello la ciudad se mantuvo, todavía en el s. IV, como el sistema de vida
de los provinciales y la célula administrativa
fundamental del Imperio.

Sin embargo, la imagen dejada por las comunidades
cívicas se ensombrece progresivamente entre los siglos II y IV. La documentación tardía, poco abundante y de carácter general, a menudo de naturaleza jurídica o eclesiástica, refleja la permanencia de la vida municipal, pero la desaparición progresiva de la epigrafía impide matizar su diversidad y riqueza. La historia individual de las ciudades a menudo se escribe en la transformación de sus espacios urbanos. Ahora
bien, mientras estos parecen mantenerse sin cambios significativos en algunas grandes urbes, en otras la ocupación de los monumentos y los lugares públicos para el desarrollo de actividades privadas o bien su degradación y puro y simple abandono señalan un proceso de cambio que rompe con la percepción de «mantenimiento perenne» de nuestra actual vida cívica. Si no es posible hablar hoy de crisis o declive de la civilización municipal, ¿cómo es necesario interpretar estos cambios? ¿Se trata de fenómenos localizados dentro de una amplia red de ciudades? ¿Es preciso ver el testimonio de una transformación de la vida práctica cívica y un cambio en el uso de los espacios dedicados a la comunidad?

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