Hallan en Taiwán el fósil de un homínido desconocido

La misteriosa mandíbula Phengu 1

Fuente: Daily Mail | 28 de enero de 2015 | (Traducción de G.C.C. para Terrae Antiqvae)

Pescadores que trabajan en la costa de Taiwán han sacado a la luz la mandíbula de un antiguo ancestro humano que vivió en la zona hace unos 200.000 años. La pequeña, gruesa y fuerte, mandíbula tiene dientes inusualmente grandes en comparación con otros fósiles humanos encontrados en el este de Asia, según los antropólogos.

El descubrimiento sugiere que pertenece a un antiguo linaje humano hasta ahora desconocido.

Los expertos dicen que ello significa que pudieron haber existido varias especies de humanos
arcaicos viviendo en Asia hasta que los humanos modernos llegaron allí hace 55.000 años. La
mandíbula fosilizada es el primer resto de un antiguo homínido que se descubre en Taiwan. Fue recuperada con una red de pesca en el canal submarino de Penghu, a unos 25 km de la costa oeste de Taiwán.

Durante el Pliestoceno, hace entre 2,5 millones y 11.000 años, los periodos de bajo nivel del mar habrían supuesto que la zona formara parte del continente asiático.

Los antropólogos del Museo Nacional de Ciencias Naturales de Taiwán y del Museo Nacional de
Naturaleza y Ciencia de Tokio, han estudiado el fósil y han declarado que no se parece a ninguno de los otros fósiles de seres humanos antiguos que se extendieron a través de toda Asia: el Homo erectus, cuyos restos han sido encontrados en Java, Indonesia y China, y que poseen mandíbulas mucho más estrechas y dientes más pequeños.

Los investigadores dicen que tal circunstancia sugiere que la robusta mandíbula del 'Hombre de Penghu' tuvo un origen evolutivo diferente del Homo erectus 'clásico' hallado en toda la zona. Se podría decir que es, o bien una especie totalmente nueva, o bien un raro subgrupo de Homo erectus.

El Dr. Yousuke Kaifu (izquierda), antropólogo en el Museo Nacional de Naturaleza y Ciencia de Tokio, y que ha estado involucrado en el estudio del hallazgo, dijo a MailOnline: "Es una mandíbula muy bien conservada, un pequeño fragmento, pero contiene una gran cantidad de información útil para evaluar su evolución. Lo que podemos decir es que es claramente diferente de las poblaciones conocidas de 'Homo erectus' en el norte de China y Java, y es probable que represente a un grupo que, hasta ahora, no ha sido reconocido".

Agregó que las especies antiguas serían muy distintos a los humanos modernos. Dijo: "La nueva mandíbula de Taiwán es marcadamente diferente a nosotros en la robustez, no en el tamaño. El ancho del hueso, en la parte lateral de la mandíbula de Penghu, es de 20,7 mm, contra un promedio de 14 mm en los fósiles de los humanos modernos".


El Dr. Chun-Hsiang Chang (derecha), quien dirigió la investigación en el Museo Nacional de Ciencias Naturales de Taiwan, dijo que el fósil era una mandíbula bastante primitiva, por lo que pertenecería a una especie extinta que muy probablemente vivió en la época en que los humanos anatómicamente modernos estaban en su alrededor.

Dijo que el fósil, o bien pertenecía a un nuevo tipo de homínido antiguo no identificado previamente, o bien fue el resultado de una inmigración procedente de África cuyos individuos ostentaban una mayor robustez en la mandíbula.

Agregó que el descubrimiento también sugiere que la visión tradicional sobre el Homo erectus, como la única especie humana antigua que vivió en el continente asiático oriental hasta la llegada del hombre moderno, es incorrecta, y que puedieron, de hecho, haber compartido tal territorio con otros linajes humanos.

El Dr. Chang afirma que la mayoría de las mandíbulas de Homo erectus de principios y mediados del Pleistoceno en Asia tienen mucho más delgado el hueso y los molares son más pequeños.

"Varios modelos diferentes pueden ser propuestos para explicar esta situación. En primer lugar, semejante morfología puede ser una retención primitiva de un antiguo 'Homo' asiático. Esta hipótesis implica la presencia durante muchos años de otro linaje 'Homo' en Asia, el cual continuó existiendo desde el Pleistoceno temprano.

"Por otra parte, pudo haber existido una migración de un Homo con mandíbula robusta procedente de África, posiblemente trayendo consigo la tecnología lítica achelense alrededor de finales del Pleistoceno temprano, y que más tarde evolucionaría hacia una morfología única a nivel local.

"Ambas hipótesis ponen en duda la idea tradicional de que el 'Homo erectus' era la única especie homínida en el continente asiático entre el Pleistoceno temprano y comienzos del Pleistoceno medio"

La mandíbula Penghu (centro) es mucho más grande que los huesos de la mandíbula inferior del Homo erectus de Java (izquierda) y China (derecha), a pesar de su antigüedad es mucho más joven. 


Los pescadores que recuperaron el fósil del mar lo vendieron en una tienda de antigüedades local, y el coleccionista Kun-Yu Tsai lo compró. Posteriormente, éste donó su colección al Museo Nacional de Ciencias Naturales en Taiwán, donde trabaja el Dr. Chang.

El análisis del fósil, publicado en la revista Nature Communicationes, muestra que se trata del lateral derecho -casi completo- de una mandíbula, con muchos de los dientes molares y premolares todavía en su lugar.

Sin embargo, se observa que los molares están desgastados y los científicos esperan que ello pueda ayudar a proporcionar pistas acerca de lo que esta antigua especie humana pudo haber comido. El desgaste también sugiere que la mandíbula pertenecía a un adulto ya mayor. Así mismo, se aprecia claramente los aveólos donde los dientes incisivos estarían asentados.


Aunque a los científicos les costó precisar la datación de esta arcaica mandíbula, a partir de datos sobre la antigüedad del nivel del mar y de información acerca de la vegetación en el mismo, fueron capaces finalmente de estimar su edad utilizando los isótopos que se hallan en el fósil.

En este sentido, han dicho que no tendría más de 450.000 años, pero que lo más probable es que perteneciera a alguien que vivió en algún momento entre los últimos 190.000 y 10.000 años. Con semejante rango de antigüedad tan amplio es difícil precisar con exactitud en qué parte del árbol de la evolución humana puede caber el fósil, y abre la posibilidad de que pueda haber estado en contacto con el hombre moderno, el Homo sapiens, el cual se trasladó a Asia hace alrededor de 55,000-40,000 años.

Por otro lado, los científicos aún tienen que obtener ADN de la mandíbula, y, si son capaces de ello, podría ayudarles a trabajar con qué especies está más estrechamente relacionada.

Durante su estudio, los investigadores encontraron que los dientes son mucho más grandes que
los de otros fósiles de Homo erectus hallados en Asia en el momento en que la nueva especie se cree que vivía. Propiamente, se parecen más a las piezas dentales que ostentan entre  400.000 y 800.000 años de antigüedad.

En general, las mandíbulas y los dientes de especies humanas antiguas crecen de forma más pequeña con el tiempo. Sin embargo, esta mandíbula es más grande que las de otras especies que vivían en el mismo momento. Los científicos afirman que es similar a los restos de otra mandíbula robusta de un Homo erectus temprano hallada en Hexian, en la provincia Anhui de China. El nuevo hallazgo sugiere que estos pudieron pertenecer a otra rama única del árbol de la evolución humana.


Algunos antropólogos, no obstante, creen que puede ser los restos de un grupo hermano de los
Neandertales conocido como Denisovanos, los cuales vivieron en Siberia.

El profesor Chris Stringer (izquierda), líder en investigación sobre los orígenes humanos en el Museo de Historia Natural, en Londres, y que no participó en el trabajo de investigación, dijo: "Este enigmático fósil es complejo de clasificar, pero pone de relieve la creciente, y no inesperada evidencia, diversidad humana en el Lejano Oriente, con la aparente coexistencia de diferentes linajes en la región antes, y tal vez incluso contemporánea, de la llegada de los humanos modernos hace unos 55.000 años".

Y agregó: "La mandíbula también tiene algunas semejanzas con antiguos fósiles de 'Homo erectus' de África, Java y Dmanisi (Georgia), y en cierta modo con los fósiles de 'Homo heidelbergensis' de África y Europa. Pero no se asienta fácilmente con las últimas muestras, ni con otros fósiles arcaicos chinos del Pleistoceno como Dali, Jinniushan y Xujiayao".


"Una comparación plausible es con los Denisovanos de Siberia, conocidos a partir del ADN
obtenido de un fragmentario hueso de un dedo y dos dientes molares muy grandes. Si el 'Hombre de Penghu' es, de hecho, una largamente esperada mandíbula de un Denisovano, ella es más primitiva de lo que hubiéramos esperado".

Otros científicos han afirmado que el fósil podría ser un ejemplo excepcional de una especie existente durante mucho tiempo cuyo tamaño craneal es conocido que puede variar considerablemente dentro de la propia especie.

El Dr. Simon Underdown (derecha), especialista en Antropología en la Universidad Brookes de Oxford y vicepresidente del Real Instituto Antropológico, advirtió en contra de apresurarse a atribuir este fósil a una nueva especie. "El descubrimiento de esta mandíbula en las redes de pesca de un barco frente a Taiwán, al no ser una forma normal de excavación arqueológica, es sólo un descubrimiento muy interesante".


"Si bien los autores del trabajo de investigación sugieren que podría representar una nueva especie de 'Homo', dado que sus dientes son diferentes de otros 'Homo erectus' asiáticos, nosotros debemos tener cuidado antes de clasificar este fósil como una nueva especie y adjuntarlo al árbol genealógico humano".

"El análisis de varios cráneos de 'Homo erectus' de Dmanisi, en Georgia, y publicado en 2013, muestra que una gran cantidad de variación puede existir en una especie y nos recuerda que siempre debemos tener cuidado cuando se trata de fósiles individuales aislados".

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Comentario por Guillermo Caso de los Cobos el junio 13, 2015 a las 2:49am

Pescando fósiles humanos

 

Fuente: reflexiones-de-un-primate.blogs.quo.es | 11 de junio de 2015

Es frecuente que las redes de los pescadores recojan no solo peces y otros animales marinos, sino infinidad de artefactos que tiramos al mar. La red recuperada en 2008 por varios pescadores cerca de la costa de la isla de Taiwan contenía uno de los objetos más extraños jamás encontrados de ese modo: una mandíbula fósil humana. La mandíbula fue “pescada” a unas 15 millas de la costa de Taiwan, a poca profundidad y depositada junto a otros restos fósiles en un canal submarino denominado Penghu. Es por ello que la mandíbula ha sido bautizada como Penghu-1 por Chang Chun-Hsiang (Museo Nacional de Ciencias Naturales de Taiwan) y Yousuke Kaifu (Museo Nacional de Ciencias Naturales de Japón). Estos científicos, líderes de sendos equipos, han estudiado y publicado este notable ejemplar en 2015 en la revista “Nature Communications”.

La datación de un fósil pescado de las aguas no es nada sencillo, a pesar de los esfuerzos de Rainer Grün. Este investigador, que ha colaborado con Chang y Kaifu, es quizá el geocronólogo con mayores reconocimientos en su ámbito científico. Los restos fósiles de otros mamíferos localizados en el canal de Penghu pueden apuntar hacia una cronología no superior a 450.000 años, que no desentona con el aspecto tan primitivo de la mandíbula. No obstante, otros datos son más prudentes y no llegan a los 200.000 años de antigüedad. Este resto humano aún podría ser mucho más reciente. Habrá que esperar a que las investigaciones del yacimiento submarino nos den más información.

Diferentes aspectos de la mandíbula Penghu-1. Fuente: Nature Communications.


La profundidad entre la costa oeste de la isla de Taiwan y el continente es muy somera, por lo que todo apunta a un yacimiento formado durante los fuertes descensos del nivel del mar ocurridos en las épocas glaciares del Pleistoceno. Cuando esto sucedía las islas de Indonesia y otras islas (incluida Taiwan) quedaban unidas al continente eurasiático. Seguramente muchos yacimientos desaparecieron bajo las aguas en las épocas interglaciares, como la que vivimos en la actualidad.


Si la mandíbula Penghu-1 es mucho más reciente de lo que se puede sospechar por su aspecto, tendríamos un nuevo caso de persistencia de poblaciones primitivas en Asia, junto a los Denisovanos y a los humanos de la isla de Flores. La colonización del planeta por nuestra especie desde hace unos 100.000 años quizá no fue tan completa como podemos imaginar, y muchos grupos arcaicos persistieron hasta hace relativamente poco tiempo en islas y refugios continentales.

Los investigadores de Japón y Taiwan fueron muy prudentes en su valoración de la mandíbula, indicando sus rasgos arcaicos, pero sin pronunciarse sobre la asignación taxonómica de este ejemplar. Llama la atención la robustez y forma de la sínfisis, sin mentón y con una fuerte inclinación de su parte interna. El primer premolar es muy asimétrico y tiene dos raíces (rasgos primitivos del género Homo). También destaca la agenesia del tercer molar, muy frecuente en las poblaciones recientes y anecdótico en las del Pleistoceno.

La profundidad del mar entre la isla de Taiwan y el continente no supera los 120 metros, por lo que muchos yacimientos pudieron quedar sumergidos por el ascenso del nivel del mar durante los períodos más cálidos del Pleistoceno. Fuente: Nature Communications.

Algunos paleontólogos consideran que esta mandíbula tendría que ser incluida en una nueva especie del género Homo. Sin embargo, sus propuestas han sido presentadas sin el rigor que exige la ciencia en estos casos. No obstante, de este caso tan peculiar se derivan conclusiones muy interesantes, que venimos planteando desde que comenzamos a trabajar con los fósiles de China. La ciencia occidental no ha tenido ocasión de trabajar de manera sistemática con el registro fósil humano de este país. Aunque en las últimas décadas varios científicos han destacado las diferencias entre los fósiles del Pleistoceno de Asia, todos han sido incluidos en la especie Homo erectus. Las diferencias que claramente se observan entre los fósiles de Indonesia y los de China e, incluso, dentro del propio territorio de este último país, han sido atribuidas a variaciones geográficas. La falta de buenas dataciones ha sido un hándicap importante, como sucede en otras regiones del planeta.

Sin embargo, los científicos de China o de Indonesia, por ejemplo, ya están presentando el registro fósil de Asia siguiendo métodos empleados por la ciencia occidental y reforzando sus planteamientos mediante colaboraciones con investigadores de otros países. El resultado nos va alejando poco a poco de la tradicional homogeneidad de la poblaciones del Pleistoceno de Asia, para presentarnos un modelo muy complejo, más acorde con el enorme territorio explorado. El tiempo de duración del Pleistoceno ha sido suficientemente amplio como para considerar que la colonización de Asia pudo ser tan compleja como la Europea, si no más, con sucesivas oleadas migratorias. Como sucede en todo el hemisferio norte, las barreras geográficas y las fuertes oscilaciones climáticas del ultimo millón de años generaron una diversidad en las poblaciones de Asia, que tendremos que ir reconociendo poco a poco. Tendremos que dejar atrás planteamientos evolutivos lineales e incluir en nuestros modelos factores climáticos y biogeográficos. Solo así podremos entender porque existen tantas diferencias entre los denisovanos, los homininos de Zhoukoudian o los de Xujiayao, por poner solo algunos ejemplos. La mandíbula recién estudiada en Taiwan viene a sumarse a tantos y tantos interrogantes. Algún día hablaré de la enorme diversidad que siempre se ha considerado en los yacimientos de la isla de Java y que se suma a la complejidad del registro fósil humano de Asia.

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