Comentario por Adrián Martínez Alfayate el septiembre 15, 2011 a las 1:09pm

Yo soy una persona mayor que solo tengo como bagaje mi experiencia.

Como comentario diré que vistas las reproducciones que exponen en estos comentarios, en mi vida creo haber visto a más de un nendertal.

Y cuando se habla de alejamiento y falta de contacto entre generaciones humanas... ¿que ocurriría entre el emparejamiento de un irlandes neto con una mujer china?

Me tienen en ascuas amigos mios.   Los leo con delectación y verdadero placer.

Saludos y parabienes a todos los que escriben aquí, un abrazo. 

Comentario por wilfrido tsuchida martinez el septiembre 16, 2011 a las 3:19pm

Notable noticia,  de una forma u otra habrá cruzado genes para que  toda la especie ser un ser débil y exitoso en su existencia de hoy.

Comentario por Guillermo Caso de los Cobos el septiembre 16, 2011 a las 4:17pm

Aunque este estudio no viene sino a confirmar lo que ya se dijo en su día -cuando se comunicó que portábamos entre un 1% y un 4% de genes neandertales-, de que, tras un primer encuentro/cruzamiento en el Próximo Oriente, no se constataba que se hubiera producido posteriormente un mayor incremento de hibridación a lo largo de Europa, y que los autores de este último trabajo añaden los siguientes argumentos explicativos (que leemos en a.m.com.mx, y que ponemos, dado que amplían los ofrecidos en el post):

 

“Creemos que tanto el hombre primitivo como los neandertales pudieron enfrentar diversas barreras antes de reproducirse, como diferentes tipos de comportamiento que afectaban el cortejo, diferencias en las preferencias sexuales, además de nichos ecológicos distintos”, señaló Excoffier.

“A esto debemos sumar diferentes formas de comunicación, barreras sociales como la forma en que se percibían a ellos mismos y a los otros, además de que también existió un problema con las crías o descendientes, pues los embriones pudieron no desarrollarse bien, enfrentar infertilidad o individuos híbridos”.

Para los investigadores la principal limitante pudo ser un acoplamiento selectivo, pues siempre se tienen preferencias por aquellas personas que lucen más como nosotros mismos.

“Creo que es muy probable que los primeros humanos prefirieran reproducirse con otros humanos, más que con neandertales. Pero sólo lo suponemos pues nuestra investigación no puede ir hasta el nivel de las preferencias”, comentó Currat.

 

Digo entonces que una pregunta que cabe formular es ¿por qué todos esos impedimentos y barreras no tuvieron el mismo efecto -si cabe todavía mayor- en el primer encuentro entre neandertales y sapiens en el Próximo Oriente? En una palabra: ¿por qué todas esas dificultades tuvieron mayor incidencia a posteriori que a priori?

Comentario por Guillermo Caso de los Cobos el septiembre 17, 2011 a las 4:51pm

Muy en consonancia con la pregunta que hago en mi comentario anterior, es el artículo que publica hoy Camilo José Cela Conde en el Diario de Mallorca, al subrayar en su conclusión que:

 

Es del todo especulativa cualquier reflexión que pueda darse respecto de la eventual existencia de algo parecido (en referencia a los imedimentos o barreras que no favorecieron el cruce y su resultado entre neandertale y sapiens) en el corredor levantino de hace medio centenar de miles de años.

 

El cruce con los neandertales

Por Camilo José Cela Conde

La publicación del genoma completo de los neandertales realizada el año pasado por Richard Green, del departamento de Evolutionary Genetics del Max Planck de Leipzig (Alemania), y sus colaboradores –que eran muchísimos–, levantó una polvareda de gran alcance. Por más que algunos de los comentaristas, que abundaron, no parecieran haber entendido gran cosa de lo que Green et al sostenían, su artículo dejaba claros dos aspectos de la evolución humana. El primero, que el cruce entre neandertales y humanos modernos –es decir, iguales a nosotros– no sólo era posible sino que se había producido de hecho. El segundo, que el intercambio genético había sido muy pequeño, entre el 2 y el 4%, manteniendo separadas las dos especies de Homo neanderthalensis y Homo sapiens. Una y otra afirmación parecen contradictorias entre sí. Los partidarios de la separación al nivel de especie entre los neandertales y nosotros habían sostenido siempre que una hibridación era imposible. Pero si se produjo, ¿por qué quedó limitada a un aporte genético mínimo y esporádico?

En un trabajo publicado en los Proceedings of the National Academy of Sciences, Mathias Currat, del departamento de Genetics and Evolution de la Universidad de Ginebra (Suiza) y Laurent Excoffier, del Institute of Ecology and Evolution de la Universidad de Berna, en el mismo país, han proporcionado un modelo matemático de lo que pudo ser el contacto entre ambos grupos, cuyo rango temporal y espacial corresponde un intercambio genético llevado a cabo entre 50.000 y 60.000 años atrás en Oriente Próximo.

El modelo de Currat y Excoffier pone de manifiesto que, para mantener un nivel tan pequeño de aportación genética (desde machos de neandertales a hembras de humanos modernos, por cierto), tuvieron que haberse dado episodios muy limitados de mestizaje, inferiores al 2%. Si tenemos en cuenta la tendencia a la promiscuidad presente en la práctica totalidad de los primates, el hecho de que se produjesen tan pocos mestizajes, y en una única zona geográfica, quiere decir o bien que existieron mecanismos muy fuertes destinados a impedir el cruce entre las poblaciones, o que los híbridos no eran viables más que en ocasiones excepcionales, sin descartar que ambas hipótesis pudiesen darse al mismo tiempo.

Por lo que sabemos nosotros, existen mecanismos culturales que

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