Científicos alemanes descubren una posible nueva especie humana

Foto: Imagen en el interior de la Cueva de Denisova tomada durante una conferencia arqueológica en 2005

El análisis de un dedo encontrado en Siberia permite a los expertos identificar un tipo de homínido hasta ahora desconocido que vivió en las montañas Altai de Asia Central hace entre 48.000 y 30.000 años.


La secuenciación genética del hueso de un dedo encontrado en una cueva de Siberia ha permitido a los científicos identificar un tipo de homínido hasta ahora desconocido que vivió en las montañas de Asia Central hace entre 48.000 y 30.000 años. El análisis, del que informa la revista Nature, indica que ese ADN mitocondrial (ADNmt) corresponde a una migración procedente de África de la que no se sabía nada hasta ahora y que es distinta de las protagonizadas a partir de ese continente por los antepasados del hombre de Neandertal.


Johannes Krause (izquierda), del Instituto Max Planck de Antropología Evolutiva, de Leipzig (Alemania), y otros colegas, entre ellos Terry Brown, de la Universidad británica de Manchester, lograron secuenciar el ADNmt del hueso de un dedo descubierto en una cueva del sur de Siberia. La secuencia representa un tipo hasta ahora desconocido de ADNmt y los científicos lo han comparado con los del hombre de Neandertal y los humanos modernos. El análisis de la nueva secuencia indica que ese ADN mitocondrial compartió ancestro con el ADN de los neandertales y del ser humano moderno hace aproximadamente un millón de años. Eso significa que su antigüedad es el doble de la del antepasado común más reciente del ADN del hombre moderno y del neandertal, cuyas secuencias genéticas empezaron una evolución por separado hace unos 500.000 años.

Foto: Imagen de la Cueva de Denisova

La edad del fósil indica, además, que la especie en cuestión pudo haber coexistido con los neandertales y el ser humano moderno en esa región del mundo. El hueso del dedo -descubierto en la cueva de Denisova, en el macizo de Altai, al sur de Siberia- corresponde a un niño de unos seis años. Su material genético no se parecía al del primer hombre moderno o al de neandertal, sino que era algo que los científicos no habían visto antes. "Era una secuencia similar en cierto modo a los modernos humanos y al mismo tiempo distinta", explica Krause. Su colega Svante Paabo estaba en EE.UU cuando Krause le llamó para comunicarle por teléfono los resultados y, en un principio, creyó que era una broma. "Quienquiera que hubiese sido portador de ese ADN mitocondrial era una criatura desconocida hasta aquel momento para nosotros", dijo Paabo.

Foto: De izquierda a derecha: Adrian Briggs, Johannes Krause, Svante Pääbo y Richard E. Green del Instituto Max Planck.


Los científicos no saben si el homínido era de sexo masculino o femenino, aunque en inglés le dieron el nombre de X-woman (mujer X) porque el descubrimiento se basó en el ADN de las mitocondrias, que, a diferencia del ADN del núcleo celular, sólo se hereda por vía materna. Todo apunta, en cualquier caso, a que ese tipo de homínido no corresponde al Homo erectus, del que se derivan tanto el hombre de Neandertal como el hombre moderno.


El Homo erectus emigró de África hace unos dos millones de años antes de dar lugar a los hombres de Neandertal hace unos 450.000 años. La mayoría de los expertos cree que los miembros de la especie Homo sapiens salió de ese continente mucho más tarde, hace unos 60.000 años.


Según Krause, a juzgar por su ADN mitocondrial, el ser al que corresponde el hueso descubierto en Siberia parece dos veces más distante de los neandertales que del hombre moderno y, en cualquier caso, más próximo biológicamente al Homo sapiens.

Foto: Vista del valle del río Anui y el campamento arqueológico debajo de la Cueva de Denisova

Otro misterio radica en el hecho de que en el lugar de Siberia donde se efectuó el hallazgo se encontraron también artefactos y herramientas mucho más modernos de piedra y de hueso, incluido un brazalete y otros adornos. No se trata de la tecnología que se asocia con los Neandertales, lo que, según Krause, es "muy misterioso".

Según los científicos, es hora de revisar las teorías sobre las migraciones procedentes de África. En lugar de que los humanos saliesen de aquel continente en dos oleadas principales, las migraciones tal vez fueron un proceso continuo y oscilante.

Los expertos están analizando el ADN nuclear para determinar, sin que quede lugar a dudas, si ese individuo, el X-woman, corresponde a una nueva especie. Los científicos creen que no es probable que se identifiquen nuevas especies que vivieron en regiones más húmedas, porque el ADN no sobrevive más de varios miles de años en esas condiciones, pero consideran que pueden hacerse nuevos descubrimientos en zonas más frías.

Vía: diariodejerez.es / EFE, Londres / 24 de marzo de 2010

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No se puede negar que en el campo de la prehistoria y de la evolución humana nos encontramos muy a menudo con noticias realmente sorprendentes y trascendentales. Son ámbitos tan complejos y es tanto lo que desconocemos sobre los mismos que no es de extrañar.

Esta importante noticia que ha saltado ahora los medios son de esas que no dejan a nadie indiferente. Anunciar el descubrimiento de una posible nueva especie humana no es cosa baladí, y siempre sentimos que, de alguna forma, se nos presenta a un antiguo miembro de la familia.

Ocurrió -podemos decir recientemente-, por ejemplo, cuando se estableció la especie del Homo antecessor en Atapuerca, así como cuando se descubrió la del Homo floresiensis, en la isla de Flores, Indonesia.

De todos modos, ante estos anuncios conviene no echar demasiado pronto las campanas al vuelo y dar ya por sentado que estamos definitivamente ante una nueva especie de homínido. La propia nota informativa aparecida en Nature news es mucho más prudente de lo que se observa en algunas noticias periodísticas que se hacen eco de la misma.

En este sentido, no está de más de reseñar las advertencias que allí se reflejan, cuando se menciona que:

Los investigadores no involucrados en el trabajo han aplaudido los resultados, pero advirtieron en contra de sacar demasiadas conclusiones de un solo estudio. "Con los datos en la mano, usted (refieriéndose a Svante Pääbo) no puede reclamar el descubrimiento de una nueva especie", dijo Eske Willerslev  (izquierda), biólogo evolutivo y director del Centro de GeoGenetics en la Universidad de Copenhague.

Willerslev hace hincapié en que, a su juicio, la evidencia de ADN mitocondrial no verifica que el homínido siberiano encontrado represente una nueva especie, dado que este tipo de ADN se hereda únicamente de la madre. Es posible que algunos humanos modernos, o los neandertales que vivieron en Siberia hace 40.000 años, tuvieran un ADN mitocondrial inusual que podría provenir de un cruzamiento anterior con el Homo erectus, con los neandertales o con los humanos modernos arcaicos u otra especie desconocida de Homo. Sólo los exámenes de ADN nuclear definirán correctamente la posición del pariente de Siberia en el árbol de la familia humana.

En la web Wired Science también se recoge alguna opinión escéptica. Así, el antropólogo Erik Trinkaus (derecha), de la Universidad de Washington, en St. Louis, subraya: "Yo no sé qué hacer con esto, al menos hasta que no haya material fósil más importante que un simple hueso del dedo. Se puede ir demasiado lejos en proponer un nuevo homínido".

Trinkaus advierte, además, que los biólogos tienen dificultad para identificar las diferentes especies, incluso entre los primates vivos. Por ejemplo, los grupos de babuinos, que por lo general viven separados, aparentemente aislados de otras especies, a veces se juntan y entrecruzan, enturbiando su clasificación.

No obstante, el profesor Pääbo, aun cuando reconoce la complejidad de encontrar nuevos homínidos a través del ADN mitocondrial (pues en animales como los ratones pueden pasar de una especie a otra a través del entrecruzamiento), advierte que lo importante es que "Hay grandes diferencias genéticas entre la mujer X y los neandertales y humanos modernos".

En fin, esto es sólo un aperitivo de lo que a buen seguro será otra magnífica polémica científica de aquí en adelante.

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Comentario por jorge hugo bertran vall el marzo 25, 2010 a las 1:32pm
el resultado de este hallazgo , esta todavia en pañales , cuando se estudie , puede traer una magnifica polemica cientifica.//
jorge hugo bertran vall esparafita(bertranvall)
Comentario por Daniel Eduardo Pérez el marzo 25, 2010 a las 2:57pm
Magnífico descubrimiento! Los estudios darán lugar a polémicas esclarecedoras sobre nuestros antepasados.
Comentario por Guillermo Caso de los Cobos el marzo 29, 2010 a las 1:33am

Continúan saliendo a los medios algunas reflexiones en torno a este sorprendente descubrimiento.

Véamos:

El ADN cambia el pasado de la especie humana

El hallazgo de la 'Mujer X' confirma el potencial de los análisis genéticos para estudiar la evolución

Vía: Publico.es/ Nuño Domínguez / 28 de marzo de 2010

El análisis de ADN está cambiando el pasado. El jueves, un fósil del tamaño de un botón puso en el mapa una especie humana desconocida que vivió hace 40.000 años, muy cerca de humanos modernos y neandertales. Los datos se desprenden de su ADN mitocondrial, el que legan las madres a los hijos. El análisis hubiera sido impensable hace un par de décadas y se trata sólo del prólogo de esta nueva historia de la evolución humana, pues este año se publicará el genoma completo del neandertal y también el de la nueva y misteriosa especie, apodada Mujer X.

"Va a haber una avalancha de datos", explica Carles Lalueza, un investigador de la Universidad Pompeu Fabra que ha participado en el análisis del genoma neandertal. "La evolución humana se tendrá que repensar completamente", pronostica.

Cruce entre especies

Los nuevos genomas podrán dar respuesta a las grandes preguntas que obsesionan a los científicos. ¿Se cruzaron las diferentes especies humanas? ¿Tuvieron descendencia? ¿Hay aún rastros genéticos de neandertales o humanos más arcaicos en los genes de poblaciones actuales?

Las consecuencias son evidentes. "Si los neandertales y los sapiens se pudieron mezclar no eran especies diferentes, sino subespecies", explica a Público Milford Wolpoff, un paleontólogo de la Universidad de Michigan (EEUU) que ha ido siempre a contracorriente. Mientras la mayoría de sus colegas defiende que los humanos modernos, los Homo sapiens, salieron de África hace 50.000 años y reemplazaron por completo al resto de homínidos que ya poblaban la Tierra, Wolpoff cree que hubo mezcla y que, por lo tanto, neandertales, humanos y el nuevo linaje de la Mujer X forman parte, en realidad, de la misma gran especie.

Los propios autores del estudio de la Mujer X aceptan esa posibilidad. "Una pequeña parte de nuestro genoma podría venir de otra especie", señala Johannes Krause, uno de los investigadores del Instituto Max Planck de Alemania que ha analizado el ADN de la supuesta nueva especie. Su grupo, con el que colaboran Carles Lalueza y otros investigadores españoles, es la punta de lanza de una nueva forma de esclarecer los orígenes del hombre que no sólo mira a los huesos, sino que los taladra para analizar sus vestigios genéticos.

La técnica ha permitido recuperar el genoma casi completo de especies extinguidas hace miles de años, como el mamut lanudo. También se ha conseguido la secuencia parcial del neandertal, gracias en parte a los restos que aparecieron en la cueva asturiana de El Sidrón. Muy pronto se completará esa secuencia y se podrá comparar con la de la Mujer X, cuyo ancestro común con los neandertales y los sapiensvivió hace un millón de años.

"Va a ser muy útil para aprender de nosotros mismos", opina Juan Luis Arsuaga, codirector de Atapuerca. "Sabremos si los sapiens somos únicos y en qué", añade. Al igual que el equipo de Krause, el de Arsuaga está también volcado en extender al máximo el uso del ADN para esclarecer algo que sucedió hace miles de años. En 2006, se apuntó un nuevo récord. Consiguió rescatar pequeños fragmentos de ADN mitocondrial de los huesos de un oso de las cavernas que vivió en Atapuerca hace 400.000 años. Si un fósil de oso aún conserva material genético, los de humanos de esa época tal vez también lo contengan, explica. Si logran seguir atrasando el reloj podrían probar una hipótesis que lleva zumbando desde que se publicaron los datos de la Mujer X: su linaje es en realidad el del Homo antecessor que habitó en Atapuerca.

"Me sorprendió mucho que no lo mencionasen como candidato", lamenta Arsuaga. Los últimos rastros de Homo antecessor en Atapuerca son de hace unos 900.000 años, 100.000 después de que el linaje de la Mujer X se separase del de los humanos modernos. Sus descendientes podrían haber sobrevivido hasta hace 40.000 años, cuando los investigadores calculan que compartió los montes Altai del sur de Siberia con sapiens y neandertales. "Es la hipótesis más plausible", opina María Martinón-Torres, investigadora del Centro Nacional de Investigación sobre Evolución Humana. Los autores son cautos. "Es una posibilidad, aunque pensamos que nuestro fósil es demasiado joven para ser de un antecessor", advierte Krause.

Tal vez nunca se salga de dudas, pues aún nadie ha conseguido rescatar ADN de un hueso de 900.000 años. Arsuaga no descarta que en un futuro puedan rasparse muestras de fósiles de antecessor. "Antes tendremos que estar muy seguros de que vamos a encontrar algo", advierte.

El próximo capítulo, el genoma completo del neandertal, llegará "en unas semanas", asegura Lalueza. Aún no puede comentar los resultados, pues la revista en los que se publicarán retiraría el artículo. Sí adelanta que los dos modelos, el del reemplazo y el multirregionalismo, van a quedar mezclados en uno más complejo. "La idea de la evolución humana en 2010 será muy diferente a la que teníamos en 2009", concluye.

El principio del fin de las especies

El estudio sobre la ‘Mujer X’ ha sido el primero que sugiere una nueva especie humana con datos genéticos y no morfológicos, es decir, la forma y tamaño de un fósil. Los expertos en el campo no se ponen de acuerdo de si esto es posible. “No se puede definir una especie genéticamente”, opina Carles Lalueza, de la Universidad Pompeu Fabra. “El ADN aporta más información que la morfología”, aduce Johannes Krause, que ha estudiado los restos de la ‘Mujer X’. Los criterios morfológicos no siguen unas reglas fijas.

“Para algunos autores basta una mandíbula y, para otros, es necesario un cráneo completo”, señala Lalueza. En realidad, el concepto de especie se creó para cosas vivas. Cuando dos seres no pueden procrear y tener descendencia fértil, son especies diferentes. Ni siquiera esto es satisfactorio, señala Krause. “Un chimpancé y un bonobo pueden tener hijos fértiles y les separan dos millones de años de evolución”, señala. Para algunos, los nuevos genomas de neandertales y de la ‘Mujer X’ demostrarán que son en realidad la misma especie. “Hace 100 años se miraba a las diferentes razas como si fueran especies diferentes”, comenta Milford Wolpoff. “No deberíamos cometer el mismo error con los fósiles”, añade.

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Foto: Cadena evolutiva del nuevo homínido


Como vemos, los debates y la aportación de hipótesis sobre quién pueda ser la misteriosa Mujer X, las implicaciones de los análisis de ADN, y lo que ello significará sobre la teoría de la evolución humana, se suceden ahora más que nunca, como es lógico.

Ciertamente, dichos análisis sobre el ADN de los restos fósiles está aportando nuevas claves interpretativas con las que hasta hace poco no se contaban. Lo que lleva a concluir que, para poder disponer de similares parámetros de comparación entre los fósiles de distintas especies, sería útil disponer de su correspondiente estudio de ADN, lo que resulta realmente complicado.

Otra de las cuestiones que ya se empieza también a barruntar en el horizonte es la revisión de las dos teorías sobre los orígenes de los humanos modernos (teoría "Multirregional" y teoría "Fuera de África"); en definitiva, a un replanteamiento de todas las cuestiones ante complicado panorama evolutivo, lo que lo hace sumamente interesante.

También llama la atención el hecho de que, el mismo argumento que expone el investigador Krause para rechazar que el linaje de la Mujer X sea, en realidad, el del Homo antecessor que habitó en Atapuerca, por considerarlo demasiado joven, sea el que se emplea, asimismo, para rechazar que pueda corresponder a la especie Homo erectus. ¿Querrá ello decir que los investigadores de Instituto Max Planck no están muy convencidos de que el Homo antecessor constituya una especie separada y lo consideren más bien una variente de Homo erectus?

En fin, preguntas y respuestas que se irán, más o menos, solventando con el tiempo.

Por si alguien tiene interés en indagar en más planteamientos que se han suscitado al respecto puede acudir a este enlace de BBC news

Comentario por F. Javier RODRIGO el noviembre 10, 2013 a las 10:55am

Como podemos ver cada día avanzamos, y lo que nos queda por descubrir...

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