Dos torres presidían el Arenal sevillano y servían de guardianas del puerto y la ciudad de los intrusos que llegaran por el río. La Torre del Oro es una torre albarrana, que estaba unida por un lienzo de muralla al recinto amurallado de la urbe. En su origen solo tenía un cuerpo, Pedro I construyó el segundo y aquí la vemos completa, tras el alzado del tercer cuerpo de Sebastián Van Der Borcht en 1760 -también director de obras de la Fábrica de Tabacos o autor del palco de la Maestranza-.
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