El castro de Ulaca, poblado vetón en el corazón del Valle de Amblés
A tres kilómetros al suroeste de Solosancho (Ávila), en pleno Valle de Amblés, corredor que separa el centro y el oeste de la Meseta, encontramos el castro de Ulaca, poblado fortificado de la segunda Edad del Hierro.

Carlos de Prada, director del programa España en la vereda, viaja hasta la provincia de Ávila para ofrecernos una clase magistral de Historia antigua.


El yacimiento de Ulaca, como el de otros poblamientos del Valle de Amblés, data de la segunda Edad de Hierro (siglos VI a III antes de Cristo), a juzgar por la cerámica celtibérica a torno y pintada recogida en las prospecciones, los escasos restos de cerámica a mano y decoración peinada y el aparejo ciclópeo.


El pueblo prerromano de los vetones se asentó en esta altiplanicie abulense. “¿Cómo eran aquellos hombres? ¿Cómo vivían? ¿En qué creían?”, se pregunta el naturalista y periodista Carlos de Prada. “Sólo muy parcialmente, y con ayuda de quienes consagran su vida al estudio de la vidas de nuestros ancestros, podemos responder”.


Gracias al arqueólogo Jesús Caballero, descubrimos la gran importancia de Ulaca: “con sus 75 hectáreas de extensión, es el segundo castro más grande de Europa”; y, al mismo tiempo, porque “sus monumentos, construidos en roca, como el Altar de los Sacrificios, no existen en ningún otro lugar”.


Arqueológicamente, para Caballero, en Ulaca queda absolutamente todo por hacer. “Sólo se hizo una excavación en los años setenta, pero no se ha hecho nada más. Ahora lo que se ha hecho es desescombrar parte de los derrumbes a la entrada al castro”, afirma.


El castro de Ulaca está ubicado en un lugar estratégico. Para ser fácilmente defendido, los pobladores vetones fortificaron el poblado con segundos recintos y barbacanas. Junto al Altar de los Sacrificios, ya mencionado, encontramos también la Sauna Ritual, “relacionada con los ritos de iniciación, y con ritos de agua que se celebraban antes de iniciar una guerra”, apunta el arqueólogo.


“Un pueblo antiguo que nos llega a través de referencias, más o menos correctas, pero casi siempre brumosas, agigantando la magia que evoca su recuerdo”, concluye De Prada.

En el programa diario “España en la vereda”, de Popular TV