¿Un templo de Afrodita en el cap Norfeu?

Vista aérea del cap Norfeu. Indicado, el 'puig d’en Mamet'. (Foto: Bioscicat)

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Una nueva propuesta para la ubicación de un antiguo santuario griego, en los Pirineos catalanes, aún no descubierto.

 

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Según las referencias clásicas, existía un templo griego dedicado a Afrodita, y posteriormente a Venus, en la zona donde los Pirineos se encuentran con el mar Mediterráneo. A pesar de los esfuerzos de los arqueólogos a lo largo de los años, no se ha logrado encontrar ningún rastro del templo, lo que ha llevado a varias teorías sobre su ubicación. En este artículo se presenta una nueva propuesta para la situación de este antiguo santuario, con el fin de contribuir a su conocimiento.

¿Qué se sabe de él?

Los autores clásicos Estrabón, Plinio el Viejo y Ptolomeo, que eran también geógrafos y que vivieron entre los siglos I a.C. y II d.C., dejaron escrito que donde termina la cordillera de los Pirineos y comienza el mar Mediterráneo existía un antiguo santuario dedicado a la diosa Afrodita Pirene. Se le conocía, entre otros nombres, como Afrodisium y había sido construido muchos años atrás por los griegos. Posteriormente, fue reconvertido por los romanos en el templo de Venus Pirene y aparentemente también sirvió de mojón fronterizo entre las provincias de la Hispania Tarraconense y la Galia Narbonense.

Otros autores como Avieno, Marciano de Heraclea y Pomponio Mela también lo mencionaron, pero sin concretar demasiado. Cada uno de ellos daba indicaciones para determinar el lugar donde estaba ubicado, pero tan imprecisas, y, a veces, tan contradictorias, que los historiadores y arqueólogos modernos han mantenido auténticas discusiones en situarlo correctamente. Por esta razón, después de numerosos debates, todavía hoy no ha habido entendimiento entre ellos. En la Edad Media se dibujaron mapas siguiendo las indicaciones de los clásicos, pero con resultados igualmente ambiguos.

De los textos se extrae que el templo era conocido indistintamente como Afrodisium, Afrodita Pirene, Veneris Templum, Pyrenaica Venus o Venus Pyrenaea. Dependiendo de quién lo escribiera, se ubicaba "sobre uno de los promontorios de los Pirineos", "después de un río llamado Tícer, al otro lado de la colina, a cuarenta millas", "después de Rhode, hacia el septentrión" o ”desde el promontorio de los Pirineos hasta uno de sus extremos, alcanzando nuestro mar, donde se encuentra el templo de Venus”. Respecto a los ríos que desembocaban cerca, citaban el Anystus, el Alba, el Clodianum, el Sambruca y el Tícer, con mínimas variaciones en cuanto a su denominación. Se referían a los actuales ríos Ter, Fluvià y Muga, pero sin que tampoco haya consenso sobre cuál es cada uno.

Afrodita era la diosa griega del amor y la belleza, pero también era la protectora de la navegación, por lo que era motivo habitual de adoración entre los marineros. Decenas de templos fueron construidos en su honor, muchos de ellos en lugares costeros, tanto en Grecia como en sus colonias en todo el Mediterráneo. Este era uno de ellos.


El Templo de Venus según diferentes interpretaciones del libro “Geographica” de Ptolomeo. (Fuente: IGN)

Por tanto, a falta de acuerdo entre los historiadores, varios emplazamientos compiten entre ellos por ser el auténtico paraje donde se ubicaba el templo. De sur a norte, se han postulado, con mayor o menor fortuna, el lugar del actual faro del cap de Creus, el castillo de Verdera, el monasterio de Sant Pere de Rodes, el cap de Biarra y el fuerte llamado Reducte del Far (el que tiene más posibilidades) en Portvendres (nombre que proviene de Port de Venus, Portus Veneris) y el fuerte de Sant Elm en Cotlliure. Se ha hablado también del pueblecito de Sant Martí de Empúries (Emporion) e, incluso, mucho más al norte, de algún paraje cercano a la fortaleza de Salses.

Como el templo ya no existe y la última referencia es del siglo II d.C., sus restos deberían encontrarse, con toda seguridad, bajo los cimientos de las construcciones que se levantaron con el tiempo en el mismo lugar. Pero en las muchas catas arqueológicas que, donde ha sido posible, se han realizado, no ha aparecido nada destacable, lo que aún lleva a una mayor confusión.

Los griegos que llegaron por mar al litoral del Empordà (Ampurdán), hacia el siglo VI a. C., provenían de la colonia de Marsella (Massilia) y eran mercaderes, pero también marineros. Hay que considerar, por tanto, que una vez establecidos primeramente en el islote donde ahora está el pueblecito de Sant Martí de Empúries, y, posteriormente, en Roses (Rhode), pensarían en una ubicación cercana al mar, un peñón, para levantar un edificio religioso, como era tradición. Este templo, pues, daría la bienvenida y desearía suerte y ventura a los navegantes llegados a estas tierras. En consecuencia, debería ser visto desde el mar, pero estaría a poca distancia de él, tal y como sucedía en otros templos marítimos de la Grecia originaria. Encontramos unos ejemplos similares en el santuario de Afrodita de Corinto, que fue destruido por los cristianos, el de Poseidón del cabo Sunion, cerca de Atenas, el de Afrodita de Cnido, en la actual Turquía, y el de Venus de Porto Venere, en el golfo de Génova. Sin embargo, no hay que desestimar la opinión de algún otro investigador que explica que estaría construido sobre un templo más antiguo, de los íberos indigetes, que se asentaban en estas tierras.

Debemos saber que el tipo de navegación que utilizaban normalmente los antiguos griegos era la llamada costera o de cabotaje. Por precaución, no se alejaban mucho de la costa. Esto hacía que, viniendo del norte y antes de llegar a las tranquilas aguas del golfo de Roses, debían atravesar con éxito el último impedimento. Se trataba del peligroso cap de Creus, un destacado accidente geográfico con numerosas losas y arrecifes que, en caso de temporal de levante, hacían muy complicado el tráfico marino en aquel tramo de costa. Un gran número de vestigios de naufragios de todas las épocas lo confirman.

Propuesta de otra ubicación

El templo debería estar emplazado, viniendo del norte, una vez traspasado el cap de Creus, en un lugar ya sin peligro, donde se divisara el golfo de Roses y donde se pudiera agradecer la intervención de los dioses por la satisfactoria travesía. También debería ser un lugar de fácil amarre para acceder y presentar ofrendas antes de emprender el largo camino de regreso.

Según estas condiciones, la ubicación que propongo es distinta a cualquiera contemplada hasta ahora. Se trata del cap Norfeu, una península estrecha situada al sur del cap de Creus, a levante de la villa de Roses. Según mi hipótesis, el templo de Venus se levantó aquí. Y, más concretamente, en la colina conocida hoy como puig d’en Mamet, en el centro de la península, que tiene una superficie lo suficientemente llana y ancha donde poder erigir una construcción de este tipo.

 

Situación del cap Norfeu dentro del cap de Creus. (Foto: Vissir3)

 

Los argumentos 

  • A finales del siglo IV a. C., los foceos, griegos provenientes de Marsella, fundaron la pequeñísima ciudad de Roses (Rhode) y le dieron el nombre de Rhodos, que significa “Rosa”. Posteriormente, crearon una ceca para acuñar moneda, las dracmas. En las excavaciones del barrio helenístico de Roses se encontraron unas cuantas. En el reverso de algunas aparece el símbolo distintivo de la ciudad, que es una rosa vista por debajo, y, en el anverso, suele haber la leyenda (ΡΟΔΗΤΩΝ, Rodeton, “de los de Roses”) y una cabeza femenina. Por analogía con otras monedas griegas del mismo período, se ha supuesto que se trataba de Aretusa o tal vez Perséfone. La ninfa Aretusa solía representarse casi siempre con figuras de delfines y la diosa Perséfone, con espigas. En cambio, en las dracmas de Roses no aparece ninguna de estas siluetas. Lo que se muestra grabado en algunas de las monedas es el dibujo de un pequeño tridente. Esto nos lleva a especular, como sostiene también algún historiador, que la imagen que aparece podría ser la diosa Afrodita. Según la mitología griega tuvo relaciones amorosas con Poseidón, el dios del mar, que tenía como símbolo un tridente. Si el templo de Afrodita estaba cerca de Roses, sería lógico que, por prestigio para la ciudad, fuera la imagen de esta diosa la que apareciera en sus monedas.

 

Dracma de Roses con una figura femenina con tridente en el anverso y una rosa en el reverso. (Foto: MNAC).

En el mismo barrio helenístico también se desenterró un pequeño molde de arcilla cocida en forma de busto de mujer, que servía para fabricar masivamente figuritas de terracota. Se utilizaban a modo de ofrendas religiosas y eran muy populares gracias a su bajo coste. En concreto, ésta lleva en la cabeza una corona abierta tipo stephanos, que era un privilegio reservado solamente a las diosas. El Museo de Arqueología de Cataluña explica que fue confeccionado probablemente en Tarento, una colonia espartana en Sicilia. Cabría la posibilidad de que un taller de Roses produjera y distribuyera estas estatuillas para los oferentes del templo de Afrodita, que estaba cercano. Curiosamente, existe un antiquísimo camino que desde Roses se dirige directamente al cap Norfeu, y que se conoce todavía hoy como el Camí dels Grecs.

  

El molde de arcilla cocida hallado en Roses y su vaciado en yeso. (Fuente: MAC).

  • En el barranco de la acequia de la Galera o acequia de la Cal, a unos doscientos metros a levante del puig d’en Mamet, se encontraron restos de cerámica de la época clásica y estructuras de forma indefinida. Sabemos que los templos griegos y romanos necesitaban la presencia de unos sacerdotes que cuidaran los edificios y velaran por la divinidad a la que estaban dedicados. Por tanto, en este lugar podría haber habido un núcleo de hábitat, que habría sido su residencia, así como en la cercana cala Jóncols, donde se descubrió otro yacimiento de la época romana. 
  • En el año 976, Gausfred, uno de los primeros condes independientes de Empúries y Rosselló, hizo donación al recién fundado monasterio de Santa Maria de Roses de la porción de montaña más cercana a Roses. En un documento de donación se detallan los límites de las tierras que se entregan. Por la parte que nos interesa, la del mar, cita el litoral que va de la cala Jóncols hasta el cap Morell, la actual punta de la Poncella, pero por alguna razón lo separa en dos tramos, que además son contiguos. Dice exactamente: de parte orientis recensitus est ex ipso port cuius nuncupatur Ionculs usque in ipso capud Nofeu, et de meridie recensitus est ex ipso capud Nofeu usque in ipso capud Moirel (por el lado de levante, el límite va desde el puerto llamado de Jóncols hasta el cap Norfeu, y de mediodía, el límite es desde el cap Norfeu hasta el cap Morell). 
  • Aparentemente, no hay ningún motivo para separar en dos trozos lo que es uno solo y que, además, puede llevar a confusión. Podría haberse citado, más acertadamente, la punta Falconera, que hace claramente de divisoria entre la costa de levante y de mediodía, pero no se hizo. Por tanto, existe la posibilidad de que cuando el conde Gausfred firmó el documento de cesión, todavía se contemplara el cap Norfeu, tal y como fue durante la época romana, cuando el templo parece que sirvió de frontera entre dos provincias, como un antiguo límite a tener presente. De ahí que el documento quisiera reflejarlo. 
  • En los siglos XII-XIII, los geógrafos árabes Yaqui, Abu-l-Vida y Al-Edrisí hablan de un lugar al final de los Pirineos conocido como Haykal al-Zuhara o Haykal al-Zahra. Tradicionalmente, se ha considerado que hacía referencia al templo de Venus, pero se ha transcrito como "el lugar del culto de la flor" (sic). Por otra parte, el vocablo Haykal puede significar también escultura o estatua. Zahra se refiere, efectivamente, a flor, pero la palabra árabe para el color rosa es Zahra, de fonética muy similar. Los musulmanes ocuparon Roses unos 70 años durante el siglo VIII d. C., por lo que es lógico que tuvieran conocimiento del lugar. Por tanto, probablemente tradujeron literalmente el color que evoca el nombre de la ciudad de Roses (el rosa) en árabe (Zahra) para denominar al templo, Haykal al Zhari (la Estatua de Rosa), del que aún habrían podido ver las ruinas. 
  • Hacia el año 1300, un miembro de los Vilamarí, una poderosa estirpe ampurdanesa de eclesiásticos y marinos al servicio de la Corona catalano-aragonesa, se hizo con el castillo de la Guardiola. Esta pequeña fortificación, que era desconocida hasta hace poco y de la que se tiene muy poca información, se halla dónde empieza propiamente el cap Norfeu, y formaba parte de una cuadra o demarcación medieval que incluía todo el Norfeu. Para conseguirlo, contó con la ayuda indirecta de unos caballeros de la estirpe de los Aranyó, de Castelló d' Empúries, llegados expresamente de Lleida. Lo curioso es que tanto los Vilamarí como los Aranyó estuvieron relacionados, discretamente, con los monjes de la Orden del Temple, en la dramática etapa final de esta orden, sobre todo los obispos Bernat de Vilamarí de Girona y Guillem d'Aranyó de Lleida. El primero murió en 1311 en Viena del Delfinado, en Francia, en un concilio donde se trató la cuestión de los templarios, defendiendo hasta el último momento la inocencia de la Orden antes de que fuera violentamente disuelta. El segundo fue, también en el último período de la Orden, confesor particular del rey Jaume II. Este cargo le permitiría obtener información de primera mano de los interrogatorios que el rey realizaba a los templarios, y de los que ha trascendido poco.

Respecto al vocablo catalán guardiola, sabemos que en la Edad Media solía indicar la presencia de un puesto de observación o de vigilancia. Pero, en ese caso, más que vigilar el territorio, su misión podría ser guardar o custodiar algo. Si era así, ¿qué era lo que protegía? 

  • En 1599 se construyó la Torre de Norfeu o del Rey, una torre de vigilancia y defensa contra piratas que se encuentra en la cima de la península. Actualmente, está descabezada en la base del primer piso debido a que en el siglo XVII fue volada por los franceses y después fue rematada por un rayo. El material empleado no es la pizarra local, como el resto de pequeñas construcciones esparcidas por el Norfeu, sino que está hecha de piedras de varios tamaños y grandes sillares sin trabajar. Existe una elevada posibilidad de que, por puro pragmatismo, se hubieran utilizado los últimos escombros del edificio del templo de Venus, que se encontraría solamente a trescientos metros de distancia y que era de fácil acceso.

 

La Torre de Norfeu vista desde del 'puig d’en Mamet'. (Foto: Ramon Prior) 

  • En 1660 se publicó en Francia un mapa para conmemorar el asedio y posterior ocupación de Cadaqués en 1655 por las tropas francesas, enmarcado en los conflictos armados durante la Guerra de los Segadores (Guerra de Secesión, 1640-1659). Su autor, el ingeniero militar francés Sébastien de Beaulieu dibujó también la costa cercana a Cadaqués con la particularidad de que señala la punta Falconera como el fin de los Pirineos (fin des Monts Pirenées). Beaulieu es considerado el creador de la topografía militar y estaba muy bien documentado, pero aunque el plano de la villa de Cadaqués es suficientemente correcto, el dibujo del entorno no lo es en absoluto. Los planos de Beaulieu también tenían una dimensión política y mediática; sin embargo, dejo constancia de este hecho porque no se conocen las referencias que utilizó en su momento. ¿De qué informaciones disponía para señalar que ahí terminaba el Pirineo? La mayoría de planos franceses de la misma época siguen el mismo patrón. La punta Falconera, que se cita como cabo Folio en el mapa (error de transcripción de cap Falcó), se encuentra a muy poca distancia del cap Norfeu.

  Plano del asedio de Cadaqués de 1655, por el caballero Beaulieu, editado en 1660. (Foto: Gallica).

La toponimia del sitio

La etimología es una ciencia complicada y la toponimia no es una excepción. No está claro el origen del nombre Norfeu. El lingüista Joan Corominas, en el Onomasticon, propone que deriva del patronímico germánico Alfhaid. No lo defendió con demasiada convicción, pero de momento es el único razonamiento verosímil que existe. Respecto al puig d’en Mamet, aún no se sabe de dónde proviene.

 

Mamet

Así, en cuanto al nombre actual de la colina donde estaría emplazado el templo, el puig d’en Mamet, podría referirse a un santo cristiano, San Mamet de Cesarea. Argumentémoslo.

Mamet fue un mártir cristiano semilegendario, que habría nacido en el siglo IV en Cesarea, en Capadocia, y que fue martirizado por los romanos. Murió a resultas de las heridas producidas por un tridente que le abrió el abdomen. Recordemos ahora el pequeño tridente que aparece en algunas monedas griegas troqueladas en Roses.

No deja de ser curioso. porque en Grecia existen varias poblaciones en las que hubo templos dedicados a Afrodita que, con la llegada del cristianismo, se cambió la antigua advocación por la de San Mamet (Agios Mamas en griego). Está el ejemplo del pueblecito de Afrodisia, en la isla de Quíos y de la ciudad de Morphou, en Chipre, fundada por los espartanos. Ambos lugares tienen hoy una iglesia consagrada a San Mamet, construida sobre los restos de un anterior santuario dedicado a Afrodita.

Proponemos, pues, que una vez destruido el templo y desaparecido por tanto el dedicado a Venus, el lugar se habría cristianizado con la construcción de una ermita. Los materiales utilizados serían las mismas piedras del templo derruido y, curiosamente, también se habría consagrado a San Mamet. Si esto fuera así, el monte sería conocido como podio sancti mameti (puig d'en Sant Mamet). Está documentado que a finales del siglo VIII, una razia sarracena devastó este territorio y también la ermita. En consecuencia, al haberse arrasado el edificio y perdida la advocación al santo, el lugar se conocería simplemente como podio mameti (puig d'en Mamet). No hay ninguna evidencia de esta edificación, pero sabemos que en el Norfeu y otros lugares cercanos vivían ermitaños desde hacía tiempo. Uno de estos lugares era una cueva cercana conocida como la Cueva de las Ermitas. El nombre en plural indica la existencia de otras ermitas en las cercanías, hoy desaparecidas.

Exterior de la Cueva de las Ermitas, en el Norfeu. (Foto: Ramon Prior)

 

Norfeu

Hay que aclarar que el actual nombre de Norfeu no es históricamente del todo correcto. Al parecer, en el siglo pasado, unos escritores ampurdaneses novecentistas provocaron el cambio del anterior nombre de “Nofeu” por el más “griego” de “Norfeu”, que hacía referencia al héroe mitológico Orfeo. Se dice que pensaban que era mucho más poético que Afrodita hubiera sucumbido aquí mismo a las melodías del músico Orfeo. Y de ahí el cambio de la denominación antigua por una de resonancias más “helénicas”, pero sin ninguna base real.

El origen del nombre de la ciudad chipriota antes mencionada, Morphou (Μόρφου), deriva del patronímico Afrodita Morpho, que era uno de los muchos epítetos que tenía Afrodita y que era venerada principalmente en Esparta. Por tanto, una posible etimología del patronímico Norfeu-Nofeu, sin ninguna evidencia que la valide, podría derivar de este apodo de la diosa, Morpho. El propio Coromines explica que el nombre del cap de Creus proviene de una gran cruz que, según dicen, reemplazó el templo pagano de Venus Cytherea (éste sería otro epíteto de la diosa que dio nombre a una mártir cristiana, Santa Quiteria). Expliquémoslo.

La ciudad-estado de Esparta estableció una colonia en Tarento, en el sur de Italia, en el siglo VIII a.C., donde construyó un templo en Afrodita Areia, que en Esparta compartía un edificio-santuario con Afrodita Morpho, pero su culto fue llevado por colonos y mercenarios espartanos por todo el Mediterráneo. ¿Podría haber llegado a Empúries y a Roses, que habían sido fundadas por los griegos foceos de Marsella? Los foceos y los espartanos eran tradicionalmente aliados y compartían la veneración a Afrodita.

 

Cabeza de la diosa Afrodita del siglo IV a.C., hallado en Empúries. (Foto: MAC)

 

Con los años, el peñón o cabo donde estaba construido el templo de Afrodita Morpho y después Venus Morpho, cambiaría su nombre. Cabría la posibilidad de que, ya en época cristiana, hubiera desaparecido el nombre de la diosa y hubiera tomado el topónimo Caput Morfeo (Cabeza de Morfo), ya que “eo/eus” es un sufijo latino que en los adjetivos indica pertenencia. El término Morfeo, por un proceso histórico de disimilación, habría cambiado la consonante nasal inicial [m] para convertirla, siglos más tarde, en tiempos del conde Gausfred, en la [n] de Norfeo/Norfeu/Nofeo/Nofeu. Finalmente, ya en el siglo XX, se acabaría llamando definitivamente Norfeu.

Se encuentran unos ejemplos similares de disimilación de una [m] inicial a una [n], en la palabra griega μέσπιλον, méspilun, que pasó al latín mespilus y después a la palabra catalana nesprer (níspero). La palabra latina mattam corresponde al francés natte (alfombra) y el mappam latino se convirtió en el también francés nappe (capa o manto).

 

¿Cuándo desapareció el templo?

En cuanto a su desaparición, existe una explicación. Roma, que es quien controlaba ese territorio, empezó a abrazar el cristianismo a partir del emperador Constantino I el Grande (274-337). Los sucesivos gobernantes romanos fueron promulgando edictos contra el paganismo para desvanecer la memoria de los antiguos dioses y de sus centros de culto en todo el Imperio. Por consiguiente, muchos de ellos fueron cristianizados y otros simplemente se borraron del mapa y del recuerdo del pueblo.

Hace pocos años, se encontró en las catacumbas de Siracusa, en Sicilia, el epitafio sin fecha de un desconocido obispo de Rotdon, de Hispania, de nombre de Ausencio (Auxentius). La inscripción se dató entre los siglos IV-V y se dedujo que Rotdon era la actual Roses, ya que se conocía que la leyenda que aparecía en las monedas griegas acuñadas en Roses era Rodeton. Tanto es así que la Iglesia católica aún mantiene hoy una sede titular, que significa que no tiene diócesis, con el nombre de obispo de Rotdon. Sin embargo, este obispado no tuvo continuidad y su territorio diocesano debió incorporarse al de Empúries, con el que compartía frontera.

Como conjetura final, ¿podría darse el caso de que este obispo fuera el que mandó demoler el antiguo templo? A falta total de noticias, quién sabe si, en un exceso de celo, hubiera querido dar muestras de firmeza hacia la población local, todavía mayoritariamente pagana, y de visibilidad frente a Roma para tan pequeño obispado. Según esto, sería él, el obispo Ausencio, quien lo habría destruido y no habría dejado más rastro que un montón de piedras esparcidas. Los hechos se habrían producido entre los años 315 y 392, cuando se promulgaron las leyes contra los paganos, que coincidirían con la teórica existencia del obispado.

La probable huida y muerte del obispo Ausencio a Sicilia podría deberse a una revuelta interna de la población de la ciudad, producida, entre otras razones, por la destrucción del templo, ya que en Roses, como en toda Hispania, la religión antigua todavía tenía muchos seguidores.

¿Qué aspecto debía tener?

Al ser una construcción tan primitiva, efectuada por mercaderes y marineros, es de suponer que no se trataría del característico templo grecorromano, sino de un edificio más sencillo, hecho con piedra y mármol locales y poco ostentoso. Si la obra era suficientemente sólida, es de imaginar que durante el período de dominación romana, aparte del cambio de advocación de Afrodita por Venus, el edificio se habría mantenido con pocos cambios. En Empúries se descubrió la base de un templete griego de la misma época, conocido como “templo M” y dedicado al dios Serapis. Nuestro santuario de Afrodita podría ser parecido a él.

 

El templo de Serapis en Empúries poco después de su excavación, a principios del siglo XX. (Foto: MAC)

En cuanto al acceso al templo, es relativamente cómodo llegar al puig d’en Mamet por tierra, sin que haya ningún obstáculo importante. Por mar, las calas de la Pelosa, Canadell y Jóncols, a ambos lados del cabo, serían totalmente aptas para el anclaje de embarcaciones, tanto para transportar el material de construcción para el templo como para, posteriormente, recibir los donantes de ofrendas a la diosa.

Es de suponer que los elementos de mármol que el templo debería tener se habrían obtenido de la cantera del Lledó, cerca de la punta Falconera, al otro lado de la cala Pelosa. Una vez se derribó, estos mármoles debieron ser transportados, reaprovechados y cristianizados en Roses para prestigiar la nueva iglesia que se estaba construyendo. De hecho, hace pocos años se recuperaron en Roses unos fragmentos de una ara o altar de mármol paleocristiano, datada del siglo V a. C., muy parecida a otra, de origen romano, hallada en Empúries.

El puig d’en Mamet se encuentra dentro del Espacio Natural de Protección Especial del cap Norfeu, que está incluido en el Parque Natural del Cap de Creus. Esto significa que está especialmente protegido. Con una prospección visual del lugar, la única que se puede hacer, no se detectan en superficie vestigios de muros ni cimientos ni señal alguna que presupondría que allí hubo algún edificio. Pero la península del Norfeu se convirtió, años después de su desaparición, en terreno de pasto y cultivo de vid. Esto comportaría que, además de la destrucción deliberada del templo y del posterior uso de sus piedras para la construcción de la ermita y de la Torre de Norfeu, deberían considerarse los daños causados por el continuo paso de los animales y las modificaciones del suelo ocasionadas por la plantación de cepas.

Sin embargo, hay otra peculiaridad.

En el libro Les línies de Déu (Las líneas de Dios), editado en catalán en 2019, se expone una hipótesis geográfico-histórica difícil de resumir en pocas palabras. Básicamente, trata del descubrimiento de unas líneas invisibles que cruzan todo el Principado, y del asombroso objetivo que esconden. Su trazado comienza en Banyuls de la Marenda, en el Rosselló y termina en Culla, en el Maestrat. Si se hacen visibles, la unión de estas rectas forma una enorme figura geométrica que recuerda mucho la cábala judía. Estas líneas pasan exactamente por encima de varios emplazamientos que fueron patrimonio, en los siglos XII-XIV, de los monjes de la Orden del Temple. En el libro se documentan esos lugares y se explica cómo los templarios, durante años, fueron adquiriéndolos, permutándolos por otras propiedades o recibiéndolos en donación. La finalidad de su control no era precisamente la ya conocida de generar recursos dinerarios para ser enviados a Tierra Santa para el mantenimiento de la Orden, sino algo muy distinto. Las connotaciones sagradas de estos lugares, al ser el Templo una orden religioso-militar pero con trasfondo místico, son muy sugerentes. Se puede visualizar la figura con Google Earth en: http://www.ramonprior.com/lesliniesdedeu/kmz/.

Pues bien, uno de los vértices de esta figura coincide exactamente con el puig d’en Mamet.

 

Un vértice de la figura de la cábala sobre el cap Norfeu, extraído del libro 'Las líneas de Dios'. (Foto: Google Earth)

Las implicaciones de tipo esotérico que se dan en este sitio son presumiblemente ciertas, aunque teóricas. Sin embargo, aunque tienen un difícil encaje con esta hipótesis, solucionan una de las cuestiones: la que responde a por qué los primeros constructores griegos no escogieron el emplazamiento de la actual Torre de Norfeu, que tiene más altura y visibilidad, por delante del puig d’en Mamet, que queda por debajo. La respuesta es que, sencillamente, el primer puesto no tenía el carácter mágico que sí tiene el segundo.

 

Conclusión

Todos los argumentos tomados por separado, son poco concluyentes por sí y fácilmente refutables. Sin embargo, creo que hay suficientes elementos de juicio para resolver satisfactoriamente las dudas sobre el origen de los topónimos “Norfeu” y “Mamet” y para proponer que el lugar donde realmente estaba edificado el desaparecido templo de Afrodita estaba en el puig d’en Mamet, en el cap Norfeu de Roses.


Vista aérea del cap Norfeu. Indicado el 'puig d’en Mamet'. (Foto: Bioscicat)

Adenda

Se recogió recientemente de la superficie del puig d’en Mamet un fragmento de caparazón fosilizado de un molusco bivalvo de la familia de los venéridos, cuyo nombre común es el de almejas de Venus, de unos diez mil años de antigüedad. Estos fósiles del período holoceno siempre se encuentran al nivel actual del mar o a pocos metros de profundidad. Esto significaría que este ejemplar en concreto fue llevado por alguien hasta la cima del monte, de 151 m de altitud.

En todo el Mediterráneo, los antiguos navegantes griegos hacían ofrendas relacionadas con el mar a los dioses y, especialmente, a Afrodita, que según el mito había nacido precisamente de una concha. Los moluscos eran uno de los presentes más habituales. Tenemos ejemplos en el templo de Hera de la isla de Samos, donde se encontró la ofrenda de un fémur fósil, y en el templo de Asclepio de la isla de Kos, donde se desenterró un molar fósil de elefante asiático. Solamente en el templo de Afrodita de Vryokastri, en la isla de Kithnos, se desenterraron miles de ofrendas de moluscos. Prácticamente, todas eran conchas de venérido

  El caparazón de molusco encontrado en el cap Norfeu. Parte anterior y posterior. (Foto: Ramon Prior)

Autor:

Ramon Prior i Tió (info@ramonprior.com), informático y aficionado a la geografía y la microhistoria.

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Comentario por Tomàs Reixach el mayo 17, 2023 a las 6:22pm

Un artículomuy sugerente. Lo tendré en cuenta la próxima vez que visite la zona de Roses

Comentario por Ramon Prior el mayo 18, 2023 a las 7:56am

Ok. Una buena ruta: https://ca.wikiloc.com/rutes-senderisme/cap-norfeu-13464618

Cuidate del sol. Ni un árbol en todo el recorrido. Solo la antigua cisterna de la torre de Norfeu en caso de lluvia

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