Las grandes joyas del Museo Arqueológico Nacional, los retratos de época romana esculpidos en mármol y en bronce, han salido de 'casa' -por encontrarse el recinto cultural madrileño en obras- y se han instalado hasta el 28 de junio en su nuevo hogar, el Museo de Prehistoria de la Diputación de Valencia (calle Corona), donde han llegado de la mano de Caja Mediterráneo (CAM).
Vía:
LOLA SORIANO, Valencia | Las Provincias.es, 3 de abril de 2009
Si el Museo Arqueológico de Alicante se vistió ayer de gala para recibir la visita de la Reina Doña Sofía y para mostrar el Discóbolo de Mirón -del British Museum-, la exposición Rostros de Roma, inaugurada ayer en Valencia y patrocinada por la CAM, también apuesta por mirar al clasicismo con proyección al siglo XXI.
La muestra del Museo de Prehistoria de Valencia incluye 32 piezas, entre estatuas, bustos, cabezas y sarcófagos, creados entre el siglo I a. C. hasta el siglo III de nuestra Era. Y entre los retratos inmortalizados, siguiendo el canon de belleza y poder, figuran grandes nombres de la Historia como Alejandro Magno, Marco Aurelio, Nerón, Tiberio o Livia, pero también ocupan un espacio privilegiado los ciudadanos romanos o los filósofos.
Este viaje por el arte clásico se divide en tres temáticas. En primer lugar, se destaca la importancia de los retratos fisonómicos de origen griego y llevados a Roma. "Son retratos tipológicos que muestran personas por profesiones (poetas, filósofos...) y sujetos a las estructuras idealistas", explicó Paloma Cabreras, comisaria, junto con Ángeles Castellano y Bruno Ruiz, y que estuvieron acompañados por Vicente Botella de la CAM, el diputado Salvador Enguix y la directora del museo, Helena Bonet.
Un retrato destacado que el visitante puede encontrar es el de Alejandro Magno, "esculpido por Lisipo y que fue el primer retrato oficial monárquico", añadió Cabreras.
Una segunda temática es la de los retratos oficiales, de poder. "En realidad equivaldrían a los carteles o eslóganes de los políticos de hoy día. Se resaltan las virtudes del gobernante y el objetivo era legitimar el poder del Emperador en las provincias romanas", añadió Cabreras. Otro protagonista es Tiberio que, como no estaba casado, "se mostraba en pareja siempre acompañado por la escultura de Livia, su madre, representada con la misma edad que su hijo. Era una mujer muy autoritaria que vivió hasta los 80 años", detalló Bruno Ruiz.
Peinados de moda
Una tercera temática representada en Rostros de Roma es la de los retratos de los ciudadanos romanos. "Tenemos, por ejemplo, el retrato de un anciano. Es una escultura realizada a partir de una máscara mortuoria y se notan los pómulos muy marcados, fruto del rigor mortis del cadáver. Es de principios del Imperio. En cambio, también hay una de un niño, que ya es de época más avanzada, de Adriano, y ya no se opta por reproducir al niño fallecido, sino que se presenta en la plenitud de su infancia", añadió Ruiz.
Foto: Estatua marmórea y sedente de Livia, procedente de un yacimiento italiano.
Entre las anécdotas que hay detrás de estos retratos, cabe destacar que la mayoría de los que se conservan son piezas de mármol, "porque las de bronce se fundieron para hacer monedas o armas. De hecho, aquí sólo se muestran tres de bronce", según Bruno Ruiz.
En los retratos de las mujeres, jugaba un papel muy importante el peinado, "cada mujer pudiente tenía una esclava exclusivamente para peinarla. Y cada mujer llevaba un modelo diferente de peinado", según el comisario. En los retratos masculinos, lo más importante era la toga y el flequillo, según la moda del siglo I d. C. Ya en el siglo II se representaba el hombre moderno con barba, una moda que inauguró el emperador Adriano.
Foto: Livia como Fortuna. © S. Llompart.
Foto: Gomis, Palou de Comasema, Ramon, Sanz y Cabrera. © S. Llompart.
Foto: Druso el Menor. © S. Llompart.
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